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INTERNACIONAL

La tonta de esta semana: Hillary Clinton

Ya pasó más de un mes y la ex candidata presidencial demócrata parece no haber aceptado su derrota, razón que la ha llevado a decir barbaridades con tal de exculpar su propia responsabilidad en la catástrofe. Y al creer que los tontos son quienes la rodean y quienes no votaron por ella, Hillary Clinton ingresa hoy a este club donde los políticos siguen llevando la vara alta

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DICIEMBRE, 2016. Una de las más duras lecciones que recibieron los demócratas en las pasadas elecciones presidenciales es que el norteamericano promedio no es tan tonto como ellos creían. Sin embargo para las altas élites de ese partido, la lección parece no haber sido aprendida, en especial Hillary Clinton, su candidata perdedora. Ya pasó más de un mes de las elecciones y la señora sigue haciendo sus berrinches aparte que (esto es más que significativo) hasta hoy no ha aceptado abiertamente el triunfo de Donald Trump. Es lo que los gringos llaman sore loser, o perdedora amargada.

Los demócratas siguen buscando culpables por todos lados sin molestarse en asomarse al interior de su propia organización. Es increíble la inmadurez de esta gente, en especial de doña Hillary quien, analicémoslo bien, lleva más tropiezos que triunfos en su carrera política. Cierto, ya fue senadora por el estado de Nueva York, pero su historial es poco menos que nulo, y ya ni digamos su caótico desempeño como secretaria de Estado. Hace ocho años su equipo de campaña preparaba su candidatura a la presidencia y, púmbale, Barack Obama apareció de la nada y le arrebató la estafeta, aunque como premio de consolación, Obama le dio un puesto para el cual demostró ineptitud absoluta.

Confrontémoslo: Hillary Clinton no es solo la esposa de Bill, sino sus antípodas: el carisma arrollador que uno tiene, a la otra le falta; el colmillo político del esposo, a la esposa la dejaba en condición de chimuela; el discurso convincente de Bill --aunque estuviera diciendo mentiras-- fue una de sus armas más poderosas mientras que las peroratas de hillary eran una fábrica de bostezos, llenas de clichés y frases desafortunada como la de los "deplorables". La campaña presidencial de Hillary Clinton fue lastimosa, patética.

Pero en vez de un necesarísimo examen de conciencia ¿qué tenemos? Entre otras cosas, excusas ridículas como ésta: "Hoy nos queda claro que las llamadas noticias falsas pueden tener consecuencias en el mundo real. Hay vidas de gente ordinaria que están en riesgo, gente que contribuye con su trabajo, a sus comunidades... Es imperativo que los líderes tanto del sector privado y del público hagan algo para proteger nuestra democracia y vidas inocentes".

Las "noticias falsas" es el nuevo juguetito de la izquierda norteamericana. Según Hillary, fueron las "noticias falsas" y los hackers al mando de Vladimir Putin las culpables de su derrota, y no solo eso, luego de ese trago inesperado, la señora de Clinton exige mayor control a las redes sociales para que dejen de estar difundiendo cosas inconvenientes... a eso la ex candidata le llama "proteger nuestra democracia y vidas inocentes".

Pero, como se ve, generalmente el tonto se cree más inteligente que quienes no lo son. Así tenemos a Jonathan Gruber, otro tonto, autor intelectual de ese monstruo llamado Obamacare, y ahora la señora Clinton, subida en la ficticia ola de aceptación y popularidad que le crearon las celebridades de Hollywood y los grandes medios, el catorrazo postelectoral debió haber sido espantoso; hay reportes de que, al ver perdida la elección, la señora Clinton gritó toda clase de obscenidades, arrojó a la pared cualquier objeto que tenía a la mano y destrozó varios muebles, razón por la cual no apareció en público a dar su discurso de aceptación; estaba bastante alterada. Increíblemente, y con una preocupante inmadurez a sus años, la señora estuvo a punto de convertirse en presidente de los Estados Unidos.

¿Pero cuál fue la razón principal que le ha ganado el puesto de tonta de esta semana a Hillary Clinton? Veamos: "Hay pruebas suficientes que demuestran cómo gobiernos extranjeros influyeron en el proceso electoral norteamericano", dijo Clinton el pasado 9 de diciembre. "Esto lo hicieron al filtrar información que perjudicó la percepción y los resultados de la campaña presidencial". Traducción: "Los hackers rusos me balconearon gacho. Esa es la razón por la que perdí la elección".

Pero si a alguien se le balconea es porque hizo algo indebido. Ni a Obama ni a su secretario de Estado John me-duermo-nomás-de-verte Kerry, que utilizaron la red encriptada del gobierno norteamericano --y que se supone es ultrasegura-- les filtraron sus mails como ocurrió con la señora Clinton quien (¿acaso es éste un signo de inteligencia?) manejó información confidencial a través de la red de la Fundación Clinton los cuales, como ya se vio, fueron fácilmente hackeados.

En otras palabras y según la señora Clinton, ella perdió la elección no porque hizo cosas indebidas, sino porque la descobijaron. Obviamente los wikileaks no fueron suficientes para cambiar el rumbo de la elección; simplemente, los demócratas y sus medios achichincles en la prensa escrita y la TV siempre manejaron información distorsionada y manipuladora que estaba lejos de reflejar la realidad. Ah, pero la culpa es de los rusos que metieron sus narizotas en el proceso electoral .Algo curioso, por demás: hasta hace unos años la izquierda norteamericana celebraba que la entonces Unión Soviética financiara al Partido Comunista de Estados Unidos, dirigido por un patético personaje llamado Gus Hall (nunca obtuvo más del 1 por ciento del voto cuando se postuló para la presidencia). Pero para los progres de hoy, los rusos se han convertido en poco menos que compadres del diablo.

Por eso, hoy otorgamos el título de tonta de la semana a Hillary Clinton. Bienvenida al club.

 

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