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INTERNACIONAL

Si llega al poder, Podemos podría hundir a España

Las soluciones mágicas que tantos estragos han producido en Argentina y en Venezuela ya llegaron a la costa ibérica ante el desgaste de los partidos tradicionales Es de esperarse que los españoles desoigan este canto que daría al traste con décadas de sacrificios por integrarse al resto de Europa

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SEPTIEMBRE, 2014. Aunque España va lentamente saliendo de su profunda crisis económica y de que para fin de año por primera vez desde el 2008 los índices de desempleo podrían bajar del 20 por ciento, hay una corriente política que exige "acelerar" el proceso hacia ¡sorpresa! "un socialismo de rostro humano consciente de las necesidades de las mayorías". Pese a que Mariano Rajoy, el actual primer ministro, engañó colosalmente al mundo al hacerse pasar por "conservador" aunque lo lanzó el Partido Popular, en muchos aspectos ha salido igual de hablantín y populista que su inepto antecesor. La paradoja es que semejante actitud ha traído un ascenso, aún bajo pero ya preocupante, de quienes buscan las salidas populistas a la economía española.

El movimiento en cuestión lleva el nombre de Podemos. Era obvio: todas estas corrientes suelen tener un solo nombre producto de un acrónimo, ya sean el MAS (Movimiento al Socialismo) o Morena en México. Podemos es la primera organización que no sale de un partido tradicional en Europa con posibilidades de ser gobierno, un fenómeno que no se daba, por cierto, desde los tiempos anteriores a la segunda guerra mundial o, al menos, que se trate de un movimiento que ha logrado considerable fuerza en un tiempo bastante corto. 

Su líder, un tal Juan Pablo Iglesias, un desgarbado profesor de Ciencias Políticas --nunca viste de traje en sus ruedas de prensa-- de cabellera recogida con colita de caballo, delgado y de barba, alguien que bien podría estar protestando en la rotonda de la Puerta de Alcalá en calidad de "indignado". Como ya se imaginará el lector, basta con ponerle una boina a Iglesias para darle un parecido más que notorio con el Ché Guevara. Como orador es carismático (idem) acusa reiteradamente lo mismo a las "oligarquías" que a los "corruptos de los dos partidos que se han distribuido el poder como si fuera de su propiedad", los considera caducos y llama a la "restauración" de la dignidad del pueblo español. Igualmente Iglesias ha prometido que cuando Podemos alcance el poder "todos tendrán acceso a una vivienda digna" y se compromete a "suprimir los adeudos leoninos e injustificados hacia el ciudadano tanto de bancos como de las grandes empresas".

En una reciente alocución, según la página web libertaddigital.com, Iglesias señaló: "Soy partidario de la mano dura pero solo cuando sea necesario aplicarla". Ups. Eso sonó mucho a aquello de que a veces hay que estrellar algunos huevos para hacer un omelette, algo que dijo cierto bigotón moscovita hace seis décadas. Lo inquietante, pues, no es lo que sostenga Iglesias, esto en un país donde están representados en las boletas hasta 50 minipartidos políticos diferentes, desde los anarquistas hasta los secesionistas, los que exigen arrebatar Gibraltar a los ingleses o uno (¡en serio!) que pugna por la desaparición de las ligas de futbol por considerarlas una nueva forma de esclavitud, aunque cabría preguntarse si, por ejemplo, algún esclavo hubiera percibido el mismo pago que un Piqué o un Messi.

Lo que preocupa es que el mensaje de Podemos tiene cada vez mas oídos que lo escuchan y más palmas que le aplaudan. Y es que caldo de cultivo, claro que lo hay: Zapatero dejó a España sumida en una profunda crisis económica de la cual se culpó, naturalmente, al capitalismo, y ahora Rajoy bien pareciera ser otro político surgido de las entrañas del PSOE. Ambos sun repudiados por buena parte de la población económicamente activa que no encuentra empleo o, si lo halla, o es eventual o es el salario que se ofrece es muy bajo. 

Los "parados" o desempleados, los románticos que suspiran por los años de la República, los burócratas, las organizaciones sindicales, los intelectuales, los artistas, es decir, todo aquel que se autoproclame "progresista"  encontrarán en las peroratas de Iglesias música celestial donde el único digno de cadalso por el deterioro español es un sistema capitalista asociado con unos banqueros que se enriquecieron a costa del trabajo de los demás. Iglesias también ha prometido que el seguro de desempleo "se profundizará junto con la expedición de vales de descuento para adquirir alimentos mientras el ciudadano no tenga trabajo". Si de prometer se trata, Iglesias podría ofrecer viajes gratis o cruceros a través del Mediterráneo para todos aquellos que se sientan agravados por los embates de la economía de mercado.

Dice Carlos Alberto Montaner: "Podemos difunde las mismas propuestas de una Cristina Kirchner o de la Venezuela chavista, esto es, prometer todo a cambio de una mínima cultura del esfuerzo, de que para ganarse las cosas hay que trabajar por ellas. No sorprende tanto que haya quien se deje llevar por este discurso plagado de boberías, sorprende que esté encontrando eco en un país que tanto luchó por integrarse a la Eurozona". Montaner y otros analistas más han señalado las ligas entre Podemos y el chavismo --Iglesias fue parte de una comitiva que fue a recibir el fallecido mandatario cuando visitó Madrid-- sospecha que suele encender al desgarbado líder. Libertadidigital reporta que hubo una gresca el pasado junio cuando se le inquirió a varios dirigentes de Podemos sobre esos nexos que conviene aclarar. Y al estilo de los camisas pardas o las juventudes estalinistas, respondieron con agresiones tanto verbales como físicas.

Evidentemente, Podemos no podía dejar fuera al discurso antiyanquista. Iglesias tiene en la peor reputación a José María Aznar pero tampoco le guarda simpatías a Zapatero, y no tanto porque durante su gobierno éste haya mandado al averno a una economía boyante, ni tampoco porque, con un populismo marca diablo, haya ordenado el rápido retiro de las tropas españolas de Irak. No, lo detesta porque, ha dicho, "en su gobierno más que en ningún otro momento se instalaron, con condiciones ventajosas, decenas de multinacionales norteamericanas". Dejemos de lado que ningún inversionista de ningún país pondría sus capitales en otro país si las condiciones no le fueran ventajosas: de hecho, con Zapatero fueron más las empresas extranjeras que abandonaron España ante la voracidad fiscal de un gobierno que colocó en el excusado todos los excedentes que había dejado en las arcas el señor Aznar.

Tampoco deja de sorprender que el antiyanquismo de Podemos no toque directamente a Obama sino a quienes supuestamente lo manejan como un títere. "Por más que quiera hacer algo, Barack Obama es un rehén de los grandes grupos del poder económico", dijo Iglesias. Uno se pregunta entonces porque esos supuestos grupos no le impidieron a Obama meter por el cogote a los norteamericanos su sistema de salud que, ya desde hoy, huele a absoluto desastre.

La última puntada de Iglesias, y mientras se acercan las elecciones en España, es la promesa de "investigar" a todas las grandes fortunas locales, a las cuales, suponemos, se querrá aplicar el impuesto del 70 por ciento a sus ganancias tal y como lo propone el descabellado libro de Thomas Pinketty. Populismo puro, como se ve. 

El español es un pueblo culto e inteligente que ha aportado a la humanidad innumerables glorias y valiosísimos legados, entre ellos el idioma en el que escribimos este artículo. ¿Por qué no ha sido capaz de asomarse a la situación en Venezuela y en Argentina y que son una muestra del futuro que aguarda a los peninsulares si Podemos alcanza el poder en la siguiente elección?

Ah, sí, se nos olvidaba. Iglesias y Podemos son partidarios de abolir a la monarquía española la cual, ha sugerido el líder varias veces, "absorbe millones de euros que bien podrían servirnos para construir más viviendas y ofrecer más servicios populares". Un estudio publicado por elcato.org --y que Iglesias, como podríamos intuir, no ha leído-- indica que la monarquía hispana es la segunda menos onerosa de Europa después de la holandesa, y mucho menos costosa que los Congresos de México, Colombia, Argentina, Brasil y Venezuela. "A los mexicanos sus diputados (representantes) les cuestan anualmente más de 20 millones de dólares", señala el texto de elcato, escrito por Alan Reynolds, "en cambio, tener un rey español cuesta a los contribuyentes españoles la friolera de 10 millones de dólares anuales, cifra muy baja comparada con lo que cuesta mantener en es el mismo lapso toda la estructura del Estado español, de unos 950 millones de dólares".

Los objetivos de Podemos están muy claros y puede decirse que no están engañando a nadie con sus promesas. Tienen como intención evitar que España alcance los niveles de desarrollo que ya ha llegado a tocar para convertirla en una sucursal de Buenos Aires o de Caracas. Varias generaciones de españoles ni idea tienen de lo que es la alta inflación, los controles de precios, la escasez de bienes en las tiendas, la inseguridad y el peligro de perder su patrimonio mediante expropiaciones arbitrarias.

Si eligen a Podemos como su próximo gobierno, los españoles descubrirán que Podemos sí puede hacer que tengan en casa esa realidad.

 

 

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1 comentarios

jose78 escribe 23.09.14

Tengo un amigo en España y por lo que me cuenta de Podemos, es exactamente lo mismo que López Obrador en el 2006. Es preocupante que Iglesias tenga posibilidades reales de llegar al poder pero más preocupnte aun que los partidos tradicionales no actuen en consecuencia y cambien sus políticas económicas

 

 

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