TERAPIA    CRÁNEO-SACRAL
   
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DIAGNÓSTICO  CRANEOSACRO

 

Empezaremos con la inspección y palpación general del cráneo y del sacro del paciente.

Examinaremos la simetría del cráneo en las vistas anteriores, superiores, posteriores y laterales. Observaremos la simetría de las protuberancias de la parte frontal, en las órbitas de los ojos, en la nariz, en los pómulos, en la mandíbula, en las orejas y sobre todo en el contorno craneal.

Cualquier desequilibrio entre las partes dobles de la cara de tan sólo unos milímetros nos estará indicando una gran lesión en las estructuras óseas y membranosas internas.

Ahora nos toca hacer un examen más detallado con la palpación del contorno del cráneo en todas las direcciones y en especial palpando todas las suturas, buscando apertura, estrechamiento, tensión o dolor en ellas.

Con la palpación averiguaremos la elasticidad y la textura de todo el contorno craneal. Averiguaremos la dureza y la flexibilidad de los huesos.

Si existe un bloqueo en una sutura la flexibilidad se perderá debido a la restricción de la movilidad.

Una prueba útil puede ser el levantamiento bimanual de ambos temporales. Cogemos con ambas manos los temporales y ponemos el dedo medio en el meato auditorio externo. El pulgar y el índice se sitúan en las caras superior e inferior de la apófisis zigomática.

La apófisis mastoides se deja entre el dedo anular y meñique. Con el paciente en la camilla en decúbito supino el terapeuta tira de ambos temporales en dirección al vértex.

Luego relaja y observa la amplitud de movilidad de cada uno de los huesos temporales.

Debido a las suturas esfeno-escamosa y a la sutura occipito-mastoidea que están biseladas de manera que el hueso temporal se asienta sobre el esfenoides y occipital. Así comprobamos la presencia o ausencia de movilidad de los huesos temporales. La forma de esta sutura es un dato que el o los dos descubridores actuales de la osteopatía craneal siempre se han percatado y ayudado para sus teorías.

En el sacro comprobamos los movimientos de nutación anterior y posterior entre los iliacos.

El terapeuta toma contacto con la palma de la mano ahuecada sobre el sacro y valora el movimiento del sacro y su relación con el ritmo craneal.

El sacro tiene unos movimientos de cabeceo antero-posterior simétricos en ritmo y amplitud. Si los movimientos son irregulares, exagerados o disminuidos, será necesario ajustar estos ritmos mediante la técnica cráneo-sacral.

El terapeuta cráneo sacral observa y ve con el ojo de la mente el número de pulsaciones, el ritmo y la simetría. Uno siente lo que tiene que ser simétrico en el lado derecho y en el izquierdo. Si no es así, da la sensación de que la cabeza tiene un eje de rotación. Entonces las membranas intracraneales están traccionadas más en un lado que en otro.

El cráneo humano tiene que ser simétrico.

Para poder percibir este ritmo el tacto es mínimo, si la presión es muy fuerte, no lo percibiremos bien. Tenemos que poner sólo 1 ó 2 gramos de presión por dedo, para que sean los corpúsculos de Paccini los que actúen, pues son los receptores del tacto ligero. Si nuestra presión es mayor se activarán los corpúsculos de Meissner.

Tenemos que palpar el ritmo con la intención más que con la acción y esperar un tiempo suficiente hasta conectar con este ritmo.

Tenemos que procurar que sea el hueso o la piel la que se adhiera a nuestros dedos, manteniendo un tacto mínimo.

Ahora vayamos a sentir los movimientos respiratorios de los huesos del cráneo.

 

DIBUJO 18  MOVIMIENTO DEL CRANEO Y DEL SACRO

 

 

 

PALPACION DEL RCS EN UNO MISMO

 

Hacemos lo mismo como si fuéramos a percibir el ritmo a un paciente, nos ponemos en una actitud de descanso del organismo entero, incluyendo a los pensamientos, emociones y sentimientos.

Por supuesto es recomendable lavarse las manos, tanto físicamente como síquicamente, disfrutar en el proceso de lavarse las manos.

Nos sentamos cómodamente y levantamos los brazos. Colocamos las manos con los dedos abiertos en la cabeza, con un contacto muy suave. Los pulgares los tenemos debajo de la base del occipital y los meñiques tocan ligeramente los lados del hueso frontal. Nos relajamos y nos disponemos a escuchar y sentir el movimiento o pulsación que se produce en nuestra cabeza. La palabra escucha implica la pasividad de la acción.

Si queremos primero podemos escuchar el movimiento respiratorio de los pulmones que hará que la cabeza se mueva como un balancín, debido al efecto mecedero que se produce en los cóndilos del occipital sobre el atlas. Limpiamos nuestra concentración de este movimiento y nos disponemos a escuchar el movimiento arterial en el cuello cabelludo. Estaremos escuchando el movimiento pulsátil del corazón. De nuevo limpiamos nuestra concentración de este pulso y aligeramos el contacto para ahora si escuchar el movimiento o pulsación del LCR. Escucharemos nuestro propio ritmo cráneo-sacral. Sentiremos su amplitud y simetría. Si lo sentimos creeremos con certeza que lo sentimos. Como la sensación es nueva procuraremos no juzgar ni dudar de nuestra habilidad.

Podemos limpiar nuestra concentración e intentar volver a sentirlo.

Procuraremos buscar y sentir patrones de ondas de fluidos, pulsaciones, presión y tensiones membranosas. Es posible que las manos se quieran desplazar a lugares distintos, como si no se quisieran alinear de forma equilibrada. Es posible que este dato nos quiera decir algo, tal vez las membranas internas también tengan una tensión parecida a la que las manos nos quieren decir. Empezaremos a tener algo de hipersensibilidad en las manos, de sensibilidad quinestésica. Observaremos todas las posibilidades de tensión reciproca y comprobaremos todas las posibles lesiones de los huesos craneales, en especial el occipital y el esfenoides.

Al principio puede ser un poco difícil, pues es una actitud nueva en nosotros, pero con el intento constante aprenderemos a sentir este IRC.

Ver el dibujo para colocar las manos en la cabeza.

 

DIBUJO       PERCEPCION PROPIOCEPTIVAS PROPIA

 

EJERCICIO DE PALPACION DE LAS SUTURAS

 

Podemos observar que todos los huesos del cráneo se mueven, los parietales se elevan y se separan, los temporales rotan y se separan, el occipital sube y baja bajo su eje esfeno-basilar, el frontal se eleva y desciende, el vómer baja, los palatinos se abren, el esfenoides baja y sube, etc.

Vamos a hacer un recorrido con nuestras manos por las suturas craneales, además podemos hacer un poco de presión y mediante nuestra atención y concentración podemos enviar energía a nuestros dedos y a las suturas.

Como puntos más importantes por la congruencia de suturas nombraremos a la zona Bregma, al punto Pterión y a la zona Lambda. Estos puntos son de especial atención y cuidado por nuestra parte, tendremos que masajear y liberar las suturas de estas zonas.

Empecemos por el nasión.

Palpamos la depresión existente en la base de la nariz y entre las órbitas oculares. Es la unión de los dos huesos nasales con el hueso frontal  y  se denomina nasión.

Avanzamos lateralmente sobre el borde superior de la órbita, yendo hacia fuera y hacia abajo, hasta la porción superior externa. Aquí percibimos la sutura zigomático-frontal.

Continuamos hacia abajo a lo largo de la cara lateral de la órbita y al comenzar a desplazarse hacia dentro, sentiremos la sutura zigomático-maxilar.

Seguimos hacia dentro, a lo largo de la cara inferior de la órbita y hacia arriba por su cara interna. Palpamos la sutura nasomaxilar y prontomaxilar.

Volvemos al nasión y nos movemos hacia arriba entre las dos escotaduras supraorbitarias del hueso frontal, cuya línea media es un punto llamado glabela. Desde aquí seguimos hacia arriba a lo largo de la línea media y palpamos los restos de la sutura metópica, la cual se puede apreciar como una depresión o como una cresta.

Subiendo hacia el vértex por la línea media nos encontramos en una depresión que representa la unión de las suturas coronarias y la sutura sagital. Este punto se llama bregma o fontanela bregmática. Desde aquí y hacia la derecha y la izquierda esta la sutura coronaria.

Desde bregma, nos desplazamos hacia detrás por la línea media y palpamos la sutura sagital. Moviendo los dedos de un lado a otro podemos palpar el contorno dentado de la sutura.

Comenzando de nuevo en el bregma, palpamos bilateralmente a lo largo de la sutura coronaria, sintiendo la unión del frontal y del parietal en ambos lados. En el extremo inferior de la sutura coronaria, encontramos la unión del esfenoides, del frontal, del parietal y del temporal. Esta zona de unión se llama pterión. La cara inferior de esta unión es la punta palpable del ala mayor del esfenoides, de gran utilidad para el tratamiento cráneo-sacro.

Desde el pterión seguimos la línea de la sutura hacia detrás a lo largo de la unión del parietal con la escama del temporal. Esta sutura discurre circularmente por encima del oído y termina justo detrás de este.

Desde esta sutura nos vamos recto hacia detrás, justo al final existe una pequeña sutura entre la unión del parietal, la porción mastoides del temporal y el occipital. A este punto se le llama asterión.

Desde el asterión nos vamos hacia abajo, a lo largo de la cara posterior de la apófisis mastoides, siguiendo la sutura Occipito-mastoidea. La parte inferior de esta sutura se pierde bajo las partes blandas correspondientes a las inserciones de la musculatura cervical.

Desde el asterión y a cada lado, sobre todo hacia arriba, yendo a la parte media del cráneo nos encontramos con la sutura lambdoidea. Esta sutura separa ambos huesos parietales del occipital. En el punto medio donde la sutura lambdoidea se encuentra con la sutura sagital, aparece el punto llamado lambda.

El osteópata craneal a través de su fuerza y mecanismos de palanca moviliza estas suturas para restablecer el equilibrio. Por el contrario el terapeuta cráneo sacral lleva,  mediante su intención, lleva y transporta el líquido cefalorraquídeo, a distintas partes del cuerpo. Mediante esta técnica sutil  se restablecerá el equilibrio de las membranas y moverá las suturas, restableciendo la presión hidrodinámica.

 

 

 

OBSERVANDO LAS CABEZAS EN LAS PERSONAS

 

Ahora tendremos que prestar más atención en los niños y en los mayores al nivel de deformidad  del rasgo facial y observar con sólo mirarles la cara el eje deformado. Si al mirar a sus ojos, o sea al eje de flotación ocular, encontramos un ojo más bajo que otro o más metido que otro, esto nos estará indicando el tipo de torsión del esfenoides. Es muy importante fijarnos en los rasgos de la cara y observar si hay una asimetría en la línea ocular, en el eje nasal o en el eje bucal y saber cómo el esfenoides está rotado y está arrastrando todos los demás componentes articulares con él. Hay personas con una total asimetría entre la cara derecha y la cara izquierda. Y otras con mucha voluptuosidad en el lóbulo frontal y poco recorrido maxilar o al contrario con poca frente y mucho recorrido maxilar, esto nos indica un esfenoides de compactación en superioridad o en inferioridad. Esto puede venir desde el momento del nacimiento, pues al sacar el niño siempre se le hace una ligera rotación en el momento del parto y se puede alterar el eje normal del esfenoides. Esto es muy importante el poder verlo y escucharlo.

 

 EL CARTILAGO XIFOIDES

 

Hay muchas desviaciones laterales del cartílago, de los xifoides, debido en parte al tendón que se encuentra detrás del él, con repercusión en problemas respiratorios y el correcto uso del diafragma derecho e izquierdo. Esto es un xifoides lateralizado significa que existe acortamiento de la cúpula, por ejemplo la izquierda, mientras existe una dilatación de la cúpula opuesta. Ya que parte de la cúpula posterior el centro frénico se inserta por detrás de la vía xifoidal, entonces hace que aquí las fibras de este diafragma sean concéntricas y las otras trabajen de forma excéntrica. Entonces lo que el diafragma va ha hacer es comprimir espacio funcional de los órganos circundantes, por ejemplo del lado derecho sé vera afectado la parte hepática o el lóbulo derecho inferior del pulmón, ya  que existe una restricción del tejido diafragmático. Por tanto es muy importante trabajar correctamente los cartílagos xifoides. Se alinea con la horquilla del esternón y con el sistema oculomotor, con los ojos. Después aremos trabajos respiratorios, inhibiendo aquí y alargando aquí, potenciando aquí, acortando aquí alargando aquí. Esto ya es un trabajo respiratorio.

 

 

 

LA SALUD E HIGIENE FISICA Y ENERGETICA DEL TERAPEUTA

 

Como terapeutas cráneo-sacral tenemos la responsabilidad de mantener un cuerpo limpio y saludable con un flujo de sangre y energía Chi pura y fuerte.

Si vamos a sanar energéticamente a otra persona tendremos que estar en equilibrados y sanados nosotros primero. Como sanadores tenemos la responsabilidad de mantener un cuerpo saludable y con una energía pura fuerte.

Cuando nos hallamos desbloqueado nosotros de la energía psíquica estaremos mejor preparados para ayudar a otros a desprenderse y desbloquear sus patrones todo los canales combinados forman la red energética del cuerpo. Por tanto realizaremos todo tipo de ejercicios y técnicas para limpiar y purificar cualquier meridiano de energía que haya nuestro cuerpo.

El chakra de  nuestra coronilla, el del corazón y el del ombligo son tres centros de energía importantes que procuraremos que estén libres de bloqueos o  interferencias.

Nosotros vamos a ser el patrón de energías saludables y cuerpo sano con el que el paciente se va a comparar y así descubrir sus problemas o elementos extraños que tal vez esté obstruyendo su circulación de energía.

Es muy posible que cualquier  emoción negativa que experimente una persona o el terapeuta se trasmita a otra persona o al paciente.

Centro umbilical, este centro lo podemos observar  como una puerta  entre el cuerpo físico y el cuerpo energético. Todos los canales o meridianos de energía que forman y sustentan nuestro ser pasan por la zona umbilical La energía universal y terrenal  desciende y asciende por la región umbilical por medio de una serie de canales energéticos que forman la órbita micro cósmica. Procuraremos tener limpios y puros todos los canales y centros energéticos, en especial la zona abdominal. El abdomen es la parte del cuerpo en donde podemos encontrar mayor cantidad de tejido fascial.

Deberemos de limpiar la región abdominal mediante el masaje abdominal y así descubriremos que nuestro estado emocional y nuestra actitud mejoran.

Si el terapeuta se desprende de sus bloqueos estará mejor preparado para ayudar a otras personas.

Un sanador es inteligente  y cuidadoso con la energía vital. Un sanador se toma su tiempo por las mañanas para verificar su nivel de energía y así poder elevarlo si fuese necesario.

Un sanador tiene que saber decir que no cuando su estado anímico o energético no es el idóneo para realizar una sanación.

 

A continuación enumeraremos unos ejercicios que podemos hacer para mejorar la calidad y la cantidad de nuestra energía o fuerza vital.

 

1- La práctica diaria de la meditación.

 

2- Establecer una conexión fuerte con las propias fuentes de energía. Nos será fácil conectarnos con las energías de la tierra del cielo del universo para unificarlas y proyectarlas en una sola energía salutífera hacia el paciente.

 

3- Evitar el agotamiento de la energía. Muchos de los sanadores cogen energía malsana de sus pacientes y  se agotan. Procuraremos antes de realizar una sanación hacer una conexión con el cielo y con la tierra. Visualizar y colocar un haz de luz desde el cielo o por encima de nuestras cabezas y que desciende por el centro del cuerpo, hasta el sacro y desde aquí hasta bien anclado en la tierra, unos metros por debajo de nuestros pies. Esta conexión con la tierra nos ayudara a derivar cualquier energía malsana hacia la tierra. Podemos imaginar el fuego líquido que existe en el centro de la tierra.

 

4-Transformación de la energía. La energía ni se crea ni se destruye sólo se transforma. Nuestro trabajo ahora mismo consiste en transformar la energía negativa en energía positiva la energía bloqueada en energía libre. Aprenderemos a usar la sonrisa interior, la apertura del corazón y la proyección de energía. Enviaremos energía desde nuestras manos hacia las suturas o membranas craneales.

 

5- Reconoceremos que sanar es un don de la naturaleza. Cualquier persona con salud y voluntad puede sanar a otra persona. La capacidad para la curación energética significa tener una poderosa fuerza vital. Lo que podemos dar a los demás es esa fuerza vital, esa energía de vibración más elevada para restituir la del paciente. Para enviar energía saludable a otra persona debemos de tener esa reserva de energía extra, tener el  corazón abierto  y disponer en ese momento de buena voluntad.  Cada uno tiene su propia energía limitada por tanto es importante conectarse con las energías del universo de la tierra y del cielo. Nuestro éxito dependerá de la capacidad para abrir nuestros canales de energía y transformar la energía negativa o bloqueada en energía salutífera y mejorar nuestra salud.

 

  1. Dar y tomar energía saludable y amorosa. Cuando intentemos ayudar a otra persona procuraremos que la energía o fuerza vital que surge de nuestras manos sea energía beneficiosa y por tanto salutífera.

       Es muy probable que cualquier mala energía que tengamos en un momento dado la trasmitamos a otra persona, lo mismo puede suceder en sentido contrario cuando transmitimos energía saludable a una persona la energía insana de dicha persona puede pasar a nosotros. Esto puede ocasionar que los problemas que tuviera dicha persona se conviertan en problemas nuestros. Así es como enferman muchos sanadores debido a que sus sistemas de energéticos no tienen la suficiente fuerza para contrarrestar los efectos  de la energía enferma del paciente o simplemente que tienen una exagerada habilidad para absorber las energías negativas y poca habilidad para desprenderse de ellas.

 

7- Convertirnos en un canal de fuerza poderosa y saludable. Cuantos más canales de energía abramos mejor estaremos. Para recibir y dar energía es importante abrir por lo menos los dos canales principales de la órbita Microcósmica. Tenemos que saber el sentido en el que circula la energía y así poder dirigirlas y absorberlas. Abriendo los canales de energía y sabiendo dirigir la energía podremos eliminar y quemar energía malsana más eficazmente sin sucumbir a las enfermedades que aliviamos a los pacientes.

 

8- Proteger nuestro cuerpo de la energía malsana o negativa. Al ayudar a otras personas es probable que acumulemos energía malsana en la superficie de las manos en los brazos y hasta en los hombros y en el cuerpo. Tenemos que evitar que esta energía entre más allá de los hombros hacia el cuerpo. Podemos usar alguna de las técnicas de limpiezas energética como poniendo nuestras manos en una superficie conductoras de energía hacia la tierra, una especie de toma de tierra a través de un cañón de agua un ladrillo una base de cemento. Podemos enviar esta energía malsana a una piedra de sal que tengamos en la habitación para  a sí neutralizarlas. Por supuesto también deberemos de lavarnos las manos con agua fría recitando mantras y con el sentimiento de estar efectuando una limpieza psíquica.

 

9- Tenemos que recuperar la fuerza después de cada sesión terapéutica. Es importante que después de cada sesión terapéutica nos sentemos y meditemos. Tenemos que permitirnos un momento de descarga. Nos adaptaremos a un tipo de meditación que nos ayude a recuperar nuestra fuerza y a efectuar una buena limpieza de energía psíquica.

 

     10- Utilizaremos los elementos de la naturaleza para la sanación. Los ríos, las montañas, las piedras, las plantas, los árboles son elementos que nos ayudan a recuperar la fuerza y la energía terrestre. Los pinos se convierten en unos buenos árboles para llevar y limpiar nuestra energía hacia la tierra. Las plantas de interior en menor medida nos pueden ayudar también a liberar limitadas  cantidades de energía negativa. También podemos usar la influencia de algún maestro ascendido que tengamos afinidad como Jesucristo, los ángeles o alguna virgen a la que tengamos devoción.

           Antes de realizar una sanación y después de esta podemos crear un campo energético dentro y alrededor de nosotros que proteja nuestro cuerpo y nuestra energía. Este campo energético quemará y trasformará la energía malsana antes de que entre profundamente en nuestros órganos, músculos o huesos.

           Cuando ayudamos a otra persona a recuperar su salud con toda nuestra alma con todo nuestro corazón es muy probable que su energía y la mía se conviertan en una sola. Ambos seres nos convertimos en uno solo, por ello estaremos predispuestos a liberar y soltar todo tipo de energías. Nuestra actitud será eficazmente amorosa y agradecida.

    11- Procuraremos estar conectados con el amor universal antes de realizar cualquier sesión de terapia cráneo-sacral.

 

 

 

 

¿COMO HACER UNA SESION DE TERAPIA CRÁNEO-SACRAL?

 

Después de estos cuidados podemos prepararnos para hacer una terapia cráneo-sacral.

Estando en un estado de tranquilidad y paz, nos ponemos cómodos al lado del paciente y nos predisponemos a abrir nuestra percepción sutil, para escuchar el impulso craneal rítmico del paciente.

También podemos pedir en silencio  permiso al cuerpo del paciente para trabajar con él en ese mismo momento, No todos los cuerpos son compatibles con uno. Hay un ejercicio de coger el pulso del paciente y luego el tuyo, hasta el momento de que los dos se juntan en un latido unido y en armonía, produciendo una unión afectiva por lo menos durante 24 horas. Esto es una manera de pedir permiso al cuerpo.

Podemos hacer un anclaje en la tierra y en el cielo. Nos visualizamos con raíces energéticas en nuestros pies y un rayo láser de luz desde nuestro sacro hasta bien profundo en el suelo. Con el cielo nos podemos conectar visualizando un tubo de luz desde la cabeza hasta unos metros por encima de nosotros.

Cada vez que hacemos la escucha nos preguntaremos si podemos hacerlo con aún menos presión. Si es así, lo haremos. La vía Lemniscal nos dará de esta forma mayor información.

La vía Lemniscal del paciente se comunicará con la nuestra y a esto le llamaremos comunicación no verbal.

Recordemos que para notar la circulación del líquido cefalorraquídeo tenemos que ejercer un máximo de 1gr. de presión por dedo, para el ritmo cardiaco serian 4gr. de presión por dedo y para el respiratorio de 5gr. por dedo.

Podemos frotar nuestras manos, para reactivar los censores digitales y también mirar y magnetizar nuestras manos para aumentar su nivel Áurico y poder llegar a las partes profundas de los tejidos.

La mano se tiene que fundir con los tejidos del paciente energéticamente hablando. Al principio es útil utilizar los mecanismos propioceptores de las muñecas, de los brazos o codos como instrumentos sensitivos. Esto nos ayuda a desconectar los corpúsculos de Meissner de nuestras manos, tan usados en los masajes.

Colocando ambas manos en la cara superior y en los laterales del cráneo y esperando un periodo de tiempo suficiente, notaremos que existe un movimiento de expansión y estrechamiento del cráneo. La falta de este movimiento se traduce en trastornos.

Nos preparamos para hacer la escucha general, colocaremos nuestras manos como se observa en la imagen y escuchamos el IRC

 

DIBUJO             ESCUCHA GENERAL

 

Este movimiento no lo perdemos en toda nuestra vida, sólo variará su calidad.

Cada persona tiene su propio ritmo. Estadísticamente hablando se ha encontrado un ritmo óptimo que tiene un ciclo de entre 6 y 12 ritmos por minuto. Este ritmo esta formado por unos 3 seg. De expansión, mantenimiento de 3 seg. Y un vaciado de otros 3 seg.

Las manos no agarran el cráneo, pues estaremos en vía espino-talámica. La mano que palpa, coge una actitud pasiva y se funde con el sujeto, consiguiendo sobrepasar sus receptores táctiles.

Cuando se aprende a palpar propioceptivamente es útil evitar concentrarse en las manos. Nos puede ser de ayuda si nos concentramos en las muñecas, en los codos, en los brazos o antebrazos y los usamos como mecanismos propioceptores. Focalizar nuestra mente en el trabajo es nuestra mejor herramienta.

La palpación es todo un arte subjetivo y cuanto menos hablemos y más nos concentremos mejor será nuestra efectividad palpatoria.

Podemos depositar  las manos en los pies, en los muslos, en las caderas, en el sacro o en cualquier parte del cuerpo que escucharemos ese mismo ritmo, pues existe en todo nuestro cuerpo.

Cuando nuestras manos estén escuchando propioceptivamente nuestra atención viajará y penetrará en el interior del cuerpo, a través de la piel, los músculos, los huesos, etc. hasta notar con el ojo de la mente la tensión del tejido interno y la presión del fluido interno.

Después podemos hacer un punto de parada un Still Point, con sólo nuestra intención. Aparece un borboteo una especie de lucha o movimiento descontrolado y a continuación hay una parada de ritmo, pues el cuerpo esta pensando y reajustándose. Después de unos segundos o minutos aparece de nuevo el ritmo con mejor frecuencia, amplitud y ritmo.

Lo que se mueve no es el hueso, sino la dirección del líquido.

Lo que nos interesa es el ritmo del líquido cefalorraquídeo que es de 6 a 12 pulsos por minuto. Si nuestra presión fuera un poco excesiva notaríamos el ritmo respiratorio o el ritmo cardiovascular.

En la extensión el cráneo se vacía de líquido cefalorraquídeo alargándose de manera antero-posterior y acortándose en los laterales.

 

VER DIBUJO 15 FLEXION Y EXTENSIÓN CRANEAL EN PÁGINAS ANTERIORES

 

Esto es un sistema de hidromecánica y sus ligeros movimientos son de micras de milímetros.

En la flexión el sacro también se llena y se flexiona. La extensión en el cráneo supone la extensión en el sacro. Ambos se abren y descienden o se cierran y ascienden.

El ritmo cráneo sacral se mueve en  la "sincondrosis esfeno-basilar” (eje del movimiento de flexo-extensión del cráneo), diástole/sístole craneal. Funciona más como arcología que como flexión. Esto es el corazón del cerebro. Esta articulación es una articulación con una unión por cartílagos y la membrana tentórium o tienda del cerebelo hace de diafragma de este movimiento.

Al ritmo cráneo sacral se le suele aplicar un punto de parada o STILL POINT, a menudo. Esta es la herramienta más poderosa de esta terapia cráneo sacral.

Cuando el ritmo no está bien, tenemos que reorganizarlo.

Cuando hay una distorsión de la dirección del líquido, tenemos que pararlo.

En este momento el cuerpo se rebela ante esto porque no quiere parar. Habrá una lucha entre la ayuda a dar y la reorganización del propio cuerpo del paciente, esto al nivel de fibras y de membranas.

Entre la percepción del ritmo y la parada habrá mucha oscilación llamada borborismo, que viene a ser un borboteo donde la distorsión aumentará mucho más antes de pararse totalmente.

Este aquietamiento puede tardar segundos o minutos. Posteriormente el ritmo reaparecerá reorganizado y con mayor fuerza y vitalidad.

Se producirá un incremento del flujo energético antes de la parada neurológica. Puede haber un aumento del parpadeo, rechinar de dientes, o cualquier otro movimiento compulsivo o espontáneo como la necesidad de girar o temblequear alguna parte del cuerpo  etc.

Cuando hagamos el protocolo craneal, haremos siempre en primer lugar el Still Point en el occipital una, dos o tres veces, hasta que observemos una simetría perfecta. Cada vez que lo hagamos estaremos reorganizando las fibras fasciales y el sistema nervioso. Así conseguimos relajar los músculos u órganos internos.

(Hay una técnica de las pelotas de tenis puestas en el occipital para  mejorar algo acerca del Acueducto de Silvio y que en el cuarto ventrículo percibiremos mayor ritmo del impulso rítmico craneal.)

Cualquier Still Point mejorará la presión hidrodinámica del cráneo. VOLVER

 

 

 

 
 
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