El desarrollo de las ideas socialistas en Chile.  Sebastián Jans

8.4. EL GOBIERNO REFORMISTA DE FREI MONTALVA.

 

 

Eduardo Frei Montalva

El líder de la Democracia Cristiana chilena, llegó al poder en 1964, produciéndo un hecho inédito en los resultados electorales. Ganó las presidenciales con un amplio apoyo (56% de los votos) y en marzo de 1965, su partido se impuso abrumadoramente en las elecciones parlamentarias. Nunca un gobierno había logrado en Chile, que su partido se impusiera con más de la mitad de los votos. Para muchos, eso fue el inicio de la crisis de la democracia chilena. Desarrolló un gobierno que efectuó una serie de reformas, con el apoyo de la Alianza para el Progreso, impulsada por EE.UU. y la Iglesia Católica, bajo la influencia del Concilio Vaticano II. Muchas de las medidas que tomó pertenecían a las propuestas de la Izquierda, que no tuvo más remedio que radicalizar sus planteamientos, para hacer oposición al reformismo de Frei.

 

Prólogo

Capítulo Primero. LAS PRIMERAS DÉCADAS DE LA REPÚBLICA.

La Independencia.  

El proletariado en formación.   

Las ideas en pugna.

 

Capítulo Segundo. ARCOS Y LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD.

Santiago Arcos, su orígen e influencias

Chile a la llegada de Arcos

La Sociedad de la Igualdad.

El Club Reformista de la calle de las Monjitas. 

  La carta desde la cárcel.

 

Capítulo Tercero. FORMACION CAPITALISTA Y MUTUALISMO.

Montt, el último gobierno pelucón.  

La revolución burguesa de 1859

La expansión capitalista mundial.

El mutualismo de Vivaceta

Factores que influyen en la proletarización

La guerra del salitre

La guerra civil de 1891.

 

Capítulo Cuarto. LA CLASE OBRERA A FINES DEL SIGLO XIX.

Las grandes huelgas de 1890.  

El Partido Democrático

El régimen que reemplazó a Balmaceda

Alejandro Escobar y Ricardo Guerrero.

Las organizaciones socialistas precursoras.

 

Capítulo Quinto.RECABARREN Y EL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA.

Los hechos sociales de principios del siglo XX.  

La "cuestión social".  

Dos años de sangrienta lucha de clases.

La masacre en la Escuela Santa María de Iquique

El democrático Recabarren

La Federación Obrera de Chile.

Recabarren, el socialista.  

El Partido Obrero Socialista. 

La crisis imperialista y la situación internacional

La Asamblea Obrera de Almentación Nacional.

La mesocracia y el populismo de Alessandri

Recabarren y el leninismo.

 

Capítulo Sexto. LA GRAN CRISIS DE LOS TREINTA.

La dictadura de Ibañez.  

La crisis y la caída de la tiranía.  

La sublevación de la Armada

La República Socialista.

 

Capítulo Séptimo. LAS DOS VERTIENTES SOCIALISTAS EN CHILE.

Fundación del Partido Socialista de Chile.  

Ranquil y Lonquimay.   

El Frente Popular

La represión de González Videla.

 

Capítulo Octavo. ALLENDE Y EL MOVIMIENTO POPULAR.

El Frente del Pueblo.  

El 2 de abril de 1957

El Frente de Acción Popular.  

El gobierno reformista de Frei

La Unidad Popular.  

Los mil días de Gobierno Popular.

 

Capítulo Noveno. LA RENOVACION SOCIALISTA.

El fin de la República Mesocrática. La dictadura de Pinochet.  

La crisis del Partido Socialista y el movimiento de renovación.

La opción de los comunistas.  

El liderazgo de Ricardo Lagos

El derrumbe de los "socialismos reales".

La Concertación de Partidos por la Democracia.

 

Conclusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A medida que avanza la década de los 1960, sobreviene en Chile una ascendente movilización social, fruto de las expectativas que el reformismo demócrata cristiano creaba en las masas margindas, y ante la incapacidad de la llamada revolución en libertad para profundizar la acción transformadora de las estructuras económico-sociales. En las clases trabajadoras se desarrollaron una mayor cantidad de aspiraciones.

No puede ignorarse, en la radicalización de las aspiraciones, la influencia que ejerce en América Latina la revolución cubana. En enero de 1966, en La Habana se había realizado la Conferencia Tricontinental, donde concurrieron partidos y movilientos reviolucionarios de América, Asia y África, a la cual adhiere el Partido Socialista de Chile. En ese contexto, los socialistas chilenos, a través de Salvador Allende, proponen crear la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), idea que no prosperó en el tiempo, ya que fue fuertemente combatida por los Partidos Comunistas del continente.

Los factores externos, sin embargo, producirán diversos efectos en la izquierda chilena, durante ese periodo, que expresaron las influencias de otros procesos revolucionarios en el mundo. De allí que se advertirá el debate sobre los modelos chino, yugoeslavo, cubano, o ruso, además de la presencia trotoskistas, de una manera bastante profusa. Ello se traducirá en obvias referencias políticas de relativa importancia.

En los alrededores de 1963, e iniciándose la campaña presidencial de 1964, época de bajo perfil ideológico, por los efectos propios de la contienda electoral en marcha, surgió un movimiento entre la juventud izquierdista, que centraron su esfuerzo en poner de manifiesto la negativa existencia de un revisionismo en las filas de la clase trabajadora chilena. Sus dardos apuntaban hacia quienes estaban embarcados en el proceso electoral, es decir, el FRAP y, especialmente, el Partido Comunista. Este movimiento tomó el nombre de ESPARTACO, recibiendo en sus filas a los militantes descontentos del PS y el PS. A través de la revista "Principios Marxistas-Leninistas" promovieron la crítica al revisionismo y abogaron por la lucha violenta y el uso cauteloso de la legalidad burguesa.

Años después, un militante de este grupo, reflexionaría que fueron influenciados ampliamente por el PC chino, radicando en ello, precisamente, su debilidad, al analogarse la crítica al revisionismo con la crítica al hegemonismo del comunismo soviético. Algunos de quienes fueron parte de ESPARTACO, terminaron formando el Partido Comunista Revolucionario (PCR), que se convirtió en una reproducción ideológica del maoísmo, y que, posteriormente, derivaron hacia posiciones francamente trotskistas.

Pero, las corrientes críticas a las formulaciones de la izquierda tradicional se expresaría también en otras instancias, en torno a las elites intelectuales más desvinculadas de las organizaciones de trabajadores de la época. Fruto de ello surgirá el más importante de éstos grupos nuevos, en la izquierda chilena, vinculados a políticas de naturaleza ultrista.

En efecto, en los últimos meses de 1964, luego de la derrota electoral del FRAP, se producirá una escisión en el seno de la Federación Juvenil Socialista, que se unirán a jóvenes provenientes de las Juventudes Comunistas, que acusando a los partidos tradicionales de la izquierda de cretinismo electoral, plantearon una nueva alternativa a través del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Entre sus fundadores estaban los hermanos Miguel y Edgardo Henríquez, hijos de un dirigente del Partido Radical que estuvo ligado históricamente a las propuestas allendistas, Bautista von Schowen, hijo de un general de la Fuerza Aérea, Luciano Cruz, Nelson Gutiérrez, y Andrés Pascal Allende, vinculado a la familia de Salvador Allende.

Como todas las organizaciones revolucionarias influenciadas por la revolución cubana, el MIR superlativizó el foquismo o idea del foco guerrillero, despreciando la cción política dentro el sistema establecido, eje de la política que impulsara Salvador Allende, desde 1952 en adelante. Lo cierto es que, tanto ESPARTACO, EL PCR y el MIR, tenían una clara conformación social proveniente de las clases medias e intelectuales, lo que impidió que calaran profundamente en las clases trabajadoras. Solo el MIR, a fines de la década de los 1960, pudo penetrar las organizaciones sociales, pero, básicamente en aquellos sectores más marginados y con menos formación política. En la década de los 1960, también nació otro grupo de características similares, con el nombre de Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), que tuvo sus raíces entre militantes desencantados del PS.

No ocurrió lo mismo con el grupo llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN), vulgarizados como elenos, que tuvieron su origen en un grupo militarista o foquista, dentro del Partido Socialista , que se conocía como "Organa" y que utilizaron el entrismo, como opción de desarrollo de sus políticas de frente de liberación nacional.

En tanto, el país era gobernado por la Democracia Cristiana, teniendo a Eduardo Frei Montalva como Presidente de la República, quien, a poco de asumir el mando, obtendrá un aplastante triunfo electoral, en las elecciones parlamentarias de 1965, que dejó a su partido con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, permitiendo que, por primera vez en la historia chilena, un partido gobernara solo.

El programa del gobierno de Frei se planteaba una economía liberal con fuerte participación estatal. Su opción se basaba en alentar el desarrollo de nuevas fuentes productivas, para lo cual, la reforma agraria constituía uno de los pilares, buscando el aumento de la producción agrícola y la explotación intensiva del suelo. Para proteger la industria nacional se aumentó la lista de artículos suntuarios, es decir, considerados de lujo, estimulando la manufactura sustitutiva de elaboración nacional. A fin de crear mayor productividad y comercialización en la industria de la construcción, se propuso un vasto plan de viviendas, poniendo a la cabeza de él a uno de los empresarios del rubro, Modesto Collados. En la relación a la extracción del cobre, llamada la viga maestra de la economía chilena, se buscó una mayor participación del Estado y de los capitales privados chilenos. El programa de Frei se proponía también una ampliación del comercio regional con los países latinoamericanos, a través de un mercado subregional, que se expresaría en el Pacto Andino. En lo político, se planteaban algunas reformas a la Constitución, estableciendo la modalidad del plebiscito, cuando el Congreso entrara en conflictos con el Ejecutivo, la ampliación del derecho a voto, y la creación de un Tribunal Constitucional.

Sin embargo, lo más significativo en el plano social, fue la política de sindicalización campesina y de organizaciones vecinales, creando espacios que permitieron la participación de sectores que hasta entonces estaban marginados de los derechos a la organiazción. Para ello, Frei y su partido contaron con un gran aliado: la Alianza para el Progreso, un verdadero Plan Marshall implementado por el gobierno norteamericano, para contrarrestar en América Latina, los efectos de la revolución cubana.

Millones de dólares en ayuda económica para los planes de desarrollo social de los gobiernos de América Latina, de los cuales, una parte muy importante se canalizó a Chile y Perú, que tenían gobiernos de un mismo signo, y que estaban emparentados con el principal socio de EE.UU. en Europa: la Internacional Demócrata Cristiana. Millones de toneladas de alimentos, de ropa y recursos económicos, facilitaron la acción de gobiernos reformistas, como el de Frei. Ello facilitó el gran plan de construcciones educacionales y políclínicos, la Junta de Auxilio Escolar y Becas, las leyes de reforma agraria, de juntas de vecinos, la sindicalización campesina, etc.

Desde luego, ante las reformas emprendidas por Frei y su partido, las expectativas de cambios se acentuaron, por lo que, lejos de amortiguar el choque social, lo fue estimulando, debido a que las clases burguesa y terrateniente radicalizaron sus posturas conservadoras, mientras las clases trabajadoras hacían lo propio.

La exigua votación de los partidos de la derecha tradicional, en las elecciones parlamentarias de 1965, que casi hace desaparecer al Partido Liberal y al Partido Conservador, llevó a sus dirigentes a unirse en un solo partido, el Partido Nacional, a cuya fusión se incorporó un pequeño partido de reminiscencias facistoides – el Partido de Alianza Nacional -, cuya dirigencia adquiriría una posición preeminente dentro de la nueva opción de la derecha.

En cuanto a la izquierda, el PS desde un principio clarificó su posición respecto del gobierno DC, planteando la reactivación de las opciones transformadoras, desde una perspectiva revolucionaria. En esa perspectiva se dan una serie de iniciativas que permiten agudizar las demandas de los trabajadores, especialmente entre los gravitantes trabajadores del cobre, agrupados en la Confederación de Trabajadores del Cobre, presidida por el socialista Héctor Olivares, que, en noviembre de 1965, convocó a una primera huelga, que rápidamente fue calificada por el gobierno como ilegal.

A mediados de 1966, nuevamente paralizaron, debido a una huelga en El Teniente, que provocó la solidaridad de los trabajadores de Chuquicamata, Potrerillos, Barquitos y El Salvador, ante cuya paralización el gobierno dictó un decreto de reanudación de faenas que no fue acatado por los huelguistas. En vista de ello, el Ministro de Defensa, Juan de Dios Carmona, ordenó la movilización de tropas del ejército a las minas, ocupando las instalaciones. Desde luego, la decisión era torpe y desproporcionada, sobre todo si se considera que aquellas huelgas eran consecuencia de las propias deficiencias de la política laboral que desarrollaba el Ministro del Trabajo, William Thayer.

Cumpliendo la orden de controlar las instalaciones mineras de El Salvador, las tropas militares trataron de desalojar al sindicato obrero de la mina, lo que provocó la resistencia de los trabajadores, ante lo cual, los militares abrieron fuego, provocando dos muertos y numerosos heridos. Lógicamente, aquella actitud de los militares encendió el ánimo de los obreros, que aumentaron su oposición a la acción de las tropas, que nuevamente abrió fuego. En suma, un total de 8 muertos y 44 heridos a bala, dando cuenta de una represión desproporcionada.

Empero, la política seguida por el PS, de oponerse decididamente al gobierno de Frei, comenzará a debilitarse, en la medida que se irá acentuando la pugna entre sus dos grandes líderes: Allende y Ampuero. A pesar de que esa contradicción fue adornada con elementos ideológicos, en realidad se trató de una confrontación que tenía sus raíces, desde los años 1950. La pugna al interior del Comité Central se desbordó en un Pleno, a mediados de 1967, cuando Ampuero y Tomás Chadwick se retiraron de la sesión, en señal de protesta, al no poder imponer sus puntos de vista. El Secretario General del partido, Aniceto Rodríguez, pidió sanciones contra éstos dirigentes, los que fueron suspendidos en sus derechos de militancia. Varios dirigentes, entre los que estaban Oscar Naranjo, Ramón Silva Ulloa, Fermín Fierro, Eduardo Osorio y Oscar Nuñez, solidarizaron con Ampuero, iniciando un trabajo fraccional que llevó al Comité Central del PS a expulsarlos. En agosto de 1967, Ampuero y su grupo formaron la Unión Socialista Popular (USOPO).

Superada la crisis del ampuerismo, el PS celebrará su Congreso General en noviembre de ese año. Ese evento se produce en uno de los momentos cruciales de América Latina, en que se multiplican las opciones de ruptura contra el sistema de poder existente, fruto de la alianza entre las clases terratenientes, las burguesías y la presencia omnipresente de las empresas y el gobierno de EE.UU. Las propuestas revolucionarias de liberación nacional y la opcionalidad rupturista, permearon las políticas del PS, lo cual se verá reflejado en aquel evento, así como en el de Linares.

Las tendencias foquistas, es decir, del foco guerrillero, se robustecerán en América Latina, con la llegada a Bolivia del comandante guerrillero Ernesto Che Guevara, con el propósito de vietnamizar el corazón de América del Sur. La muerte de Guevara, en manos de los militares bolivianos, asesorados por agentes del gobierno norteamericano, sin embargo, no convenció a aquellos grupos de la imposibilidad de plantear el foquismo como camino de lucha. De hecho, dentro del PS, el grupo entrista ELN, envió algunos de sus miembros a colaborar con los hermanos Inti y Chato Peredo, líderes del ELN boliviano que combatía en la sierra boliviana. Uno de los principales cuadros del ELN chileno, Elmo Catalán Avilés, ex militante del PC, moriría en Bolivia.

El Congreso de Chillán recogerá parte de esa postura, ante la ofensiva de dirigentes tales como Alejandro Chelén, Clodomiro Almeyda, Adonis Sepúlveda y Walterio Fierro, que lograron imponer las resoluciones más radicalizadas en la historia del PS. Sin embargo, cuando hubo de elegir la dirección del partido, se eligió un Comité Central de predominio moderado, encabezado por Aniceto Rodríguez.

En lo fundamental, las resoluciones de Chillán contemplaron un voto político que reconocía la violencia como forma de lucha. Los Principios Orgánicos aprobados en esa oportunidad, plantearon que la tarea era organizar y conducir a los trabajadores para derribar el régimen vigente, conquistar el poder y construir una sociedad socialista. En esa perspectiva valorizaban el rol de Lenin y su pensamiento, como opciones a considerar en la lucha revolucionaria del partido.

Sin embargo, la realidad era que, por cultura y tradición política, el PS respondía más a las conductas históricas del movimiento obrero chileno, por lo cual, el privilegio de su accionar siguió desarrollándose en torno a la lucha reivindicativa y en torno a la confrontación electoral, manteniendo el lenguaje radicalizado más que nada como un elemento catalizador del descontento social.

El Partido Comunista, en tanto, había seguido con su política, asentada básicamente en la lucha gremial y política, distante de todo intento insurreccional, incluso de manera discrepante con las opciones que reflejaban la influencia cubana.

Mientras, a medida que se acercaba a su fin el gobierno de los demócratas cristianos, éstos comprenden que el reformismo desarrollado les imposibilita mantener una opción real de continuidad, sobre la base de las mismas políticas y argumentos. Es más, la necesidad de contener las reividicaciones sociales, el gobierno se ve obligado a recurrir de manera cada vez más asidua a la represión.

De las demandas sociales que más fuertemente se evidenciaron en ese periodo, fue el relativo a las demandas por vivienda. La demanda habitacional era uno de las más antiguas del proletariado chileno, producto de la migración hacia las ciudades. El programa habitacional de Frei, había sido concebido para estimular el rubro de la construcción, lo que permitió incrementar a niveles, no conocidos hasta entonces, de edificaciones de villas o poblaciones. Ello creó expectativas superiores a la capacidad de las empresas y del gobierno, las que el gobierno no pudo cumplir, pese a sus reiteradas promesas.

Ello incentivó las ocupaciones ilegales de sitios baldíos, contiguos a las ciudades, por parte de comités de obreros sin casa. En Santiago se formaron muchos campamentos, mediante ocupaciones de hecho, siendo los más conocidos Herminda de la Victoria, Lo Hermida, Nueva La Habana, etc. Todas esas ocupaciones ilegales terminaron en batallas campales con la fuerza policial, que trataba de desalojarlos. Sin embargo, el más dramático de aquellos desalojos ocurrió en Puerto Montt, en unos terrenos baldíos ubicados en la parte alta de la ciudad, donde unas 200 familias invadieron el lugar e instalaron viviendas de emergencia la noche del 8 de marzo de 1969. A las 8 de la mañana del día siguiente, un contingente policial armado, procedió a desalojarlos, lo que produjo la resistencia de los pobladores, que incluían mujeres y niños. La fuerza policial abrió fuego, dejando 10 muertos y 30 heridos. Según el informe del oficial a cargo, se gastaron 2.985 balas, lo que demuestró el carácter demencial de la orden represiva.

Estos hechos incubarán al interior del PDC tres tendencias claramente perfiladas: el oficialismo, los rebeldes y el tercerismo. De esa confrontación interna surgirá la primera escisión, encabezada por los dirigentes Jacques Chonchol, Rafael Agustín Gumucio, Rodrigo Ambrosio y otros, quienes fundan el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), en el transcurso de 1969, definiéndose abiertamente por una opción socialista, aunque planteando redefinir el liderazgo de la izquierda.

Sin embargo, ese no será el único problema que el gobierno enfrentará ese penúltimo año de ejercicio, ya que, al descontento social, se sumará el descontento de los militares. En efecto, en agosto de 1968, se vislumbraron los primeros vestigios de deliberación en las filas del ejército, especialmente en la Academia de Guerra, lo que provocaron una serie de sanciones administrativas y la renuncia del Ministro de Defensa y del Comandante en Jefe del Ejército. El motivo de aquellas deliberaciones había sido definir la forma como hacer presente al gobierno el descontento por la situación económica del personal. Sin embargo, aquellas deliberaciones solo fueron el comienzo de una escalada creciente, que culminaron cuando, a mediados de octubre de 1969, el jefe de la I División, general Roberto Viaux, envió una carta al Presidente Frei señalando "la imposibilidad de guardar silencio por los acontecimientos que están ocurriendo en la institución".

Como aquella misiva rompía el conductor regular, Viaux fue llamado a retiro, el cual, al llegar a Santiago, se hizo fuerte en el regimiento "Tacna", asumiendo el liderazgo de un cuartelazo de dudoso origen y propósito. Frei llamó inmediatamente a defender la Constitución, a cuyo llamado acudieron todos los partidos políticos, excepto el PS. La Central Única de Trabajadores decretó la huelga general contra el golpismo. Careciendo del apoyo necesario, Viaux quedó encajonado en el regimiento, entregando el mando del regimiento al anochecer.

 

      

La tesis del foco guerrillero

El triunfo y consolidación del movimiento revolucionario cubano, liderado por Fidel Castro, tuvo un enorme impacto en la izquierda de América Latina, del cual no pudo escapar Chile. En la política chilena, la revolución cubana fue un factor omnipresente en dos elecciones presidenciales (1964 y 1970) y lo sería en todos los eventos posteriores. Ernesto "Che" Guevara fue la esencia de la tesis del foco guerrillero, que muchos movimientos latinoamericanos trataron de imprementar. El MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria),  representó la política guevarista por excelencia en el movimiento social chileno de los 1960. Su líder, Miguel Enríquez (izq) moriría enfrentándose a los organismos represivos de Pinochet.

 

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