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Melania Trump: ahora la admiramos más

Una cadena noticiosa norteamericana ha llevado su odio a Trump hacia el paroxismo al punto que recientemente reveló una conversación privada de Melania Trump donde esta primera dama mostró un efecto contrario al que esperaban esos "periodistas" al presentarse como una persona normal y sin delirios enfermizos, en especial los de una antecesora suya apellidada Obama

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OCTUBRE, 2020. La prensa norteamericana ya no oculta su gusto por haber perdido todo grado de decencia al punto que hoy se ve obligada no a reportar a las figuras públicas por sus acciones indebidas sino por lo que dicen en conversaciones telefónicas con asuntos privados. Es común que esas conversaciones saquen a luz las componendas sucias de esos funcionarios corruptos, pero que se sepa, esta es la primera vez que esos medios publican una plática telefónica personal de la esposa del presidente de Estados Unidos.

Hace unos días la cadena CNN dio a conocer una "exclusiva" donde Melania Trump, la esposa del Donald, se queja del trato de los medios norteamericanos hacia ella tras su visita a la frontera sur para visitar los centros de detención de inmigrantes y de cómo esa prensa guardó silencio en torno al "maltrato" que los inmigrantes sufren en esos campos erigidos durante los años de Barack Obama.

Sin embargo esta "revelación" de CNN quizá haga necesario llevar a Trump a otro juicio político: ¡Melania Trump no solo dice palabrotas sino que se queja de tener que colocar los adornos navideños en la Casa Blanca!: "Me estoy quemando el trasero por todo esto, tu sabes, a quién le importa un carajo esto de las decoraciones navideñas, pero tengo que hacerlo ¿cierto?", dice Melania a su "amiga" quien luego entregaría la grabación a CNN.

Qué curioso: Esta prensa que critica a Melania porque no parece gustarle mucho poner el arbolito decembrino, es la misma que lleva años sin desear Feliz Navidad a sus televidentes, que ha logrado que se prohíba el uso de la palabra Christmas en las oficinas públicas, que apoyó dejaran de colocarse árboles navideños en las escuelas para no "ofender" a los grinches y a los alumnos o maestros no cristianos y que luego promovió una campaña para eliminar la representación de nacimientos en sitios que no sean templos o iglesias.

Ahora esos megahipócritas estallan en furia porque la esposa del presidente norteamericano se mostró fúrica por tener que armar el ábol luego de regresar del viaje a la frontera donde esos medios, por cierto, la trataron con las patas.

El "reporte periodístico" de CNN fue proporcionado a ese canal por Stephanie Winston Wolkoff, una socialité de Manhattan quien fue amiga de Melania por muchos años. La conversación entre ella y Melania ocurrió en el verano del 2018, esto antes que ambas rompieran su relación por razones que a esa prensa mezquina, asquerosa, nunca le interesó investigar.

Supongamos que esos comentarios los hubiera dicho la señora Michelle Obama cuando su viejo habitaba en la Casa Blanca. ¿Cuál habría sido la reacción de CNN? Por supuesto, totalmente opuesta; se le aplaudiría por poner su interés en los migrantes que cruzan ilegalmente la frontera por encima de celebraciones como la navidad que promueven el "privilegio blanco" y otras pendejadas afines.

Esa es la calidad actual de la prensa norteamericana difundir como "exclusivas" conversaciones privadas entre dos mujeres, todo esto al tiempo que el National Enquirer, un tabloide que por décadas ha publicado chismorreos de las celebridades, es hoy mucho más creíble que el Washington Post, The New York Times o CNN.

Sin embargo estas "revelaciones" dejan en claro que Melania Trump es una persona normal, no alguien que se sienta iluminada como la señora Michelle Obama, o alquien con enfermizos complejos de superioridad, como Hillary Clinton. Y es que, si somos francos ¿cuántas veces no nos hemos guardado la idea de que colocar un árbol de Navidad no siempre es placentero y divertido? Desenredar los juegos de luces, las esferas que se caen y se rompen, el arbolito que se va de lado... el esfuerzo se compensa cuando queda listo pero, insistimos, en más de una ocasión hemos llegado a considerar que la colocación de adornos navideños puede convertirse en una lata.

Y luego tenemos a los nauseabundos y seudopudibundos "periodistas" de CNN asustados porque la esposa de un presidente dice la palabra fuck. Por supuesto que cuando una de sus reporteras mencionó la palabra shit en torno al debate entre Trump y Biden, esos megahipócritas no dijeron absolutamente nada.

Stephanie Winston Wolkoff, la mujer que entregó la conversación a CNN fue amiga íntima de Melania desde el 2003, amistad que fue traicionada desde el momento mismo en que Wolkoff grabó las conversaciones con su "amiga". ¿Pero quién graba las conversaciones de sus amistades? Si yo supiera que un "amigo" lo estuviera haciendo conmigo, además de las ganas de partirle su madre, lo consideraría un ser humano sin un mínimo de ética y dignidad.

De hecho la poca ética y dignidad son lo que han distinguido a la "fuente" de CNN. Wolkoff fue la encargada de organizar la inauguración de la presidencia del copetudo mandatario y por sus "servicios personales" Wolkoff pasó una factura de medio millón de dólares, aparte de adjudicarse otro milloncito a la empresa de su propiedad por todos los preparativos. Esto provocó el disgusto de Melania quien de todos modos la mantuvo como asesora, pero al momento que Wolkoff supo que no se le pagarían honorarios, la "amiga" salió de la Casa Blanca echando chispas.

Naturalmente, esta "exclusiva" de CNN antecede a la inminente salida de un mamotreto llamado Melania and Me. Esta es la clase de basura humana de donde se aferra CNN para afirmar que es un canal informativo...

Quien queda como la alimaña del cuento es Woolfolk, no Melania, quien además en esa conversación demostró estar más preocupada por la suerte de los inmigrantes ilegales en la frontera que con los preparativos navideños, además que bien pudo haber encargado al personal de la Casa Blanca que erigieran el arbolito y listo. En vez de querer hacer pasar auténtico excremento como notas informativas, CNN debería investigar cuándo fue la última vez que Michelle Obama visitó esos centros de detención y cómo fue que su esposo, cuando tenía la mayoría en el Senado en el 2011, logró que se autorizara el presupuesto para abrir esos centros que la izquierda norteamericana, con una doble moral que da dolores de estómago, llama hoy "campos de concentración del presidente Trump".

Rara vez los medios se habían ido con tanta virulencia contra la esposa del presidente de Estados Unidos, ni siquiera con Nancy Reagan, quien popularizó una campaña contra el uso de drogas y que fue ridiculizada por los medios en aquellos años. Pero ni de lejos se compara con lo que estamos viendo hoy, algo insólito porque Melania se encuentra, sin duda, entre las cinco primeras damas más atractivas que ha habido en ese país el último siglo, quizá con excepción de Jackie Kennedy, quien sin ser despampanante, tenía un innegable encanto (cheque usted en las redes las fotografías de las esposas de Franklin Roosevelt --quien era su prima, por cierto-- de Lyndon B. Johnson, de Jimmy Carter y de (¿oops!) Bill Clinton, y se va a dar cuenta que ninguna, de lejos, le hace segunda en presencia y atractivo físico... no, si al Donald nadie podrá acusarlo de tener mal gusto para escoger esposas...

Hoy admiramos más a la señora Melania Trump. Sus críticos y la "amiga" que escribió esa porquería a la que CNN y otros medios llaman libro se siguen sumiendo lenta pero indeteniblemente en su propio excremento. "Nadie vomita cuando por dentro se siente de maravilla," decía una querida y ausente tía mía cuando alguien se ponía a echar pestes. Y aunque ya no está entre nosotros, mi tía sigue teniendo total razón.

 

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