TERAPIA    CRÁNEO-SACRAL
   
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ANATOMIA DEL HUESO DE LA  MANDIBULA

 

La mandíbula se trata del  más grande y fuerte de los huesos faciales y sirve de soporte a los dientes inferiores. La mandíbula es el hueso de mayor movilidad de todo el cráneo y rostro con diferencia.

Dividimos la mandíbula en tres porciones:

  • El cuerpo, tiene forma de herradura. La dividimos en cuatro porciones: La sínfisis, la eminencia y tubérculo mentoniano y las superficies. Podemos distinguir dos superficies, la externa con el agujero mentoniano y la protuberancia mentoniana, la línea oblicuo y la base. La superficie interna con la fosita digástrica, la línea oblicua interna o milohioidea, la apófisis geniana, la fosa sublingual y submandibular, la hendidura submaxilar, la porción alveolar y la porción basilar y la espina mentoniana.
  • Las ramas. Son dos porciones perpendiculares al cuerpo. Cada rama tiene una apófisis condilar que se articula con la fosa mandibular y una apófisis coronoides que se articula con el tubérculo articular del hueso temporal, para formar la articulación temporo-mandibular. Entre ambas apófisis tenemos la escotadura mandibular. En la parte interior de cada rama tenemos el agujero mandibular y la língula.
  • Los bordes. Distinguimos  cuatro bordes. El borde superior, inferior, anterior y el posterior.

 

LA MANDÍBULA ARTICULA CON

  • Con la escama temporal, vía cabeza una articulación diartrósica.
  • Con la apófisis petroestiloides del temporal, vía rama petrosa una sindesmosis.
  • Con la espina angular del esfenoides, vía língula del esfenoides, una sindesmosis.

 

 

 

MOVIMIENTO FISIOLOGICO DE LA MANDÍBULA

 

La articulación  temporo-mandibular, al igual que el frontal, hablamos de dos mandíbulas. La mandíbula derecha y la izquierda.

Depositaremos las manos suavemente en las ramas inferiores de las mandíbulas y lo que vamos a sentir es un ensanchamiento y seguido un descenso de las mandíbulas con una traslación anterior en el momento de flexión cuando la cabeza se llena del fluido cerebro espinal. Entonces la mandíbula al mismo tiempo  que realiza un movimiento de expansión baja en dirección caudal y anteriormente y al final de la flexión realiza un pequeño movimiento de elevación.

Por tanto, es bajar y al final sube un pelín de nada y regresa. Esta siguiendo su movimiento natural, el mismo ángulo inferior mandibular.

 

 

SINDROME DEL ATM

 

El síndrome del ATM o articulación temporo-mandibular es el conjunto de síntomas patológicos relacionados con la función o incluso la estructura de la articulación temporo-mandibular.

Esta articulación es doble y se encuentra a cada lado de la cabeza y se encarga de las uniones de la mandíbula inferior para permitir a esta abrirse y cerrarse y se encuentran justo enfrente de la abertura del oído.

Esta articulación nos permite abrir la boca y cerrarla para el acto de masticar. Si colocamos los dedos índice de las manos a cada lado de las orejas y abrimos y cerramos la boca, sentiremos estas articulaciones moviéndose a través de la pared frontal del canal auditivo.

Esta articulación es de gran importancia para el cuerpo humano ya que nos permite masticar, morder, hablar, respirar, etc.

Cuando esta articulación falla o nos genera problemas podemos generar todo un síndrome de incapacidades o enfermedades, como dolores de cabeza, de cuello, de espalda, problemas para masticar y por tanto problemas digestivos, visuales, así como cambios en nuestra conducta, personalidad e incluso problemas de ansiedad, irritabilidad o de depresión. Esta articulación puede generar castañeos, crujidos e incluso se puede bloquear en posición cerrada o abierta.

Esta articulación si se lesiona puede generar muchísimo dolor.

Los dentistas han estado intentando solucionar correctamente los problemas de esta articulación, aunque sus resultados no han sido todo lo holísticos posibles.

La mayoría de los tratamientos dentales o mandibulares consisten en reposicionar y forzar las mandíbulas o los dientes con relación a los otros. En esta articulación existen muchas tensiones y presiones que bloquean el libre funcionamiento de esta articulación.

La articulación temporo-mandibular es después del esfenoides, es el hueso de más movimiento e importancia, con respecto al IRC.

 

 

VAMOS A TRATAR EL ATM

 

El paciente decúbito supino y el terapeuta detrás de su cabeza. Depositaremos las manos suavemente en las ramas inferiores de las mandíbulas y lo que vamos a sentir es un ensanchamiento y seguido un descenso de las mandíbulas en el momento de flexión cuando la cabeza se llena del fluido cerebro espinal. Éste es el momento en que el esfenoides bascula hacia el frente y empuja al vómer y a los dos palatinos y a los temporales. Entonces la mandíbula al mismo tiempo  que realiza un movimiento de expansión baja en dirección caudal y al final de la flexión realiza un pequeño movimiento de elevación.

Por tanto, es bajar y al final sube un pelín de nada y regresa. Esta siguiendo su movimiento natural, el mismo ángulo inferior mandibular.

Seguramente en los pacientes nos encontremos con que una mandíbula baja y la otra se queda estática, entonces procederemos como sigue:

Primero iremos en el sentido de la lesión, la vamos a comprimir todavía más, por eso se llama compresión y descompresión mandibular.

Cuando la mandíbula baja en el movimiento de flexión vamos a frenar la bajada del lado que baja menos, para hacer que baje aún menos. La otra mandíbula seguirá su propio ritmo.

Después de unos segundos la mandíbula que tenia su movimiento va ha perder su ritmo también y empieza el bamboleo y la parada del borboteo y del ritmo, ya estamos en el Still Point. Ahora las dos mandíbulas se encuentran en la parada neurológica y de seguido las dos mandíbulas seguirán su movimiento respiratorio con el mismo ritmo, ya son simétricas. Nosotros acompañaremos con nuestras manos ese nuevo ritmo.

Si la lesión fuese importante y con una parada no hemos conseguido la simetría deseada, repetiremos todos los pasos hasta que el movimiento respiratorio de la mandíbula sea simétrico.

 

 

 

COMPRESION  Y  DESCOMPRESION  DEL ATM

 

La mandíbula sigue el mismo ritmo que el movimiento de balancín del esfenoides.

Si nos encontramos que un lado de la mandíbula se mueve poco y la otra un poco más, eso no es  un buen ritmo.

Otra técnica que podemos aplicar cuando un lado de la mandíbula respira y el otro no es: primero localizamos el lado patológico y luego lo comprimimos un poco más. A continuación forzamos una parada del lado de la mandíbula que si tenía  movimiento para ayudar a que el lado que no tenía movimiento empiece a respirar. Mantenemos ahí durante varios ciclos. Después liberamos el lado que estábamos impidiendo que respirara y observamos el movimiento respiratorio de los dos lados de la mandíbula.

Si su movimiento respiratorio no fuera simétrico o simplemente por reforzar la técnica haremos una parada de ambos lados de la mandíbula, impidiendo el llenado, con su correspondiente borboteo y parada neurológica. Después la mandíbula recobrará su movimiento respiratorio primario con mayor esplendor.

Muchos de nosotros tenemos una gran tensión en la mandíbula, en los maseteros que nos crea un bursismo que nos desgasta los dientes y los meniscos de la articulación temporo-mandibular. El bursismo sobre todo sobreviene por la noche. Es muy importante descargar la tensión del masetero, con técnica de puntos gatillos o con ejercicios.

Le pedimos al paciente que abra al máximo y cierre la boca varias veces al día y que haga cizallamientos con la mandíbula, hacia un lado y hacia el otro. Le pediremos que use unas células de descarga como un tapón de corcho de botella y que lo muerda varias veces al día, hasta que poco a poco vaya descargando la tensión de los masetereros.

Otro ejercicio para estirar los cóndilos basurales, debido a la retracción existente, se trata de pedir al paciente que se coloque un bolígrafo o un palo al fondo de la mandíbula en forma horizontal apoyado en los extremos de los labios. Intentar que el paciente se lo coloque por detrás de las muelas, al fondo de la boca. Una vez colocado el palo deberemos de hacer ejercicios de interiorizar y posteriorizar la mandíbula, para separar la cápsula de la articulación temporo-mandibular. O simplemente mantener el palo ahí. De esta manera la formación meniscal de la mandíbula encontrará un espacio donde el líquido que hay en su interior circule y disponga de más elasticidad.

Todo este tratamiento es para que relajemos la mandíbula y que el bursismo que sucede por la noche no nos desgaste los dientes ni la articulación temporo-mandibular. Los bloqueos en la mandíbula se producen por la necesidad de expresar las emociones, los pensamientos y la palabra.

La terapia cráneo-sacral en algunos sitios está siendo reconocida por muchos dentistas como un tratamiento valido para el síndrome de la articulación temporo-mandibular, debido a los inmejorables resultados que produce.

Parte de las ventajas de usar la terapia cráneo-sacral es gracias a que ésta va en busca de las causas subyacentes y originales que producen el síndrome de la articulación temporo-mandibular, evitando los aparatosos apliques dentales o hierros que hacen la función de reformar nuestra boca o mandíbula.

Utilizando la terapia cráneo-sacral ayudamos a los huesos del cráneo a movilizarse y recolocarse ellos mismos de forma natural de manera que respetan las tendencias naturales y auto correctoras del paciente.

Como la articulación temporo-mandibular se apoya en los huesos temporales del cráneo, si estos se encuentran desviados y no tienen su impulso rítmico craneal, la articulación temporo-mandibular empieza a fallar o a funcionar defectuosamente. Como es el caso de que la mordedura no se realice correctamente, en su sitio y tengamos una mala oclusión dental. Si se corrige la función y posición del hueso temporal, el síndrome de la articulación temporo-mandibular desaparecerá por sí mismo, suavemente y holísticamente, sin una costosa y dañina intervención exterior. Por tanto hasta que no se corrige el funcionamiento del hueso temporal e incluso de todo el cráneo y del sacro no podemos decir que el síndrome de la articulación temporo-mandibular esta resuelto.

Para la gran mayoría de los dentistas por desconocimiento de la terapia cráneo-sacral, les crea una gran controversia esta manera de tratar los síndromes del ATM. Sin embargo si tratamos la raíz del problema del ATM, podremos evitar otras molestias o problemas como son los dolores de cabeza, la rigidez en el cuello, dolores de oído o simplemente el bajo tono muscular o expresivo de la cara. Sin lugar a dudas si queremos estar sanos vibrar y ser expresivos, todo lo que tenemos que hacer es realizar la terapia cráneo-sacral todas las veces que sea necesario. Nos va en juego nuestra calidad de vida.

Vamos a explicar un caso de una paciente que acudió a la consulta del doctor John Upledger. Una señora con problemas en su ATM y con fuertes dolores en su lado izquierdo de su cara, con dolores de cabeza y de cuello continuos e incluso algunos días bajaba hacia el brazo y la espalda.

Esta señora estuvo poniéndose un aparato dental durante varios meses, todo el día y toda la noche y usando pastillas calmantes para su intenso dolor. La mujer no sentía ninguna mejoría y estaba desesperada, de manera que le aconsejaron que acudiera a las sesiones de terapia cráneo-sacral.

La evaluación sacro-craneal reveló que ambos huesos temporales estaban mal posicionados y no se movían según los cambios rítmicos de la presión del fluido cerebro espinal dentro del sistema hidráulico cráneo-sacral. La siguiente evaluación determinó que la falta de movilidad de los huesos temporales provenía de la parte baja de su espalda. John descubrió que la meninge que conecta el cráneo con la pelvis y el sacro sufría una tensión anormalmente alta. Esta tensión provenía del sacro que se encontraba mal posicionado. Parece que los músculos piriformes que llegan al sacro estaban en una tensión extrema.

Investigando la señora recordó que hace tiempo se desmayo en la cocina y se desplomo en el suelo, por una sobredosis de medicina para la tensión alta. Esta caída produjo una torsión en la pelvis y en el sacro. Esta torsión se mantenía por la contractura muscular adquirida por los músculos rígidos que en acción de defensa impidieron que el daño fuera mayor. Estos músculos piriformes contraídos estaban evitando que el sacro y el extremo inferior de la médula espinal se acomodaran a las fluctuaciones hidráulicas rítmicas de presión de fluidos de su sistema cráneo-sacral. Esta tensión crónica estaba produciendo una tensión anormal en la cabeza, debido a la comunicación fibridal de la duramadre espinal. Las membranas craneales están tan juntas y en tensión reciproca que los huesos temporales se vuelven extremadamente vulnerables ante tensiones en la zona baja de la espalda.

Este era el problema de la falta de movilidad del hueso temporal y por tanto de su síndrome de la ATM. A John le costo unos 15 minutos la evaluación de su problema y decidió solucionar el problema de raíz. Trabajo los músculos piriformes, que como causantes de la lesión estaban forzando el sacro hacia abajo incorrectamente. Puso una mano en su nalga derecha y la otra sobre la pelvis o cadera derecha en su parte frontal y lateral (estos músculos piriformes conectan la pelvis con el sacro). A los cinco minutos el músculo se relajó y el sacro se soltó hacia arriba.

Después se dedico a animar y excitar el movimiento del sacro al ritmo de la actividad del impulso rítmico craneal. A medida se movía el sacro su cara se iba relajando así como el cuerpo entero. Se empezó a reír y a llorar, al mismo tiempo que el dolor se le iba. Su expresión mejoró y el dolor de cabeza desapareció. La mujer se quitó sus aparatos dentales y se ha sentido mucho mejor desde entonces. El músculo periforme necesitaba un entrenamiento de relajación, de manera que la paciente aprendió unos ejercicios para distender y relajar este músculo. VOLVER

 

 

 

 

 
 
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