En
muchos aspectos, la información es la llave de entrada a la
civilización contemporánea; sin ella, seria imposible llevar a
cabo múltiples tareas en cualquier aspecto de vida. Sin
embargo, aun cuando nos quejamos de usos no adecuados de la
misma y de malas noticias,
estaríamos perdidos como individuos si no contamos con
la información constante, precisa y en tiempo acerca del estado
del mundo.
Así
pues, la transmisión de información entre individuos desempeña
un papel extremadamente importante, en la vida y el trabajo
cotidianos; sin embargo, antes de analizar con más detalle la
comunicación hombre-hombre se debe estudiar el concepto de
transmisión de información en su contexto más simple en términos
de la palabra hablada y escrita.
Puesto
es sus términos más simples, cualquier sistema de comunicación
puede idearse como constituido por un transmisor que comunica
información a través de algún medio a un receptor; sin
embargo, se puede decir que la comunicación realmente ha tomado
lugar sólo cuando el receptor interpreta la información como
lo intentó el transmisor.
Éste
punto tal vez se puede aclarar con un ejemplo: Dos personas
hablan distintos idiomas y tratan de conversar. La dificultad
que ambos experimentan surge grandemente de que el receptor no
es capaz de traducir de modo correcto las ideas que le envía el
transmisor. En estos casos, posiblemente ayude usar el
“lenguaje a señas” en el proceso de comunicación, ya sea
que el mensaje se ponga en un medio diferente, pero que puedan
entenderlo ambos.
Sin
embargo, los problemas pueden aumentar si alguna de estas
personas tiene un conocimiento superficial del lenguaje del
otro, e interpreta su mensaje de manera incorrecta. En este
caso, es posible que se rompa el sistema comunicacional, porque
ocurre una falta de comprensión.
Dado
que la comunicación eficaz es tan importante para el mejor
desempeño en el trabajo, y dado que la comunicación ineficaz
puede crear problemas en el sistema hombre-hombre, hombre-máquina
o máquina-máquina, una función principal es diseñar sistemas
que amplíen la oportunidad de que o los mensajes enviados se
entiendan de manera correcta.
¿Cómo
es posible que tanto el hombre como la máquina se desempeñen
como trasmisores y como receptores? Se pueden establecer cuatro
combinaciones de transmisor-receptor:
a)
Un hombre que comunica a otro hombre.
b)
Una máquina que comunica a un hombre.
c)
Un hombre que comunica a una máquina, y
d)
Una máquina que comunica con otra máquina.
Dado
que en las tres primeras opciones se incluye el papel que
desempeña el operario en el ambiente, entran en ámbito
industrial, por lo cual se tocarán en esta serie de artículos.
La
cuarta opción (la comunicación máquina-máquina) pertenece más
bien al campo de la cibernética o de la ingeniería, por lo que
no se analizará.
En
ese orden de ideas en este artículo se examinará el problema
presentado por la comunicación hombre a hombre, primordialmente
aquella que implica la comunicación escrita de información y
de instrucciones.
Significado, comunicación y mensaje.
El
proceso en que se funda la comunicación se puede entender, tal
vez, cuando se conoce el origen lingüístico de la palabra
latina communis, que significa común. Por lo tanto, una
clara característica del significado de comunicación humana ,
es lo “común”: un requisito previo esencial es la comprensión
común de aquellos que participan en el proceso de la comunicación.
Sin
embargo, la cualidad de la “comunidad” no significa
necesariamente que todos los participantes en el proceso de la
comunicación deban tener comprensiones idénticas de los símbolos
y de los pensamientos que se transmiten, sino simplemente en
cuanto algo de la comprensión sea común a todos ellos. Esto
implica que la comunicación puede tener lugar aun si tanto el
trasmisor como el receptor no “hablan la misma lengua”, en
tanto la idea básica sea recibida de manera precisa.
Así
pues, el papel que desempeña la ergonomía
es arreglar una situación que amplíe la posibilidad de
que el trasmisor y el
receptor tengan una comprensión común máxima; sin embargo,
antes de examinar las formas de llevar a cabo ese estado de
cosas, es interesante analizar brevemente algunas de las razones
por las cuales dos de ellas no pueden compartir un canal común
de comunicación, es decir, ¿por qué los significados y los
mensajes se interpretan mal?
Primero,
entran en juego las diferencias personales: Si al receptor no le
cae bien el transmisor o no confía en él, puede mostrarse
reacio a comprender el mensaje. De hecho, la comprensión que
tenga del mensaje puede estar distorsionada por la opinión que
tenga del transmisor, o por lo que él cree que lo motiva.
Segundo,
aun si el receptor es receptivo al mensaje, éste puede
distorsionarse por las propias concepciones previas personales.
Una de las funciones principales
de la mente activa es “llenar los huecos”, o sea, tratar
constantemente de vincular el nuevo material con el existente
para hacerlo más significativo. Así, es posible que un mensaje
se distorsione porque el receptor lo ubica en un contexto que no
es el adecuado, simplemente por su predisposición al mensaje.
Tercero,
existe el problema del interés y la atención, pues si el
receptor no pone atención en el mensaje, tal vez por
aburrimiento, parte de él puede no ser recibido o mal
interpretado.
Cuarto,
Finalmente los mensajes pueden distorsionarse por la capacidad
limitada del ser humano para procesar la información que se le
trasmite. Éste concepto para almacenar estímulos diferentes,
también se aplica al almacenamiento de ideas y conceptos
complejos que es el material significativo. Si el mensaje es
demasiado detallado o demasiado extenso, puede sobrecargar la
memoria y distorsionarse, perderse o simplemente ser incapaz de
recuperarse.
En
resumen, el canal común de comunicación puede distorsionarse
por influencias sociales, por actitudes y expectativas
personales, por aburrimiento y falta de interés, o por
sobrecargo de información.
Los
mensajes que se transmiten del hombre a hombre pueden tomar
muchas formas y los cuales se dividen en tres grupos de acuerdo
con la apariencia física de los estímulos. A éstos los
denomina:
Estímulos
verbales, incluye la palabra escrita y los dignos.
Estímulos
vocales incluye la palabra hablada y las variaciones de voz.
Y
estímulos físicos incluye gestos y movimientos.
La
ergonomía puede tener influencia en la facilitación de la
transmisión de los estímulos “verbales” -incluyendo la
comunicación escrita-. Como ya se habrá dado cuenta el lector,
muchos de los principios implicados en los estímulos verbales
se pueden aplicar también a los estímulos vocales, pero,
debido a que otros aspectos del ambiente probablemente son
importantes por ejemplo, el ruido ambiental, o los factores
sociales u organizacionales, el problema específico de la
comunicación -señales corporales, gestos, etc.- es, sin
embargo, de alguna manera, demasiado amplia para las dimensiones
de este artículo
Aspectos tipográficos en la comunicación escrita.
Para
que se comunique eficientemente una información escrita, se
necesita no sólo que el mensaje se lea y se interprete de modo
correcto, sino que se entienda en el menor tiempo posible.
La
lectura rápida es importante desde el punto de vista de la
economía del tiempo y, tal vez más importante es asegurar que
la capacidad del ser humano para almacenar la memoria a largo
plazo no se sobrecargue.
Por
ejemplo, cuanto más tiempo tarde un lector en descifrar una
palabra o un símbolo en una página (tal vez por una mala letra
o porque es la quinta copia al carbón o porque es una fotocopia
borrosa), más lenta será su tasa de comprensión. Más aún,
parece que estos factores desempeñan un papel importante en la
determinación de si el material se leerá o no.
Recientemente
se puede ver que quienes se dedican a presentar el material
escrito han empezado a estudiar, de manera sistemática, la
cuestión de los factores tipográficos, como el tipo o calidad
de la impresión, y la distribución de la página, a pesar de
que precisamente estos aspectos trasmiten el mensaje.
Una
industria que parece tener un registro bastante bueno de esto es
la del periódico, probablemente porque de las personas que
toman un periódico en sus manos no lo leen de manera sistemática
de principio a fin, como lo harán con un libro, sino
probablemente sólo ojean los encabezados y leen los párrafos
de noticias debajo de los encabezados que le parecieron
interesantes.
Aún
estos párrafos probablemente no los lee de manera sistemática
el lector si tiene prisa o si no está muy interesado, es decir,
quizá sólo recorre la vista a lo largo de un párrafo, en
busca de noticias que llamaron su atención.
De
lo anterior se infiere que una de las preguntas que debe
contestar el diseñador de tipografía es cómo se puede llamar
la atención del lector, ya que en la mayoría de la comunicación
escrita esto se hace por medio de los encabezados y mediante los
subtítulos.
En
1964, Paterson y Tinker investigaron los valores relativos del
tamaño de las letras mayúsculas en los encabezados de los periódicos.
Presentaron a sus sujetos líneas de encabezados una por una
durante un tiempo límite y midieron el número de palabras leídas
durante el tiempo disponible. A una distancia de lectura normal,
sus resultados indicaron que, en promedio, se leían más
palabras en tipos de letra minúscula que cuando se usaban
encabezados impresos en letra mayúscula, del mismo tipo y con
los mismos tamaños de puntos, en este caso, el tipo de letra
usado fue Cheltenham Extra condensado de 24 puntos.
Estos
resultados fueron obtenidos de nuevo por Poulton (1967), quien
demostró, que las letras pequeñas aventajaban en 9% a las
letras grandes de los encabezados respecto de la habilidad para
la lectura. Se obtuvo una ventaja similar cuando se combinaron
las letras mayúsculas con las minúsculas; sin embargo, éstas
no se pudieron leer bastante mejor de lo que se leían los
encabezados escritos completamente con minúsculas.
Por
su parte, Poulton (1969ª) sugiere que una de las razones por
las cuales las letras mezcladas son más fáciles de leer que
las letras mayúsculas radica en la forma y en la
“envoltura” que rodea a la palabra en su totalidad cuando así
se presenta, más que en las letras individuales.
Las
palabras presentadas con letras mayúsculas tienen la misma
altura; sin embargo, las formas de las palabras escritas con minúsculas
tienen más probabilidad de ser distintas por los rasgos
ascendentes y descendentes de cada letra; por ejemplo, la forma
de la envoltura inherente a la palabra perro es diferente
de la forma de la envoltura inherente de la palabra gato,
debido a la extensión de la p en perro y a la
extensión de la g y de la t en gato.
Sin
embargo, la envoltura de las palabras PERRO y GATO
no es muy distinta, y esta falta de distintividad de forma entre
las diferentes palabras de las letras intermedias para
identificar las palabras aumenta el tiempo de lectura.
Además
de la forma de las letras que conforman una palabra impresa, su
tamaño también requiere un estudio minucioso. El tamaño del
tipo queda convencionalmente especificado en términos de la
altura de la línea de impresión, y su unidad es el
“punto”, que tiene 0.0139 pulgadas de alto (cerca de 1/3 de
mmm).
La
prosa escrita en 10 puntos es más legible, mientras que las
personas mayores lo hacen mejor con letras de 11 o 12 puntos.
Sin
embargo, decidir el tamaño de las letras apropiado es sólo una
parte de la batalla para diseñar la página impresa que sea de
fácil lectura y comprensión. La distribución de la página,
el uso de las sangrías del párrafo, el número de columnas,
etc., desempañan un papel importante en la producción de un
escrito legible, al mismo tiempo que estético. Un resumen
interesante de los puntos apropiados, se detallan a continuación.
Encabezados.
Los
encabezados sirven para múltiples propósitos. Uno de los más
obvios es que ayudan al lector que busca las secciones
particulares (y su inclusión en un índice) a encontrarlas. Tal
vez, de manera menos obvia, los encabezados también son
extremadamente valiosos para aquel que lee un informe en su
totalidad, pues le dan cierta estructura que le ayudará a
integrar la información a medida que lea.
Cada
encabezado puede ayudar al lector a incrementar su comprensión
y su memoria de lo leído, conforme lo haga. Desafortunadamente,
no se han llevado a cabo investigaciones específicas que
sugieran el tipo de texto que resultaría más útil para los
encabezados o la forma que deberían tomar estos encabezados.
Todavía
no se pueden contestar las preguntas formuladas con respecto a
“¿Qué tipo de propósitos de lectura son más dependientes
de encabezados?”, o “¿Qué tipo de textos necesitan
encabezados?” o ¿Cuáles son las características de un buen
encabezado?”.
Numerar los encabezados.
Numerar
los encabezados puede servir a dos propósitos:
a)
Ayudar a aclarar al lector cómo están construidas
las secciones (y, por tanto, reemplazar el uso de los subtítulos).
b)
Permitir al lector referirse al índice para buscar
una sección específica que sea menor que una página.
A
este respecto se sugiere que los números arábigos son
preferibles a los romanos, aun cuando esto sea así porque los números
se hacen cada vez mayores y se usan menos frecuentemente, por
ejemplo, compárese la fácil interpretación de un 4 y un 28
con un IV y un XXVII.
Además
el uso de los números en la elaboración de índices
probablemente es más útil que el de las letras del alfabeto, y
cuando más larga sea la secuencia, mayor será la ventaja de
los números; por ejemplo, las personas están más seguras de
que el 8 se halla antes que el 10, a que, la H se encuentra
antes que la J en el orden del alfabeto.
Seccionar la prosa.
El
uso de las secciones tiene dos ventajas para el lector:
a)
Le da la estructura que tiene esa prosa por medio de
la información de cuándo empieza y cuándo termina un conjunto
de ideas y cuándo comienza un nuevo conjunto.
b)
Le da la oportunidad de ir “coleccionando o
integrando sus pensamientos”.
Por
lo que se refiere a los aspectos del diseño, dejar una línea
vacía entre párrafos es más eficaz como pistas para el
lector, que simplemente dejar una sangría en la línea del párrafo
que empieza.
Otra
posibilidad es colorear la letra o el fondo del papel. El color
puede proporcionar, a veces una información clasificatoria
complementaria como en un apéndice; además, permite al lector
ir rápidamente del texto al índice, de un párrafo a otro
y regresar al texto sin tener que buscar el número de
las páginas.
Indicadores (claves).
En
muchos casos, se pueden destacar algunas palabras, frases o
pasajes significativos de un texto por medio del subrayado, o
mediante el uso de letras itálicas, cambio de tipo de letra o
asteriscos en los márgenes. Esto se llama indicadores tipográficos
los cuales ayudan al lector a destacar los puntos sobresalientes
de la prosa. Si los indicadores tipográficos no son hechos por
el autor, los puede efectuar el lector.
Muchas
veces el lector al usar los libros de texto, inserta alguna
forma de indicadores o claves, como el uso del subrayado o de
los asteriscos en casi el 92% de los libros.
Para
el impresor, existen varias formas de hacer este trabajo de
indicadores, no obstante que lo más común son las letras itálicas;
sin embargo, la poca evidencia disponible en esta área sugiere
que el uso ocasional de las itálicas para destacar los puntos
significativos puede no ser mejor que un texto simple para
facilitar la comprensión, y un sistema complejo de claves que
de dificultar el estudio.
La
investigación acerca del subrayado como un medio de clave para
el estudio no es concluyente por entero; por ejemplo, los
estudiantes que habían recibido impresiones con los pasajes
importantes subrayados en rojo, contestaron mejor diversas
preguntas tanto de los puntos subrayados como los adyacentes,
que no tenían ninguna clave; sin embargo, la ventaja del
subrayado es sólo aparente si el lector no está bajo estrés
de tiempo para completar el pasaje.
Por
ejemplo, en un estudio en el que todos los sujetos tuvieron el
mismo tiempo para leer el material, el poner indicadores o
claves conjunto a puntuaciones más altas solamente cuando se
daba a los alumnos un tiempo de 25 minutos, para estudiar un
texto de 600 palabras, pero no cuando se les daba un tiempo
mucho más corto (de 2.5 a 5 minutos) para estudiar un texto más
corto (de 200 palabras).
Más
aún, el uso del subrayado es una técnica de claves que
probablemente hace las partes subrayadas del texto más difíciles,
en ves de más fáciles de leer, debido a que causa que los
espacios entre las líneas se llenen.
Otra
forma de establecer claves o indicadores es colorear el fondo
del texto, ponerlas en relieve, o trazar una línea en
particular o parte de una línea. Mediante el empleo de esta técnica,
se encuentra que los sujetos a quienes se les preguntaba una
semana después de haber leído el material tenían más
probabilidades de contestar correctamente las preguntas
relacionadas con las partes coloreadas del texto que las que no
se habían echo resaltar.
Finalmente,
la ventaja relativa de usar letras mayúsculas y de tipo
“bold” como indicadores dan como resultado en el uso de técnica
que es mucho mejor que poner indicadores. No obstante que las
letras mayúsculas conducen a puntuaciones más altas sobre el
material sin indicadores se desempeñan peor que aquellos que no
tienen ningún tipo de indicadores.
Cuando
el lector usa las letras mayúsculas como técnica de claves, se
obstruyen su desempeño de la lectura, tal vez por que afecta la
conducta de la lectura y, por tanto, tiene menos tiempo
disponible para tomar la porción sin indicadores del texto.
En
resumen.
En
algunos casos, poner indicadores puede incrementar el desempeño
en la lectura, probablemente por que los puntos sobresalientes
se destacan y reducen el tiempo necesario para buscar el
material y la cantidad de información que debe quedar
almacenada en la memoria; sin embargo, en otros casos, poner
indicadores parece que no beneficia al lector y, en ciertos
casos, quizá cause un desempeño de lectura reducida, debido a
la interferencia con los patrones normales de lectura.
Referencia:
Ámbito industrial (actualidad).
En el trabajo, es posible que un operario necesite información
acerca del funcionamiento de las máquinas, cómo operan de
manera segura, qué hacer cuando se descomponen, etc.
Obviamente, mucho de esto lo recibe de parte de
sus colegas, de su supervisor o de un manual; no obstante, la
información también le llega a través de la máquina por
medio de sus tableros, que revelan, por ejemplo, qué tan
atinado está, qué tan rápido se mueve o qué partes del
proceso se han logrado ya.
Además, el operario imparte información a la
máquina, por medio de sus controles, al “decirle” lo que
quiere que haga, que vaya hacia arriba o hacia abajo, que dé
vuelta a la derecha, que aumente la velocidad, etc.
Dado que la información es tan importante en
el ambiente laboral debería ser obvio que la forma de
transmitir esta información resulta crucial como el mensaje que
se transmite. Por tanto, esto sugiere que la comunicación
eficaz de información adicional a la simple información es
también fundamental en la situación de trabajo.
|
Maneras
alternativas de presentar la información y la instrucción.
La
gran cantidad de libros, revistas, periódicos, manuales y diarios
disponibles parecen apuntar al hecho de que se desea la palabra escrita.
Cada vez que se lanza al mercado un nuevo producto necesita ser
anunciado con letras, palabras y frases que se usan para dale un
presentación mejor.
En
el ámbito industrial, una máquina normalmente lleva consigo un manual
de instrucciones que indica al operario como funciona, además de
contener un manual de mantenimiento en el que se incluyen los detalles
de lo que debe hacerse si se descompone. Además la máquina misma lleva
una información simbólica para ayudar al operario a hacerla funcionar.
Así
en la producción de un nuevo torno, por ejemplo, existe un instructivo
completo que puede ser de interés para el comprador, el operario tiene
todas las posibilidades de recibir un manual de instrucciones integrado,
la máquina misma puede tener ciertas etiquetas informativas punteadas
encima que digan, peligro en funcionamiento / fuera de
funcionamiento o posición de control, y el obrero de
mantenimiento también tendrá su manual de mantenimiento.
Con
cada uno de estos medios de comunicación se busca llegar a distintos
tipos de auditorio, pues proporcionan diferente tipo de información en
niveles diversos. Por tanto, cada uno tiene sus propios problemas de
presentación de información, pero algunos puntos generales son
aplicables a todos, sin embargo, al igual que con la mayoría de las
recomendaciones para el diseño, se debe tenerse en cuenta que los
medios de comunicación más apropiados para una situación pueden no
serlo para otra.
La
primera pregunta que debe contestarse es ¿cómo ha de presentarse la
información? por ejemplo, las personas que guardan la información para
referirse a ella cuando sea necesario, (como cuando utiliza manuales de
referencia), puede tener exigencias distintas de las de aquellos que,
habiendo estudiado la información y a la vez incrementando su habilidad
por el uso cotidiano de la máquina, recurren solo a su memoria.
Quienes
han leído un informe de principio a fin usarán este material de manera
muy diferente de aquellos lectores que sólo desean información de
ciertas partes específicas, o que deben contestar preguntas
particulares y no intentan leer el documento, a veces pueden leerlo para
tomar una decisión pero una vez que la tomaron, ya no les interesan los
detalles técnicos.
Una
manera alternativa de presentar los temas complejos, es usar formatos
sin prosa, y pueden incrementar la habilidad del lector para usar la
información. Por ejemplo, dar información acerca de la estructura de
una pieza da magníficos resultados si se utiliza un esquemático.
—Sin embargo, si se requiere de la comprensión y funcionamiento de la
pieza, la presentación oral es más eficaz–.
Así
pues, la información simple da mejores resultados si su uso es solo
para un control visual, pero cuando se va a tomar acción es mejor
presentarla de forma oral, con los diferentes énfasis que puede tener
la voz.
La
información para comunicar es importante también cuando se decide el
modo apropiado de transmisión, por ejemplo, basta con una información
estática si se le informa al operario acerca de la localización de los
controles de la máquina, y es mejor presentarla en una serie de
dibujos. Por otro lado, la información dinámica se utiliza si se desea
instruir al operador acerca de que botón operar para hacer funcionar la
máquina, y se presenta mucho mejor con dibujos y palabras.
Resumen.
De lo anterior se infiere que el problema que afronta el diseñador del
sistema de comunicación, es decidir la forma más apropiada de
presentar la información, captura de datos, o las instrucciones al
auditorio esperado o en lo individual. Para esto, su primer decisión es
escoger el medio, visual o auditivo para las diferentes instancias, sin
embargo aún esta selección puede quedar limitada, por ejemplo, por las
restricciones del medio ambiente.
En
este caso, el escritor probablemente escogerá entre prosa o alguna
presentación gráfica, como dibujos, fotografía, diagrama de barras,
gráficas y diagrama de flujo, como sus canales de comunicación.
Gráficas
y diagramas de barras (histogramas)
Las
gráficas se emplean en diversas situaciones para presentar información
numérica. Tiene distintas ventajas, entre otras mostrar tanto los datos
como la indicación de las características de los mismos. Más aún, si
se grafican juntas dos o más funciones, las diferencias y las
similitudes de estas características se podrán ver con facilidad.
Algunos
datos permiten dibujar gráficas con el máximo beneficio y ventaja; por
ejemplo si se dibuja más de una curva en la misma gráfica y cada una
de ellas tienen descripción, será mejor que esa descripción se haga
curva, en vez de poner pie es
probable que dé como resultado mejores lecturas y más rápidas sin
perder precisión, además que es más fácil de memorizar.
El
número de curvas que pueden incluirse, dependerá del grado de traslape
de las mismas, en una sugerencia muy simple, tres curvas deben ser lo máximo
para la claridad de ellas, pero si hay demasiado traslape, ya no se
entenderá, si este fuera el caso resulta ventajoso fraccionar las gráficas
en unidades menores, más que tener demasiada información amontonada
sobre una sola gráfica.
Una
de las ventajas de los diagramas y gráficas es la facilidad con que se
usan para presentar variables diferentes, relacionadas todas ellas, sin
embargo, las comparaciones pueden quedar propensas al error.
Diagramas
de flujo.
Los
diagramas de flujo, también llamados algunas veces algoritmos o árboles
lógicos presentan la información al lector como una serie de conjuntos
de elección y de caminos. Por lo menos en la superficie parecen ofrecer
la información de una manera fácil y digerible, ilustrando las
diversas relaciones entre cada aspecto de la información.
Sin embargo, más que ayudar al lector y en ciertas
circunstancias, los diagramas de flujo pueden ser muy útiles si la
información es complicada y si se requiere afrontar rápidamente lo
relacionado en ella, pero tienen poco o ningún valor si la información
es menos complicada.
Dibujos
y fotografía.
Las
ilustraciones se utilizan ampliamente en los sistemas de comunicación
modernos, sobre todo cuando se refieren a los términos técnicos, la
información gráfica se usa cada vez más con el fin de comunicar
instrucciones para el uso de ciertos equipos.
Esto es particularmente cierto cuando el equipo lo emplearan
personas diferentes o cuando existen bajos niveles de alfabetismo. Los
dibujos también se pueden utilizar para la resolución de problemas, o
para contestar preguntas específicas que puedan tener influencia en el
tipo de estrategia que se use en la solución de problemas. (Formatos).
Sin embargo, cabe destacar que los dibujos también tienen sus
limitaciones ya que las personas requieren de un entrenamiento especial
para entender los diagramas y dales un uso apropiado.
Cada observador debe ser capaz de ver y distinguir los diferentes
símbolos y darse cuenta de, a qué cosa se refiere el símbolo, el
escritor debe tomar en cuenta los siguientes principios.
·
Un límite definido de la figura. Una figura que no tiene limites
claros carece de contraste y de forma, y no atraerá la atención.
·
Simplicidad. Una forma simple se percibe más rápidamente que
una que contiene demasiados detalles.
·
Cierre de la figura. En muchos aspectos, nuestro sistema
perceptual tiende a integrar la información derivada de los sentidos
para producir una figura total, por lo tanto crear una figura irreal.
·
Estabilidad. Dado que el sistema perceptual del ser humano
intenta imponer una forma sobre la información sensorial entrante,
algunos tipos de figuras son inherentemente inestables. Según el
conjunto que atraiga al observador, éste vera las caras de perfil o en
otro plano.
·
Simetría. Para hacer más fácil el reconocimiento los elementos
de la figura tienen que ser tan simétricos como sea posible de manera
que evite la producción de una figura irreal.
No
obstante que los símbolos discretos se pueden utilizar para representar
una gran cantidad de información, su utilidad queda restringida
principalmente a la denotación de varias características del ambiente;
sin embargo, algunas veces las ilustraciones sirven para dar
instrucciones, de modo que aquí se requiere de información más
compleja que debe trasmitirse.
Por ello, los dibujos que describen acciones que deben llevar a
cabo el usuario necesitan estructurarse de manera que muestren un
mensaje secuencial. Así, las instrucciones gráficas deben cumplir
muchas funciones del lenguaje natural, de modo que las formas de
arreglar las figuras y de conformarlas deben trasmitir su significado de
manera similar a como se hace con las palabras y estructuras geométricas,
las cuales determinan el significado de oraciones sencillas. El diseñador
debe de arreglar las figuras para trasmitir la información y cumplir
con lo siguiente.
a)
Las representaciones de equipo parcial en oposición al total; ya
sea que cada dibujo en la secuencia debe mostrar sólo la parte
importante a considerar (por ejemplo, un interruptor o un cuadrante) o
representar todo el aparato con la parte importante destacada.
b)
El orden de la representación del estado y las acciones; si
tuviera que unirse a los dibujos individuales o no, es decir, el primero
mostraba la acción que debe tomarse (por ejemplo, presionar el
interruptor) y el segundo, la consecuencia de dicha acción. (por
ejemplo mostrar la luz iluminada).
c)
El uso de inserciones para ilustrar los aspectos importantes de
las acciones.
Las
instrucciones que muestran diferente conjuntos de dibujos para realizar
acciones, es necesario incluirles detalles de las partes relevantes de
la máquina en cada dibujo en otras palabras la representación
“total”; sin embargo, sorprendentemente el uso de inserciones
(detalles) da como resultado que se comprendan menos los dibujos. En
resumen, las representaciones acción-estado rinden mejores resultados.
Tablas.
Probablemente,
las tablas constituyan el medio más usual de representar información,
en realidad son un arreglo sistemático de diferentes elementos
informativos, que pueden ser numéricos o no numéricos.
El escritor dispone de varias formas para arreglar la información;
por ejemplo, los temas o puntos por tratar se pueden listar de manera
alfabética o en orden numérico, o se les puede agrupar con referencia
a un rasgo común. Más aun, siempre es posible contar con ayudas (como
claves especiales para alinear los temas de manera vertical o en
hileras) o incluir ayudas tipográficas como la variación en el tamaño,
el estilo o el color de la letra.
En la actualidad pueden usarse diversas formas y ayudas en los
distintos software existentes. Para el escritor, la ventaja máxima de
las tablas implícitas sobre las explícitas radica en el espacio que se
ahorra; sin embargo, existen desventajas en las que el lector debe
calcular para obtener la información que necesita, de modo que al
hacerlo probablemente obtenga una información equivocada.
Respecto a las tablas explícitas, existen dos variantes
principales; la lineal y la bidimensional o multidimensional (esta última
a veces se le llama matriz). En la versión lineal el lector busca a
través de lo que es efectivamente una larga lista, para encontrar la
información que requiere.
Por otro lado, con la versión de matrices, el lector primero
tiene que hacer una o dos búsquedas para encontrar las diferentes
partes de la información que requiere, y después coordinar los
resultados de estas búsquedas de manera particular; por ejemplo; cuando
un pasajero lee un itinerario para determinar el tiempo en que llegara a
una estación en particular el tren en que viajará.
Prosa.
El
uso de la prosa para la instrucción y la
información se ha dejado hasta el final, para dar al lector la
oportunidad de considerar el valor de las alternativas de las tablas y
de los diagramas de flujo; sin embargo, la mayoría de la información
que se trasmite de hombre a hombre se lleva a cabo mediante la combinación
de palabras (ya sean verbales o visuales) en enunciados significativos.
En muchos casos, malinterpretar las palabras puede interrumpir la
comunicación, ya sea total o parcialmente, pero en ambos casos es
indeseable. Si hay una interrupción total, no se llevará a cabo el
trabajo necesario; pero si es parcial, puede ser que el trabajo se haga
de manera incorrecta. Por lo tanto, la mala interpretación y la no
comprensión pueden ser costosas y aun peligrosas.
Sin embargo, existen problemas de las palabras y de su
significado en el idioma, por lo tanto se deben considerar cuatro formas
en que el mensaje que intenta enviar el trasmisor puede no recibirse
adecuadamente: la ambigüedad, la información incompleta, la información
que conduce a errores y la información verborreica. Por supuesto, estas
formas no son mutuamente excluyentes, pues, por ejemplo, la información
puede ser ambigua por estar incompleta, o conducir a error por tener
demasiadas palabras.
Ambigüedad.
El
significado del mensaje puede quedar abierto o más de una interpretación
sensata, este problema puede surgir por la necesidad de conservar
espacio mediante la supervisión de las palabras aparentemente
redundantes; por ejemplo, el autor ha visto que algunas personas,
aparentemente, dudan cerca de un elevador que tiene un letrero con la
leyenda: “En caso de incendio no use elevador”. La mayoría de la
gente no tiene problemas para entender qué quiere decir que el elevador
no debe usarse cuando haya un incendio, pero, no cuesta trabajo imaginar
que el significado puede ser “¿habrá incendio si se usa el
elevador?”, si se añade la palabra el para que la instrucción diga
“ En el caso de incendio, no use el elevador”, la ambigüedad
desaparecerá.
La ambigüedad surge no sólo porque se retiran las palabras
aparentemente redundantes, sino también cuando la prosa está escrita
en un idioma y se tradujo a otro, pues se dan ligeros cambios de
significado en el arreglo de las palabras traducidas o pueden alterar
por completo el significado o la comprensibilidad del mensaje.
Comprender
las características de otras culturas es cada vez más importante a
medida que se desarrolla el comercio entre países, pues esto significa
que se debe tener capacidad para comunicase adecuadamente también con
las personas de tierras extrañas.
Información
incompleta.
Evidentemente,
un sistema de comunicación corre el riesgo de interrumpirse si no se
dan los aspectos importantes de la información al receptor. En muchos
casos, esta carencia de información es retenida no por intención, sino
accidentalmente, lo cual puede suceder que en medios de comunicación
como los manuales de instrucción, porque el autor puede dejar fuera lo
que le parece intranscendente o que son datos innecesarios.
Omitir al operario que la máquina primero debe conectarse y dónde
puede encontrar el interruptor es un ejemplo típico de la información
incompleta accidental.
La información trasmitida puede ser también incompleta si se
usan palabras poco conocidas que no se explican, en cuyo caso la
información no servirá, como cuando las instrucciones contienen términos
poco conocidos, lo cual le irrita y hace que tenga un desempeño
deficiente, sin embargo, este problema se puede resolver con un uso
generoso de ejemplos.
Información
que conduce a errores.
La
información que está deliberadamente incorrecta o que conduce a
errores puede implicar dificultades en la comunicación; es decir, si se
dice al operario que haga las cosas con equivocación, será poco
probable que lleve a cabo su tarea de manera eficaz.
Sin
embargo, también debe darse cuenta de que la información que conduce a
errores puede no hacerse deliberadamente, sino ser ambigua, incompleta o
surgir de los rumores. Aun el mensaje más simple puede distorsionarse
debido a las pequeñas adicciones u omisiones que lo alteran, a medida
que pasa de persona a persona.
Información
verborreica.
Éste
es, quizá, el problema opuesto a la ambigüedad que surge de los
mensajes incompletos o la información abreviada. En este caso, el
simplificado del mensaje no queda bien claro en la primera leída (o en
la segunda), porque puede tener demasiadas palabras, o ser muy largo o
contener demasiadas palabras técnicas o inusuales.
Este
problema parece ser común en los círculos gubernamentales, legales y
aun militares, como en los ejemplos siguientes: “Este radio usa una
lámpara piloto de larga vida, que puede quedar encendida por corto
tiempo si el radio se apaga antes que el radio se caliente y empiece a
tocar”. Este enunciado de 31 palabras podría ser más explícito de
la manera siguiente: “La lámpara piloto se queda encendida un tiempo
después que se apague el radio”.
Reglas
para la comunicación.
La
siguiente guía es útil para la elaboración de instrucciones eficaces
y para trasmitir la información. Dado que se refieren principalmente al
diseño de las formas, muchos de estos puntos ya se tocaron con
anterioridad (por ejemplo, los aspectos tipográficos), pero algunos de
ellos son importantes en el contexto presente.
Uso
de oraciones cortas.
El propósito de una oración es permitir al lector tomar una
pausa corta antes de recibir más información. Dado que sólo se tiene
una capacidad limitada para procesar la información, sí la oración es
demasiado larga, el lector quizá olvidará la primera parte de la
información en la oración o la que le imponga su propia estructura.
En este caso, descompondrá la oración larga, tal vez en las
partes incorrectas, y obtendrá una información ligeramente distinta de
la que se intentaba. Para que la idea se entienda rápidamente, cada
oración debe contener sólo una cláusula.
Para ejecutar esto, se sugiere que los escritores hagan un
escrutinio con el fin de que las oraciones no contengan maneras alternas
de expresar esa información.
Uso
de oraciones activas.
A menudo es posible expresar una oración, particularmente una
instrucción, ya sea en una oración activa o en una pasiva; por ejemplo
la orden “cierra la escotilla” implica un enunciado más activo que
la instrucción pasiva correspondiente “hay que cerrar la
escotilla”. Las oraciones activas se entienden y recuerdan más fácilmente
que sus equivalentes pasivas.
Uso
de oraciones afirmativas.
Así como una oración puede estar escrita en forma activa o
pasiva, también puede estarlo de manera negativa o afirmativa. Las
oraciones con elementos negativos son más difíciles de comprender que
sus alternativos afirmativos.
Palabras como no, excepto, a menos que, tienen elementos
negativos, de tal modo que las instrucciones del tipo de “Los
votantes no pueden votar por más de un candidato” pueden ser más
inteligibles en su forma activa y afirmativa, que “vote solamente
por un candidato”.
Uso
de palabras conocidas.
Si
el lector no está familiarizado con los regionalismos (jerga) que se
usan quizá no entienda la información.
Organización
de secuencias temporales
Si
se describe o se pretende llevar a cabo una serie de acciones, es mejor
escribirlas o hablarlas en el orden en que se ejecutarán. Ejemplo; si
va a trabajar de manera que primero se accione el control del carburador
y después se encienda la máquina, es mejor escribir la instrucción “accione
la palanca del carburador antes de encender la máquina”, en vez
de indicar “antes de encender la maquina, accione la palanca del
carburador”.
En
el primer caso, las palabras van aparejadas a la acción; de manera
similar en la filosofía ergonómica, que se refiere al ambiente se
ajusta al hombre.
Legibilidad.
Después
de haber decidido cuáles son las palabras adecuadas para la información
y las instrucciones, un escritor desearía verificar que su prosa fuera
lo más legible posible. En muchos aspectos la legibilidad es muy
subjetiva, de modo que los estilos individuales de escritura se pueden
discernir dentro de diferentes piezas de trabajo; no obstante que
existen reglas para desarrollar una escritura eficaz, el apego estricto
a ellas no garantiza una buena escritura.
Escribir es un arte, no una ciencia, sin embargo tome en cuenta
tres principios generales.
·
Primero, saber algo a cerca del tipo de lector que leerá su
literatura o a quien va dirigido.
·
Segundo, debe considerar su propio propósito para escribir algo;
o sea, lo que realmente quiere decir; tal vez quiera ayudar al lector a
leer con más eficiencia; o ayudarle a estimar qué material es el más
aceptable; o leer para comprender, aprender y retener; o entender
oralmente el material presentado, o lograr una combinación de estos
propósitos.
·
Tercero, como ya se destacó debe seleccionar con cuidado sus
palabras, pues el modo de usarlas y su construcción en oraciones hace
que la prosa sea legible.
Resumen.
Hemos
tratado de informar acerca de la comunicación en su forma básica es
decir, la trasmisión de información y significado de una persona a
otra. Después de examinar el significado del significado y cómo puede
alterarse este sistema de comunicación, en el resto se señalaron los
diferentes procesos que participan en la trasmisión de información
mediante el empleo de la página impresa ; los aspectos tipográficos y
el uso de distintos medios de comunicación, como las tablas, las
graficas y los dibujos. Finalmente, se tocaron algunos de los problemas
implicados en la comunicación eficaz de la prosa.
Próximamente
publicaremos:
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