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Antonio Banderas. ahora lo admiramos más

Como una muestra de que no todas las celebridades progre están reñidas con la coherencia y el sentido común, tenemos a este conocidísimo actor español quien rápidamente destruyó una telaraña que se tiene en Europa acerca de la economía de mercado. Bien por este histrión malagueño

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ABRIL, 2016. Es curioso cómo después de Gran Bretaña, España es el país europeo que más talento en sus actores aporta a Hollywood, un fenómeno que se remonta a los tiempos de Chaplin y Valentino. La oleada más reciente la tenemos con Penélope Cruz, Javier Bardem y Antonio Banderas´, triunfadores los tres por derecho propio, y ganadores del Óscar los dos primeros.

Antonio Banderas fue uno de los actores más recurridos por Pedro Almodóvar. Tras romperse un tobillo y de perder para siempre la oportunidad de convertirse en futbolista profesional, y con un escaso conocimiento del inglés, Banderas decidió lanzarse a Hollywood donde apareció en películas como Mambo Kings, Philadelphia, Entrevista con el Vampiro, El Mariachi, La Máscara del Zorro y hasta llegando a personificar a Francisco Villa, eso sin olvidar la voz que le dio a Pussy Boots en Shrek y un spinoff donde ese felino fue el protagonista. 

De paso Banderas contrajo matrimonio con Melanie Griffith, madre por cierto, de Dakota Johnson, quien aparece en 50 Shades of Grey (su padre, por cierto, es Don Johnson y no Banderas, como se ha especulado por ahí).

Y como buena parte de los actores hispanos, o tal vez todos ellos, Antonio Banderas se considera progre. Criticó la invasión norteamericana a Irak en el 2003 y se sumó a una coalición de actores, que incluía a Bardem, la cual exigía el retiro de las tropas españoles de la coalición.

Pero Banderas tiene una cualidad, esta es, que reconoce los méritos del país que lo convirtió en actor de nivel mundial. A propósito de una visita a su lugar de origen con el fin de promover Altamira, su nuevo filme, el malagueño asistió a un El Hormiguero, un programa de TV muy popular en España. Ahí el presentador, un tal Pablo Motos, preguntó al actor acerca de "cómo es cruel el mercado en Estados Unidos", en relación a su experiencia en ese país.

Tal vez el presentador, cubierto de esas telarañas ideológicas que, decía Jean-Francois Revel, "reflejan con el ataque  el propio fracaso de los modelos económicos europeos" esperaba una respuesta certera, inflada de progresismo (y desagradecimiento, aunque se hayan cobrado ahí sus servicios en cochinos dólares) el actor sorprendió a todos con su respuesta:

"Dentro de mi experiencia rescato el haber matado muchos mitos. Las cosas se pueden conseguir, se trata de trabajar muy fuerte" y puso como ejemplo de ello al fundador de Uber, el servicio de taxis que, predeciblemente, ha enfrentado una feroz resistencia por parte del servicio tan tradicional como troglodita (en Madrid, Uber fue prohibido de modo que los usuarios tienen que seguir soportando a los taxistas groseros y abusivos). "Esta es una muestra clara de que en Estados Unidos los empresarios no temen al fracaso".

Insólito, pero indudablemente cierto. Hasta hace poco, los empresarios españoles habían comenzado a expandir su mercado a otros países, caso específico el de Zara. ¿Dónde están sus sucesores? No extraña, entonces, que desde el 2014 más de 2 mil millonarios hayan abandonado España ante la inseguridad jurídica y al peligro de que el radicalismo de Podemos alcance el poder.

Añadió el actor: "Según una encuesta, el 75% de los estudiantes quiere ser funcionario, mientras que esa misma encuesta se había hecho en los Estados Unidos y el 75% quería ser emprendedor, es decir, dueño de sus propias vidas, sin un jefe por encima", señaló el actor. Con un 75% de gente que quiere ser funcionaria no se hace país, se hace país con gente que se la juega", un caso que claramente se refleja también m México donde hace años una encuesta Gallup arrojó que el 63 por ciento de los jóvenes universitarios buscaban emplearse en el gobierno federal y solo un 8 por ciento tenían contemplado abrir sus propias empresas.

Efectivamente, un país se hace con gente que se la juega, pero es imposible pensar en ello cuando los jóvenes europeos viven atrapados en la zona de confort que les proporciona el cheque por desempleo. El sector empresarial en Europa conformado por jóvenes prácticamente no existe, de modo que Banderas sabe muy bien de lo que habla. El malagueño, sin duda contaminado con las ideas que Europa tiene del "imperialismo" cuando pisó Estados Unidos por primera vez, e llevó una sorpresa al ver que, como él dice, las cosas efectivamente funcionan dentro de una economía de libre mercado. Le costó mucho trabajo llegar a donde está, pero lo consiguió. Y ese espíritu fue el mismo que llevó a Bardem y a Cruz a trabajar en Hollywood; la diferencia es que éstos dos mantiene su perfil progre, que en el fondo es una forma de desagradecimiento.

Bien por Antonio Banderas. No sólo sorprendió al presentador, quien al hablar de la crueldad del mercado en Estados Unidos, el malagueño destacó que "es cruel porque es muy competitivo, pero al final los resultados se dan".

Y es que con todo y la intención de Barack Obama de, irónicamente, convertir a Estados Unidos en otra economía que maneje el "socialismo escandinavo" --un fracaso al cual ya se le está dando marcha atrás, aunque nadie ha enterado de ello al presidente-- Estados Unidos sigue siendo el faro del desarrollo mundial. Si la economía de mercado no ofreciiera esos resultados, entonces resultaría inexplicable que miles de científicos, médicos, investigadores y expertos en informática quieran trabajar en ese país en vez de hacerlo en economías planificadas como Cuba, Corea del Norte o Venezuela... o últimamente, la España misma.

Antes respetábamos a Antonio Banderas por su talento actoril. Ahora lo hacemos por otro motivo: nos ha enseñado que también hay histriones progres que tienen idea de lo que son el sentido común y la coherencia.

 

 

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2 opiniones

luisfabian75 escribe 14.04.16

Bien por Antonio Banderas, uno de los actores españoles más talentosos, arriba el Pussy Boots!

belton.situs escribe 10.04.16

Es por pura lógica comparar cuál es más efectivo, la economía de mercado o la economía planificada: ninguno de mis amigos que están buscando empleo quieren irse a Cuba, a Venezuela o a Corea del Norte pero todos ellos sin duda aceptarían empleo en Estados Unidos o Canadá. Antonio Banderas, y Penélope o Bardem, no habrían alcanzado el reconocimiento mundial de haberse quedado en sus países. Aplaudo la honestidad de Antonio Banderas.

 

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