Mensaje de Jesús de Nazaret, recibido a través
de José-Luis Manzano
García, el día
8 de Enero de 2006, en Talavera de la
Reina.
(Mensaje privado con orden a hacerse
público).
El
Maestro: Ave María
purísima.
El
Maestro: Paz a ti, hijo mío.
He aquí porqué Yo languidezco de amor por obtener un latido de amor de
mis criaturas. ¡Oh!, si quieres ponerme contento, ama mi amor
repudiado, desconocido, despreciado.
Mi nombre es "AMOR", Amor que lo da todo. Dios-Amor, ¿porqué no
reconocerme como tal?.
¿Ves, pequeño, cómo me abandono en tí,
cómo me desahogo contigo?.
Sé perfectamente con cuánta exactitud
transmitirás a los humanos mis mensajes de Amor. ¡Cuídalos!. Lo has comprobado, han empezado a difundirse, aunque no en la forma
correcta, no diciendo el origen correcto, no el medio exacto. ¡Ay,
hombres!.
¿Hasta cuándo tendré que
sufrirlos?. ¿Por qué ese afán de
acaparar lo ajeno, aún cuando se traten de mis mensajes?.
Todo lo que has ido recibiendo, dará mucha alegría a mi Corazón el día de
mañana.
Contempla la Creación, y sobre todo las flores de los
campos.
Dos flores no son iguales entre sí, y a cada una de ellas le he dado
belleza y perfume propio. Lo mismo en el firmamento, dos
estrellas no se parecen, y en la planicie dos granos de arena, o
dos caracoles se diferencian entre sí.
Ha pasado sobre el mundo un gran incendio de odio y destrucción, pero Yo
recobraré mi sitial porque he vencido al pecado y a la muerte.
¡Oh esposa amada, oh Iglesia Mía!. La soledad y el abandono sobre la Cruz fueron como una muerte redoblada.
¡Un corazón sensible sufre tanto por el abandono de aquéllos que
ha amado...!
No vi donde buscar un corazón amigo y fiel. Cielo y Tierra se conjuraron contra el hombre, víctima del pecado.
¡Sí!, mi
Iglesia se ha ocultado como en todos los tiempos por falta de fé
en Mí, en mis palabras.
¡Tantos desertores en mis filas por falta
de fé!. ¡Cuántas quiebras ahora y entonces!. Todo por falta de fé. Pero he dejado escrito, y ahora escríbelo tú de nuevo, si por casualidad
los hombres hubieren perdido el Evangelio:
Bienaventurados los que han creído sin haber visto.
La que salva es la fe. Si
hubiera más fé en mi Iglesia, el dragón infernal no obtendría
tantas victorias. Pero la ciencia es el engaño del hombre moderno, y su perdición. La
ciencia matemática que muestra la evidencia de los hechos, es al
mismo tiempo la destrucción de las almas y de los pueblos.
Todo está matemáticamente demostrado, y hasta un ciego tiene que rendirse
a ciertas demostraciones, en tanto que la fe hace andar en la
oscuridad. Es duro, por lo mismo, creer en Mí. Se pretende indagar, descubrir y, si fuera posible leer hasta el
pensamiento de Dios.
Todo toma el nombre de "progreso", de
"puesta al día", y es menester que Dios se ponga en guardia
repitiéndose a sí mismo: ¡Estemos atentos!. El hombre ha puesto la mano sobre el fruto prohibido y
quiere llegar a ser Dios también él, creando otras vidas y
quitando la vida.
¡Oh, amadísimo hijo, saturado de oprobios y triturado está mi Corazón!.
¿Qué más debía hacer y no lo he hecho para salvaros?. Si he
faltado en algo, en cuanto a vosotros, quisiera saberlo.
Me he dado a Mí mismo y sigo dándome en perpetuo sacrificio, pero parece
que no basta. Podría llamar la atención del hombre con el
castigo, pero no.
Soy Dios-Amor. Dios que salva lo que se ha perdido. La victoria será
mía. Confundiré el mal con el bien, la perfidia con la bondad y el
perdón.
Lo olvidaré todo para comenzar todo de nuevo. Renovaré el mundo. Pero,
antes que el mundo, renovaré la Iglesia, a mis
ministros, mis Almas Consagradas, mis esposas. Daré a la Iglesia un rostro nuevo, fresco, juvenil. Se pondrá vestidos
nupciales; la adornaré con piedras preciosas y se presentará
pulcra y rejuvenecida en el camino de los siglos.
La seguirán mis Ministros, ornamento indiscutible de Verdad de fé, y mis
verdaderas esposas, castas y modestas. "La
Nueva Jerusalén cantará el himno de la liberación, como en los
tiempos del Antiguo Testamento. Cantará el Exsultet."
Pero, hijo mío, todo esto es tan deseable como
comprometedor, porque he creado al hombre libre y tengo necesidad
de cooperación de los buenos para renovar el mundo. Un poco mas de
fé bastará para volver a encender en el corazón del hombre, el
amor que todo lo puede.
No esperaré el Cielo para recompensaros por este trabajo, pero, si bien
por breve tiempo, les daré también aquí abajo la recompensa. Es el tiempo en el que la caridad se ha enfriado en el mundo.
Es también el tiempo de la renovación. Así como de un
borrascoso invierno asoma la dulce y suave primavera para
despertar las cosas dormidas, la creación entera se despertará al
nuevo soplo de vida que le hará salir del letargo de un mundo
viejo.
Nuevas las generaciones, nueva la Iglesia en su mas lozano renacer de una
eterna juventud en la perenne caridad de su fundador. Todo un
mundo nuevo de paz, de concordia y de amor, como alabanza eterna a
Dios.
Tal será el mundo renovado en el sacrificio de los dolores del parto.
Yo que soy tu Dios, tu Creador, te necesito, mi criatura, para hacer
llegar este mensaje. Así lo hacía en otros tiempos con mis
Profetas.
Soy belleza increada, bondad infinita, Misericordia sin número,
perdón nunca conocido y amor incomprensible a cualquier mente
humana.
Te elijo, porque tú me buscas constantemente, y de quien me busca
constantemente me hago encontrar. No me oculto a quienes escogen
mi compañía. Amarme siempre más y siempre mejor.
No mirar, sino a Mí. No
escuchar, sino a Mí. No amar, sino a Mí. No servir, sino a Mí.
Consolarme en la penas, compartirlas Conmigo. Entregarte a
Mí.
Hijo mío, la pena de las penas son los Sacerdotes indignos. Hay tantos y
se multiplica su número. Recibe esto para que se sepa, para que se
lea.
Un corazón dividido no está hecho para Mí. Soy esposo celoso, reclamo
enteramente para Mí el corazón del alma esposa. La santidad
perfecta consiste en no querer rehusar nada al Amor.
Quiero que ofrezcas tus dolores, tus trabajos, tus oraciones, las
comuniones de esta semana, en reparación por las almas religiosas,
hombres y mujeres. Por los sacerdotes, para que no se incremente
más en el mundo el número de estas almas religiosas que van
divagando como si nada.
Los Sacerdotes que toman la copa de los placeres y no dejan de beberla
hasta la última gota. ¡No era ésta la reforma que proponía la
Iglesia!.
"Deben despertar al hombre a
fin de que tome conciencia de que está por perecer este mundo tan
inmerso en la inmoralidad y en el pecado, y que, sin embargo, se
encuentra feliz tal como está."
Hay que sacudirlo, despertarlo de su letargo de tal forma que pida ayuda,
que se vuelva a Mí. Encended en el mundo un inmenso fuego,
encended las velas una a una como se hace en la Vigilia Pascual,
tomando la llama de Mí, la Verdadera Luz del Mundo.
He creado el mundo, y he creado también el árbol que me habría de
proporcionar el madero de mi Cruz. He creado y cultivado la zarza
que me habría de dar las espinas de Mi corona real. Sepulté en
las entrañas de la tierra el hierro con el que se habrían de
forjar mis clavos.
¡Oh, misterio de incomprensible amor!.He creado un nido para el pájaro,
una guarida para la fiera, para el rico un palacio, para el obrero
una casa, una cuna para el niño, un asilo para el anciano.
Cuando vine en persona a visitar mi Tierra, no hubo lugar para Mí en las
posadas del mundo. Era una noche fría, helada, aquella noche de mi
Venida a los hombres.
Vine a los hombres, pero los hombres no me conocieron. No había
lugar para Mí. ¿Y ahora?... En estos tiempos deben ser antorcha o
no ser nada, fuera la mediocridad. El mundo tiene la necesidad de
calor, de heroísmo.
Solo el amor puede salvar al mundo. Oh, hombre, ¿quién eres?. La viva
imagen de aquél que viene a visitarte; y tú le cierras la puerta
en la cara. Te has vendido al extranjero, has hecho una triste
alianza.
Su pueblo elegido, hoy está hastiado del maná del cielo, añora las
cebollas de Egipto y siempre hace alianza con el extranjero,
fabrica becerros de oro, se postra y los adora.
Ni aún mi Iglesia tiene ya conciencia de mi Presencia, porque si
la tuviera, las cosas no irían así. No se dan cuenta ni siquiera
aquéllos que, con el poder de su eterno sacerdocio, me hacen bajar
del Cielo.
¿No soy en verdad el eterno repudiado, el eterno incomprendido?.
Ámame, ámame mucho. Todo lo demás es mío, "los Cielos y la Tierra, y
cuantos habitan en ella". Solo el amor de mi criatura no es mío, y
es lo que Yo busco. Paz a ti, hijo mío.
Ave María Purísima. Adiós, hijo mío.
Links:
Enseñanzas de los mensajes:
http://es.geocities.com/aparicionesymensajes2002/talavera.html
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