MENSAJE DE JESÚS DE NAZARET,RECIBIDO A
TRAVÉS
DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA, EL DÍA 22 DE ABRIL
DE 2006, EN TALAVERA DE LA REINA (Toledo).
(Mensaje privado con orden a hacerse público)
EL MAESTRO: Paz a
ti hijo mío. Ave María Purísima.
EL MAESTRO:
Hijo, tráeme almas con tus oraciones. Quiero que en tus
sufrimientos,
aprendas de Mí en el sacramento de mi amor. Ora mucho, repara,
porque
mi Corazón sangra en esta hora tan difícil.
Queda poco tiempo para salvar almas y no quiero que nadie perezca.
Cuando se te vaya el sueño en la noche, ubícate junto a uno o muchos
de mis
Sagrarios; ora y repara allí desde tu cama con la mente puesta cerca
de Mí.
Concédeme tu adoración y tu reparación por todos aquéllos que
trabajan sin
cesar guiados por el demonio para abolir mi presencia.
Los masones se lanzan continuamente sobre la Iglesia usando a mis
sacerdotes, y no sabes cuántos de ellos han
echado por tierra la nobleza de
su ministerio, llevando una vida superficial sin mantenerse
fieles a la
grandeza de la obra que recibieron en custodia.
Quiero darme a través de las miserias de tu alma. Necesito de tu
pobre
corazón para apagar mi sed de amor. Dame un silencio lleno de
oración,
porque es maravillosa esta sencillez del amor.
Te voy dando un verdadero tratado de amor para todos, el tratado que
entre
tú y Yo ya está comprendido y vivido. Tú lees en mis ojos y Yo leo
en los
tuyos. Eso es suficiente cuando la distancia que nos separa es
limitada.
El amor, que es lazo fuerte, que reúne estos dos polos.
¡Cuánto quisiera que mis almas religiosas y
sacerdotales disfrutaran de todo
este amor que derramo en tí, y a través tuyo a otras personas
elegidas por
Mí para leer los grandes escritos! Pero el racionalismo ha
hecho de mi
Iglesia un destierro, la ha convertido en ruinas donde las
serpientes han
anidado.
Mis almas sacerdotales reprimen hoy a mis elegidos, bloquean el
camino con
su escepticismo,
sus dudas, su
hipocresía, y esto me hace sufrir.
¿Porqué
se
sorprenden por la naturaleza de los instrumentos que Yo
utilizo?
Pequeño, era necesario purificarte, y para ello debía crucificarte
conmigo
en la Cruz. Tú has aceptado esta Cruz y Yo te bendigo por ello.Ora mucho
por mi Iglesia, hijo. El
racionalismo ha hecho de la Iglesia un
desierto.
Pronto estaré nuevamente con vosotros y mi oración
al Padre se
cumplirá, porque vosotros seréis uno como Nosotros, en la Santísima
Trinidad.
Quiero enseñarte algo. Cuando vengo a tí en la Santa Comunión,
tú me
posees. Pero es en Mí donde Yo te recibo y donde encierro tu
humanidad
enteramente.
Ya se que hoy te sentiste herido en lo que
oíste. Ofrécemelo.Permanece
unido y sumiso a mi Voluntad, sigue firme en tu fe y no temas haber
actuado
mal. No es cierto, estás con mi Espíritu.
Ya se que tienes el lado humano de imperfección, pero cuando se
trata de
mis cosas, defiéndelas con ese ardor, porque no eres tú quien habla
en ese
momento, es mi Voz que te impulsa a hacerlo. Si el alma se rebela
contra el
aguijón que lastima, no está haciendo mi Voluntad.
Tú sufres y Yo sufro en tí; tú amas y Yo amo en ti. Lo concreto de
una vida
es amar con confianza y verdadero abandono. Que no te lastimen las
actitudes
ajenas nada más de lo que es real.
Tal vez deberías dejarlos andar un tiempo solos. ¡Hay tanta gente
que ansía
tener un poquito de lo que verdaderamente a ellos les sobra: las
gracias!
Pero hay corazones llenos de envidia, y eso no es un sentimiento
Mío.
Con respecto a tus temores, mi Madre es la encargada de ir
conduciéndolos;
pero en verdad te digo que confíes en Ella.
Haced mucha oración para
que el
Espíritu de la Verdad entre en vosotros.
Arrodíllate ante este Divino Sacramento para
curar las heridas que me
ocasiona todo el mundo. El momento se acerca,
estoy en busca de almas.
El pecado les ha vendado los ojos y este daño solamente puede ser
reparado
con oraciones y sacrificios. El maligno está desatando su poder
sobre las
naciones, y en un determinado momento destruirá la mejor parte del
rebaño.
¡Orad para no caer en tentación!
Llora,
desahoga ese dolor de impotencia,
hijo mío. Ya lo estás viendo, tú
me buscabas donde no podía estar, y
mi
Misericordia hizo que Yo viniera
a buscarte donde estabas tú.
Cuando agaché la cabeza bajo los golpes, no tuve un solo sentimiento
malo
hacia mis verdugos. Esta confesión, ¿no te avergüenza por ser tan
irritable?.
Yo sé que disputas por Mí, pero no es necesario que batalles. Sal,
aléjate
silencioso. No eres tú justamente quien va a perder. ¡Sumérgete en
mi
costado!. ¿No ves que se estremece con tu llanto?.
Hijo mío, no temas, aún sin mis insignias, estoy contigo. Ora
siempre,
repara los pecados de mis consagrados. Mira
que los responsables de la
pérdida de tantas almas tendrán que darme cuenta muy pronto.
Los míos han perdido su inocencia, no son más niños, están
contaminados
por la locura del siglo y por los que les rodean.
Todos aquéllos que no se atreven a hablar por
temor a las represalias, no son míos.
Cada uno, cada hombre y mujer debe responder a la llamada que
recibió,
porque doy a cada uno la inteligencia del don al cual fué llamado,
solo eso.
¡Cuánto mérito has tenido ante mis ojos, tu dolor, tu sonrisa
dolorosa!. Mi
mayor consuelo hoy en día. ¿No me has pedido tú que te regale
siempre mis
llagas? Sin embargo, ahora sufres más que si las vieras. ¡Cuánto te
amo,
hijo!. ¿Cómo no amarte, si te alumbré en el dolor?.
¿Porqué no están llamando a la puerta de quienes no quieren oír?
Deberían saber que la gravedad y el apremio del momento, no da causa
a la
inacción. Ninguno tiene el derecho a descansar porque pediré cuentas
de la
responsabilidad que doy.
Ten la absoluta seguridad de que a cualquier hora del día y de la
noche,
estoy cerca de tí, acechando tus menores movimientos, escudriñando
todos tus pensamientos para que sean un reflejo de tu Dios.
Tú eres mi refugio. Yo seguiré ocupando tu cuerpo, pero no me
esperes solo
los viernes, sino cuando Yo crea conveniente. ¡Estoy tan solo y
afligido en
los Tabernáculos del mundo! Acompáñame siempre en las noches.
¡Me gusta tanto verte allí! Tu presencia callada, orando, es tu
intercesión
hacia Mí, por todos aquellos que quieres y debes encomendarme. Por
eso
es necesario que seas fiel a nuestra cita diaria.
Di a mis hijos que estoy escuchando sus plegarias, que ellos deben
tener fe
y entregarse a mi Voluntad, que todo lo sufran por mi amor, que en
este
momento está todo dicho, que comprueben el poder de la oración.
En recompensa de todos sus limitados y míseros esfuerzos, hago míos
todos
sus instantes y los aumento con mi ternura paterna. Que esperen en
fé.
Les doy las tres virtudes necesarias para encontrar mi paz:
fé,
esperanza y
caridad. Sin ellas, el hombre es solo una criatura primaria. Con
ellas, alcanzará
todo cuanto me pida, aunque las pruebas sean fuertes.
Es que la prueba madura los corazones y me demuestra el grado de su
amor.
Paz a ti, hijo mío. Ave María Purísima. Adiós, hijo mío.
Links:
Enseñanzas de los mensajes de
Talavera:
http://es.geocities.com/aparicionesymensajes2002/talavera.html
|