MENSAJE DE JESÚS DE NAZARET,RECIBIDO A TRAVÉS
DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA, EL DÍA 17 DE MAYO
DE 2006, EN TALAVERA DE LA REINA (Toledo).
(Mensaje privado con orden a hacerse público)
EL MAESTRO.- Paz a ti hijo mío. Ave María
Purísima.
EL MAESTRO.- Hijo mío, te haré orar a oscuras. Tú me has llamado y
no resiste mi Corazón a tu llamada. Me gusta volcarme hacia
vosotros, hacía ti, hacia todos los que llaman con insistencia.
A cada uno he dado el deseo y debo acogerlo, porque si lo di es
justamente porque me agrada veros deseosos de Mí y consiguientemente
merecedores de recibirme en efusión y caridad entre las llamas de mi
amor en la alegría vuestra y Mía.
Quienes gritan contra el pietismo, dicen sin saber una verdad.
Porque solamente quien posee el verdadero Amor puede gustar mis
delicias. Pero los denigrantes, los hombres y mujeres de hoy, crean
tan solo una hora, pero sin dudar, y entonces se convertirán en
trofeos de mi Corazón.
Mi Espíritu está lleno de muchas delicias que ansio participárselas,
pequeños alumnos del amor. A vosotros, sedientos y perseguidos. A
vosotros, almas amadas que he rescatado en tantos días y tantas
noches de lágrimas.
A vosotros, tengo que decirlo, que eran Míos y me abandonaron.
Debo participar la fragancia de mis virtudes, a vosotros elegidos y
partícipes de mi Pasión. No quiero ya contener la plenitud de mi
afecto, por eso os llamo y os pido que actuéis como Yo lo deseo.
No os importe que sean ricos o pobres, que hayan sido inocentes o
pecadores, que sean jóvenes o ancianos, hombres o mujeres, pequeños
en amor o grandes, que vayan primero al Purgatorio y luego al
Paraíso, o que Yo los recoja de la tierra y los transplante
directamente a mi jardín.
Que nada de todo eso os importe, porque Yo, el mendigo del Amor,
como quiero que todos se abracen, y así
participarles mi llama purísima que abrasa todo y a todos, que os
hace felices y semejantes a Mí, que no busco más que haceros
el máximo bien sin ninguna recompensa, porque me basta el Amor.
¡Oh, amados, comprended!. ¡Amadme, porque Yo
os amo tanto!.
Y tú, mi pequeña alma amante, tú que sabes dar tanto amor, sumérgete
en el abismo de este Corazón. Pequeño hijo del amor, sé cuánta falta
te hace mi voz; a Mí también me falta tu ternura, tu atención.
Considera siempre útil cuanto te digo y aprovecha todo lo que
quieras, puesto que quiero decirte aún muchas cosas, todas para
instruirte y cumplir el deseo de la utilidad de quienes leerán las
páginas de tu vida.
De ellos solo pido atención a mis palabras y que no busquen
explicaciones curiosas en ellas, sino que pidan fuerza para hacer
operante mi Palabra también ellos. Es un misterio insondable el que
quiera Yo manifestarme a través de una criatura al hombre de hoy.
¡Cuántos misterios humanos conocen solamente por los frutos que ven
de ellos, por sus efectos!. No dudan solo porque ven sus efectos y
no las causas.
Bien, el misterio consiste en que los efectos son conocidos,
advertidos en su autenticidad en la garantía que les muestra el
hecho de producir movimiento de almas hacia Mí. Mis palabras son las
mismas. Es más: He venido repitiéndolas a través de los
siglos a decenas de hijos y aún hay muchos que no me reconocen, que
analizan, que buscan faltas, ¡qué ciegos son!.
Yo sé que es de noche para una parte de la humanidad, pero, ¿a quién
le importa si Yo quiero entretenerme ahora, en este momento?.
¿Puede la noche impedir mis obras de Amor y Misericordia?.
Puedo no ser comprendido, de acuerdo, pero me
conformo conque las criaturas cumplan mi querer por su propio bien.
Permaneced unidos a Mí, que Soy fuego lleno de Amor y vendréis a ser
Conmigo fuego que da calor y mucha luz.
A esto voy, y vosotros imitadme siempre haciendo las cosas que os
digo porque son las cosas que Yo mismo hice, ¡a mi semejanza!.
Las rosas y las espinas con las que te adorno nunca están sin su
tallo que las sostiene, por que si no caerían los pétalos y las
espinas se romperían. Las rosas son de varios colores, ténues y
encendidos, dominando las rojas.
Las espinas son de variado tamaño para poder defenderse de la mano del
hombre. En tí ves, sientes al hombre, no puedes ver o sentir a la
criatura que he hecho a mi semejanza, crucificada y doliente por
todos los hombres.
Mi elección no ha cambiado y proseguiré haciéndote semejante a Mí,
que fui abandonado por todos. Es necesario entonces, experimentar
ciertas situaciones que dan vértigo, ya que en tales situaciones
puedes sostenerte simplemente en Mí, sin ningún apego aparente.
Más adelante se verá lo que entiendo por vértigo y serás libre si
estás firme en la fe. Paz a ti, Adiós, hijo mío.
Links:
Enseñanzas de los mensajes de
Talavera:
http://es.geocities.com/aparicionesymensajes2002/talavera.html
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