El desarrollo de las ideas socialistas en Chile.  Sebastián Jans

6.4. LA REPÚBLICA SOCIALISTA.

 

 

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Protagonistas de la Revolución

 

1. Marmaduque Grove Vallejos. Militar de formación humanista, proveniente de una familia de clase media ilustrada, fue un activo integrante de la llamada juventud militar del año 1924, que provocó los cambios políticos de 1925. Participó en diversos complots contra Ibañez, y fue nombrado jefe de la Aviación por Montero. En junio de 1932, encabeza el golpe revolucionario. 2. Eugenio Matte Hurtado. Proveniente de la clase alta chilena, su participación en la Masonería lo vinculó con la realidad social chilena. Como columnista en la prensa denunció los abusos y la condición del proletariado. Es considerado una de las personalidades intelectuales más relevantes de su tiempo. Siendo Gran Maestro de la Masonería Chilena, participó en el golpe revolucionario de junio de 1932. Apresado por orden de Dávila, posteriormente sería deportado a Isla de Pascua. Los rigores de la cárcel minaron su salud, muriendo poco después de haber sido elegido senador, en 1933. 3. Carlos Dávila. Comprometido con la República Socialista, inicialmente, luego la traicionaría, instaurando una dictadura de cien días, que se sustentó en los mismos procedimientos de Ibañez. Al cabo de tres meses, dejaría el poder en manos de Blanche.

 

Prólogo

Capítulo Primero. LAS PRIMERAS DÉCADAS DE LA REPÚBLICA.

La Independencia.  

El proletariado en formación.   

Las ideas en pugna.

 

Capítulo Segundo. ARCOS Y LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD.

Santiago Arcos, su orígen e influencias

Chile a la llegada de Arcos

La Sociedad de la Igualdad.

El Club Reformista de la calle de las Monjitas. 

  La carta desde la cárcel.

 

Capítulo Tercero. FORMACION CAPITALISTA Y MUTUALISMO.

Montt, el último gobierno pelucón.  

La revolución burguesa de 1859

La expansión capitalista mundial.

El mutualismo de Vivaceta

Factores que influyen en la proletarización

La guerra del salitre

La guerra civil de 1891.

 

Capítulo Cuarto. LA CLASE OBRERA A FINES DEL SIGLO XIX.

Las grandes huelgas de 1890.  

El Partido Democrático

El régimen que reemplazó a Balmaceda

Alejandro Escobar y Ricardo Guerrero.

Las organizaciones socialistas precursoras.

 

Capítulo Quinto.RECABARREN Y EL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA.

Los hechos sociales de principios del siglo XX.  

La "cuestión social".  

Dos años de sangrienta lucha de clases.

La masacre en la Escuela Santa María de Iquique

El democrático Recabarren

La Federación Obrera de Chile.

Recabarren, el socialista.  

El Partido Obrero Socialista. 

La crisis imperialista y la situación internacional

La Asamblea Obrera de Almentación Nacional.

La mesocracia y el populismo de Alessandri

Recabarren y el leninismo.

 

Capítulo Sexto. LA GRAN CRISIS DE LOS TREINTA.

La dictadura de Ibañez.  

La crisis y la caída de la tiranía.  

La sublevación de la Armada

La República Socialista.

 

Capítulo Séptimo. LAS DOS VERTIENTES SOCIALISTAS EN CHILE.

Fundación del Partido Socialista de Chile.  

Ranquil y Lonquimay.   

El Frente Popular

La represión de González Videla.

 

Capítulo Octavo. ALLENDE Y EL MOVIMIENTO POPULAR.

El Frente del Pueblo.  

El 2 de abril de 1957

El Frente de Acción Popular.  

El gobierno reformista de Frei

La Unidad Popular.  

Los mil días de Gobierno Popular.

 

Capítulo Noveno. LA RENOVACION SOCIALISTA.

El fin de la República Mesocrática. La dictadura de Pinochet.  

La crisis del Partido Socialista y el movimiento de renovación.

La opción de los comunistas.  

El liderazgo de Ricardo Lagos

El derrumbe de los "socialismos reales".

La Concertación de Partidos por la Democracia.

 

Conclusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el transcurso de 1931 y 1932, una gran cantidad de organizaciones socialistas florecieron entre los grupos obreros e intelectuales, muchas de las cuales tenían sus raíces en la Unión Social Republicana de Asalariados de Chile (USRACH), que apoyó la candidatura presidencial de José Santos Salas en 1925, siendo disuelta en tiempos de la dictadura de Ibáñez. Aún cuando, ideológicamente, en su mayoría eran muy difusas, representaban un anhelo que alcanzaba a sectores importantes de trabajadores, que asumían en el modelo socialista un camino efectivo para solucionar la grave crisis que afectaba la sociedad chilena.

El socialismo pasa, pues, a ser dominio de un espectro social mucho mayor que el circunscrito al campo netamente obrero. Así, surgen entre otras, los siguientes partidos y organizaciones de carácter o influencia socialista:

La ACCION REVOLUCIONARIA SOCIALISTA, dirigida por Eugenio González Rojas, Oscar Schnacke y Augusto Pinto, donde sobresalían también Alberto Ballofet y Julio E. Valiente: Esta organización, en cierto modo, era la expresión política del gremio de educadores: la Asociación de Profesores. Al respecto, en un periódico de ese gremio, se comunicaba que el Magisterio hacía suyo el programa de la ARS, aun cuando los profesores que entraban a militar en sus filas lo hacían a título personal.
El PARTIDO SOCIALISTA MARXISTA, cuyos principales personeros eran Eliodoro Domínguez, profesor e intelectual de concepciones organicistas, Jorge Neut Latour, abogado marxista y ex militante del PC, y Carlos Matus.
La NUEVA ACCION PÚBLICA (NAP), dirigida por Eugenio Matte Hurtado y Carlos Alberto Martínez, representaba una nueva visión ciudadana, anti-oligárquica y anti-imperialista, que recibía influencias socialistas fundamentalmente a través de Martínez y sus vínculos con las organizaciones obreras. Matte representaba a los jóvenes profesionales formados en la lucha social, en las fragorosas jornadas de 1919 – 1920.
El ORDEN SOCIALISTA, con Arturo Bianchi y Luciano Kulcewski, organización predominantemente de profesionales.
El PARTIDO SOCIALISTA REVOLUCIONARIO, liderizado por Rubén Morales y Albino Pezoa, de extracción eminentemente proletaria y adherido a la III Internacional.
El PARTIDO SOCIALISTA INTERNACIONAL, dirigido por Santiago Wilson, que tenía en sus filas a miembros de los sindicatos legales. El PSI se unió al PSR y dieron paso al PARTIDO SOCIALISTA UNIFICADO.
El PARTIDO RADICAL SOCIALISTA, formulado por Ramón Briones Luco, Miguel A. Rivera y Alejandro Cuadra, todos de antigua filiación radical, que se marginaron del PR, por sus vaivenes pro-alessandristas, pro-ibañistas y pro-monteristas; y que se constituyeron como partido en 1931, ante la alianza radical-conservadora que postuló a Montero a la Presidencia de la República.
El PARTIDO LABORISTA DE CHILE, dirigido por los ex militantes del Partido Democrático Manuel Navarrete y Emilio D’Alencon.
El PARTIDO SOCIALISTA DE CHILE, de corta duración, formado por José Dolores Vásquez y Guillermo Jofré.
El PARTIDO SOCIALISTA DOCTRINARIO, formado por el doctor homeópata Alejandro Bustamante, quien fuera fundador del Partido Obrero Francisco Bilbao, y Domingo Ulloa.
El PARTIDO COMUNISTA DE CHILE, que, luego de la caída de Ibáñez, funcionaba a través de algunos núcleos obreros importantes, pero, obedeciendo a dos direcciones distintas, lideradas cada cual por Lafferte y Manuel Hidalgo. Laffertte tenía su mayor dominio en los sectores intelectuales y profesionales, lo que se advierte en la designación de Contreras Labarca, ex dirigente de la Federación de Estudiantes, como Secretario General.
La UNION SOCIALISTA DE CHILE, formada por Humberto Martones y Manuel Galaz.

Además, existían otras agrupaciones, como un Partido Socialista Gremial, integrada por obreros metalúrgicos, ferroviarios y panificadores; una Alianza Socialista Gremial, y una Asociación Socialista de Asalariados. Estas organizaciones, que llegaban a 15, representaban una suma importante de los anhelos de las masas trabajadoras, afectadas duramente por la crisis económica, la que estaba en todo su apogeo, asolando las familias proletarias y arrastrando tras de sí una absoluta descomposición a nivel de los cuadros dirigentes tradicionales de la política chilena, en las instituciones del Estado burgués y a través de la expresión de una serie de lacras sociales, que afectaban a los componentes de la familia chilena.

El relato de la madre de éste autor, sobre los efectos de la crisis en la provincia de Osorno, es sobrecogedor. Personas a diario golpeando las puertas de las casas pidiendo un poco de alimentos, gente deambulando, desesperada. Aquello fue mucho peor en las grandes ciudades. Miles murieron de frío, incontables familias se desintegraron para siempre. Un dolor tremendo afectó la conciencia social. Mientras, los oligárcas hacían la vista gorda.

En ese periodo terrible, surgen las voces y acción de quienes representarán la síntesis de los anhelos de los trabajadores y de los marginados: Eugenio Matte y Marmaduque Grove. El primero, pertenecía a una de las familias burguesas tradicionales chilenas, vinculada al liberalismo. Nacido en 1896, a los 16 años había recibido su Bachiller en la Universidad de Chile, para estudiar Derecho. En 1917, fue elegido presidente del centro de alumnos de esa escuela, y hace clases en una escuela nocturna para obreros. En 1918 publica un libro con el título de "La Natalidad Ilegítima en Chile", donde pide participación obrera en los niveles de decisión del Estado. Por entonces, comienza a escribir opiniones en el diario "Las Últimas Noticias", bajo el seudónimo de Emur, transformándose en uno de los grandes tribunos de su época, desde donde apoya la acción de la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional. En 1920 publica su segundo libro: "Nuestra Cuestión Social". Entre 1924 y 1931, preside varias instituciones de tipo social, y asume cargos importantes en la masonería chilena, hasta ser elegido Gran Maestro de la Gran Logia de Chile.

Jobet señala que, Matte, desde fines de la dictadura de Ibañez, trabajó para forjar un nuevo partido político, democrático y popular, como instrumento eficaz de las aspiraciones de las clases desheredadas, para imponerlas en un nuevo tipo de gobierno. Creía en un tipo de socialismo chileno que solo podría implantarse con un partido poderoso, que, primero, fuera capaz de educar a las masas. El socialismo, que Matte entendía, debía ser de acuerdo a la realidad del país, considerando su estructura económico-social. Su visión era profundamente abti-imperialista, y estaba convencido de la necesidad de impulsar una profunda reforma en el sistema de propiedad de la tierra.

La caída de la dictadura había dejado a la política chilena sin exponentes partidistas capaces de ordenar el escenario político. El primero que se reorganizó fue el Partido Conservador, que contaba con el nada desdeñable apoyo de la jerarquía de la Iglesia Católica. De allí que influirá decisivamente en la candidatura y elección de Juan Esteban Montero, para la Presidencia de la República. Los liberales, se reunificaron con más dificultades, y presentaron opciones distintas, a pesar de que en nada se diferenciaban de los conservadores, salvo por aquellas materias de índole religiosa. El radicalismo, estaba también sometido a contradicciones internas, fruto de las simpatías de sus líderes con uno u otro de los dos grandes caudillos de la escena política de ese momento: Ibañez y Alessandri.

Este es el escenario en que flota el electo gobierno de Montero, que, con los poderes de la Constitución presidencialista de 1925, gobierna al estilo parlamentarista, administrando de mala manera un país casi en ruinas. El Congreso "Termal", que había sido designado por la dictadura, seguía operando y había dado facultades extraordinarias el nuevo Presidente, para enfrentar las crisis. La situación en las fuerzas armadas era inestable, por la omnipresencia del militarismo ibañista. El Ejército era campo de disputa entre ibañistas y alessandristas. La Armada, en abril de 1932, había recibido una circular de su alto mando, indicando que "no se aislarían de las demás fuerzas armadas" ante una situación de hecho. En la Aviación, a fin de neutralizar al ibañismo, Marmaduque Grove había sido reintegrado y designado jefe, con el título de Comodoro del Aire.

El pueblo, cansado de las viejas fórmulas y de la clase política tradicional, comienza a identificarse con la idea de un gobierno socialista, adquiriendo caracteres casi mesiánicos. El gobierno de Montero, buscando neutralizar aquella tendencia, anunció que "a partir del 2 de mayo, el gobierno iniciaría un programa socialista".

Mientras aquello ocurría, se celebraban reuniones conspirativas, que dan como resultado un acuerdo político entre la NAP de Eugenio Matte, y ex ibañistas, que no estaba vinculados al exiliado dictador, liderados por Carlos Dávila. A ellos se vincula el Comodoro Marmaduque Grove, en el momento en que es destituido por Montero. En las horas que siguen a la orden de dejar el mando de la Aviación, emitida por el gobierno, Grove toma el mando de la base "El Bosque", recibiendo el apoyo de sus subalternos, que deciden asumir una actitud de rebeldía. El acuerdo entre Grove, Matte y Dávila, permite proclamar una "República Socialista", el 4 de junio de 1932.

Durante la mañana de ese día, aviones sobrevuelan Santiago, repartiendo proclamas, dando a conocer tal propósito. Al atardecer, Grove y Matte, acompañados de una comitiva de dirigentes socialistas, se hacen presentes en La Moneda y toman posesión del mando del país. Se forma una Junta de Gobierno que queda integrada por Matte, Dávila y el general retirado Arturo Puga, y se designa un Gabinete Ministerial, en que Grove queda a cargo del Ministerio de Defensa.

Una de las primeras medidas del gobierno revolucionario es decretar el cierre del Congreso "Termal", y se aboca a elaborar su "Programa de Acción Económica Inmediata". En éste programa se propone la "organización científica de la producción", la revisión de las concesiones al capital extranjero (entre ellos la Compañía Salitrera de Chile), la creación de un Banco del Estado, la modificación del sistema tributario, el impuesto a las grandes fortunas, un plan de colonización del sur, la reforma educacional, y el estando del oro, yodo, bencina, azúcar y alcohol.

Se decreta la amnistía a todos los procesados por motivos políticos, incluyendo a los condenados por la sublevación de la Armada; se promulga un nuevo estatuto orgánico para las Universidades, que establece la reforma y el co-gobierno; se suspenden los lanzamientos de arrendatarios morosos; se devuelven las prendas de empeños; y se autorizan préstamos a pequeños empresarios.

El efecto popular que produce el gobierno revolucionario es extraordinario, sucediéndose mítines diariamente. Para darle apoyo político y de masas, los grupos socialistas y los dirigentes obreros constituyen la Alianza Socialista Revolucionaria de Trabajadores.

Grove, sin embargo, cometen dos errores, que traerán decisivas consecuencias. Primero, mantiene su leal disposición con Carlos Dávila, que se dedica a neutralizar todas las medidas que afiancen al gobierno, y que, en algún momento, decide a Matte a ordenar su detención por actividades conspirativas. Grove puso su personal garantía en el personaje en cuestión. El segundo error, es que, cuando Matte propone entregarle armas al pueblo, ante la evidencia de que oficiales de la Aviación están conspirando con Merino Benitez, Grove se opone, indicando que podía controlar la situación.

Estos factores serán decisivos para que, 12 días después de su instauración, diera fruto la conspiración de Dávila, que coordinó a la oficialidad ibañista de las fuerzas armadas. Grove y Matte, así como los principales dirigentes socialistas fueron apresados y confinados a la Isla de Pascua. Los trabajadores trataron de responder, declarando la huelga general, pero, fueron violentamente reprimidos por los militares.

Asumió una nueva Junta de Gobierno, presidida por Dávila, que mantuvo su denominación socialista, inicialmente, para neutralizar a los simpatizantes de la junta revolucionaria depuesta, pero, en los hechos, su accionar tuvo características típicamente fascistas. La garantías legales fueron suprimidas, y mediante la ley marcial se apresó y relegó a todos quienes manifestaran oposición. Sabiéndose impopular, el régimen davilista recurrió a las más férreas medidas para mantenerse en el poder. Al poco tiempo, Dávila disolvió la Junta de Gobierno y se proclamó Presidente Provisional.

El 13 de septiembre de 1932, sería derribado por una conspiración alessandrista, siendo sustituido como Presidente Provisional por el general Bartolomé Blanche, en una solución manejada por los ibañistas. Sin embargo, Blanche debió renunciar poco después, por un pronunciamiento militar, que se produjo en Antofagasta y Concepción, encabezado por el general Vignola, simpatizante de Alessandri.

Se convocó a elecciones, en que se enfrentaron Alessandri y Grove. Éste último estaba relegado en Isla de Pascua, imposibilitado de hacer campaña, medida que no fue levantada para favorecer la elección del primero, que triunfó, iniciando su segundo gobierno, que descansará fuertemente en los grandes intereses de la oligarquía nacional.

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