El desarrollo de las ideas socialistas en Chile.  Sebastián Jans

3.7. LA GUERRA CIVIL DE 1891.

 

 

 

El Presidente José M.Balmaceda y el inglés Thomas North .

Ambos representaron la pugna principal y de fondo, que provocará la guerra civil de 1891.

Prólogo

Capítulo Primero. LAS PRIMERAS DÉCADAS DE LA REPÚBLICA.

La Independencia.  

El proletariado en formación.   

Las ideas en pugna.

 

Capítulo Segundo. ARCOS Y LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD.

Santiago Arcos, su orígen e influencias

Chile a la llegada de Arcos

La Sociedad de la Igualdad.

El Club Reformista de la calle de las Monjitas. 

  La carta desde la cárcel.

 

Capítulo Tercero. FORMACION CAPITALISTA Y MUTUALISMO.

Montt, el último gobierno pelucón.  

La revolución burguesa de 1859

La expansión capitalista mundial.

El mutualismo de Vivaceta

Factores que influyen en la proletarización

La guerra del salitre

La guerra civil de 1891.

 

Capítulo Cuarto. LA CLASE OBRERA A FINES DEL SIGLO XIX.

Las grandes huelgas de 1890.  

El Partido Democrático

El régimen que reemplazó a Balmaceda

Alejandro Escobar y Ricardo Guerrero.   

Las organizaciones socialistas precursoras.

 

Capítulo Quinto.RECABARREN Y EL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA.

Los hechos sociales de principios del siglo XX.  

La "cuestión social".  

Dos años de sangrienta lucha de clases.

La masacre en la Escuela Santa María de Iquique

El democrático Recabarren

La Federación Obrera de Chile.

Recabarren, el socialista.  

El Partido Obrero Socialista. 

La crisis imperialista y la situación internacional

La Asamblea Obrera de Almentación Nacional.

La mesocracia y el populismo de Alessandri

Recabarren y el leninismo.

 

Capítulo Sexto. LA GRAN CRISIS DE LOS TREINTA.

La dictadura de Ibañez.  

La crisis y la caída de la tiranía.  

La sublevación de la Armada

La República Socialista.

 

Capítulo Séptimo. LAS DOS VERTIENTES SOCIALISTAS EN CHILE.

Fundación del Partido Socialista de Chile.  

Ranquil y Lonquimay.   

El Frente Popular

La represión de González Videla.

 

Capítulo Octavo. ALLENDE Y EL MOVIMIENTO POPULAR.

El Frente del Pueblo.  

El 2 de abril de 1957

El Frente de Acción Popular.  

El gobierno reformista de Frei

La Unidad Popular.  

Los mil días de Gobierno Popular.

 

Capítulo Noveno. LA RENOVACION SOCIALISTA.

El fin de la República Mesocrática. La dictadura de Pinochet.  

La crisis del Partido Socialista y el movimiento de renovación.

La opción de los comunistas.  

El liderazgo de Ricardo Lagos

El derrumbe de los "socialismos reales".

La Concertación de Partidos por la Democracia.

 

Conclusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hacia mediados de la segunda parte del siglo XIX, el desarrollo del capitalismo en Europa, había pasado de la libre concurrencia a la concentración y al monopolio. La sociedad por acciones se había convertido en vehículos de una acentuada acumulación, donde incluso los bancos redefinen su papel, tendiendo hacia una oligarquía financiera. Después de la crisis de los 70, se inicia un periodo de desarrollo de los cartels, sobre todo en Inglaterra, país que después de completar su organización capitalista, se había convertido en un imperio que extendía sus dominios coloniales a mas de 7.7 millones de millas cuadradas, con una población de 267,9 millones de habitantes.

La apertura de colonias y nuevos mercados, significaba a puesta en explotación de nuevos productos, por lo que, la inversión de capital se dirige hacia los países que podían suministrar materias primas a la industria. "Simultáneamente – dice Hilferding (1) - con la expansión de la industria nacional, que sirve a las necesidades de la exportación de capital, el capital exportado se dirige a la producción de materias primas para la misma industria nacional". El imperialismo, o el dominio del capital financiero a escala mundial, es el capitalismo en un grado mayor, cuyo predominio implica el control de unos cuantos Estados sobre los demás.

Esa es la situación que comienza a afectar decisivamente a Chile, a partir de la Guerra del Salitre, y la apropiación de gran parte de las salitreras por parte de North y Harvey, principalmente.

Las profundas raíces que el liberalismo económico había echado en Chile, como consecuencia de a influencia de Courcelle-Seneuil, significó que la oligarquía chilena cediera tranquilamente al capitalismo inglés gran parte de esa riqueza. Esto provocó la reacción de algunos sectores, contra las exageraciones del laisser faire – laisser passer, que había dominado sin contrapeso. Las múltiples necesidades de orden práctico llevarían a aconsejar intervenir en la cuestión económica, que hasta entonces estaba reservada exclusivamente a los particulares. Esto, obviamente, entraría en conflictos con el capitalismo extranjero.

Con la llegada al poder del Presidente Balmaceda, las tendencias proteccionistas se incrementarán, entre su grupo de colaboradores más estrechos, de la misma forma, con la fundación del Partido Democrático, encabezado por Malaquías Concha, que reunió a personas provenientes del Partido Radical, incluidos obreros y artesanos, los que lucharon denodadamente contra las doctrinas del liberalismo económico.

En 1883, se había fundado la Sociedad de Fomento Fabril, con el propósito de incentivar el desarrollo industrial, permitiendo que, entre 1887 y 1890, con el respaldo del gobierno se pusieran en marcha cuarenta industrias, en los ramos textil, maderero y molinero, principalmente. Luego de la guerra civil, y como consecuencia de esa tendencia, otras 100 fábricas de diverso tipo e importancia, se sumarían a las anteriores.

Para robustecer el proceso de capitalización nacional, el gobierno de Balmaceda aumentó el gasto público en obras públicas, de un 26% a un 35% en 1890. Este percibía que la bonanza salitrera se acabaría en algún momento, por lo cual, postulaba a un desarrollo de la industria nacional, capaz de generar nuevas riquezas. Para reducir las influencia inglesa, el gobierno balmacedista realizó varias acciones. Una de ellas fue buscar empréstitos y ofrecer inversión en otros países. También se contrataron misiones educacionales en Alemania y Francia, empresas de Francia y Estados Unidos fueron encargadas para realizar importantes obras públicas, Francia recibió el encargo de construir algunos barcos de guerra para la Armada, se compró material bélico y se trajeron instructores para el ejército desde Alemania.

Desde1822 hasta 1879, Chile había recurrido solo a capitalistas ingleses en demanda de empréstitos, en diez oportunidades y en condiciones muy onerosas. En 1889, se contrató el primer empréstito en Alemania por la suma de 28,3 millones de marcos. Lansburgh, citado por Lenin (2), dice que el capital alemán exportado a Chile, aumento hasta 45, 2 millones de marcos, en 1892, elevándose hasta 84, 7 millones en 1907.

Sin embargo, el punto detonante del conflicto de Balmaceda, con los capitalistas ingleses, será la determinación del gobierno para poner término al monopolio ferroviario de la empresa Ferrocarril Salitrero de Tarapacá. Los ingleses buscaron aliados en la oposición parlamentaria, explotando hábilmente el conflicto producido cuando el Presidente pretendió gobernar con prescindencia de los grupos políticos parlamentarios, fracasado su intento de gobernar con el equilibrio de los poderes públicos, representados por el gobierno y el Congreso Nacional.

Al respecto, Heisse (3) señala que para los grupos políticos de la época, la letra y los antecedentes históricos de la Constitución de 1833, consagraban claramente la necesidad que el Ejecutivo contara con el apoyo del Parlamento. La distinta interpretación presidencial precipitará el conflicto formal, conque la historiografía conservadora a justificado la insurrección del Congreso Nacional. En el trasfondo, los hechos muestran que, mientras el Presidente buscaba proteger las perspectivas de mayor independencia económica, en el Congreso se hacían fuertes los defensores de la inversión extranjera, que sobornó a parlamentarios y financió el conflicto. La Legación de EE.UU., en su informe al Departamento de Estado, del 17 de marzo de 1891, indicaba que North había colaborado con 100.000 libras esterlinas al fondo revolucionario contra Balmaceda. Tras la insurrección se agruparon los grandes propietarios, las altas fortunas, los ingleses, especialmente North, el clero, etc. Los mismos que consideraban, según el decir de Eduardo Matte (4), "los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio".

Junto a Balmaceda se alinearon los representantes de la reducida burguesía industrial, los sectores sociales medios de la administración pública, y el Partido Democrático. La clase obrera, en general, estuvo al margen de la guerra civil, como expresión social.

El 28 de agosto de 1891, luego de ocho meses de guerra civil, el ejército balmacedista era derrotado definitivamente en Placilla. El domino del mar - puesto que la Armada se unió íntegramente a la insurrección, por su ligazón con la aristocracia -, el control de la zona salitrera – los congresistas establecieron su base de operaciones en Iquique, capital de salitre -, el armamento más moderno, el mayor apoyo financiero para la guerra, etc. fueron los factores que volcaron el triunfo a favor de la insurrección oligárquica.

Haciendo una mea culpa, Francisco Valdés Vergara, miembro de la insurrección congresista, tiempo después haría una evaluación de los resultados de la guerra civil: $ 100.000.000 en gastos; una emisión monetaria de $ 20.000.000 sin respaldo; 10.000 chilenos muertos; el crédito fiscal y comercial del país deteriorados; y el predominio de un reducido número de personas de grandes fortunas.

 

Notas

1 "El capital financiero". Rudolf Hilferding. Editorial Tecnos.

2 "El imperialismo, fase superior del capitalismo". Vladimir Ilich Ulianov.

3 "150 años de evolución institucional". Julio Heisse. Editorial Andrés Bello.

4 Diario "El Pueblo". Marzo, 1892.

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