TERAPIA    CRÁNEO-SACRAL
   
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LOS CAMPOS DE ENERGIA

 

Todo ser vivo esta formado de un cuerpo físico y de un campo de energía. Ya que la vida conforma una actividad eléctrica, esta crea unos campos electromagnéticos, que forman el aura humana.

Cada ser humano esta formado por infinidad de campos electromagnéticos que crean fuerzas que están constantemente interactuando.

Nuestro campo electromagnético o aura humana esta constantemente interactuando con otros campos energéticos, como el de las montañas, playas, ríos, minerales, plantas, animales y otras personas. Si no fomentamos la armonía entre todos los campos energéticos con los que interactuamos cada día, nuestras fascias se encogen o bloquean, por el choque energético y la no-asimilación armónica con otros campos energéticos.

Podríamos redefinir el campo energético humano CEH y explicar su funcionamiento y la visión científica sobre su existencia, pero esto nos llevaría un volumen entero, por tanto nos conformaremos con la observación de que el CEH esta formado a la vez por partículas fluídicas y por ondas energéticas.

Veamos  porqué se realiza una curación con la imposición de manos.

Los cuerpos vivientes irradian un calor y una energía. Esta energía es la fuerza vital propiamente dicha. Esta energía que irradiamos es pensamiento, es emoción, es sentimiento, es fuerza vital, es energía espiritual.

En muchas culturas y a lo largo de la historia se ha conocido y nombrado esta energía. Podemos hacer un breve recorrido por distintas religiones que proclaman la existencia de los campos de energía.

Por ejemplo: los chinos a la energía la llaman Chi, los japoneses la llaman Ki, los polinesios la llaman Mana, los indios de Norteamérica la llaman Orenda, los hindúes la llaman Prana, los hebreos la llaman Ruach, los países islámicos la llaman Baraka y los sanadores más actuales y occidentales como Wilhelm Reich lo llaman energía orgónica.

Esta energía puede ser transferida a una persona o a uno mismo con un dolor o con una carencia de energía en esa zona, se convierte en energía salutífera, en energía sanadora que ayudará a restablecer el nivel de prana y por tanto de la salud en dicha zona.

Toda materia viva irradia un campo de energía o de vitalidad, y esta energía por motivos variados y complejos puede escasear o abundar, o simplemente tener una información u otra. Por supuesto la escasez de energía hace que la sustancia física se encoja, que no vibre, que no tenga vitalidad, que se encuentre en estado deprimido. Y a través de nuestro tacto curativo podemos hacer que dicha zona se restablezca y cobre de nuevo esa alegría de vivir o vitalidad.

Todo cuerpo vivo dispone de un doble etéreo, que es el espejo del cuerpo físico. Es energía que vibra a una frecuencia más alta que la del cuerpo físico. Aquí esta el patrón energético que dará la forma a la materia física.

Nosotros podemos influir cambios en este patrón energético a través de la energía, mediante la imposición de manos o simplemente deseando que así ocurra, cambiando el patrón mental-emocional del doble etérico por un nuevo patrón mental-emocional que hará que las próximas células que se regeneren lo hagan bajo una nueva perspectiva más saludable.

En el ámbito energético cada vez que pulsa el LCR manda una onda de energía hacia el aura  que la recarga y le da forma y vida. Esta onda áurica, o sea esta onda energética se proyecta alrededor del cuerpo entre  unos centímetros hasta cerca de un metro del cuerpo físico. Es imprescindible hacer que nuestro cuerpo, que nuestra aura pulse por todos y cada uno de sus rincones. La perfección de este sistema nos lleva indudablemente a la salud holística de la persona.

Seguro que muchos de los problemas mentales, emocionales, de conducta o cualquier patología que venga de la psique, se pueden tratar con éxito desde el nivel cráneo-sacral. Porque muchos de estos problemas psicológicos nosotros somos los que le hemos permitido que entren y no los hemos asimilado bien, se están somatizando en el tejido fascial, en forma de bloqueo o trauma.

Si nosotros ponemos de nuevo a pulsar todo el cráneo y el cuerpo entero dichos problemas no entrarán con tanta facilidad ni se somatizarán en el cuerpo, ya que la pulsación del líquido cefalorraquídeo, por tanto el impulso rítmico craneal, nunca permitirá que  absorbamos ningún tipo de energía negativa, es como estar conectado con Dios con la fuente universal que solo permitirá que únicamente entre en nosotros la perfección. O sea que todos los psicólogos y psiquiatras deberían apoyarse en técnicas cráneo-sacrales.

Para una vida sana y equilibrada en todos sus niveles es necesario que el ritmo del LCR vaya fluidamente por todo el organismo y que por tanto se realice el movimiento de flexo-extensión por todo el cuerpo, en especial por el cráneo. .

Nosotros sólo tendremos que estar centrados y conectados con nuestro autentico Ser interior, para adquirir la perfecta sabiduría interior. Esta alineación nos pone en contacto directo con la fuente de energía universal y esto nos hace que nuestra fuerza vital aumente, nuestro poder curativo se pone en marcha y podemos usar esta energía sin agotar nuestras reservas internas, si no conectándonos con la fuente universal de la energía.

El conectarnos a la energía  es parte de todos nosotros y al principio de la creación de la Tierra, en las civilizaciones del Mu o Lemuria y de la Atlántida, los niños recibían las iniciaciones de los campos de energía en la escuela elemental, así como otras enseñanzas terapéuticas. Los cambios telúricos que destruyeron Lemuria y la Atlántida, provocaron una gran desorganización social y cultural. Una selecta minoría que consiguió refugiarse en la India y en el Tíbet, consiguió preservar estos conocimientos de sanación y ajuste energético del ser humano. De ahí que en la India haya una tradición tan autentica sobre el conocimiento del campo energético humano y universal, con sus Chakras o ruedas de energía.

Una persona que sea practicante de Reiki u de otra técnica sanadora y que por tanto sus canales de energía están mas abiertos y predispuestas a la curación tendrá mas facilidad y mejores resultados de hacer terapia cráneo-sacral.

Podemos contar un poco la historia reciente de un Ser que por su deseo más profundo de encontrar métodos de curación energética nos trajo la técnica de curación llamada Reiki y que es un complemento muy bueno para realizar terapia cráneo-sacral.

De hecho es seguro que al realizar algunas posiciones de las manos en Reiki se realice en algún momento las técnicas cráneo-sacrales. O sea que se produzcan momentos en donde se pare y se reordene el movimiento respiratorio primario, con tan solo colocar nuestras manos en el cuerpo por un tiempo mas o menos alargado. Pero por supuesto si conocemos las técnicas de antemano podremos ser mucho más facilitadores del toque terapéutico.

 

 

 

BREVE HISTORIA DEL REIKI DEL BUDISMO Y DE JESUCRISTO

 

La historia de Reiki tradicional empieza a mediados del siglo XIX con Mikao Usui, un decano de la Universidad de Doshisha de Kyoto y sacerdote cristiano a quien sus alumnos le preguntaban acerca del método de curación mediante el cual Jesucristo sanaba a los enfermos. Usui, en su afán de conocer la verdad y poder responder a esta pregunta, emprendió por su cuenta una investigación que le duró más de diez años y le permitió redescubrir y aprender esta técnica. Las jerarquías eclesiásticas del Japón le advirtieron que no debía de hablar ni de dar a conocer ningún método de curación.

Mikao Usui se trasladó a Estados Unidos en donde recibió durante siete años. Estudio en la facultad de Teología de la Universidad de Chicago y estudiaba historia comparada de las religiones y de la filosofía. También aprendió a leer el Sánscrito, el antiguo idioma de la India y del Tíbet. Al seguir sin encontrar respuesta alguna sobre el ancestral método de curación, abandono sus hábitos de sacerdote cristiano y se fue a vivir a un monasterio Zen en el Japón, su país de origen.

Entonces Usui desvío sus investigaciones a través del Budismo en la India, debido al enorme paralelismo entre Gautama Siddhartha y el Jesucristo histórico. Los monjes budistas le dijeron a Usui que el antiguo método de curación se había perdido que no existía otra vía de aproximación a este método más que a través de las enseñanzas budistas, o sea, del Camino de la Iluminación.

Veamos un poco la historia del Buda en la India.

Buda nació hacia el año 620 A. C. cerca de la frontera Nepalí, era hijo de un rey y se llamaba Gautama Siddhartha. En su educación se pretendía que ignorase las penas y aflicciones del mundo, recluyéndole en palacio, de donde no salió hasta que alcanzó la edad adulta. Entonces quiso conocer el mundo y desobedeciendo la voluntad de su padre, se fue a conocer la realidad que existía fuera de su castillo. Por primera vez vio la pobreza, la enfermedad, la muerte, el sufrimiento y así despertó en él la necesidad de liberar del dolor a todos los seres humanos. Siddhartha abandonó las riquezas y a su amada esposa para vivir la vida de peregrino, sin hogar y sin comida. Vivía debajo de los árboles y comía lo que la gente le daba, pero meditaba y meditaba para descubrir que manera podía eliminar el sufrimiento del mundo.

La primera iluminación le vino meditando debajo de una higuera y pensó que el dolor del mundo en parte viene por nuestra adhesión a las posesiones materiales y a otros seres vivos, con la codicia y negatividad que esas pasiones pueden acarrear.

Las acciones que día a día emprendemos nos originan el karma que positivo o negativo nos atan al plano material y terrenal, olvidando y relegando a un segundo plano a nuestro espíritu.

Las enseñanzas budistas se basan en la compasión hacia todos los seres vivos y en resolver las situaciones kármicas, sanando el cuerpo, las emociones, los sentimientos y los pensamientos y escuchar y ser espíritu libre y autentico.

La religión budista es totalmente respetuosa con cualquier otra religión y parece que muchas religiones tienen fundamentos provenientes del budismo. El budismo y otras tantas religiones tienen muchas verdades inmersas en su doctrina. El caso es saber descubrir lo mejor de cada una.

Por tanto el Buda descubrió la senda de la iluminación que sirvió para que tantos otros encontraran el camino para liberar el dolor y el sufrimiento y así encontrar su Iluminación.

Algunos autores dicen que Jesucristo fue una reencarnación de un monje budista. Por aquella época el budismo se había difundido por todo el Oriente y existían profecías en los Esenios y en los budistas de que un importante monje budista se iba a reencarnar.

Al identificar al maestro Jesucristo como la reencarnación del monje budista previsto en las profecías, cogieron al niño y a su familia y lo llevaron y educaron en Egipto y en la India.

Una vez recibidas las enseñanzas budistas y diversas iniciaciones, Jesús regresó a Jerusalén, con todo el conocimiento y toda la iluminación adquirida en la religión Budista. Por tanto se sabe que recibió las enseñanzas esotéricas y se convirtió en un autentico y maravilloso sanador del campo energético humano. El maestro Jesús se convirtió en el salvador y redentor del mundo.

Así como Él dijo nosotros tenemos en nuestro corazón una partícula Crística y estamos hechos a imagen y semejanza suya. Jesucristo curaba a los enfermos y enseñó las técnicas para hacer lo mismo a sus discípulos. También nos enseñó los términos de reencarnación y de karma. Pero al parecer por reinfluyentes interpretaciones de las enseñanzas de Jesús, en el siglo V bajo la influencia paulina se perdieron estos términos y estas enseñanzas, para el mundo Occidental.

Sin embargo para los budistas en Oriente, las verdaderas enseñanzas de Jesús y del Buda se han mantenido casi intactas. Por tanto estoy convencido de que es aquí donde podemos encontrar un buen y verdadero conocimiento sobre la vida y sobre el Ser Humano.

La doctrina budista se basa en un principio de compasión hacia todos los seres vivos y por tanto la no-agresión hacia ningún ser vivo, si no la atención y ayuda a todos los necesitados, de una manera desinteresada. Para el Budismo la curación abarca el plano emocional-sentimental, el plano mental y por supuesto el nivel espiritual. El budista reconoce nuestro nivel de existencia multidimensional, así como los campos de energía que toda materia conlleva.

El tacto humano transcribe calor, cariño, amor, consuelo, energía y por tanto poder curativo. El acto de la imposición de manos sobre el cuerpo humano para confortar o aliviar el dolor es tan antiguo como los instintos, pues de hecho ante una situación dolorosa o accidentada lo primero que hace el ser humano es llevar las manos a esa zona afectada.

Las madres con sus niños, saben muy bien de este instinto de curación que realizan cuando su hijo siente cualquier dolor, como en la cabeza, la madre inmediatamente colocara sus manos en la frente y las mantendrá hasta que este dolor se haya remitido. Es un don natural que tenemos todos, para sanar o aliviar nuestros dolores.

La práctica de este don se ha venido realizado a lo largo de la historia especialmente por mujeres. Por su sensibilidad, por su gran corazón o simplemente por su condición de madre, la mujer ha usado y potenciado este don curativo a lo largo de la historia. El mundo siempre ha estado lleno de grandes mujeres que han ejercido el don de la curación por imposición de manos.

El problema del por que este conocimiento no ha prosperado, lo podemos ver en la sociedad patriarcal que tan atareada ha estado en la construcción y realización de los asuntos materiales y lógicos, relegando e incluso aplastando el conocimiento intuitivo sobre las habilidades psíquicas o sobre los campos de energía.

Estas habilidades tan desarrolladas en la mujer han sido olvidadas debido a la represión de la sociedad patriarcal e incluso por la iglesia, que por supuesto esta formada por hombres.

Tenemos que procurar dar un salto cuántico con relación a lo que vemos y a lo que no vemos, pues es aquí en lo que no vemos donde radica la verdadera salud y todo un potencial del Ser humano que tenemos por desarrollar. Por que alrededor del cuerpo humano tenemos el aura, el Ser invisible compuesto por capas de energía, que siempre ha existido y siempre existirá. Es en este nivel energético e invisible para la mayoría en donde se realizan las sesiones curativas.

El cuerpo físico el que vemos es materia densa de baja vibración y es aquí donde la ciencia médica ha realizado sus estudios mediante reacciones mensurables y empíricas mediante la causa y el efecto.

Los descubrimientos actuales por parte de la física cuántica sobre la estructura del átomo, sitúan grandes espacios vacíos entre los átomos y sus partes. Incluso la materia más densa se compone en su mayoría de espacios vacíos, todo esta hueco a nivel microscópico. En esos espacios vacíos en el interior de la materia están los campos de energía, el aura, que en su globalidad del cuerpo es de gran importancia para la salud.

El cuerpo humano se compone en un 70 a un 80 por ciento de agua, como materia sólida y el espacio vacío del cuerpo superan el 90 por ciento. El agua es un compuesto de hidrógeno y oxígeno fácilmente intercambiable por cualquier otra forma de energía. La energía sanadora puede trasformar la estructura vinculada del agua y así cambiar el crecimiento de los enzimas del cuerpo.

Otro interesante descubrimiento es concerniente a la intercomunicación celular existente en todo el cuerpo. Una sola célula tiene toda la información de la persona y es posible clonar otro organismo desde una sola célula. A través del sistema nervioso todo el organismo se comunica y por tanto un toque de energía curativa o una sesión de terapia cráneo-sacral reactiva a todo el organismo a que recupere la salud completa.

Otro hecho importante es el rápido cambio que sufren todas las células del cuerpo en su muerte y regeneración que constantemente se realiza en el cuerpo.

Cada segundo más de cinco millones de células mueren y son restituidas. La proteína el principal componente del cuerpo después del agua también es reemplazada por otra nueva en cuestión de días o de meses.

Por tanto las células de los músculos, de los órganos, del sistema nervioso, de los huesos, de todo el organismo son renovadas cada seis meses y cada célula es consciente de toda la masa celular, o por lo menos tiene toda la información de la persona en su ADN.

En esa renovación celular, a través de volver ha  hacer que circule la energía podemos hacer que las nuevas células se reproduzcan bajo unos parámetros de perfección y por tanto de salud. Podemos recuperar la perfecta funcionalidad de cualquier parte de nuestro organismo, si conseguimos cambiar el patrón energético o áurico que lo compone.

Con la terapia cráneo-sacral se consigue hacer que circulen todos los fluidos corporales y que por tanto la energía también circule.

 

 

 

LOS QUIROPRACTICOS

 

Los quiroprácticos se encuentran muy cerca de los conocimientos y experiencias de los osteópatas, realizando casi un camino paralelo.

Los quiroprácticos gracias a los estudios de Shuterland se van acercando a fenómeno cráneo-sacral y adjudicando sus axiomas o investigaciones sobre todo con su técnica occipito-sacral.

Ya en 1936 el Dr. Nephi Cottam publico la historia de la craneopatía. Su principal premisa era que las suturas craneales hay que darles mas espacio, forzar la expansión y más expansión.

El Dr. James R. Alberts también apoyaba y aconsejaba el tratamiento del cráneo mediante la expansión de las suturas, mediante una tracción mecánica, que a la vez que abría las articulaciones, ejercitaba los propioceptores suturales. Este señor en 1959 publicó su libro llamado “EL Síndrome de estrés meníngeo cerebral”, basado en la relajación del sistema nervioso central.

Aquí se debate principalmente las relaciones entre el estrés emocional y la tensión meníngea y el cráneo. También trataba de desarrollar un modelo neurológico de la función craneal, para la reorganización neurológica de patrones defectuosos. Esto sirvió como base para que se desarrollara la kinesiología aplicada al concepto craneal.

Otro quiropráctico el Dr. Leo L. Spears fundador del hospital quiropráctico en Denver, Colorado con más de 700 camas. Este señor desarrollo un sistema que llamo remodelación craneal en donde se analiza la distorsión craneal por cuadrantes sin tener encuentra las suturas. La corrección se hace aplicando una presión intermitente y rítmica  al cráneo. Spears destacaba las malas manipulaciones en los nacimientos como la causa de los problemas craneales.

Otro DR. El señor Dejarnette aporto su especial técnica sacro-occipital TSO a la escuela quiropráctica. Muy relacionado con los estudios de Shuterland, desarrollo un concepto corporal totalitario. Creó una técnica para el desbloqueo de la pelvis y tenía en cuenta la tensión reciproca de las membranas, mantuvo la unidad de la estructura y de la función postulada por Shuterland. Realizaba la estimulación neurorrefleja y la manipulación visceral, así como escribió sobre la función química, nutricional, neuromuscular, biomecánica, cráneo-sacral, neurológica y psicosomática. Su técnica sacro-occipital fue para muchos quiroprácticos su iniciación y su suspicacia al concepto cráneo-sacral.

Un nuevo partidario del concepto cráneo-sacral en quiropráctica ha sido el Dr. George Goodheart, padre de la Kinesiología aplicada. Este señor expandió las bases de la quiropráctica y de la técnica sacro-occipital, a la vez que desarrollo la kinesiología aplicada.

Parece que los quiroprácticos realizan un trabajo de fuera del cuerpo para llegar al interior de este, con manipulaciones más o menos físicas y fuertes. En muchos de los casos es posible que sea productivo este tipo de manipulaciones.

Nosotros en el trabajo cráneo-sacral de John Upledger no ejerceremos casi presión o contacto alguno.

Por ello los quiroprácticos antiguos usaban la simbología del triángulo equilátero. En el interior dibujaban un hombrecillo y representa el perfecto equilibrio entre la mente, la química y  la estructura. Cada uno de estos componentes afecta directamente al otro.

Una lesión de tobillo, afectará a la linfa y la sangre y producirá un resentimiento. Un trauma psíquico, o físico puede repercutir en el PH estomacal y producir una úlcera de estomago y a la vez producirá un bloqueo de la vértebra dorsal seis.

Los quiroprácticos actuales usan éste símbolo del triángulo, pero ponen al lado una figura ovoide que representa el campo electromagnético de la persona en forma de huevo que es el símbolo del nacimiento, en forma de fuego.

No estamos hechos sólo de mente, química y estructura, sino también de energía. Todo lo que afecte al campo electromagnético de nuestro Ser, afectará a nuestra mente, nuestra química e incluso a nuestra estructura.

 

 

 

LA SOCIEDAD Y LA CIENCIA ACTUAL

 

La ciencia mide estos campos magnéticos perjudiciales para la salud que se encuentran en transformadores, líneas de alta tensión, en los móviles, en los televisores, etc. Los neurólogos saben muy bien que nuestra cabeza es un gran emisor de ondas electromagnéticas que generan una corriente eléctrica, esta se puede ver afectada por otro campo magnético más potente y absorber nuestra energía o verse afectada la información que se recibe por el cerebro.

Se puede pensar en tener camas con pivote rotatorio, para aprovechar los campos magnéticos y telúricos de la tierra. En una estación la cabeza al norte, en la otra al este, en la otra al su y luego al oeste.

La sociedad esta cada vez más avanzada tecnológicamente pero cada vez más embrutecida. Esto puede ser en gran parte por que todos los seres humanos hemos pasado por momentos difíciles en la vida, situaciones de crisis o de estrés, golpes o traumatismos antiguos o simplemente bloqueos mentales que nos han tensado diferentes fascias de nuestro cuerpo, que hoy en día todavía permanecen en constante tensión interna.

Hemos perdido la conexión con nuestro cuerpo y con ello la sensibilidad, para saber lo que nos sienta mal o bien. Tanto en el ámbito alimenticio, como en el ámbito emocional, mental o simplemente sobre nuestras costumbres.

Funcionamos a veces bajo moldes perjudiciales para nuestra salud y no nos damos cuenta. Todo esto y más nos hace que en nuestro interior estemos llenos de pequeñas o grandes tensiones, tanto en el tejido fascial como en los músculos y órganos de nuestro cuerpo.

Esto potenciado por todos los traumas mentales o emocionales que pasamos a lo largo de la vida, empeora el asunto mucho más.

Todos tenemos principios de enfermedades potenciales en el cuerpo y esto con seguridad nos hace tener mal carácter y actuar de mala manera.

Si todas las personas estuviéramos con una perfecta salud y, por tanto, viviendo en armonía y paz interior, el mundo en general seria un lugar mucho más bonito y placentero. VOLVER

 

 
 
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