TERAPIA    CRÁNEO-SACRAL
   
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EL SACRO

 

El sacro junto con el cóccix forma los componentes inferiores del sistema cráneo-sacral, el sacro forma parte de la columna vertebral. Esta zona es la encargada de soportar el peso del cuerpo y de transportar los plexos sacro y coccígeo.

Si el sacro se encuentra en perfecto estado de salud es de vital importancia para el sistema cráneo-sacral, ya que proporciona un anclaje para la tensión y el ritmo meníngeo.

El sacro respira ejerciendo un movimiento de nutación y contranutación. El sacro se mueve al mismo ritmo que el cráneo.

El sacro tiene un movimiento de oscilación entre los huesos iliacos, como si de un péndulo se tratara. Éste movimiento esta sincronizado con el occipucio, mediante un tubo meníngeo rígido, que hace de vinculo central entre ambos.

El sacro es en realidad un lugar de micro-movimiento continuo relacionado con la respiración pulmonar, la marcha o ejercicio físico y con el movimiento respiratorio primario. Existe una artrosis de la articulación sacro-ilíaca y este punto es muy importante, pues puede generar múltiples trastornos, como dolores del nervio ciático, dolores lumbo-sacros, perturbaciones urinarias y de genitales, cefaleas, perturbaciones del equilibrio, disturbios hormonales, etc.

El ángulo del sacro es muy importante para la lordosis lumbar, es la base estructural donde se asentará el resto de la columna vertebral. El sacro, el disco intervertebral sacra y la quinta vértebra lumbar tienen un trabajo especial el la terapia cráneo-sacral.

La pelvis es la sede del sacro, por tanto será de gran interés en el estudio del sistema cráneo-sacral.

En muchas personas podemos encontrar desviaciones o ligeros bloqueos en la estructura de la pelvis, así como encontraremos una pierna más corta que la otra y a la inversa.

Aunque la pelvis no forma parte directa del sistema cráneo-sacral la tenemos que estudiar, ya que si que sirve de mecanismo de dispersión de posibles golpes así como se encarga de la distribución del peso corporal.

 

DIBUJO 17 Palpación DEL SACRO

 

 

 

LA MOVILIDAD INVOLUNTARIA DEL SACRO ENTRE LOS DOS ILIACOS.

 

El sacro se encuentra suspendido entre los dos iliacos por medio de los ligamentos de la articulación sacro-ilíacas. Los ligamentos posteriores son gruesos y fuertes y sus fibras se disponen en múltiples direcciones.

Podemos imaginarlo bilateralmente como las cuerdas del columpio de un niño. Los ligamentos sacro-ilíacos anteriores son también inferiores y parecen sujetar el sacro desde abajo, como si fuera el asiento del columpio de un niño.

El sacro se puede acoplar en la mano ahuecada del terapeuta, tanto en posición decúbito prono o supino. Con una ligera compresión paliatoria, el terapeuta siente un movimiento de vaivén oscilatorio de la base y el vértice sacro, sincronizado con el movimiento de flexión y extensión que se puede percibir en el cráneo.

Muchos de nosotros hemos recibido algún golpe o traumatismo en el sacro, en la pelvis o en las piernas. Es muy probable que estos traumatismos hayan tenido repercusiones en el sacro o en la zona pélvica o lumbar.

El mecanismo respiratorio primario y su correspondiente impulso rítmico craneal se encuentra afectado por los golpes o traumatismos, por las enfermedades, por el estrés, por circunstancias emocionales fuertes o bloqueos mentales, por el deporte mal realizado o por la respiración insuficiente o descompensada.

Podemos influir sobre los desajustes de este movimiento rítmico, mediante la aplicación cualificada de manipulaciones cráneo-sacrales.

El dolor en la baja espalda o en las piernas es un mal bastante generalizado en esta sociedad. Los problemas con el nervio ciático, el músculo psoas y el sacro son en la mayoría de los casos los responsables de estos dolores. Para aliviar estas dolencias tendremos que ajustar el sacro y hacer varias técnicas cráneo-sacrales a toda esta zona.

 

 

 

 

EL IMPULSO CRANEAL RITMICO Y EL MECANISMO RESPIRATORIO PRIMARIO

 

El cuerpo humano como muchas partes del universo posee una actividad rítmica. Por ejemplo recordemos los ritmos del electroencefalograma o del electrocardiograma o simplemente de la actividad vascular o respiratoria, o el peristaltismo. También tenemos otros ritmos en diferentes tejidos y a diferentes niveles.

Toda la naturaleza esta basada en ritmos o flujos y reflujos, las mareas alta y baja, el sol, la luna, las plantas hasta las piedras y cristales disponen de una pulsación rítmica, como el pulso del cristal de cuarzo. Desde lo más microscópico hasta lo más macroscópico, o sea desde lo microcósmico hasta lo microcósmico, esta regido por ritmos mas o menos sutiles.

En especial vamos a estudiar el movimiento rítmico craneal, llamado también movimiento respiratorio primario. Todos estos movimientos fisiológicos forman parte del movimiento inherente a la vida. Todos los organismos vivos presentan movimientos inherentes que llamaremos movimiento fisiológico, como es el ritmo cardiovascular, el de la respiración, el peristaltismo entre otros y el ritmo cráneo-sacral que es el que nos ocupa.

Esta sensación llamada impulso craneal rítmico, es el resultado del mecanismo respiratorio primario. Sutherland postuló la existencia de este mecanismo respiratorio primario, formado por los siguientes cinco puntos:

Movilidad inherente del cerebro y de la médula espinal.

El cerebro parece tener un movimiento inherente, observable mediante una craneotomía. Esta movilidad ha sido descrita como un enrollamiento y desenrollamiento de los hemisferios cerebrales, a la vez que el movimiento respiratorio primario activa  la articulación esfeno-basilar.

Durante el proceso de desenrollamiento los hemisferios cerebrales parecen oscilar hacia arriba, al tiempo que los huesos impares se mueven hacia la flexión y los pares hacia la rotación externa. Durante el proceso de enrollamiento los hemisferios cerebrales descienden, los huesos impares hacen extensión y los pares hacen rotación interna.

Fluctuación del líquido cefalorraquídeo (LCR).

El LCR se forma en las vesículas de los ventrículos laterales y fluye a través del tercer y del cuarto ventrículos, hasta las cisternas del cráneo y a lo largo de todo el canal medular. Este líquido es de vital importancia y aparece en pequeñas proporciones en muchas fascias a lo largo y ancho del cuerpo.

Este líquido circula en el interior de la aracnoides, capa hueca que se encuentra en la parte intermedia del tejido fascial y por supuesto en los nervios espinales. La fabricación de este líquido por los plexos coroideos esta bien organizada para que se realice de una manera pulsátil y rítmica.

Movilidad de las membranas intracraneales e intraespinales.

La hoz del cerebro, la hoz del cerebelo y la tienda del cerebelo son apéndices de la dura madre intracraneal. Las fibras de estas membranas presentan un patrón peculiar e intrincado, que sugiere bandas de tensión.

Las membranas intracraneales se encuentran permanentemente sometidas a tensiones dinámicas, de forma que el cambio en una de ellas exige algún tipo de adaptación en otra.

Durante la flexión esfeno-basilar, la tienda del cerebelo desciende y se aplana y la hoz del cerebro se acorta de delante hacia detrás. En la extensión esfeno-basilar ocurre todo lo contrario.

Las membranas intracraneales conectan con las membranas intraespinales debido a su continuidad desde el agujero occipital hasta el sacro. El movimiento del agujero occipital altera la tensión en las superficies anterior y posterior de la dura madre espinal, provocando la movilidad del sacro entre los iliacos.

Los huesos craneales y  las suturas están íntimamente unidos a la dura madre y ambos contienen elementos vasculares y nerviosos.

La amplitud de movilidad de una sutura parece imperceptible, pero la amplitud de movimiento de varias suturas es fácilmente palpable.

La frecuencia normal del ritmo craneal oscilara entre 6 y 12 pulsos por minuto.

El ritmo cardiaco es de 60-70 pulsaciones por minuto y el respiratorio puede estar entre 10 y 20 respiraciones por minuto.

Algunos senos vasculares de la cabeza pueden darnos pulsaciones en la mano y no hay que confundirlos con el ritmo cráneo sacral.

En cuanto a  la presión de desarrollo es muy parecida a la de la linfa que es de unos 8 Mm. de mercurio de presión.

La flexión y la extensión esfeno-basilar pueden verse influidas por la actividad respiratoria.

Pues parece que están directamente relacionadas. La inspiración aumenta la flexión esfeno-basilar y la espiración favorece la extensión.

La tienda del cerebelo puede ser considerada el diafragma del mecanismo cráneo-sacro. La tienda del cerebelo desciende y se aplana durante la inspiración. Parece que el diafragma pélvico y toraco-abdominal hace movimientos parecidos.

La salud de estos diafragmas esta relacionado con la extensión y flexión del movimiento cráneo-sacro.

El ajuste del ritmo cráneo sacral también estará basado principalmente en la intención, en unas técnicas de sensibilidad y de voluntad mental que mediante nuestra concentración haremos que el IRC recobre su movimiento fluido.

En las fases del ritmo cráneo-sacral se produce una suave tracción intermitente de la dura espinal, generando una oscilación en el sacro.

Trataremos de que el movimiento del occipital este en armonía con el movimiento del sacro. Ambos están sincronizados y cuando el occipital hace flexión craneal, o sea el llenado, la apertura o ligera bajada, el sacro también ara el llenado, la apertura y bajara la parte superior un poco, haciendo el movimiento de retroversión de la pelvis.

 

 

 

 

DIAGNÓSTICO  CRANEOSACRO

 

Empezaremos con la inspección y palpación general del cráneo y del sacro del paciente.

Examinaremos la simetría del cráneo en las vistas anteriores, superiores, posteriores y laterales. Observaremos la simetría de las protuberancias de la parte frontal, en las órbitas de los ojos, en la nariz, en los pómulos, en la mandíbula, en las orejas y sobre todo en el contorno craneal.

Cualquier desequilibrio entre las partes dobles de la cara de tan sólo unos milímetros nos estará indicando una gran lesión en las estructuras óseas y membranosas internas.

Ahora nos toca hacer un examen más detallado con la palpación del contorno del cráneo en todas las direcciones y en especial palpando todas las suturas, buscando apertura, estrechamiento, tensión o dolor en ellas.

Con la palpación averiguaremos la elasticidad y la textura de todo el contorno craneal. Averiguaremos la dureza y la flexibilidad de los huesos.

Si existe un bloqueo en una sutura la flexibilidad se perderá debido a la restricción de la movilidad.

Una prueba útil puede ser el levantamiento bimanual de ambos temporales. Cogemos con ambas manos los temporales y ponemos el dedo medio en el meato auditorio externo. El pulgar y el índice se sitúan en las caras superior e inferior de la apófisis zigomática.

La apófisis mastoides se deja entre el dedo anular y meñique. Con el paciente en la camilla en decúbito supino el terapeuta tira de ambos temporales en dirección al vértex.

Luego relaja y observa la amplitud de movilidad de cada uno de los huesos temporales.

Debido a las suturas esfeno-escamosa y a la sutura occipito-mastoidea que están biseladas de manera que el hueso temporal se asienta sobre el esfenoides y occipital. Así comprobamos la presencia o ausencia de movilidad de los huesos temporales. La forma de esta sutura es un dato que el o los dos descubridores actuales de la osteopatía craneal siempre se han percatado y ayudado para sus teorías.

En el sacro comprobamos los movimientos de nutación anterior y posterior entre los iliacos.

El terapeuta toma contacto con la palma de la mano ahuecada sobre el sacro y valora el movimiento del sacro y su relación con el ritmo craneal.

El sacro tiene unos movimientos de cabeceo antero-posterior simétricos en ritmo y amplitud. Si los movimientos son irregulares, exagerados o disminuidos, será necesario ajustar estos ritmos mediante la técnica cráneo-sacral.

El terapeuta cráneo sacral observa y ve con el ojo de la mente el número de pulsaciones, el ritmo y la simetría. Uno siente lo que tiene que ser simétrico en el lado derecho y en el izquierdo. Si no es así, da la sensación de que la cabeza tiene un eje de rotación. Entonces las membranas intracraneales están traccionadas más en un lado que en otro.

El cráneo humano tiene que ser simétrico.

Para poder percibir este ritmo el tacto es mínimo, si la presión es muy fuerte, no lo percibiremos bien. Tenemos que poner sólo 1 ó 2 gramos de presión por dedo, para que sean los corpúsculos de Paccini los que actúen, pues son los receptores del tacto ligero. Si nuestra presión es mayor se activarán los corpúsculos de Meissner.

Tenemos que palpar el ritmo con la intención más que con la acción y esperar un tiempo suficiente hasta conectar con este ritmo.

Tenemos que procurar que sea el hueso o la piel la que se adhiera a nuestros dedos, manteniendo un tacto mínimo.

Ahora vayamos a sentir los movimientos respiratorios de los huesos del cráneo.

 

DIBUJO 18  MOVIMIENTO DEL CRANEO Y DEL SACRO

 

ANATOMIA DEL SUELO PELVICO

 

Los músculos en del suelo de la pelvis, junto con las fascias que cubren sus superficies externas e internas reciben el nombre de diafragma pélvico. Este diafragma tiene forma de embudo y constituye el suelo de la cavidad abdominopélvica, sosteniendo las vísceras pélvicas, e incluso todo el abdomen. Está atravesado por el conducto anal y la uretra en ambos sexos y en la mujer también por la vagina.

Los músculos del suelo de la pelvis son:

El elevador de ano, que se divide en dos partes, el pubococcígeo y el iliococcígeo.

El pubococcígeo tiene su origen en el pubis. Sostienen y eleva ligeramente el suelo de la pelvis, resiste el aumento de la presión intraabdominal y lleva el ano hacia el pubis contrayéndolo.

El músculo iliococcígeo tiene su origen en la espina isquiática y la inserción la tiene en el cóccix. Este también sostiene y elevar ligeramente el suelo de la pelvis, resiste el aumento de la presión intraabdominal y lleva el ano hacia el pubis contrayéndolo. El músculo isquiococcígeo tiene su origen en la espina isquiática y su inserción en la parte inferior del sacro y superior del cóccix. Este músculo sostiene y eleva ligeramente el suelo de la pelvis, resiste la presión intraabdominal y tracciona del cóccix hacia adelante después de la defecación o el parto.

Todos estos músculos son inervados por los nervios sacros S3 y S4.

 

TRATAMIENTO PARA RELAJAR EL SUELO DE LA PELVIS

Nos colocamos en la postura ginecológica, como si la mujer fuera a parir. Las piernas abiertas y ahí tendremos toda la pelvis, todo el diafragma menor, para estudiarlo.

Esto es el  suelo de la pelvis, como una amaca, con músculos muy poderosos que están soportando todo el peso del sistema órgano visceral, con todas las presiones, cargas y descargas que ahí suceden. Musculatura que es captadora de emociones, sobre todo de emociones de la experiencia sensual.

De momento sólo nos interesará sobre todo los músculos laterales: los músculos pubocoxigeos, coccígeos, el arco tendinoso de inserción coccígeo, el pubo-rectal y el pubo-vaginal, músculos llamados elevadores del ano.

Es la zona de los órganos del recto, la vagina y la uretra y por delante el diafragma uro-genital, que es el diafragma que cierra el conducto de la orina, diafragma que a voluntad lo puedes controlar.

El paciente se coloca en decúbito lateral y le colocamos un cojín o una cuña entre las rodillas  y la cadera de arriba la colocamos entre 90 y 120 grados. Si no se puede colocar las dos piernas sólo pondremos una de ellas, si el paciente está apoyado en el lado derecho pondremos la pierna izquierda a 90 grados. Esto es para tener un abordaje correcto de la zona, el paciente se colocará en ropa interior.

Haremos una presión con los pulpejos de los dedos con una dirección craneal con un poco de oblicuo externo, hacia el hombro. Intentaremos abarcar la mayor cantidad de músculos.

Primero haremos un ligero contacto con la zona para sentir el movimiento respiratorio del suelo de la pelvis que es en eversión e inversión, abriendo la pelvis y cerrándola. Cuando sentimos que hay una insuficiencia respiratoria en la zona primero iremos en el sentido de la lesión, para desenroscar el nudo fascial, luego haremos una parada neurológica acompañando el vaciado y luego retomaremos el nuevo movimiento respiratorio, llevándolo hacia el sitio de la corrección.

Si fuera necesario repetir la técnica varias veces así lo haremos hasta que el suelo pélvico respire en buena simetría, amplitud y ritmo.

Tenemos otra manipulación más mecánica que la haremos de esta manera: introduciremos en estos grupos musculares una mayor presión, hasta sentir que el suelo pélvico  cede a la presión y los dedos se introducen con mucha facilidad, como el ejemplo de la cuchara introduciéndose en la miel. Si nos tropezamos con un tope óseo, será el isquion y eso nos indicará que no estamos en la zona exacta, pues estaremos en inserciones musculares isquiótibiales.

La dirección de la presión es hacia el hombro y no hay ninguna barrera ósea, en dicha musculatura. La zona que nos interesa es la musculatura de la base pélvica y dispone de mucha elasticidad y la mano puede entrar muy hacia dentro si la zona se relaja lo suficiente, si no es así notaremos como ni siquiera una falange se introduce en el interior.

Aquí nos podemos encontrar con enorme rigidez de la zona, a lo mejor más en las mujeres que en los hombres. Después de estas manipulaciones es muy posible que la zona se ensanche, así como también  el útero. Si existiera algún anticonceptivo como el Diu es posible que a posteriori baile en su interior y entonces se tenga que colocar otro más grande. Es posible que no se consiga en una sesión, pero a la larga el suelo pélvico cederá y se reactivará la información de todo el suelo pélvico. Después de esta manipulación parecida a la de los puntos gatillos del suelo de la boca, volveremos a testar el movimiento respiratorio primario a ver si hemos mejorado su amplitud. Si este a mejorado la manipulación ha sido correcta, si no es así volveremos a intentar el desbloqueo de diafragma  del suelo de la pelvis.

Así que haremos el movimiento respiratorio primero, el movimiento mecánico después y el movimiento respiratorio al final.

Esto es una excelente técnica post-parto, ya que es muy importante el ajuste del suelo pélvico  después de haber dado a luz para evitar la secuela de los úteros caídos la optosis uterina y en el hombre la optosis de próstata. Es muy recomendable hacer esta técnica ante cualquier trastorno ginecológico, dolores de menstruación, falta o exceso de menstruación, menopausia, infecciones vaginales, casi siempre es recomendable esta técnica, pues son músculos que incluso en la noche están comprimidos. Estos músculos producen un bombeo en la pared del útero y este bombeo hace que segregues el propio flujo antiséptico natural y muchas veces cuando esto no existe se produce deshidratación en la mucosa vaginal y esto modifica el PH y esto provoca que seamos más propensos a las irritaciones y a las infecciones.

En la mujer tenemos la vagina como segunda vía de eliminación, ya que cuando los riñones están atascados o se padece estreñimiento la siguiente vía de eliminación es la vagina. Por eso el exceso de flujo puede ser una reacción positiva del cuerpo. Muchas de las toxinas u omotoxinas que no pueden ser eliminadas ni por el riñón ni por vía rectal, ni por la piel, ni por vía respiratoria, se eliminarán por vía vaginal.

En las ciáticas de las embarazadas deberemos de hacer primero la descompresión de la L5 y la S1, y después hacer la escucha del movimiento respiratorio del suelo de la pelvis, con su ajuste correspondiente.

La mejor forma de obtener la tensión necesaria para aguantar todo el peso  genito-visceral, será trabajar el diafragma pélvico y así evitar la posible incontinencia urinaria de la mujer y los problemas uterinos y rectales a la larga. Si a esto le hacemos una osteopatía visceral para la vejiga, la uretra y el riñón y encajar  de nuevo el útero, será muy beneficioso para la madre que acaba de dar a luz.

Toda esta zona es muy captadora de emociones de la experiencia sensual o sexual.

Es muy posible que muchas mujeres que no tienen el orgasmo tengan toda esta zona como un bloque, esclerotizada y rígida. Ya que el orgasmo produce la contracción de la vagina y esta produce la contracción de los músculos del diafragma pélvico, creando un bombeo mutuo entre ambos.

Si no existe este orgasmo es muy posible que se bloquee la experiencia verbal y la experiencia se quede retraída, contenida, esclerotizada, calcificada, anquilosada, en un circuito cerrado. Este suelo pélvico cumple muchísimas funciones muy sensoriales y de experiencia. VOLVER

 

 

 

 
 
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