El desarrollo de las ideas socialistas en Chile.  Sebastián Jans

2.4. EL CLUB REFORMISTA DE LA CALLE DE SAN ANTONIO.

 

Francisco Bilbao

Una de las figuras intelectuales y revolucionarias más relevantes de mediados del siglo XIX. Apóstol del laicismo y del anticlericalismo en Chile. Junto a Arcos se yergue como una de las primeras referencias del pensamiento social en Chile.

Prólogo

Capítulo Primero. LAS PRIMERAS DÉCADAS DE LA REPÚBLICA.

La Independencia.  

El proletariado en formación.   

Las ideas en pugna.

 

Capítulo Segundo. ARCOS Y LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD.

Santiago Arcos, su orígen e influencias

Chile a la llegada de Arcos

La Sociedad de la Igualdad.

El Club Reformista de la calle de las Monjitas. 

  La carta desde la cárcel.

 

Capítulo Tercero. FORMACION CAPITALISTA Y MUTUALISMO.

Montt, el último gobierno pelucón.  

La revolución burguesa de 1859

La expansión capitalista mundial.

El mutualismo de Vivaceta

  Factores que influyen en la proletarización

  La guerra del salitre

  La guerra civil de 1891.

 

Capítulo Cuarto. LA CLASE OBRERA A FINES DEL SIGLO XIX.

Las grandes huelgas de 1890.  

El Partido Democrático

  El régimen que reemplazó a Balmaceda

Alejandro Escobar y Ricardo Guerrero.   

Las organizaciones socialistas precursoras.

 

Capítulo Quinto.RECABARREN Y EL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA.

Los hechos sociales de principios del siglo XX.  

La "cuestión social".  

Dos años de sangrienta lucha de clases.

La masacre en la Escuela Santa María de Iquique

El democrático Recabarren

La Federación Obrera de Chile.

Recabarren, el socialista.  

El Partido Obrero Socialista. 

La crisis imperialista y la situación internacional

La Asamblea Obrera de Almentación Nacional.

La mesocracia y el populismo de Alessandri

Recabarren y el leninismo.

 

Capítulo Sexto. LA GRAN CRISIS DE LOS TREINTA.

La dictadura de Ibañez.  

La crisis y la caída de la tiranía.  

  La sublevación de la Armada

La República Socialista.

 

Capítulo Séptimo. LAS DOS VERTIENTES SOCIALISTAS EN CHILE.

Fundación del Partido Socialista de Chile.  

Ranquil y Lonquimay.   

El Frente Popular

La represión de González Videla.

 

Capítulo Octavo. ALLENDE Y EL MOVIMIENTO POPULAR.

El Frente del Pueblo.  

El 2 de abril de 1957

El Frente de Acción Popular.  

El gobierno reformista de Frei

La Unidad Popular.  

Los mil días de Gobierno Popular.

 

Capítulo Noveno. LA RENOVACION SOCIALISTA.

El fin de la República Mesocrática. La dictadura de Pinochet.  

La crisis del Partido Socialista y el movimiento de renovación.

  La opción de los comunistas.  

El liderazgo de Ricardo Lagos

El derrumbe de los "socialismos reales".

La Concertación de Partidos por la Democracia.

 

Conclusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 En medio de la pugna presidencial, Santiago Arcos siguió dando forma a sus planes revolucionarios y la Sociedad de la Igualdad comenzaba a crecer e influir decisivamente en la sociedad santiaguina. Con el aporte de varios miembros adinerados de la sociedad, arrendaron un caserón ubicado en la esquina norponiente del actual cruce de las calles Monjitas y San Antonio, a una cuadra de la Plaza de Armas e Santiago, entonces el núcleo de la ciudad capital.

En esa casa, que había sido la sede del liberal Club de la Reforma, los igualitarios establecieron su Club Reformista, con el propósito de que fuera un lugar de encuentro de los ciudadanos de la igualdad. Hasta allí llegaban sus socios, para confraternizar y leer libros y periódicos que llegaban de Europa, trayendo las noticias y las ideas de una Europa convulsionada por los cambios. Allí también se efectúan las asambleas de los simpatizantes de la Sociedad.

La primera gran reunión de los ciudadanos igualitarios se efectúa el 14 de abril de 1850, movilizando a mas de 200 personas, un número considerable para la época, que daba la impresión de ser una reproducción de alguna journées de la Francia revolucionaria. Junto a elegantes jóvenes del Instituto Nacional, estaban los artesanos y los rotos de poncho y ojotas venidos de los barrios marginales. Arcos toma la palabra y plantea: "¿Qué fuerza sería suficiente para apagar el clamor de 10.000 ciudadanos obreros, que exigiesen reunidos mas justicia y más protección para su clase y para sus trabajadores?. ¿Qué gobierno subiría entonces al poder sin haber estudiado antes las necesidades del pueblo para remediarlas y hacerse aplaudir por las clases trabajadoras? Para conseguir talleres nacionales, escuelas gratuitas, es preciso que comience la clase de artesanos a unirse entre sí y fortalecerse. Es preciso que vaya adquiriendo conciencia de lo que vale y de lo que puede".

En sus palabras, indudablemente, hay una notable influencia de los sucesos franceses de 1848, que contempló como una de las reivindicaciones fundamentales por parte de las coalitions d’ouvrieres, la creación de talleres nacionales por parte del gobierno para hacer frente al problema de la falta de lugares de trabajo, asimilación de la idea de Blanc, que promovía los llamados talleres sociales. Es advertible, por lo demás, la diferencia entre Arcos y sus compañeros en la cúpula de la Sociedad, mas embuídos por los conflictos políticos del momento. Para Arcos, notoriamente, los problemas sustanciales del país, son de carácter social y un cambio de gobierno no traería modificaciones en ningún sentido, en lo relativo al orden social.

Entre abril y julio de 1850, la Sociedad de la Igualdad había triplicado sus socios, y en algunas asambleas había un verdadero mar de chupallas junto a lujosos sombreros de paño. Sin embargo, las diferencias de propósitos de los igualitarios se iban haciendo mas patentes. Por un lado, estaba la cuestión política, que diferenciaba a Arcos de los liberales mas radicalizados que se amparaban en la Sociedad. Por otro lado, estaba la cuestión religiosa, que diferenciaba a Arcos de Bilbao. El periódico "El Amigo del Pueblo", a instancias de éste último, publicó dos trabajos que conmocionaron a los católicos, incluso de la misma Sociedad: "Las palabras de un creyente", de Lammenais, y los "Boletines del Espíritu", del propio Bilbao, en que proyectaba todo su fervor anticlerical. Estas publicaciones produjeron tal revuelo, que el obispo de Valparaíso optó por excomulgar a Bilbao, mientras las feligresías de las parroquias emprendieron una agresiva campaña contra la Sociedad de la Igualdad y a favor de la candidatura de Montt.

La policía, en tanto, por orden de las autoridades, se preocupaba de enfrentar a los igualitarios a su modo. El jefe de la sección de seguridad, capitán Tomás Concha, preparó un golpe de matonaje, para lo cual contó con la colaboración de Isidro Jara, El Chanchero, un oscuro personaje que era nieto de un cacique de Codegua, el que formó una partida con un grupo de hampones de La Chimba, reforzada por algunos policías. Este grupo de choque se dejó caer una noche sobre el Club Reformista de la calle de San Antonio, donde se encontraba una treintena de igualitarios, con el propósito de darles una soberana paliza. Cuenta Encina (1) que se produjo una formidable batahola que provocó la caída de las velas, mientras, en medio de la oscuridad, los pugilatos entre defensores y atacantes se hacían a tientas. Luego de varios minutos de incidencias, los asaltantes emprendieron la huida, siendo atrapados en la oscuridad por la policía del capitán Concha, creyendo que se trataba de igualitarios en fuga.

Estos incidentes y el constante ataque conservador contra los miembros de la Sociedad, fueron aumentando las simpatías de mas santiaguinos, al punto que una gran cantidad de opositores al gobierno, fueron aceptando el liderazgo de los igualitarios, provocando el aumento de la temperatura política. Demás está decir, dentro de los factores subjetivos que son del caso tener también presentes, que Bilbao era apoyado fervorosamente por las señoritas casaderas de la sociedad santiaguina, que idealizaron la figura de cabellos rubicundos, barba cuadrada y ojos azules del vibrante orador anticlerical. Los desfiles diurnos y nocturnos de los igualitarios se hicieron cotidianos, ante lo cual, el gobierno resolvió responder con un bando que reglamentaba las reuniones políticas. La Sociedad de la Igualdad resolvió entonces hacer una demostración de fuerzas, convocando a una marcha por la Alameda de las Delicias, el 14 de octubre de 1850, donde desfilaron de dos en dos, completando una cantidad que los historiadores hacen fluctuar entre 1.500 y 2.500 personas, todo un suceso para la época. Esa jornada hizo meditar al gobierno sobre los alcances y riesgos de la Sociedad, mientras la oposición aumentó su entusiasmo y se lanzó abiertamente a la conspiración.

En esos días, justamente, estalló un motín en la provincia de Aconcagua, que fracasó cuando las fuerzas del gobierno lograron capturar un cargamento de municiones que iba hacia la ciudad de San Felipe, para ser entregado a los conjurados. Aislados y sin municiones, los rebeldes debieron deponer las armas. Este hecho dio pretexto al gobierno para declarar el estado de sitio, el 7 de noviembre de 1850, y ordenó el apresamiento de los jefes del Partido Liberal y de la Sociedad de la Igualdad. Cayeron en manos de la policía Lastarria y Arcos, de la misma forma que Errázuriz, Lillo, Guerreo, Zapiola, Mondaca, Larrechea y Alemparte. Bilbao y otros líderes liberales lograron ocultarse para seguir fraguando planes contra el régimen. El 9 del mismo mes, se publicó un bando que prohibía la Sociedad de la Igualdad o cualquier grupo similar. Pocas semanas después, Santiago Arcos era desterrado a Perú.

En diciembre de ese año, en Valparaíso, se publicaba un escrito de Santiago Arcos, cuyo título era La Contribución y la Recaudación, que en una de sus partes decía: "Un malestar inmenso pesa sobre las sociedades humanas. El pobre, condenado a un trabajo monótono y repugnante, vive embrutecido. El rico ve su fortuna amenazada por cada proletario que pasa por su puerta. La desigualdad de las condiciones mantiene entre los hombre una guerra incesante. Las diferentes clases que forman la sociedad se odian".

Era la reflexión de un analista social que reconocía la existencia y el carácter de una forma de lucha de clases, en el seno de la sociedad chilena, con la agudeza de una mirada mas profunda que la provocada por intereses circunstanciales.

Los igualitarios y los liberales siguieron conspirando, mientras en Concepción se erguía la candidatura opositora del general José María de la Cruz. El odio de los liberales respecto de Montt, hizo que éstos olvidaran sus preocupaciones doctrinales y apoyaran la candidatura de ese general, tan conservador como el candidato oficialista. Los igualitarios, que siguieron actuando de manera clandestina, fueron inevitablemente arrastrados por las maniobras liberales, y se involucrarán en planes abiertamente rupturistas.

Estos planes culminarán el 20 de abril de 1851, cuando los seguidores del general De la Cruz y los liberales, delegaron en el coronel Urriola la dirección de un golpe de estado. Este militar, al mando de un regimiento, marchó ese día hacia el Cuartel de Artillería, ubicado en el cerro Santa Lucía, con el claro propósito de tomárselo por la fuerza, considerando que quien controlaba esa estratégica posición dominaba inmediatamente la ciudad. Acompañaban a esta fuerza militar rebelde una gran masa de igualitarios de los barrios pobres y liberales de la clase pudiente. La función de los éstos, bajo las órdenes de Bilbao, consistía en armar barricadas que impidieran el paso de las fuerzas gobiernistas. El intento fue infructuoso y la muerte de Urriola en la escaramuza, apresuró el desenlace y la derrota.

En tanto, en La Serena, mineros, artesanos y soldados, confraternizaron estableciendo y gobierno revolucionario, bajo el liderazgo de un tribuno local, quienes, posteriormente, soportarían un largo sitio de las fuerzas del gobierno, hasta deponer las armas.

Bilbao huyó a Argentina, mientras muchos de los dirigentes obreros y artesanos fueron apresados, juzgados y encarcelados. Marcelo Segall (2) sostiene que la causa principal del fracaso de los igualitarios, radicó en que éstos querían una revolución donde no existían las condiciones necesarias para hacerla, ni menos fuerzas sociales verdaderas para ponerla en marcha. Por cierto, hay varios factores que incidieron en la desaparición de la Sociedad de la Igualdad, luego del fracaso conspirativo del 20 de abril. Pero, el más importante radicó en que, sin Arcos y Bilbao, que daban las ideas y el empuje necesarios para la existencia de la organización, esta quedó sin los conductores que pudieran darle la adecuada continuidad.

 

Notas

1)"Historia de Chile". Francisco Antonio Encina.

2)"Desarrollo del capitalismo en Chile". Marcelo Segall. Editorial del Pacífico.

Hosted by www.Geocities.ws

1