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Club de Planeadores Los Caranchos

Aer�dromo:  Ruta Provincial C-45  -  ALTA GRACIA  -  Departamento Santa Mar�a  -  Provincia de C�rdoba  - Rep�blica Argentina


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Manual del Vuelo a Vela
Wolf Hirth
1942

HISTORIA DEL VUELO A VELA
por GEORG BR�TTING
3� Secci�n

Hasta 1926 todas las marcas conseguidas lo fueron con el vuelo a vela est�tico sobre las ascendencias orogr�ficas, con cuya energ�a se llevaron las marcas, en el a�o 1925, a 24,4 km., la de distancia por Nehring, en la Crimea rusa y, en el mismo lugar, la de duraci�n, a 12,07 horas por Schulz. Pero se comprende que si se quer�a que el vuelo a vela llegase a superar esas marcas no deb�a quedar limitado a tener efecto solamente en las ascendencias orogr�ficas, sino que hab�a de abr�rsele el camino libre de la atm�sfera sobre las llanuras, para que ese vuelo pudiese tener la expansi�n necesaria: Se deseaba y se deb�a poder despegarse de las laderas. El vuelo de Nehring a Milseburg y el de Kegel, hecho involuntariamente en un frente tormentoso, con un recorrido de 55,2 km., en el concurso de 1926, mostraron nuevas posibilidades que ya hab�an sido se�aladas por el profesor Georgii en 1923. A partir de aqu�, se empezaron los trabajos a fondo de investigaci�n sobre el vuelo a vela, los cuales abrieron el camino para establecer los principios meteorol�gicos fundamentales del vuelo sin motor que hab�an de conducir a los vuelos de marca, haciendo posible la utilizaci�n de los resultados del conocimiento del estado del tiempo, que fue la causa de la continua y asombrosa progresi�n de las marcas a�o tras a�o. Los conocimientos logrados en 1926 y 1927 que fueron interpretados, desde luego, por algunos de los propulsores que se destacaron entre los pilotos, pasaron en pocos a�os a ser del dominio general de todos ellos.
La trinidad hombre, aparato y meteorolog�a elev� continuamente las marcas del vuelo a vela: tan pronto era el piloto el que llevaba la direcci�n, como el constructor, o el meteor�logo, y uno de ellos hac�a de gu�a para los avances de los otros. En estos primeros a�os de la segunda gran etapa del vuelo sin motor, se destacaron algunos pilotos rompiendo la uniformidad del conjunto; siendo los m�s notables los dos maestros Nehring y Schulz, cuyos merecimientos para el vuelo sin motor fueron de importancia bastante para constituir verdaderas directrices generales y se unieron as�, en forma imperecedera, con la historia del vuelo a vela. Despu�s surge Kronfeld y, desde 1931, sobresalen del grupo de pilotos de velero: G�nther Groenhoff y Wolf Hirth; tambi�n en 1933, con Wolf Hirth, est�n Peter Riedel, Heini Dittmar, Hanna Reistch; en 1934 aparecen Ludwig Hofmann, Kurt Schmidt, Sp�te y otros. Kronfeld, Groenhoff, Hirth, Riedel y Dittmar fueron distinguidos con la Copa Hindenburg, creada en 1929, y en 1935 Hofmann, con el nuevo � Premio para el vuelo a vela, Adolf Hitler �.

Fig. 5. Ferdinand Schulz construy� �l mismo, en 1922 un  �Besentielkiste�, con el que consigui� la primera marca mundial de duraci�n en Rossitten

El vuelo de Kegel fue el primero que se hizo independientemente del terreno, s�lo con el apoyo de la ascendencia de la atm�sfera libre y, con ello, se inici� la evoluci�n hacia los vuelos, que m�s tarde se ejecutaron con apoyo en las nubes y en los frentes tormentosos; y, por otro lado, ten�an importancia por su significaci�n para el futuro los vuelos de Nehring con vientos flojos, pues realizados durante horas y 3 a 4 m/s o, solamente con 1 m/s, de velocidad de viento, demostraron la existencia de ascendencias t�rmicas cuya investigaci�n se llev� a cabo en Darmstadt, donde bajo la direcci�n del profesor Georgii se hab�a establecido un Instituto, al cual el vuelo sin motor jam�s agradecer� bastante sus continuos trabajos de investigaci�n. Se comprende que hasta 1928 no se hubiesen realizado vuelos a vela con apoyo t�rmico, porque se desconoc�an la intensidad y las leyes de distribuci�n de las ascendencias de ese origen; despu�s, por las investigaciones hechas en Darmstadt, empleando aviones de motor, globos pilotos equilibrados y, por fin, veleros, se lleg� a poder volar a vela con apoyo en las nubes, con lo cual se abri� al vuelo sin motor una nueva v�a completamente diferente de lo que hasta entonces se hab�a hecho y se hizo posible un nuevo m�todo para conseguir mejores marcas. Se entiende por vuelo a vela con apoyo nuboso el ejecutado sobre la ascendencia t�rmica originada por las masas de aire, relativamente calientes y h�medas, elevadas por encima de su altura de condensaci�n y que dan lugar a la formaci�n de nubes del tipo c�mulos. Tambi�n se experiment� el vuelo con apoyo en los frentes, el cual aprovecha las violentas ascendencias de masas de aire caliente levantadas delante de las turbonadas por la irrupci�n de aire fr�o de procedencia polar. Al lado de todo esto, se continuaba el estudio de las simples ascendencias t�rmicas, que eran utilizadas con eficacia en el progreso del vuelo a vela, como ocurri� en los vuelos de Hirth realizados en Am�rica en el oto�o de 1930: entonces Hirth gan� altura imitando el girar, mientras se elevan, de las aves de rapi�a, cuyo m�todo, a partir de aqu�, pas� a ser del dominio general de todos los pilotos de velero y sin el cual hoy no se concibe un vuelo a vela de distancia, en el que es preciso ganar siempre altura para luego ir convirti�ndola en distancia.
Sin duda que esta clase de ascendencias junto con el aprovechamiento de las de las nubes y los frentes fueron la causa de las marcas conseguidas en 1928 a 1930, aun sin que los pilotos se diesen mucha cuenta de ello; as�, por ejemplo, pudo Edgar Dittmar conseguir su marca mundial de altura, de 775 m., en 1928, partiendo de la ascendencia de ladera y atravesando una pompa de aire t�rmica, pues la ascendencia orogr�fica de la Wasserkuppe no es utilizable por encima de los 400 m. sobre el punto de salida. Nehring mismo mejor� varias veces en este a�o las marcas mundiales de altura y distancia, pues lleg� finalmente en 1929 a los 1209 m. de altura sobre el punto de salida y a los 72,3 km. de recorrido con apoyo en ruta orogr�fica.
En el mismo a�o llev� a cabo el vien�s Robert Kronfeld el primer vuelo sin motor de 100 km., pues consigui� en mayo 102 km. de vuelo, con apoyo simplemente orogr�fico, en los montes del bosque de Teutoburg, y todav�a mejor� esta marca en 1930 volando desde la Wasserkuppe hacia el Este, 164 km. hasta Marktredwitz llevando la marca de altura a los 2650 m.; estas grandes marcas de Kronfeld fueron debidas, adem�s del aprovechamiento del apoyo orogr�fico, especialmente al apoyo nuboso y, en parte tambi�n, al apoyo en los frentes, los cuales determinaron, en el a�o siguiente, uno de los m�s importantes vuelos de la historia del vuelo sin motor.
En 1930 caus� justificada sensaci�n con sus vuelos un joven de Francfort, que en 1931, estando en posesi�n de todos los distintivos de piloto, llegaba a ser el mejor piloto de velero del mundo: G�nther Groenhoff.
Casi en cada mes del a�o sorprend�a al gran p�blico con sus grandiosas y en su mayor parte primeras marcas de vuelo: as� pilot� por primera vez el avi�n sin cola que hab�a construido Alexander Lippisch y que despu�s de la muerte de Groenhoff qued� largo tiempo hu�rfano, hasta que en los �ltimos a�os se encontraron nuevos pilotos con Dittmar y especialmente con Wiegmayer.
En abril llev� a cabo con gran �xito por primera vez en Alemania el nuevo m�todo de envuelo de velero por remolque con avi�n, m�todo que se desarroll� despu�s en ese pa�s y que en otros cap�tulos de esta obra se estudia con todo detalle. Partiendo con ese m�todo de envuelo, hizo 100 km. de recorrido total y aterriz� en B�hl, en la Selva Negra. Pocos d�as despu�s llevaba a cabo un vuelo empezado con ese m�todo y que fue todav�a de resultado mucho mayor, pues hab�a de quedar hasta hoy como modelo de ejecuci�n: estando en Munich, hab�a sido remolcado por su amigo Peter Riedel hasta los 450 m. de altura, en la que se solt� y hall�ndose realizando tanteos de apoyo t�rmico y nuboso durante dos horas, consigui� engancharse a un frente, con el que vol� 272 km. hasta Kaaden, en Checoslovaquia, lo que era una marca de distancia que no fue superada en tres a�os y que representa todav�a hoy una de las grandes marcas de vuelo con apoyo en los frentes.
M�s tarde hizo el primer vuelo en el valle de la Jungfrau y, despu�s de algunas tentativas, consigui� llegar a Berna.
Antes del concurso estaba ya otra vez el nombre de Kron�feld en todas las bocas, a consecuencia de haber sido el primer piloto de velero que hab�a atravesado el Canal de la Mancha en las dos direcciones, envolando las dos veces por remolque y con vuelos en planeo de 5 horas de duraci�n, alcanzando el gran premio que poco antes habla instituido el Daily�Mail.
El concurso mismo trajo resultados sorprendentes, entre los cuales hay que citar los vuelos, en frente tormentoso, de la pareja Groenhoff y Hirth que llevaron al uno hasta Magdeburg,  con un recorrido de 220 km., y al otro hasta Halle, con 175 km. de distancia. Ambos hab�an ya realizado el dif�cil vuelo, con objetivo fijado, del Rh�n, llegando al Oechsen a 35 km., habiendo alcanzado en su ejecuci�n respectivamente, 1500 y 1000 m. de altura.
Sin embargo, los resultados de m�s importancia del concurso fueron las marcas de duraci�n en vuelo t�rmico y, aun m�s, las de distancia de Groenhoff, Kronfeld y Hirth, que eran alcanzadas por primera vez en Alemania, despu�s que, en oto�o de l930, hab�an contribuido al progreso de tales vuelos los realizados por Hirth en Am�rica, sobre terreno libre en Elmira y sobre Nueva York.  Tambi�n pudo a�adir a sus �xitos el vuelo m�s largo de apoyo t�rmico que le llev� del Rh�n al Rhin. Este resultado pudo repetirlo en el � Concurso de t�rmica � de 1935 y fue conseguido adem�s por sus disc�pulos. No hay que olvidar a Otto Fuchs, de Darmstadt, el piloto del Akaflieg Darmstadt que hizo tambi�n notables vuelos t�rmicos en la primavera de 1931. Finalmente, Groenhoff cerr� la lista de sus �xitos en este a�o ganando el premio BZ (BZ es la abreviatura de Berliner Zeitung, diario de Berl�n – N. Del T.), que se habla creado para el primer vuelo en avi�n sin cola, desde la Wasserkuppe a Berl�n. El 1931 fue, lo mismo que el 1922, de la mayor importancia para el vuelo a vela, pues le hizo tener por segunda vez resonancia mundial, ya que las sorprendentes marcas que se obtuvieron dieron un nuevo impulso a la afici�n en Alemania, que se extendi� a muchos pa�ses. En todas partes se organizaron nuevos grupos y se obtuvieron grandes resultados, tanto en n�mero como en calidad, atribuibles al nuevo m�todo de envuelo por remolque, que en dicho a�o fue usado por primera vez. Los nuevos m�todos de envuelo por remolque, con autom�vil, torno y avi�n, emanciparon al vuelo sin motor de las exigencias de terreno y le hicieron posible tambi�n en las llanuras, con lo que se ampli� notablemente su radio de acci�n en la ense�anza y entrenamiento para concursos, convirtiendo as� el vuelo sin motor en un verdadero deporte popular. Sin el m�todo de remolque para el envuelo no se habr�a podido pensar en la expansi�n de la afici�n al vuelo a vela en los a�os venideros, que hasta habr�a llegado a ser imposible de realizar, como igualmente sin ese procedimiento no se habr�an podido utilizar las � invisibles � ascendencias t�rmicas, y el vuelo a vela en d�as con cielo sin nubes no habr�a tenido el r�pido progreso que tuvo. Adem�s de todo esto, se obtuvo tambi�n la posibilidad de utilizar, para la partida de vuelos a vela, cualquier aer�dromo, lo que hasta entonces s�lo hab�a sido posible desde terrenos de condiciones especiales. Otra novedad t�cnica, a la que no hay duda que debe atribuirse buena parte de los �xitos, es la de haberse introducido el uso y construcci�n de instrumentos de a bordo.
La br�jula, el tubo de Pitot, el alt�metro y el vari�metro fueron los primeros instrumentos usados, entre lo cuales el vari�metro ten�a la sorprendente cualidad de que revelaba la existencia de zonas de aire ascendente, as� que el feliz poseedor de tal auxiliar pod�a ganar gran altura en poco tiempo, ventaja que entonces no la ten�a otro piloto. En el transcurso del a�o se complet� el empleo de tales medios con el tablero de instrumentos, encontr�ndose tambi�n el modo m�s adecuado de su instalaci�n en el aparato, de modo que hoy ning�n velero de concurso est� desprovisto de un tablero de esos indicadores, m�s o menos completo.
Sin embargo, lo caracter�stico del a�o 1931 est� en el paso adelante que supone para la t�cnica del vuelo a vela el haberse empleado por primera vez, de un modo consciente y sistem�tico, el apoyo sobre las ascendencias puramente t�rmicas, hasta con cielo sin nubes, como medio m�s importante para la ejecuci�n de los vuelos de marca.
Despu�s de los �xitos de Wolf Hirth en los Estados Unidos y de algunos otros resultados an�logos en la primavera de ese a�o, lo m�s importante que tuvo el 12 Concurso fue el vuelo t�rmico, pues con �l volaron Hirth y Groenhoff en el mismo d�a distancias de 193 km. y 108 km. sin ning�n apoyo orogr�fico y sin enganche a un frente o a nubes y, en el �ltimo d�a, vol� Kronfeld, con cielo sin nubes y casi calma completa, 156 km. en recorrido libre; as�, pues, desde 1931, la � t�rmica � se convirti� en el gran manantial de energ�a para el vuelo a vela, cuya utilizaci�n casi exclusiva ha dado lugar a todos los vuelos de marca registrados hasta hoy.

Fig. 6. La Wasserkuppe, el hist�rico lugar de los re�idos concursos, tal como estaba en 1932

Los �xitos y resonancias del a�o 1931 hicieron tambi�n despertar fuera de Alemania la afici�n al vuelo sin motor, a lo que contribuyeron igualmente las numerosas expediciones de pilotos alemanes en 1930 y a�os sucesivos. As� el a�o 1931 termin� con otra gran marca de un piloto no alem�n. De Am�rica vino, en Nochebuena, la noticia de que Cocke en su � Buho �, despu�s de varias tentativas, hab�a volado entre el 17 y 18 de diciembre, en Honolul�, casi 22 horas, con lo cual no s�lo hab�a superado en mucho la marca mundial del alem�n Ferdinand Schulz de 14 horas y 7 minutos, que ostentaba desde 1927, sino que tambi�n borr� las marcas de duraci�n no oficiales de algunos otros pilotos. Dinort, 14,43 horas, en Rossitten el 20 de octubre de 1929, y el americano Barstow que hab�a volado, sin verificaci�n oficial, 15,13 horas el 30 de abril de 1930. En el concurso del Rh�n de 1932 fue otra vez en vanguardia Wolf Hirth con sus dos vuelos de distancia de 145 y 160 km., a pesar de las desfavorables condiciones del tiempo. No menos notables fueron los vuelos del piloto Mayer, de Aquisgr�n, desgraciadamente muerto en una ca�da poco despu�s, el cual, con sus vuelos de 125 km. y 70 km. resultaba en segundo lugar, as� como igualmente dignos de menci�n fueron sus vuelos de altura con apoyo en c�mulos, en los que una vez lleg� a los 2150 m. sobre el punto de salida, mereciendo el premio de altura y quedando inmediatamente detr�s de la marca mundial de Kronfeld (fig. 6).
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