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La tonta de esta semana: Cristina Kirchner

Un vistazo a los tuits y declaraciones de la presidenta argentina dejan en claro que sus opiniones están totalmente reñidas con la congruencia y con la experiencia que suele dejar en una persona el sentido común. Si solo fuera su ineptitud para gobernar, el asunto no sería tan preocupante

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JULIO, 2013. Caray, suena duro llamar así a alguien que está al frente de un país tan admirable y culto como es la Argentina. Pero qué remedio: cuando su presidenta se atreve a decir, en uno de sus tuits, que "solo a un tonto se le ocurre decir que el gobierno provoca la inflación", las cejas de quien lea aquello forman un enorme arco y los ojos adquieren forma de plato. Increíble. Es como si la señora, o una de tres, hubiera nacido ayer, su ignorancia es tan grande como el tamaño del Estado argentino o su ego es incapaz de hacerle ver, hacerle aceptar la realidad no solo del país que gobierna, sino de las mismas leyes que rigen a este mundo, entre ellas una ineludible, aquello de que a una acción le sigue una reacción.

Hay pues, muchos economistas que son tontos de capirote, según la señora Kirchner. Y es extraño, porque se trata de tontos que incluso ganaron el Nóbel de Economía, como un tal Milton Friedman, quien comprobó --y con ello se ganó la presea en 1976-- la relación directa entre el gasto público y el alza obligada de bienes de consumo. Otro tontorete, según la señora presidenta, fue Rudgiger Hornsbush, quien advirtió en 1997, ni más ni menos que a su correligionario Carlos Menem, que la venta de armatostes públicos de nada serviría si el Estado argentino continuaba con su alto nivel de gastos. Menem lo mandó a tomarse un mate amargo y así le fue a la Argentina.

La lista de tontos que creen ingenuamente que el excesivo gasto público es causa del deterioro del nivel de vida (que para el caso es lo mismo que inflación) incluye a Friederick Hayek, otro sonzo al que también le otorgaron el Nóbel en 1974. Vamos, hasta Lord Keynes, seguramente admirado por la señora Kirchner, daba por un hecho que si el Estado gasta más se da una repercusión directa en el alza de los insumos, única manera con la que cuenta un gobierno derrochador para financiar sus excesos. Y Kirchner sin duda sabe de Keynes, pues ha aplicado a rajatabla el control de precios, fórmula tan obviamente keynesiana como decir que La Marsellesa es el nombre del himno nacional de Francia.

Si realmente Cristina Kirchner piensa que la inflación se da por generación espontánea o porque los comerciantes suben los precios a su antojo, la Argentina se encuentra en serios problemas. Otro tonto entre los tontos, Adam Smith, escribió mucho antes que ese país austral declarara su independencia de España en 1810: "La oferta y la demanda es una ley, porque su carácter es invariable. Si algún elemento en la cadena productiva se altera, esto repercutirá en el valor final, es decir, del consumidor. Si el Estado imprime papel moneda, esto forzará a los otros eslabones de la cadena a incrementar sus costos so pena de salir del mercado". ¡Vaya tonto!

Otro tontazo, John Kenneth Galbraith --para que no se crea que solo estamos acudiendo a economistas "de derecha"-- al hablar de la hiperinflación que azotó a Alemania en los años 20 refería que "la urgencia por poner dinero a circulación hizo que miles de billetes estuvieran impresos por un solo lado. Esta inundación de papel moneda inservible aceleró el fenómeno hiperinflacionario" La culpable directa de una alza de precios fue, y será la maquinita gubernamental para hacer billetes. ¡Helloooo, señora Kirchner...!

Pero no vayamos hasta atrás en el tiempo, enfoquémonos en el presente: ¿Qué países tienen hoy elevados niveles de inflación? ¡Pero qué caray! Venezuela y Argentina, y en ambos se da la extraña coincidencia que el tamaño de la burocracia se ha multiplicado y la producción se desploma al mismo tiempo que en ambas naciones se imprimen billetes como si fueran arepas o panes dulces. 

Pero hagámonos a un lado todos los tontos que creemos que un gobierno botarate provoca inflación y veamos cómo Cristina Kirchner considera tonta a toda la opinión pública, no solo a economistas como Friedman o Galbraith: aseguró que si la Argentina asumía la soberanía de Las Malvinas "respetaría las tradiciones de sus habitantes" para días después asegurar que "se promoverá la enseñanza obligatoria del español" en las escuelas de las islas, según publicó el diario capitalino La Nación. Le pegó con todo y hasta le quería arrancar la sotana a un tal Jorge Barboglio acusándolo de "reaccionario" y "medieval" por su postura en contra del matrimonio gay, pero inesperadamente este cardenal se convierte en Papa. Pues bien, la mandataria fue a visitarlo a Roma como si fueran amigotes de años y le entrega una carta que contiene cantinfladas como "Para eso mejor sigan enviando lo que mandaban. Así que me tomé la licencia de dirigirle una carta (acepté que fuera dirigida a Su Santidad bla, bla bla, tampoco es cuestión de no aceptar nada)" o "¿Tienen razón? La verdad que no sé. Pero tampoco era cuestión para pelear. Hasta siempre y cuídese. Tome mate. Usted me entiende".. 

Quizá hemos sido unos tontos todo este tiempo al creer que don Mario Moreno era mexicano.

Y, la más reciente ocurrencia: mientras llama tontos a todos aquellos que se apegan a las enseñanzas del sentido común, Cristina Kirchner ordenó recientemente que se retirara una estatua de Cristóbal Colón en una avenida bonaerense. Y ya nos imaginamos porqué ("el genocida que vino de España", "el invasor que aplastó a los indígenas" y blá blá bla, parafraseando lo que escribió a Su Santidad Francisco en esa carta), esto por parte de alguien que, apellidada Fernández, ostenta una línea de ascendencia directa con la españolísima provincia de Santander. Ah, pero eso sí, los tontos, los incongruentes, somos quienes sostenemos, con las hojas de mate en la mano, que el gasto público produce inflación.

Desafortunadamente, la realidad refuta a la presidenta de Argentina, con todo el respeto que nos merece la investidura que hoy ocupa: Los tontos son otros...o más bien, otra.

 

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1 comentarios

pelacas_moreno escribe 14.07.13

Después re reírme un rato con el artículo sobre la "tonta" Cristina Kirchner creo que lo que en realidad pasa con esta señora es que se emborrachó de poder y le aterra la idea de dejarlo y peor aun, que cuando se venga la crisis económica a ella se le exijan cuentas, por eso la presidenta culpa a todo mundo, menos a ella, del desastre que ya estamos viendo en Argentina, es la misma historia que vimos en México con López Portillo cuando se aceraba el fin de su sexenio.

 

 

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