TERAPIA    CRÁNEO-SACRAL
   
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LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

 

El hábitat del  sistema nervioso central, o sea el recubrimiento, el fluido donde se alberga el sistema nervioso central y la médula espinal es el tan especializado líquido cefalorraquídeo, sustancia altamente cualificada para cuidar y mantener el órgano mas importante y sensible del cuerpo humano, el cerebro y la médula espinal.

La función del líquido cefalorraquídeo es la de proteger, alimentar, lubricar, ayudar en la función eléctrica al sistema nervioso central, entre otras. O sea proporciona el medio más adecuado para la supervivencia y función del principal sistema de coordinación y comunicación del cuerpo humano. Tanto el cerebro como la médula espinal son los órganos más protegidos del cuerpo, contenidos dentro del armazón del cráneo y de la columna vertebral respectivamente y fortificado por una gran cantidad de músculos y ligamentos. El sistema nervioso central es un sistema semi-cerrado, guardado por el maravilloso mecanismo de la barrera hemato cefálica, un tejido muy especializado, que también gracias a su permeabilidad especifica aísla eficazmente la circulación del líquido cefalorraquídeo de los demás líquidos del cuerpo, como la sangre venosa, la arterial, de la linfa y del liquido extracelular, al mismo tiempo que permite una comunicación esencial y selectiva con ellos.

Este líquido cefalorraquídeo se fabrica en la cabeza, a través del plasma sanguíneo.

El líquido cefalorraquídeo (LCR) o fluido cerebro espinal es segregado en un 95% por los plexos coroideos del tercer ventrículo y los ventrículos laterales. Parte del fluido se difunde en el cerebro por el espacio subaracnoideo, mientras el resto pasa a través  del agujero de Munro al cuarto ventrículo, donde se produce más fluido. De ahí pasa a través de la cisterna magna hacia el espacio subaracnoideo inferior del cerebro y baja por la meninge espinal, por toda la columna vertebral, el sacro y al final circula por todo el organismo.

El líquido cefalorraquídeo circula por todo el sistema nervioso central de modo ordenado y por un canal de una sola dirección, y siendo eventualmente reabsorbido por las vellosidades aracnoideas del seno sagital y devuelto al sistema venoso.

El espacio subaracnoideo en el cráneo vacía a la circulación sanguínea a través de los vellos aracnoideos en el seno sagital superior, aunque primero el LCR debe atravesar la pequeña apertura tentarais que rodea el mesencéfalo.

O sea que el LCR esta en constante cambio, entra nuevo líquido y se elimina el viejo al riego sanguíneo a través de las vellosidades aracnoideas.

 

DIBUJO  11  RECORRIDO DEL LCR EN EL CEREBRO

 

La producción del líquido cefalorraquídeo se realiza de forma controlada y rítmica. Los plexos coroideos fabrican el líquido cefalorraquídeo de forma pulsátil a bombeos rítmicos y este fluido circula por todo el circuito de fascias. Este sistema relativamente de nuevo descubrimiento forma un circuito de campo hidráulico semi-cerrado.

Es gracias a este sistema de llenado y vaciado que se produce los micro-movimientos de todo el sistema cráneo-sacral, en especial interés la bisagra esfeno-basilar, una sincondrosis. El LCR ejerce un empuje de fuerzas en todas las direcciones desde los cuerpos cavernosos donde se forma el LCR. Y como la ley física nos dice que los líquidos no se pueden comprimir, se produce ese movimiento de expansión y contracción.

 

Entonces el líquido cefalorraquídeo que se produce en el plexo coroideo del tercer ventrículo pasa por el agujero interventricular de Monro al plexo coroideo del tercer ventrículo. De aquí baja por el acueducto cerebral de Silvio al plexo coroideo del cuarto ventrículo. Aquí tenemos dos aberturas, la abertura lateral, o agujero de Luschka y la abertura media o agujero de Magendie que drena el líquido cefalorraquídeo hacia la médula espinal y hacia la aracnoides craneal subiendo por detrás del cerebelo.

 

La fascia que envuelve a la médula espinal y al cráneo está formada por la Dura Madre, el Aracnoides y la Pía Madre.

El líquido  cefalorraquídeo circula por un saco semi-hermético en el interior de la fascia que rodea al cráneo y a la médula espinal. Justo en el espacio central de la fascia, o sea en el espacio subaracnoideo es por donde circula este LCR. El líquido cefalorraquídeo es muy nutritivo y a la vez hace de conducción neuro-eléctrica. Es como una batería de coche que  realiza un proceso galvánico y para ello necesita de los iones, especialmente del Na, K y Ca que el LCR transporta para facilitar la actividad eléctrica del SNC.

El sodio  (Na+) es el ión más abundante en el LCR, en el LEC y en el plasma, representando el 95% del total de los cationes de estos líquidos

Esta actividad eléctrica es básica y necesaria para la función neurológica, para la generación y distribución del potencial de acción del SNC, de nuestro cerebro. Éste líquido es de vital importancia en la salud de las sustancias nerviosas, llena los ventrículos cerebrales, rodea al cerebro, a la médula espinal y a la vaina de los nervios periféricos, e incluso se ha descubierto que se encuentra en todas las partes del cuerpo en mínimas proporciones, en el interior de las fascias, en concreto en la parte media, en la aracnoides.

Este líquido nos sirve de protección, de nutrición y de eliminación. El LCR nos transporta ciertas sustancias nutritivas como la glucosa, tan necesaria para el cerebro y sirve de depósito a corto plazo para otras sustancias esenciales. Nuestro cerebro no tolera fácilmente las fluctuaciones de glucosa en ninguna dirección. Un nivel elevado de glucosa en el cerebro provoca el coma diabético y un bajo nivel provoca el coma insulínico. Además al cerebro se le debe de suministrar los adecuados niveles de iones, vitaminas, aminoácidos, etc.

El LCR nos protege el cerebro, la médula y la pared ósea, como si de un colchón hidráulico se tratara. Su densidad idéntica a la sustancia cerebral evita el aplastamiento contra la caja craneal en los descensos brutales  de velocidad. El líquido cefalorraquídeo transporta hasta las células nerviosas los elementos nutritivos de la sangre y elimina los desechos. Circula entre los ventrículos, recorriendo un sinuoso camino a través de estrechos orificios para entrar en un espacio entre el cerebro y la caja craneana, donde es absorbido, este líquido envuelve e incluso se infiltra en muchos nervios craneales.

Parece que el líquido cefalorraquídeo hace también la función linfática en el interior del cerebro. El líquido cefalorraquídeo también se difunde unidireccionalmente desde los ventrículos a través del parénquima cerebral, o sea de la masa cerebral, hacia el líquido cefalorraquídeo externo del cerebro el que se encuentra justo debajo de la bóveda craneal. En este camino se vierten proteínas y metabólicos como el agua metabólica al cerebro. Algunos de los productos residuales del cerebro se vierten en el líquido cefalorraquídeo y son vertidos en el seno sagital superior hacia la sangre venosa a través de las vellosidades aracnoideas.

Una vez mas nos damos cuenta que el trabajo cráneo-sacral esta dedicado a mejorar esta función, la de hacer que el líquido cefalorraquídeo circule por el interior del cerebro, alimentando todas las células y drenando los productos residuales de todo el tejido cerebral. Gracias a la acción rítmica del sistema cráneo-sacral, por tanto al libre movimiento de todos los huesos craneales se mejora considerablemente la circulación del líquido cefalorraquídeo por todo el parénquima cerebral.

La presión en el sistema aracnoideo del líquido cefalorraquídeo es de unos 130 Mm. H20 (10mm. hg.) en reposo. Un valor normal esta entre 70 a 180 Mm. H20. Esta presión es bastante mayor que la de los espacios intersticiales del resto del cuerpo y ligeramente mayor que la presión arterial. La presión del líquido cefalorraquídeo esta regulada principalmente por tres factores, el nivel de producción del líquido cefalorraquídeo, el nivel de absorción de las granulaciones aracnoideas y el estado del sistema cráneo-sacral. Las fluctuaciones de estos niveles, son los responsables de la fluctuación de presión del líquido cefalorraquídeo es lo que percibimos como impulso respiratorio primario.

La acumulación de este líquido se traduce en hidrocefalia.

En medicina tradicional se conocen muchos casos de enfermedades muy diversas por motivo de la falta de circulación o en menor caso por exceso de circulación del líquido cefalorraquídeo. Cualquier fallo en la libre circulación de este fluido puede acarrear todo tipo de patologías, ya que empeora y se reduce la interconexión de todos los sistemas del cuerpo con el sistema nervioso central. O sea la comunicación neuro-eléctrica del sistema nervioso central con todo el organismo se reduce considerablemente y el cuerpo entra en decadencia y prematuro envejecimiento. Por falta de comunicación y alegría vital el cuerpo se deteriora en vez de rejuvenecerse. Algo se sabe sobre la existencia de una sustancia que se fabrica en el cerebro y que circula por el líquido cefalorraquídeo que provoca e induce al sueño. Todavía estamos lejos de entender y demostrar científicamente todos los factores del cerebro y del sistema cráneo-sacral.

 

 

COMPOSICION DEL LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

 

Aunque para su producción se utiliza la materia bruta del plasma sanguíneo, su composición difiere de su origen en la composición de electrolitos y en el hecho de que esta relativamente exento de proteínas. Su producción esta clasificada como secreción más que como un simple filtrado. También existen componentes no celulares y algunas macromoléculas.

La composición del LCR es principalmente agua con algunos elementos disueltos como:

  1. Glucosa: El alimento del cerebro. Sus niveles son inferiores a los del LEC. El cerebro debe de sacrificar gran parte de la función corporal, para conservar sus niveles de alimentación esenciales constantes.
  2. Ácido monocarboxílico.
  3. Aminoácidos. Son transportados a través de la BCH por uno de los tres transportes, dependiendo de su estatus, como ácido neutro o base. Dependiendo de la dieta y del PH existe una competición en la entrada de aminoácidos al LCR. Por ejemplo el triptófano, compite con otros cinco aminoácidos neutros similares. El triptófano es el precursor en la síntesis cerebral de la serotonina, uno de los seis neuro-transmisores definidos. Un descenso en el aporte del triptófano al cerebro puede provocar un descenso similar en la cantidad de serotonina sintetizada en el cerebro. Un incremento de su provisión contribuye a la inhibición competitiva de otros aminoácidos neutros y esenciales.
  4. Ácidos nucleicos: Incluye transportes especiales para la adenina y nucleótidos
  5. Colina (amina)
  6. Hormonas
  7. Vitaminas: Predomina especialmente la del grupo B
  8. Electrolitos: El equilibrio electrolítico cerebral es también una homeostasis delicadamente mantenida.

El LCR esta en libre equilibrio con el líquido intersticial cerebral, cuya firme composición es vital para el mantenimiento de la integridad funcional del cerebro.

Otros valores del LCR son:

Volumen: 150 ml.                                      Peso específico: 1.007

  PH: 7,35                                                 Glucosa: 65 MG/100ml

Cloruros (Nac1): 120-130 MEQ/1            Gamma globulina: 6-13%

Proteínas totales (aminoácidos): Lumbar: 15-45 MG % cisternal 10-25 MG % ventricular 5.15mg%

El líquido cefalorraquídeo tiene una presión y las venas tienen otra presión distinta. A menor riego sanguíneo hay mayor posibilidad de trastorno. Por ejemplo, en un dolor de cabeza hay falta de riego sanguíneo.

Si la túnica o membrana del cráneo de cada sutura se abre y el líquido cefalorraquídeo no hace presión, la túnica se puede romper.

En la flexión el cráneo se llena de líquido cefalorraquídeo, se ensancha por los laterales y se acorta en la parte antero-posterior.

Flexión: el occipital desciende hacia atrás, las alas del esfenoides descienden hacia delante, ambas van en sentido contrario. Este movimiento se realiza gracias a la semi- articulación sincondrosis esfeno-basilar.

En la extensión sucede que ambos van hacia arriba (el occipital y el esfenoides).

Con el pulgar y el índice en las alas mayores del esfenoides, es decir, los dedos en las sienes, tenderán a bajar. Este es el movimiento correcto de flexo-extensión craneal.

Las técnicas de la osteopatía craneal son de suma importancia y utilidad para normalizar los huesos del cráneo y la libre circulación del líquido cefalorraquídeo.

 

 

 

BARRERA HEMATO CEFÀLICA

 

El concepto de barrera hemato-cefálica (BHC) es algo relativamente nuevo y un poco complicado de entender. En resumen se trata de un término general, utilizado para describir lo que es un sistema de estas tres barreras:

  1. Sangre y el líquido extracelular LEC en el endotelio capilar.
  2. Sangre y LCR en los coroides y otros.
  3. El líquido extracelular y el LCR en las meninges.

Estas barreras aíslan eficazmente la circulación del LCR de la sangre y del líquido extracelular tisular. La BCH es un compacto revestimiento del sistema vascular del cerebro que impide el paso a la mayoría de las sustancias.

Hablemos primero del líquido extracelular cerebral. Este se deriva a la vez del líquido cefalorraquídeo y de los vasos sanguíneos cerebrales que son los que suministran oxigeno para la oxidación de la glucosa transportada por el líquido cefalorraquídeo. Este es el principal metabolismo para la vida del cerebro. El liquido extracelular cerebral esta en equilibrio con el líquido cefalorraquídeo, por tanto uno contribuye a la composición del otro, aunque difieren en la concentración de elementos. El líquido extracelular cerebral es el medio del parénquima del sistema nervioso central y el mediador directo entre el aporte de sangre arterial (capilares) y las células del parénquima.

El hipotálamo como órgano sensorial se encuentra exento de este aislamiento de fluidos.

La BCH contiene numerosos mecanismos hemostáticos que protegen la composición iónica del LCR de las fluctuaciones.

La composición del LCR esta estrictamente relacionado por los esfuerzos combinados de la barrera hemato-cefálica (BCH) y el plexo coroides. Se admite anatómicamente que la BCH existe en el ámbito de las células del endotelio cerebral que revisten los capilares.

El sistema de barreras estabiliza el medio físico y químico del SNC y conserva elementos neuronales altamente sensibles en semi-aislamiento, a pesar del rico aporte sanguíneo.

La BCH retiene los transmisores del SNC (serotonina, etc.) dentro de la envoltura meníngea para ser reciclados y deja los no transmisores (eponefrina, norepinefrina, acetilcolina, dopamina) fuera del LCR, en donde pueden ser descargados y destruidos.

De igual importancia el concepto de BHC es la permeabilidad a elementos esenciales. El cerebro tiene que ser alimentado de iones y oxígeno en la concentración adecuada. Las neuronas son sensibles a las alteraciones en la composición del LCR y del líquido extracelular LEC cerebral. La BCH cumple esta función a través del transporte activo específico y por medio de mecanismos de retroalimentación. Los capilares del SNC contienen diez veces más mitocondrias que los del esqueleto o músculos, indicativo que nos dice la gran actividad metabólica del SNC.

O sea la BHC esta destinada a aportar al SNC sólo los productos finales de los elementos refinados del metabolismo. Es una barrera casi infranqueable que envuelve a las venas. Como en el interior de la aracnoides existe micro venillas que permanecen en contacto directo con el LCR, puede suceder que alguna bacteria penetre esta barrera e infecte al LCR. Esto por ejemplo provoca la meningitis bacteriana, la más temible de todas las infecciones infantiles y una de las causas de más mortalidad del mundo.

La barrera hemato cefálica es bastante efectiva contra muchos de los patógenos de la sangre y otros fluidos y tejidos. Por ello el sistema nervioso central se encuentra bastante protegido y si este se inflama o recibe un agente patógeno, nuestra respuesta debe ser rápida y considerar esto como una emergencia medica. VOLVER

 

DIBUJO  8  LAS VENILLAS EN EL ARACNOIDES

 

 
 
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