TERAPIA    CRÁNEO-SACRAL
   
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LA EXTENSIÓN EN V

 

Es una técnica antiálgica que de momento no tiene explicación científica aunque si tiene hipótesis. El V spread es una técnica antiálgica local. Se puede hacer en cualquier parte del cuerpo.

Primero tendremos que sentir el movimiento flexo-extensión en cualquier parte del cuerpo y localizar la zona donde no exista dicho movimiento y seguramente sea dolorosa.

Se trata de poner las manos en V y trazar un vector opuesto que pase por el eje medial y en la zona opuesta del dolor colocamos un dedo y escuchar lo que llamamos un pulso terapéutico similar a un pulso cardiaco. En la otra zona colocaremos el dedo índice y el dedo medio a ambos lados del sitio dolorido, por eso se llama en V spread, que  en ingles se traduce como extenderse.

Estaremos ahí hasta que el pulso de la otra mano desaparezca y por tanto el dolor haya disminuido. La mano se tiene que fundir con los tejidos del paciente energéticamente hablando.

Procuraremos que el paciente nos dé una escala de valoración del dolor, por ejemplo entre el uno y el diez.

Podemos aplicar un poco de separación en el tejido fascial del paciente con la mano colocada en V. También  podemos poner la mano opuesta en la parte superior del cráneo y la otra V en cualquier parte del cuerpo. Procuraremos que nuestra imaginación conecte ambos pulsos marcados por nuestros dedos, como una línea que atraviesa esos puntos. Va ha llegar un momento en que el punto de dolor va ha ir desapareciendo.

La extensión en V es una técnica directa de la mente sobre la materia. Colocamos las dos manos juntas como indica el dibujo en cualquier tejido duro, en cualquier sutura o articulación u órgano. Después de unos momentos sentiremos una pulsación que crece o disminuye en intensidad o ritmo, después esto cederá y notaremos un ablandecimiento palpable del tejido o una mejoría en la articulación. También se pueden notar resultados muy satisfactorios aplicándolo a las zonas dolorosas o puntos gatillo.

Nosotros procuraremos notar una corriente de energía fluyendo a través de nuestras manos.

 

 

 

LAS TECNICAS PARA REGULAR EL IMPULSO RÍTMICO CRANEAL

 

El terapeuta lo primero que tiene que hacer es escuchar el movimiento respiratorio primario, entrar en sintonía con esta pulsación. Este proceso tal vez es el más complicado por su sutilidad y por no estar acostumbrados a escucharlo.

Sin embargo la práctica, la constancia y la sensibilidad que poco a poco vamos adquiriendo, nos traerán la percepción fácil y rápida de este movimiento respiratorio primario.

Nosotros después de escuchar y seguir el movimiento respiratorio primario de la zona que estamos tratando por varias respiraciones, tendremos que saber el tipo de lesión que existe y la parte de la zona que no respira, o que no lo hace correctamente.

Después de este proceso de escucha vendrá por el sólo, o nosotros podemos inducir un proceso de punto de parada. Esto se hace al tratar de evitar con nuestra intención el siguiente llenado del líquido cefalorraquídeo.

 

 

 

PUNTO DE PARADA O STILL POINT

 

Casi que el pilar fundamental de esta terapia es la técnica de forzar el punto fijo o Still Point.

Para forzar este punto gentilmente impediremos la fase del llenado o expansión del ritmo cráneo-sacral. El punto de parada lo realizaremos con la intención, con nuestra voluntad e intento de que el líquido cefalorraquídeo no pulse, impidamos que respire.

Esta técnica se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, desde el dedo del pie hasta en los parietales, en una sutura o en un músculo pequeño, en un órgano, en una vértebra, da igual, sus beneficios van ha ser muy importantes allá donde lo hagamos.

Con esta técnica ayudamos a que el LCR circule por todo el organismo con un buen ritmo y simetría, o sea que respire correctamente.

El LCR se ve muy influenciado con nuestra mente. Este líquido tan especializado circula en un campo semi-cerrado y sé vera obligado a no pulsar, si así se lo pedimos, lo que creará una presión extra en su circuito, que tras su liberación servirá para mejorar su circulación, y por tanto el tejido fascial se relajara.

El punto fijo se percibe como un apagón del ritmo cráneo-sacral y puede ser interpretado como una oportunidad neurológica para procesar cambios neurológicos en la zona.

O sea el propio IRC del paciente al contacto con nuestras manos y evitando el siguiente llenado del IRC entrará en su proceso de borboteo o desenroscamiento.

Lo mejor de esto es que el LCR es muy influenciable por nuestro pensamiento y por nuestro intento. Así que cuando queramos podemos poner nuestra intención mental y forzar un Still Point. Así que con nuestra mente viajaremos por los tejidos y mantendremos la parada del impulso rítmico craneal.

En la mayoría de los casos puede venir un borboteo y a los minutos el LCR volverá a circular con mayor fuerza. Es como retener el agua de un arroyo durante un rato y después volver a liberarla, en este momento el agua saldrá con mayor fuerza y debido a su presión  podrá limpiar de residuos el arroyo y así poder abrir y ensanchar las parte que estaban bloqueadas o atascadas.

Practicar el punto de parada neurológica fortalece las fascias y por tanto el órgano o sistema en el que se encuentra.

Si practicamos esta técnica en cualquier parte del cuerpo que sintamos dolor o exista alguna enfermedad, ayudaremos a que el líquido cefalorraquídeo circule por su interior y por tanto todo el sistema nervioso central pueda conectarse con la zona y realizar todos los ajustes necesarios para su auto-curación.

 

 

 

EL UNWINDING O DESENROSCAMIENTO

 

Después de la escucha del movimiento respiratorio craneal y de inducir el punto de parada o Still Point, vendrá casi con total seguridad y de una manera espontánea un proceso de desenroscamiento llamado también  unwinding.

El unwinding es un movimiento fisiológico inherente correctivo que puede ser inducido desde el sistema nervioso, desde nuestra voluntad o intento.

Esta es una técnica muy importante de esta terapia.

O sea después del punto de parada o Still Point vendrá y sentiremos como el sistema empieza a desorganizarse rítmicamente, empieza un borboteo o temblor en la zona.

Nosotros con nuestras manos tenemos que seguir o acompañar este desenroscamiento natural que el tejido efectúa. Nuestras manos girarán en todas las direcciones, subirán, bajarán, darán vueltas en un sentido y en otro, harán zigzag, se separarán del cuerpo, volverán a aproximarse, se moverán más rápido, luego más lento, hasta que el tejido se encuentre libre de esa tensión que estamos liberando en este proceso de Unwinding o desenroscamiento.

En este momento es cuando las fibrillas minúsculas del tejido fascial van encontrando una mejor alineación y se orientan en una nueva dirección, idónea para que el tejido fascial se relaje y por tanto permita que el IRC entre en sus fibrillas o forme parte del proceso de expansión y contracción.

El desenroscamiento es un proceso que cuando colocamos nuestras manos en el cuerpo el sólo viene. Aunque este proceso se ve mejorado y potenciado cuando viajamos con nuestra mente al interior de los tejidos, cuando ponemos toda nuestra energía y atención al interior de las partes que estamos tratando, e incluso cuando le pedimos al tejido que se relaje o le enviamos algún tipo de color de luz que le pueda favorecer.

Este momento es de vital importancia para esta terapia, por ello dependerá de la energía que en ese momento tenga el terapeuta, de su nivel de conciencia y de su poder de curación.

Estamos llenos de pequeñas y grandes tensiones físicas, musculares, ligamentosas, tendinosas, fasciales o de cualquier otra índole.

Es el momento de deshacer todas las líneas energéticas que envuelven esa tensión, y cuanto más vueltas o movimientos tengamos que hacer alrededor de la zona de tensión será indicativo del nivel o tamaño de la lesión. Si el nudo fascial es grande el desenroscamiento o diarrea quinética será mayor.

Nuestras manos seguirán las líneas de tensión marcando la velocidad y la forma que el tipo de lesión nos indique. Es muy probable que al disolver una forma de tensión redonda nos aparezca otra elíptica y luego una línea que nos lleve a otra parte del cuerpo del paciente para desenroscar otra forma elíptica o lineal o cualquier tipo de línea de tensión.

Las líneas energéticas que rodean nuestro cuerpo en forma de tensión pueden ser de muchas maneras o clases, redondas, elípticas, en espiral, con diferentes tamaños, diámetros y número de vueltas, en forma cuadrada o triangular, unas se entrelazan con otras, etc. casi en cualquier parte del cuerpo podemos tener un tejido contraído que mejoraremos su estado descargándolo de energía mediante la técnica de disolver todas las líneas energéticas de su alrededor. Este hecho se puede hacer simplemente acariciando y masajeando dicha zona contraída. Si tenemos habilidades sanadoras este proceso de desenroscamiento será muy efectivo y salutífero.

Este proceso es cuando el terapeuta y el trauma o la tensión del paciente se convierten en uno y el terapeuta tiene que absorber dicha tensión a través suya y hacerla trascender, elevarla o hacerla desaparecer. Por tanto es posible que el terapeuta realice pequeños movimientos o giros sobre si, a la vez que mueve las manos para hacer el efecto de espiral y conseguir eliminar dicha tensión con mayor rapidez y efectividad.

Existe un profundo intercambio de energía en este momento que puede que genere al terapeuta o al paciente algún pequeño espasmo, eructo, temblor, respiración acelerada, o cualquier otro movimiento involuntario que permitiremos que suceda, para favorecer el desenroscamiento. Todo esto es muy buena señal de que algo sé esta moviendo en ambas personas y que la transferencia y liberación de energía está sucediendo.

A veces el unwinding no es apreciable y otras veces es dramático, con borboteos en los tejidos y diarreas quinestésicas,  o sea de movimientos involuntarios y violentos.

Tenemos que aprender a escuchar la tendencia del cuerpo a moverse, doblarse o rotar y seguir ese movimiento terapéutico espontáneo, para liberar las tensiones.

Tenemos que sentir la energía en nuestras manos y allí donde notemos la energía con más fuerza, allí donde esté el bloqueo nos quedaremos ahí un rato.

Si continuamos descargando energía el bloqueo se reducirá y se restablecerá la corriente energética. Mantendremos el contacto con este punto de energía bloqueada hasta que no sintamos ninguna diferencia con el área que lo rodea o hasta que vuelva el impulso rítmico craneal. Luego moveremos las manos hasta que encontremos otro punto de tensión o bloqueo energético.

Este desenroscamiento es una de las técnicas más efectivas para aliviar las tensiones o bloqueos energéticos.

El caso es que el desenroscamiento sobreviene en todos los procesos de esta terapia, desde el cráneo hasta el diafragma pélvico.

El desenroscamiento viene siempre después de colocar nuestras manos en el tejido, hueso o sutura y después de impedir con nuestra intención el siguiente proceso de expansión o llenado del LCR. El tejido va ha dejar de respirar y entonces casi de inmediato viene un proceso de borboteo o desenroscamiento del tejido fascial

En muchas ocasiones hemos querido doblarnos o hacer girar los brazos o las piernas, para encontrarnos mejor y ajustar nuestro cuerpo. Este desenroscamiento espontáneo es un acto natural que si aprendemos a utilizarlo nos será de gran ayuda en el intento de liberar las tensiones internas del tejido fascial.

Hasta el bostezo o el desperezamiento típico de las mañanas los podemos considerar como un desenroscamiento del tejido fascial.

También se realiza un ajuste de este tejido en los momentos de llanto o risa, en los eructos o aires estomacales o anales, en el castañeo por un nerviosismo o por el frío, en los espasmos o tetanias, hay muchas reacciones naturales del cuerpo que conllevan inevitablemente a una liberación de una tensión corporal y por tanto a un nuevo y mejor ajuste del tejido fascial.

Hoy en día hay varias escuelas de expresión corporal, danza libre y otras que usan principios parecidos a este unwinding.

Nosotros si nos dejamos llevar por la espontaneidad y naturalidad del cuerpo, tras un golpe o lesión nuestro instinto es el de colocar nuestras manos en la zona afectada e incluso de acariciarla o hacer círculos alrededor de la zona traumatizada.

De igual manera si nos duele el estomago o cualquier otro órgano o articulación nuestro instinto será el de colocar nuestras manos en su proximidad y moverlas para aliviar el dolor, damos vueltas alrededor de la zona lesionada con nuestras manos, acariciamos la zona de muchas maneras y al final las manos se deben de quedar quietas en la zona dolorida, durante un buen rato.

También se puede usar la técnica de poner la mano izquierda para absorber la tensión o energía psíquica y purificarla a través del amor en nuestro corazón. La mano derecha es la que dará energía nueva y salutífera.

Esto también  lo podemos considerar como un desenroscamiento del tejido fascial que nos ayudará a que la tensión interna mejore y se convierta en tejido fascial relajado, abierto a que circule por su interior el impulso rítmico craneal.

En la parada neurológica que se realiza por sí sola después del proceso del desenroscamiento y que tras esta parada, el movimiento respiratorio vendrá con mayor fuerza y equilibrio. Se percibe como un apagón del IRC y una oportunidad para procesar cambios neurológicos.

Si hacemos esta técnica en todos los tejidos que nos duelan o estén tensos, nuestra salud y vitalidad general mejorarán indudablemente.

Todo el cuerpo es una fascia en perfecta comunicación entre ella y el sistema nervioso central y periférico. Tenemos que procurar que todas nuestras fascias estén relajadas y pueda circular por ella el IRC. Este va ha ser nuestro trabajo en esta terapia.

Lo que suele pasarnos es que nos cansamos antes de poder ver y observar los resultados.

Si le hacemos el desenroscamiento  a una parte del cuerpo, ésta mejorará, pero seguro que tenemos más fibras o tejidos internos que requieren que le hagamos esta técnica, el caso es que todo el cuerpo es una fascia y muchas de éstas están esclerotizadas y necesitan de nuestro cuidado.

Si sanamos una pequeña parte del tejido fascial nuestro Ser total no notará casi el cambio a escala general, aunque si que podremos percibirlo mediante el tacto.

La mejoría general la notaremos si estamos perceptibles a nuestro Ser o nuestra salud general y al cabo de varias sesiones terapéuticas.

Si el LCR pulsa  con normalidad por el interior de las fascias es casi imposible que este tejido y sus alrededores se encuentren tensos o con problemas. El problema está en que el LCR no circula, debido a que las fascias se tensan con mucha facilidad, principalmente por motivos psicológicos o psíquicos, como el estrés, los trastornos emocionales o mentales, los sobresaltos emocionales como el miedo, los golpes o lesiones, etc.

En muchos momentos del día nuestro cuerpo reacciona y se tensa por diversas circunstancias emocionales, mentales, o de cualquier otra índole. Nuestro trabajo personal reside en saber soltar la tensión a su debido tiempo y asimilar correctamente todas las situaciones.

Un refrán que nos puede ayudar es que no nos preocupen los problemas, si no que simplemente nos ocupemos de ellos. También tenemos que tener en cuenta las situaciones que nos están estresando y procurar evitarlas.

 

 

 

PARADA NEUROLOGICA

 

Después del borboteo o desenroscamiento vendrá una parada neurológica, una parada del impulso rítmico craneal, un silencio, una tranquilidad después del estrés del unwinding.

Esto se puede interpretar como un momento de paz para que el sistema nervioso central y el tejido fascial se reorganicen y equilibren para el nuevo y mejorado IRC.

Al cabo de unos segundos o pocos minutos vendrá el impulso rítmico craneal con mayor amplitud, simetría y mejor ritmo. Nosotros seguiremos con nuestro ligero contacto en la zona hasta que vuelva el impulso rítmico craneal. De nuevo, si tardara en volver el impulso rítmico craneal sería indicativo de la importancia de la lesión.

Al volver el impulso rítmico craneal en todo el cuerpo conseguiremos que el micro articulaciones del cuerpo, las suturas craneales, el sacro con la pelvis, etc., recobren su movimiento de flexo-extensión.

Este es un bello momento en donde podemos observar la curación sutil de la zona, la vuelta a la normalidad del IRC en la zona que estamos tratando.

El cuerpo, una vez establecido este movimiento respiratorio y por tanto pulsando su campo energético, el sistema nervioso central y periférico están de nuevo mejor conectados y ellos se encargarán de llevar toda la sanación y la salud a la zona. La comunicación neurológica y eléctrica de la zona funcionará mucho mejor y el cuerpo sabrá llevar toda la actividad química, motora o fisiológica a la zona, para su recuperación.

Por supuesto gracias a los movimientos de flexión y extensión cráneo-sacral la circulación sanguínea del cerebro, y de todo el organismo se mejorará considerablemente, sobre todo en las uniones de los huesos, tendones y ligamentos. Por ejemplo entre las suturas craneales existen micro venillas y tejido fascial que recobrarán su salud si desbloqueamos las suturas craneales.

El cuerpo es suficientemente sabio para reencontrar su homeostasis.

 

 

 

 

LAS POSICIONES DE LAS MANOS DEL TERAPEUTA

 

Aquí analizaremos las posiciones de las manos y todos los pasos que debemos seguir para hacer una sesión de terapia cráneo-sacral. Como los pasos a seguir son muchos, así como los huesos y zonas a tratar, no podremos hacer todos los pasos en una sola sesión si no que necesitaremos de tres a cinco sesiones para hacer todos los pasos.

Haremos unos protocolos cortos para cada sesión que nos vendrá a ocupar entre 40 minutos y 90 minutos.

 

 

EL CV4

 

Esta manipulación tiene su gran importancia y la realizaremos dos o tres veces en una sesión de terapia cráneo-sacral, pues será la primera manipulación a realizar y la última en cada sesión. Nos sirve para activar el movimiento de la sincondrosis esfeno-basilar y por tanto de todo el sistema cráneo-sacral y también nos es de utilidad para al acabar la sesión dar un mensaje de guardar todos los nuevos datos fisiológicos ocurridos en la sesión en la memoria central del cerebro.

Vamos ha hacer el CV4  craneal.

El occipital caerá sobre el triángulo que forman los pulgares con las eminencias tenares de nuestras dos manos juntas como indica en el dibujo. Es importante que el occipital caiga perfectamente en su sitio. Si apoyamos un poco más hacia arriba podremos pillar las dos suturas del occipital con los parietales y no podremos hacer correctamente el CV4.

Tampoco podremos tener las manos muy abiertas, porque si no podremos coger los huesos temporales. Hay que ser muy preciso y el occipital se queda en dos puntos de apoyo en las eminencias tenares de los pulgares, lo demás está en el aire. La mano se tiene que fundir con los tejidos del paciente energéticamente hablando.

También podemos escuchar el ritmo craneal en los mastoides. Aquí tengo que sentir el movimiento de descenso, de ascenso (flexo-extensión), pero también tiene un movimiento de apertura lateral de ensanchamiento, en donde los mastoides se acercan y se separan. Podemos sentir estos movimientos en nuestros codos o tríceps. 

En la flexión la cabeza se llena y crece por los lados y el occipital se estira lateralmente.

Después cuando está en la fase de vaciado al final de esta fase hacemos el bloqueo, evitando el llenado. Es con la intención y la concentración, como realizamos el bloqueo de la fase de llenado. El occipital al no poder llenarse va ha empezar el borboteo y luego vendrá el punto de parada o punto de quietud, o Still Point. Después de realizar estos pasos volverá el ritmo con toda  su belleza y amplitud. Estos pasos nos pueden costar varios minutos entre dos o tres hasta diez o veinte dependiendo del tipo de lesión. También podemos decir que según vamos progresando con el paciente las sesiones serán más cortas y más efectivas.

 

DIBUJO  20    COLOCAR LAS MANOS EN V

DIBUJO  21    POSICION  CV4

 

 

 

 

TÉCNICA T.D.O.A.A. O DESCOMPRESION OCCIPITO-ATLA-AXIOIDEA.

 

Aquí se trata de dejar que el peso de la cabeza se hunda en nuestros dedos, entonces sentiremos el arco posterior del atlas. Con el meñique palparemos la cresta externa del occipital y suavemente y con la intención procuraremos fraccionar el occipital y separarlo del cuello. Tracción del atlas y tracción del occipital. En cualquier trastorno craneal como un dolor de cabeza, etc. se aconseja la T.D.O.A.A.

Descompresión O.A.A.

Con la cabeza en el aire, dejaremos descansar los seis dedos encima de las protuberancias occipitales y la dirección de los dedos irá hacia las órbitas oculares. La cabeza se quedará en el aire, sobre los punteos de los dedos. La cabeza se va hundiendo poco a poco y el efecto es visco elástico. Desde aquí podemos llegar hasta el arco posterior del atlas cuando los dedos se van hundiendo. Es fácil tocar la transversa del atlas pero es muy difícil tocar el arco posterior del atlas. Cuando esto pasa, los dos meñiques comienzan a trabajar con una pequeña tracción y el occipital se va separando del atlas. La sensación es de profundidad y tracción visco elástico y poco a poco las fibras van cediendo y el occipital poco a poco se va separando del arco del atlas.

Nosotros aquí hacemos una inducción mental buscando la vértebra o segmento que queremos trabajar, lo demás el desenroscamiento del tubo dural, el cuerpo  sólo lo hará. Aquí se trata de un sentido de profundidad y de tracción.

Si pretendemos que el líquido  baje del tercero al cuarto ventrículo y de aquí a la médula, entonces tenemos que reblandecer esta zona.

 

DIBUJO  25  Y  26

 

DESCOMPRESION  O.A.A.

TRACCION TUBO DURAL.

DESCOMPRESION S1 ESPINOSA L5.

 

 

 

TECNICA DEL RECORRIDO MÉDULAR O TRACCION TUBO DURAL

 

Hay que hacerla con la imaginación.

Con la cabeza aplomada y los dedos hundidos en la región occipital notaremos una sensación viscosa elástica en nuestros dedos, como de mantequilla. A continuación arrastramos el occipital un poco hacia nosotros, cerramos los ojos y  cada vez producimos un poco más de tracción de la médula espinal y con la mente imaginamos éste recorrido a  través de las vértebras cervicales, de ahí a las dorsales, lumbares, hasta terminar en el sacro.

Percibiremos qué parte de la médula está atascada mediante una sensación  viscosa. Aquí haremos una parada, regresaremos un poco atrás y haremos que se libere. Es en este momento que sentimos un borboteo o temblequeo en la médula y paramos esperando a que se ajuste. Una vez logrado esto, seguiremos nuestro viaje por el tubo medular fraccionando cada vez un poco más. Si volviésemos a sentir una resistencia en esta tracción, volveríamos a realizar la operación antes descrita.

Con esta manipulación también liberamos la tensión en el  occipucio, atlas y axis.

A partir de aquí hacemos el viaje imaginativo en donde se produce la descompresión del tubo dural hasta llegar al sacro, o lo que es lo mismo realizamos el viaje por la médula hacia abajo, segmento a segmento. La sensación es como la de una goma que se va estirando poco a poco. Cuando se para, es que hay un bloqueo.

Nosotros sólo hacemos una inducción espacial, el cuerpo hace el desenroscamiento del tubo dural, él sólo.

Las yemas de los dedos van a arder, a quemar, que es sinónimo de la descarga de los músculos extensores cervicales.

Las hernias postero-laterales son tratables. Sin embargo, en los derrames craneales esta técnica está desestimada.

La médula espinal siempre está en movimiento de subida y bajada y con ella  los pares raquídeos, por ello los agujeros de conjunción son tan grandes.

 

VAMOS A AJUSTAR Y EQUILIBRAR EL HUESO TEMPORAL

 

El diseño de los temporales y de las suturas biseladas como las agallas de un pez, le proporciono a William G. Sutherland la idea original del concepto del movimiento óseo craneal.

Entre las membranas, tanto la vertical como la horizontal y el líquido cefalorraquídeo el cerebro está en constante estado de flotación. Esto sirve para que cualquier impacto traumático pueda absorber el impacto sin dañarse el mismo cerebro, debido al estar acolchado en un medio acuático.

Todo lo que hagamos en los temporales y en el ATM va a repercutir en la membrana horizontal, en el tentórium, sobre la tienda del cerebro, donde el cerebro se asienta.

Entramos en la membrana horizontal a través del temporal.

Los temporales tienen un movimiento complejo. Tiene un movimiento de rotación antero-posterior y después un movimiento de separación, todo muy unido. Parece que los temporales se abren primero en su parte inferior, en los mastoides y luego en su parte superior. Es como un bamboleo que hará que se vaya cerrando en su parte inferior a la vez que se abre en su parte superior. Es como la abertura de las escamas de los peces pero con rotación, rotación anterior y posterior. Todo acompañado de su movimiento de expansión y contracción.

 

Colocamos al paciente en decúbito supino y nosotros detrás de su cabeza.

Para escuchar el movimiento respiratorio de los temporales colocaremos el dedo medio en el oído, el índice en la temporo-mandibular y el anular en la mastoides. La parte tenar de mis manos hace contacto con la cabeza por detrás de las orejas.

Aquí mantendremos una calma y un silencio interior para sentir y percibir durante varios ciclos el movimiento respiratorio primario de los temporales.

La escucha del movimiento respiratorio primario en cualquier parte del cuerpo, podemos usar la forma o técnica que mejor nos convenza. Ya que es algo que muy sutil y particular de cada uno.  Yo utilizo mi habilidad cinestésica para percibir el movimiento respiratorio primario como una pulsación energética que dirige mis manos, sin contacto con el cuerpo marcándome en movimiento existente en dicha zona.

Para ayudar en el movimiento respiratorio de este hueso tenemos tres técnicas: una técnica de balanceo, una de mecanismo de rotación antero-posterior y la última de descompresión del temporal o tirón de orejas.

Técnica del balanceo.

Aquí es cuando los temporales se empiezan a ajustar.

Lo hacemos a través de las apófisis mastoides.

Primero la escucha.

Segundo seguir el movimiento. Las apófisis mastoides se van a mover en una especie de ocho. Observaremos cual de ellas tiene más movimiento, para irnos a la de menos movimiento para devolverle el movimiento del bamboleo. Para ello freno el bamboleo a la que tiene más movimiento, lo freno con la intención en un lado y acelero el otro. Luego suelto de los dos y se recuperara el sólo.

Una vez tengo el movimiento de los dos por igual los freno a los dos por igual en el momento del vaciado y obtendremos la parada o Still Point. Luego vendrá un borboteo o desenroscamiento que acompañaremos dure el tiempo que dure. Después tendremos la parada neurológica, momento que el organismo usa para reorganizar su pulso. Y ya al final  reaparecerá de nuevo el ritmo de flexo-extensión, con mucha mejor calidad y ritmo.

Al abrirse la mastoides el cuarto ventrículo del cráneo se llena de líquido cefalorraquídeo.

Tercero rotación de los temporales.

El temporal hace apertura lateral y movimiento antero-posterior de flexión y extensión. Flexión, apertura de mastoides, cierre y extensión.

Para que los mastoides se puedan abrir tiene que haber un eje de rotación. Se trabaja con el dedo medio que actúa de eje de pivote de rotación dentro del oído. El índice va a la parte superior del temporal y el anular a la altura del mastoides.

Primero notamos el movimiento, luego exageramos la lesión, primero para un lado, luego para el otro, en sentido de la lesión. Luego del borboteo se frena y vuelve a funcionar en flexo-extensión. Como en casi toda la terapia es un trabajo con la intención, con nuestra energía, voluntad y amor.

Tercero el tirón de orejas.

Es la tercera técnica para ajustar los temporales.

Cogemos las orejas en horizontal muy suave y estiramos. Sentiremos que las agallas, las suturas, cederán. O muy posible es que una ceda y la otra se quede fija. Pediremos con la intención a la que se queda fija que se libere. Haremos una tracción horizontal y ligeramente oblicua hacia abajo, hacia los hombros. Aquí estiramos la tienda del cerebro.

Nuestra conciencia viajará por el interior de las suturas del temporal desenroscando el posible nudo fascial y visualizando su correcta apertura. Este tirón de orejas es para abrir la escama anterior.

Alrededor del oído externo existen muchas líneas de acupuntura o meridianos de energía. El oído es uno de los sentidos más importantes, pues en su interior está el sistema del equilibrio.

Nosotros,  podemos usar alguna otra técnica osteopática o energética para poder liberar cualquier sutura, ligamento, articulación o músculo. Nuestra práctica y corroboración de las diferentes técnicas que podamos usar, nos dirán lo efectivas y saludables que pueden ser.

El camino a la investigación esta abierto y la experiencia adquirida hasta hoy en día, así como las investigaciones científicas realizadas son escasas.

 

TRATAMIENTO CRÁNEO-SACRAL DE LOS MAXILARES

 

Colocamos nuestros dos dedos en los dientes superiores para percibir el movimiento de apertura y cierre de los maxilares. Cuando el esfenoides desciende notaremos como los dientes se separan a través de la sutura intermaxilar. No importa si hay implantaciones dentales, pues el movimiento es del tejido blando, incluso lo podemos percibir encima de la encía si no hay diente.

En la fase de flexión craneal los dedos notarán la sensación de que se abren y en la extensión notaremos que los dedos se cierran. Este es el movimiento fisiológico normal.

A veces notaremos como ambos maxilar el derecho e izquierdo se van hacia un lado y luego hacia el otro. Esto es porque existe en el esfenoides una lateralización de su articulación esfeno-basilar, un posible impacto lateral del esfenoides o del occipital.

A veces notaremos un mecanismo de torsión o rotación donde un maxilar se anterioriza y el otro se posterioriza. Esto es porque el esfenoides también  está en torsión.

Si nos encontramos estos casos patológicos lo tendremos que tratar de esta manera:

Primero escucharemos el movimiento respiratorio del maxilar superior y localizamos el tipo de lesión.

Segundo acompañamos el movimiento respiratorio hacia la lesión, aún más pronunciada la lesión. Si rota hacia la derecha lo llevaremos aún más hacia la derecha, acompañando varios ciclos el movimiento respiratorio pronunciando aún más el sentido de la lesión. Es la técnica del nudo o del picaporte de la puerta que tienes que apretar un poco más el nudo o la puerta para que después se desate el nudo o se abra la puerta con mayor facilidad. Se trata de apretar un poco más los tejidos, empujarlos un poco más hacia la lesión, para que después se reajusten mejor y se puedan abrir los tejidos de la sutura.

Tercero le haremos una parada, lo sujetaremos primero en el sentido de la lesión y aquí empezaremos a tener un unwinding o un borboteo, toda una rebeldía de los tejidos que se están reajustando. Forzaremos la parada del IRC en el sentido de la lesión para que los tejidos ellos solos se reajusten. Si el borboteo es muy fuerte necesitará mucho tiempo para reajustarse. Hay que darle su tiempo, cuanto más tiempo necesite quiere decir que la lesión es más crónica, que lleva mucho tiempo lesionada y los tejidos se han esclerotizado. Los tejidos tienen que ajustarse de nuevo a su componente elástico y mecánico.

Cuarto vendrá una parada neurológica un silencio de los tejidos y del IRC. En unos segundos o pocos minutos volverá el IRC y el maxilar se abrirá y cerrara acorde con el esfenoides.

 

AJUSTAR Y EQUILIBRAR EL VOMER
Para notar su movimiento tendremos que colocar el dedo del corazón o el dedo índice en el interior de la boca en la parte superior, siguiendo la sutura crucífera al final del maxilar encontramos el reborde del vómer y lateralizando el dedo a ambos lados nos encontraremos con el suelo palatino. Estamos trabajando en el paladar duro en la bóveda de la boca. Nuestro dedo se coloca al fondo de la parte superior de la boca y le pedimos al paciente que apoye con cuidado sus dientes en mi dedo, teniendo en cuenta que pronto tendrá que hacer la deglución de la saliva. Los huesos palatinos se encuentran a ambos lados del vómer. Yo notaré como la parte del vómer que esta en contacto con mi dedo sube y baja. Es posible que notemos que el vómer en vez de hacer el balancín rote o realice un movimiento transversal, o incluso que ni se mueva. Son las únicas lesiones posibles del vómer, por posibles traumatismos físicos antiguos o por tensión interna en los tejidos.
En la flexión craneal tenemos que las alas del esfenoides bajan y estas empujan el vómer en su parte posterior hacia abajo en perpendicular y su parte delantera va hacia arriba. Este balancín es el que tendremos que notar en nuestro dedo, notándolo a través de nuestra primera falange y la yema del dedo. El rostro del esfenoides o apófisis saliente se viene a encajar en la entalladura del vómer. La parte posterior del vómer golpea con el paladar duro y hace que éste se abra a través de su sutura crucífera. En una extensión tenemos un ascenso del esfenoides  y un ascenso también  de la parte posterior del vómer pero un descenso de la parte anterior del vómer y un cierre de la sutura sagital del maxilar superior, es como un efecto de balancín. Este movimiento esta acompañado por los palatinos que también  realiza ese movimiento de bajar, apertura, subir y cierre. De esta manera el vómer controla los palatinos y el maxilar superior y a su vez el vómer es controlado por el esfenoides.
Dicho de otro modo en cuando el cráneo entra en flexión la boca se ensancha y cuando entra en extensión la boca se estrecha. Esto es perfectamente perceptible en los dientes, en la boca. Ya que esto va en a expensas de dos ejes de rotación que tiene la mandíbula, cada mandíbula tiene un eje de rotación independiente gracia a esta sutura sagital, provocando que la mandíbula rote en rotación interna o externa. Esto provoca que el paladar duro se cierre en rotación interna o extensión o se abra en rotación externa o en flexión. Esto en muchas bocas no sucede y por tanto afecta e impide que el esfenoides se mueva en libertad, junto con el vómer, el etmoides, los zigomáticos, los palatinos, etc.
Es posible que por una lesión de impacto tengamos una compresión del vómer con el esfenoides, y posiblemente repercuta en la pérdida de movilidad del esfenoides y del maxilar superior.
Tendremos que desencajar la entalladura del vómer con el rostro del esfenoides, esto puede ocasionar dolores de cabeza, síndromes de pares craneales y otros trastornos cognitivos y dolorosos. Un simple impacto en la cara puede acarrear esta gran patología, incluso de dolores de espalda.
Para liberar todos los anclajes de inserción de tensión membranosa de tejido blando en la articulación del vómer con el esfenoides, podemos hacer con nuestra intención este trabajo. Primero notar el movimiento de flexión y extensión esfenoidal correcto y luego hacer todos los otros movimientos posibles para estirar todas las fascias y tejidos que lo envuelven, haciendo un movimiento de rotación lateral en un sentido y en otro sentido o de tensión lateral en un sentido y en otro.
Todo esto al compás del movimiento de flexión y extensión natural. Lo llevo a un lado y le dejo que respire ahí y se revelara, lo llevo a otro lado y lo mismo. Al final lo centrare y lo conectare al movimiento de flexión extensión normal. Esto es como una gimnasia pasiva para hacer que las fascias del vómer se estiren bien, se elongen, oxigenen y vascularicen bien.
Es muy probable que al testar el vómer notemos que no realiza su movimiento de balancín y que por tanto tengamos que eliminar la tensión que se lo impide, en tensión lateral o en rotación.
La técnica será la misma, primero lo llevaremos más pronunciadamente hacia el lugar de la tensión o de la lesión, exageraremos la tensión para que se produzca el desenroscamiento y luego lo llevaremos hacia su correcto sitio.
En el momento de la extensión del esfenoides la entalladura de éste con el vómer se separa un poquito y es en este momento donde podríamos hacer un poco de tracción del esfenoides con nuestra intención para separar la cápsula articular del esfenoides con el vómer y desimpactar el posible golpe en la cara.
El trabajo consiste en desimpactar la cápsula articular del vómer con el esfenoides y para ello en el momento de máxima separación de esta cápsula realizamos un trabajo con nuestra intención de separar aún más y mantener esa posición durante un rato.
Luego comprobaremos si de nuevo se produce el movimiento de flexo-extensión correcto.
Es muy posible que para desimpactar un vómer necesitemos de dos a tres sesiones, dependiendo del tipo de trauma o de impacto que haya recibido. Trataremos que el balancín se mueva correctamente.

 

LA GRAN IMPORTANCIA DE ESTE HUESO Y LAS POSIBLES LESIONES

También  podemos encontrar lesiones traumáticas en personas que le han operado de los cornetes nasales o de vegetaciones, ya que al raspar las vegetaciones o en la cirugía se produzca una restricción de fascias en el tejido blando y puede mantener el esfenoides sin movimiento. Esto es un problema por una cicatrización interna y muy posiblemente siga teniendo problemas de este tipo u otros en dicha zona o en zonas más distales.
Por tanto nuestro trabajo estará en estirar el tejido fascial alrededor del vómer, para mejorar la restricción de movimiento entre el esfenoides y el vómer.
Desajustes en el vómer pueden provocar problemas en los oídos, en la mandíbula y en las fosas nasales.
Una tensión intra-ósea del vómer debido al desplazamiento lateral del paladar duro creará una contra tensión opuesta por parte del vómer. Esto producirá una gran restricción funcional en toda el área respiratoria nasal, debido a la enorme tensión de membranas generado en el sistema esfenoides vómer.
El vómer lo podemos considerar una llave maestra para la correcta respiración por ambas fosas nasales, con la gran importancia que tiene la correcta alternancia y dominancia de cada fosa nasal. La respiración contiene un ciclo de unas dos horas de dominio de una fosa nasal y después tendrá dominancia la otra fosa nasal, durante las otras dos horas. Una fosa nasal alimenta el sistema nervioso simpático y la otra el parasimpático. Si permanecemos mucho más tiempo respirando en una fosa nasal que en la otra podemos entrar en un estado de simpaticotonía o parasimpaticotonía. También  se sabe que el retardo en la alternancia de las fosas nasales produce una disminución del sistema inmunológico, viéndose este afectado negativamente.
Si el vómer pierde movilidad con respecto al esfenoides el tiempo de alternancia de las fosas nasales sé vera seriamente afectado. Si devolvemos el movimiento del vómer podremos observar que el equilibrio de alternancia y dominancia de las fosas nasales se equilibra.

 

 

TECNICAS PARA LA LIBERACION DE LOS HUESOS NASALES

 

Repetiremos las técnicas cráneo-sacrales en la sutura nasión o en la sutura internasal.

Gentilmente forzaremos una parada del movimiento respiratorio primario en la fase de extensión esfeno-basilar. Desenroscamos el nudo facial y después le permitimos que vuelva su movimiento respiratorio mejorado. Podemos hacerlo tanto en la parte de arriba en el nasión como en la  sutura internasal.

Otra técnica que podemos hacer es la de tracción de la sutura del nasión y mantenemos mientras se hace un desenroscamiento o unwinding en todas las direcciones, sosteniéndolo allí arriba. Este trabajo es para que la fascia retronasal empiece a estirarse y tengamos más amplitud en los cornetes nasales y tengamos más espacio de entrada de aire en los cornetes nasales.

Tenemos dos técnicas: una para disociar la glabela frontal de los huesos nasales y la segunda técnica es para disociar los huesos nasales del cartílago nasal. Los dedos hacen lo mismo lo que cambia es la altura de apoyo. Primero sentir como respira la glabela pronto nasal y la segunda es entre el hueso nasal y los cartílagos. Todo respira.

Los huesos nasales tienen un movimiento de rotación parecido al vómer, o sea tiene un eje de rotación horizontal que lo atraviesa. Notaremos como en la fase de extensión ascienden y bajan y en la fase flexión o de llenado los huesos nasales se elevan y después  descienden. Para liberar los huesos nasales del frontal mi pulgar se apoyara sobre la glabela del hueso frontal mientras que la otra en forma de pinza, pinzaré los dos huesos nasales.

Podemos observar nuestra capacidad respiratoria pulmonar antes del trabajo y después de realizar estas técnicas, tendremos mejor percepción del aire que respiramos y mayor capacidad.

En cualquier sutura o hueso podremos sentir el movimiento respiratorio primario y si no lo tiene con nuestras manos realizaremos un desenroscamiento del tejido fascial. El ojo de nuestra mente viajara por el interior del tejido, penetrando en la tensión y pidiéndole que se relaje y se desenrosque. Mientras tanto nuestras manos estarán girando y moviéndose en todas las direcciones que se requiera. Después vendrá o forzaremos una parada neurológica durante unos segundos hasta que retorne el movimiento respiratorio de la zona.

 

AJUSTAR EL HUESO LAGRIMAL

Para percibir y mejorar todo su movimiento respiratorio utilizaremos la misma técnica que en los demás casos.

Colocamos el pulgar en una mitad del hueso nasal y el índice en el hueso unguis, con un apoyo muy suave. Trataremos de percibir su movimiento de expansión o apertura en la flexión y en la extensión un cierre o contracción. Es el mismo movimiento que el hueso zigomático. Buscaremos el movimiento de la restricción, en el caso de que este cerrado procuráremos cerrarlo un poco más y desenroscar el nudo fascial, poner toda nuestra concentración en esa zona y esperar a que el sólo vuelva con su movimiento de apertura y cierre.

Este hueso es el que forma el conducto lagrimal y tenemos que liberar sus tensiones.

También  podemos liberar los dos lagrimales o unguis a la vez. Sentiremos su movimiento y si uno respira y el otro no podemos bloquear el que tiene el movimiento fisiológico correcto y llevar esa fuerza o atención hacia el unguis patológico, hasta que este se libere. Acompañar varios movimientos respiratorios y soltar para sentir el IRC en ambos unguis.

Las patologías del hueso unguis son patologías de deshidratación nasal, resecación de los conductos lagrimales, infecciones oculares, deshidratación del glóbulo ocular, conjuntivitis crónicas, etc. con una técnica tan simple podemos hacer una gran ayuda para toda esta zona.

Entonces tenemos que trabajar los huesos zigomáticos, nasales y el unguis.

Así ya tenemos todo el rostro casi hecho.

Después de trabajar todo el paladar duro tendremos que volver a trabajar la articulación temporo-mandibular, el temporal y el esfenoides, para encajar todo a la perfección.

Notaremos como después de trabajar el paladar duro el ATM tendrá mucho más amplitud movimiento, pues hemos trabajado toda la encrucijada temporo-mandibular, a través del vómer, de los palatinos y a través del temporal.

Tenemos que trabajar el paladar duro: maxilar superior, vómer, palatinos, esfenoides, temporales y ATM. Usaremos las tres técnicas de los temporales, el bamboleo, rotación y tirón de orejas.

Es importante conectar el paladar duro con el esfenoides y con los temporales y el ATM, para conectarlo todo.

 

 

 

¿CÓMO TRATAR AL PACIENTE?

 

Cuando recibimos un paciente en la consulta lo primero que haremos es sentarnos y charlar con el paciente a ver cuales son sus necesidades y hacerle un pequeño historial.

Le preguntaremos que es lo que espera de nosotros, para procurar que el paciente tenga más protagonismo que el terapeuta, esto es importante.

Entonces le diremos al paciente que le queremos ayudar, pero que el debe de poner mucho más de su parte que yo. Intentamos hacer un contrato laboral en donde yo tengo un compromiso y el paciente otro. Como en cualquier contrato  si una de las partes no responde el contrato se rompe.

En realidad no es mi problema si no es el del paciente, por tanto, éste debe de poner de su parte. Ponerse de acuerdo en el porcentaje de protagonismo que cada uno tiene que tener y es el paciente el que tiene la mayor de las responsabilidades. El paciente me ayuda a mí a yo ayudarle a él. Ahora ya tenemos el 50% del éxito en los tratamientos.

Después de tener el historial yo le propondré el hacer esta terapia cráneo-sacral. Aquí estamos pidiendo su consentimiento, y él puede decir sí o no. Si es positivo ya tenemos el otro 50% del éxito del tratamiento, si dice que no podemos hablar de hacer otros tratamientos.

Esta terapia es una terapia no agresiva, no invasiva, y es muy respetuosa con la circulación de los tejidos y con la inteligencia que emana de esos fluidos.

Es una terapia que nos lleva a la auto-escucha del paciente y a la auto-escucha nuestra.

Sucede que según como esté nuestro nivel de receptividad, tendremos una calidad en nuestro trabajo de escucha del paciente. Entonces tendremos que poner en práctica un buen posicionamiento, un buen estado de ánimo y de receptividad y un buen estado mental y de concentración.

Escuchar el ritmo cráneo-sacral es como sintonizar un dial de la radio, nosotros nos focalizamos en el movimiento rítmico del líquido cefalorraquídeo. Nosotros somos el dial. Puede ser que haya días que no sintamos bien el ritmo y entonces nos haremos unos masajes en los puntos neurolinfáticos nuestros, entre las costillas y la parrilla costal y también masajear el labio superior e inferior.

Le podemos explicar al paciente que la vitalidad es la expresión de la cualidad de la vida y que vamos a procurar conseguir un sistema corporal completo estructurado y dinámico.

Haremos un diagnostico sobre el estado del paciente. Observaremos como camina, como se agacha, el color de la piel, los rasgos de su cara, los ojos, etc. y en función de las conclusiones obtenidas del examen seleccionaremos un tratamiento curativo.

Le comunicaremos al paciente lo que vamos a hacer en esta terapia y le explicaremos brevemente el funcionamiento del sistema cráneo-sacral.

Le explicaremos al paciente que necesitaremos varias sesiones para reequilibrar su sistema cráneo-sacral.

Nosotros como terapeutas vamos a ayudar al paciente a re-encontrar su estado de perfecto equilibrio energético.

Pasamos a la camilla y empezamos a hacer el tratamiento. VOLVER

 

 

 
 
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