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Y DEMÁS/Libertad de
expresión
Kanye
West, ahora lo admiramos más
El conocido rappero y esposo de la socialité Kim
Kardashian soltó una bomba en uno de los programas
consentidos de la izquierda norteamericana y ahí insinuó que
él no es esclavo de los progres ni de nadie. Por su
atrevimiento, no se dude que pronto le saquen a West un
escándalo sexual antidiluviano, como le ocurrió a Bill
Cosby. Ya veremos
Versión impresión
SEPTIEMBRE, 2018.
Antes que nada debemos decir que aquí en fasenlinea
no somos precisamente fanáticos del rap, ni del hip hop ni
otros ritmos afines, pero sí hemos comentado acerca de la
hipocresía de muchos de sus exponentes quienes se dicen
víctimas del "racismo" la "opresión" y la "injusticia" del
sistema económico norteamericano cuando todos ellos viven en
residencias de lujo, poseen autos deportivos último modelo y
ostentan una posición social con la que sus ancestros ni
siquiera soñaron, de modo tal que afirmar que estos artistas
siguen viviendo en el ghetto cuando en realidad lo hacen en
Bel Air o en Beverly Hills es una muestra de escandalosa y
enfermiza doble moral.
Asimismo, quien haya seguido con frecuencia los textos de
fasenlinea se habrá dado cuenta que Kanye West, uno de
los rapperos más exitosos los últimos 15 años, difícilmente
es un personaje que nos haya causado simpatía. Entre una de
sus ocurrencias está el haber aparecido en la portada del
Rolling Stone vestido como Jesucristo, con todo y corona
de espinas, con el encabezado "La Pasión de Kanye West". (De
hecho esa portada absurda y molesta fue una de las razones
por las cuales aquí dejamos de comprar la edición en inglés
pues, si hablamos de provocativa "controversia" ¿por qué
Kanye West no apareció vestido como Mahoma?)
Más tarde West fue celebrado por los medios liberales cuando
dijo en una declaración que "el desastre del huracán Katrina
en Nueva Orleans nos deja en claro que (al entonces
presidente)
George W. Bush no le
interesa la población negra". Años después West subió al
escenario durante una ceremonia de los Grammys para
protestar porque la presea a Mejor Disco se la hubieran
entregado al compositor Beck y no a Beyoincé: "Nos están
provocando", advirtió West.
Cuando West se casó con Kim Kardashian poco después ambos
aparecieron desnudos aparentemente teniendo relaciones en la
portada de una revista francesa y se les celebró por su
"originalidad" y su "atrevimiento", algo a lo que el
columnista Stephen Hayes dijo: "En muchas portadas de
revistas hoy aparecen mujeres sin ropa y nadie celebra ese
'atrevimiento', muestra de que el matrimonio West-Kardashian
sigue pensando que vivimos en una sociedad cerrada como la
de los años 50".
Sin embargo hubo un cambio en el guión. Meses después de
haber acusado al ex presidente Bush por lo de Katrina, West
pidió disculpas, "no tenía prueba alguna de lo que dije",
expresó escuetamente. Las cosas se aceleraron, naturalmente,
con la elección de Donald Trump. El mundo del
"entretenimiento" norteamericano endureció su estalinismo y
procedió a criticar, día y noche, al presidente y a mandar
callar a quienes no se consideraran parte de la
"resistencia". Entonces el matrimonio West-Kardashian, lejos
de amilanarse, se salió del redil y en forma separada, ambos
visitaron a Trump en la Casa Blanca. "Conozco a Trump desde
hace varios años y no tengo porqué avergonzarme de ello",
refirió West, quien en una fotografía llevaba puesta la
famosa cachucha roja que a muchos izquierdistas parece
provocarles urticaria.
El pasado sábado durante el programa otrora cómico llamado
Saturday Night Live (una de las vacas sagradas de la
izquierda norteamericana), West realizó una presentación y
casi al final dijo: "Los negros siempre quieren a los
demócratas, ya saben, como eso que ellos planearon el sacar
a los padres de sus casas y hacerlos dependientes del cheque
por desempleo (welfare). ¿Alguien sabe de eso? Ese es
un plan de los demócratas", para de ahí manifestar su
respaldo a Trump: "Ha habido muchas veces en las que hablo
como un blanco y me dicen 'cómo te puede caer bien Trump, es
un racista'. Bueno, si me preocupara su racismo hace mucho
tiempo me hubiera ido de Estados Unidos".
Más adelante dijo: "Cuando llegué (al estudio) me dijeron
'no puedes usar esa gorra aquí, tienes que quitártela', pues
bueno, me la quito en este momento", para segundos después
volvérsela a colocar. "Ustedes no pueden decirme lo que
tengo qué hacer, este un país libre". (Sobra decir que el
segmento no salió al aire, y se hizo viral porque el
comediante Chris Rock, presente entre el público, lo grabó y
lo puso en línea).
¡Bravo por Kanye West! No por su apoyo a Donald Trump sino
por su valentía al plantarse en un programa de televisión
ultraliberal y decirle en las narizotas de los productores
que él no es un títere de los liberales norteamericanos y,
segundo, que en un país como los Estados Unidos cada quien
puede opinar lo que se le pegue la gana sin que haya
represalias, castigos o amenazas en su contra.
West añadió que "el 90 por ciento de los medios de este país
son liberales y esconden o tergiversan la verdad".
Indudablemente, solo que nadie había dicho eso en
Saturday Night Live, un programa del cual dijo hace unos
días el comediante Chevy Chase: "Ya no es gracioso, es el
peor humor que te puedas encontrar".
El cerrarle las puertas a alguien o boicotearlo por sus
preferencias políticas es más bien propio de la Alemania
nazi, la Rusia estalinista o la Cuba castrista, y sin
embargo ya se está dando en la industria del
"entretenimiento" de Estados Unidos donde expresar una idea
discordante convierte a alguien en un leproso. Qué lejano
están los días en que John Wayne, un actor de tendencia
conservadora, intercambiaba amistosos insultos con el
cantante Dean Martin, quien toda su vida fue simpatizante
demócrata. Después de aquellos aquelarres transmitidos por
TV, Wayne y Martin brindaban juntos y se despedían entre
calurosos abrazos.
En otra ocasión West criticó duramente al alcalde de Chicago
--ciudad de la que el rappero es originario-- un tal Rahm
Emmanuel, amigo cercano del expresidente
Barack Obama: "La
violencia, los asesinatos no cesan en Chicago, y se dan no
de un policía blanco hacia un negro, sino entre mis hermanos
negros. Yo no veo que el alcalde Emmanuel esté haciendo nada
al respecto".
Ante esta situación ¿cuáles repercursiones se darán contra
Kanye West? No se le puede acusar de racista, aunque ya le
han llamado "Tio Tom", "vendido", "un blanco de piel negra"
y otras lindezas. Cuando un afroamericano se da cuenta que
todos estos años ha sido títere de los demócratas se reducen
los adjetivos que pudieran emplearse en su contra. ¿Qué
procede, pues? Ya lo veremos: acusaciones antidiluvianas de
acoso sexual como le ocurrió a
Bill Cosby y le siguen
sucediendo actualmente al juez Brent Kavannagh.
Es cuestión de días para que por ahí salga una muchacha
acusando a Kayne West de "abuso sexual", no importa que
hayan pasado años, décadas de ese hecho... de ahí vendrá la
andanada en contra de Kanye West (y seguramente contra Kim
Kardashian) y hasta se insinuará que es "pederasta". Así es
como se maneja la izquierda norteamericana (y bueno, a nivel
mundial) cuando no puede acallar al desobediente: lo
cubrirán de acusaciones de abuso sexual, ésas que no parecen
ser tan graves cuando las cometen sus simpatizantes, como el
cineasta
Roman Polanski o el
director Woody Allen.
Sin embargo hay un punto importante aquí: Kanye West es una
figura de peso dentro de la comunidad afroamericana y los
intentos para callarlo no pasarán inadvertidos tan
fácilmente, sobre todo porque, a diferencia de Cosby, Kayne
West es una figura actual conocida prácticamente por todos
los afroamericanos que viven en Estados Unidos.
Aparte de admirarlo, le deseamos lo mejor a Kanye West. Lo
que se le viene tras de sí serán toneladas de acusaciones y
declaraciones que esperamos sepa capotearlas. Si lo
consigue, Kayne West habrá hecho un gran favor a la
democracia de su país, hoy totalmente amenazada por los
estalincitos y estalincitas incapaces de escuchar o tolerar
que alguien más, en especial los afroamericanos, tengan una
opinión diferente a la versión oficial de los demócratas.
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