El desarrollo de las ideas socialistas en Chile.  Sebastián Jans

3.6. LA GUERRA DEL SALITRE.

 

 

Oficina salitrera

 

La industria salitrera se desarrolló en el desierto de Atacama, al sur de Arica y al norte de Copiapó. La imágenes corresponde a una oficina o factoría donde se industrializaba el salitre, separando el nitrato de la capa calichera, originada por el sedimento marino, formado hace millones de años, cuando aquella tierra estuvo cubierta por el mar.

 

Prólogo

Capítulo Primero. LAS PRIMERAS DÉCADAS DE LA REPÚBLICA.

La Independencia.  

El proletariado en formación.   

Las ideas en pugna.

 

Capítulo Segundo. ARCOS Y LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD.

Santiago Arcos, su orígen e influencias

Chile a la llegada de Arcos

La Sociedad de la Igualdad.

El Club Reformista de la calle de las Monjitas. 

  La carta desde la cárcel.

 

Capítulo Tercero. FORMACION CAPITALISTA Y MUTUALISMO.

Montt, el último gobierno pelucón.  

La revolución burguesa de 1859

La expansión capitalista mundial.

El mutualismo de Vivaceta

Factores que influyen en la proletarización

La guerra del salitre

La guerra civil de 1891.

 

Capítulo Cuarto. LA CLASE OBRERA A FINES DEL SIGLO XIX.

Las grandes huelgas de 1890.  

El Partido Democrático

El régimen que reemplazó a Balmaceda

Alejandro Escobar y Ricardo Guerrero.   

Las organizaciones socialistas precursoras.

 

Capítulo Quinto.RECABARREN Y EL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA.

Los hechos sociales de principios del siglo XX.  

La "cuestión social".  

Dos años de sangrienta lucha de clases.

La masacre en la Escuela Santa María de Iquique

El democrático Recabarren

La Federación Obrera de Chile.

Recabarren, el socialista.  

El Partido Obrero Socialista. 

La crisis imperialista y la situación internacional

La Asamblea Obrera de Almentación Nacional.

La mesocracia y el populismo de Alessandri

Recabarren y el leninismo.

 

Capítulo Sexto. LA GRAN CRISIS DE LOS TREINTA.

La dictadura de Ibañez.  

La crisis y la caída de la tiranía.  

La sublevación de la Armada

La República Socialista.

 

Capítulo Séptimo. LAS DOS VERTIENTES SOCIALISTAS EN CHILE.

Fundación del Partido Socialista de Chile.  

Ranquil y Lonquimay.   

El Frente Popular

La represión de González Videla.

 

Capítulo Octavo. ALLENDE Y EL MOVIMIENTO POPULAR.

El Frente del Pueblo.  

El 2 de abril de 1957

El Frente de Acción Popular.  

El gobierno reformista de Frei

La Unidad Popular.  

Los mil días de Gobierno Popular.

 

Capítulo Noveno. LA RENOVACION SOCIALISTA.

El fin de la República Mesocrática. La dictadura de Pinochet.  

La crisis del Partido Socialista y el movimiento de renovación.

La opción de los comunistas.  

El liderazgo de Ricardo Lagos

El derrumbe de los "socialismos reales".

La Concertación de Partidos por la Democracia.

 

Conclusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El descubrimiento de rica veta platífera en Caracoles, en el entonces litoral boliviano, determinó que muchos exploradores, cateadores y aventureros, se desplazaran mas al norte de Copiapó, por el desierto de Atacama, hasta mas allá del Trópico de Capricornio, en busca de riquezas. Cuenta Vicuña Mackenna (1) que, en el estío de 1865, José Santos Ossa y su hijo Alfredo, se internaron hacia el interior de la bahía en la cual hoy está enclavada la ciudad de Antofagasta, llegando a un vasto salar, es decir, una laguna desecada, cubierta de ásperas cristalizaciones de sal común, en estado casi puro y primitivo: simples charcos que el mar al retirarse dejó en ciertas hondonadas del vasto desierto. Fue Alfredo quien desenterró la primera costra de legítimo y subido caliche, en un crestón del salar que luego sería llamado del Carmen.

Los Ossa, socios de una compañía de cateadores – la Compañía Exploradora del Desierto – recibieron de parte del gobierno boliviano de Melgarejo, los derechos de elaboración y exportación de todo el salitre o nitrato de sodio, que se encontrara en el litoral de ese país, que se extendía entre la Cordillera de Los Andes y el Océano Pacífico. En el intertanto, inmediatamente al norte, en la provincia peruana de Tarapacá, algunas compañías, en que los habilitadores chilenos jugaban un papel muy importante, comenzaban a explotar ese mismo producto.

Se formó una compañía explotadora del Salar del Carmen, de capitales chilenos e ingleses, la Melbourne Clark y Cía, en la cual fueron socios los Ossa, Francisco Puelma, Agustín Edwards y la firma inglesa Gibbs y Cía. Fue esta empresa, la base de la posterior Compañía de Salitres y del Ferrocarril de Antofagasta, la que entrará en conflictos con el gobierno boliviano, presidido ahora por el dictador Hilarión Daza, que, el 11 de enero de 1879, dictó la orden de embargo de los bienes de esa empresa, y la detención del gerente y representante de ella, el inglés George Hicks.

Chile, que sentía los efectos de la depresión, que a fines de los años setenta afectó a los mercados europeos, previó que el salitre podía ser la tabla de salvación para sus empresarios. Por entonces, el litoral boliviano, que se extendía al oeste de la Cordillera de Los Andes, era un campo de actividad de varios miles de chilenos, que, en una cantidad no menos significativa, también se desparramaban por la peruana Tarapacá. Bajo la presencia de las actividades mineras de capitales chilenos, había nacido Antofagasta, junto a la bahía de La Chimba, cuya población en 1879, estaba compuesta por 6.554 chilenos, 1.226 bolivianos y 827 habitantes de otras nacionalidades. En Caracoles, en tanto, vivían mas de 10.000 chilenos.

Anteponiendo a la orden de embargo, decretada por Daza, la presencia de dos barcos de guerra chilenos en el puerto de Antofagasta. La continuidad de la decisión boliviana, produjo de inmediato el desembarco de tropas chilenas, al mando del coronel Sotomayor, el 14 de febrero de 1879, y la subsiguiente ocupación de Caracoles y Calama. Estas acciones militares, precipitaron la declaración de guerra entre ambos países y el involucramiento de Perú, que, en 1875, había ya expropiado las salitreras de Tarapacá, afectando inversiones chilenas e inglesas.

Se desencadenó el conflicto armado, entre la alianza peruano-boliviana, cuyas primeras operaciones tuvieron como escenario el mar, para luego trasladarse a la provincia de Tarapacá. Las derrotas militares de la alianza, en ese desértico escenario, provocaron la marginación de Bolivia, y la campaña final de las fuerzas chilenas, que culminó con la caída de Lima, en enero de 1881. Las escaramuzas entre las fuerzas de ocupación chilenas y montoneros peruanos, continuaron en la sierra, hasta la derrota de éstos últimos en Huamachuco, lo que determinó la celebración del tratado de Ancón, en 1883, que puso fin al conflicto, y la pérdida de la provincia de Tarapacá por parte de Perú. Un posterior tratado con Bolivia, determinó igual suerte para los territorios de ese país al occidente de Los Andes.

Segall (2) plantea que, en el fondo, se dio una lucha entre países con sistemas económicos diferentes: los ejércitos chilenos, respondían a una condición propia de un país con formación capitalista, es decir, con muchas características similares a los ejércitos europeos; mientras los ejércitos peruanos y bolivianos era de raigambre típicamente terrateniente, donde las tropas eran reclutadas por la fuerza. Segall sostiene que la llamada Guerra del Pacífico, marca la cúspide del auge del capital mercantil minero de Chile, y la conquista de los territorios de Tarapacá y Antofagasta constituyó la consolidación de las inversiones chilenas.

La conquista de los territorios calicheros, permitió que el nitrato de sodio supeditara en importancia a todas las demás fuentes productivas chilenas, incluso de carácter mineras, las que perdieron su ritmo de crecimiento. Tanto el cobre como la producción agropecuaria, tuvieron una significativa decadencia, y en adelante, la renta fiscal dependió casi exclusivamente del salitre. La incidencia del salitre en el presupuesto fiscal chileno, subió de un 5,2% (1880) a un 33,7% (1885), y luego, a un 52% (1890). En una etapa inicial, la inversión y los capitalistas que predominaron fueron eminentemente chilenos, y muchos de los ingleses involucrados actuaron con créditos de la banca chilena.

Sin embargo, pocos años después, la situación cambiaría. Ello tuvo su raíz, en la expropiación de las salitreras de Tarapacá, efectuadas por el gobierno peruano, en 1875, las que fueron pagadas con bonos o certificados. Al estallar la guerra, los empresarios peruanos y chilenos prefirieron venderlos a cualquier precio. La gran mayoría de esos certificados fueron adquiridos por ingleses, que contrataron créditos en bancos chilenos. Derrotado Perú, el gobierno chileno dispuso la devolución de esas salitreras a quienes poseyeran los certificados peruanos, los que debían ser depositados en las arcas fiscales chilenas.

Entre éstos propietarios de bonos y certificados sobresalió el inglés James Thomas North, un calderero mecánico, llegado a Chile en 1866, que se convirtió en el amo absoluto de Tarapacá, con la colaboración del también inglés Robert Harvey. Con la especulación hecha con los bonos, North viajó a Londres, donde organizó dos sociedades: The Lagunas Nitrate Company y The Lagunas Syndicate Limited, a las cuales transfirió sus inversiones en un capital de 2.122.000 de libras esterlinas. De ese capital solo las 250.000 libras esterlinas que North había solicitado en empréstitos, llegaron a Chile. Las empresas formadas por North en Inglaterra, se adueñaron de la gran mayoría de los yacimientos salitreros de Tarapacá, y la gravitación de su influencia será decisiva en los conflictos que llevarán al país a la guerra civil.

 

 

Chancadoras de salitre

Las chancadoras del salitre, que provocaron muchas víctimas entre los obreros salitreros, debido al alto nivel de riesgo en sus operaciones, como se advierte en la imagen

 

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