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INTERNACIONAL

¿Por qué Putin anda tan bravo?  Pregúntele al de la foto

¿Qué fue lo que provocó que el oso ruso se levantara desafiante tras dos décadas de aparente mansedumbre? Como en tiempos de la guerra fría en que las ínfulas hacia el enemigo se daban como mensajes cifrados de chantaje, el Kremlin sabe hoy más cosas de la seguridad de Estados Unidos que hasta hace poco. Y ello se debe a los discos duros de un tal Edward Snowden

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AGOSTO, 2014. Hasta hace muy poco nadie preveía que Rusia volvería a mostrar afanes anexionistas, que entraría en serios enfrentamientos verbales con la Comunidad Económica Europea y, sobre todo, que pondría en aprietos al gobierno norteamericano, que los últimos 20 años había sido considerado el principal triunfador de la Guerra Fría. Hoy Vladimir Putin se ha envalentonado al punto que prohibió el ingreso de alimentos procedentes de estas dos áreas que siguen al tanto de que Rusia no vaya a aprovechar una madrugada para invadir Ucrania. ¿Alguien detendría a Putin en este intento? Si nada se ha hecho para traer a la justicia a los guerrilleros prorusos que el pasado julio derribaron un avión de Malaysia Airlines, ¿Estados Unidos realmente actuaría en consecuencia? Es dudoso.

Varios analistas tanto europeos como norteamericanos se preguntan el porqué de este súbito fanfarroneo de Putin que, si bien está lejos de revivir los días en que Nikita Krushev golpeaba la mesa en la ONU con un zapato, deja en claro que el presidente ruso siente que camina sobre bases sólidas para desplegar ese comportamiento. Pero si le rascamos un poquito, hay una razón: Edward Snowden.

Como se sabe, el ex analista de la National Security Agency voló de Hawai a Hong Kong, donde pidió asilo pero huyó al saber que el gobierno local, con la tácita anuencia de Beijing, había dado entrada a la exigencia de extradición de Estados Unidos. Su siguiente destino fue Rusia, donde el presidente Putin le había ofrecido una visa temporal "mientras se capoteaban las cosas", dijo Moscú. Aquel fue el regalo más grande que pudo recibir Putin: Snowden llevaba consigo dos laptops con millones de documentos clasificados y confidenciales no solo de cómo funciona la enmarañada estructura del gobierno norteamericano sino de varias claves de acceso a los sistemas de las empresas más importantes de Estados Unidos, y de usuarios de las redes sociales que, al tener la mayoría sus bases en territorio norteamericano, podrían rastrear su origen en cualquier parte del planeta.

"Los discos duros de Snowden llevaba secretos en importancia superiores a los planos de la bomba atómica que los espías Rosemberg entregaron a la URSS", dijo el especialista en sistemas John Bruddock en el sitio breitbart.com, "de hecho, esta información es miles de veces más valiosa pues permite entrar ilegalmente al corazón cibernético de los Estados Unidos, que equivale a decir de buena parte del mundo", agrega.

¿Y cuántos de esos archivos clasificados corresponden a la Casa Blanca, el Pentágono y al Departamento de Estado? "Deben ser bastantes como para proveer a Putin de información que le permita tener a Barack Obama tomado del cogote", refiere el también analista en sistemas Carlos Romo. "El Departamento de Estado tiene un perfil psicológico completo y detallado de todos los mandatarios del mundo. ¿Cómo es posible que no hayan previsto cómo actuaría Putin, él mismo un espía, al recibir datos que son oro puro y que le dejan un enorme hueco a la seguridad nacional de Estados Unidos?"

¿Que tanto le puede servir a Putin la información que le han provisto las computadoras de Snowden? "Hace unos días un grupo de hackers rusos se hicieron de varias cuentas, passwords e información que les permitieron hacerse de millones de dólares robados cibernéticamente. ¿Quién no nos dice que estos hackers son financiados por Rusia como una advertencia a Estados Unidos de lo que pudiera ocurrir si sigue la presión internacional en torno al avión derribado y la situación en Ucrania? Ante esto, no es tan casual que el ataque de los hackers se diera menos de una semana después del atentado contra la nave donde murieron 256 pasajeros.

Cualquiera pensaría que con cambiar los passwords y los códigos de seguridad se evitarían incursiones de computadoras de otros países, "pero eso funcionaría en casos como el de WikiLeaks donde cambias las contraseñas y reduces el daño colateral. En este caso, Snowden era parte del sistema que poseía la información, y cambiarla implicaría un gasto multimillonario en infraestructura y software", dice Romo.

Hay otra parte del "regalito" de Snowden igualmente fabulosa, escribe Bruddock: "Además de la oportunidad de ver Netflix gratis y cargarle el costo a la tarjeta de crédito de alguien más, Putin ahora puede trackear a todo opositor o disidente de su gobierno en las redes sociales que se encuentre en cualquier parte de Rusia. Ya quisieran Stalin o Brezhnev haber podido tener algo mucho más efectivo que sus agentes secretos". ¿A quién extraña entonces que se le haya alargado la visa a Edward Snowden a quien ya se le avizora la oportunidad de obtener la ciudadanía, algo que lo haría prácticamente inextraditable?

Por supuesto que la debilidad de Barack Obama en política internacional ayudó al envalentonamiento del Kremlin. Cuando el ex presidente Carter, blandengue por antonomasia, manifestó su intención de retirar a Estados Unidos del foro internacional, la URSS respondió invadiendo Afganistán y el Ayatollah Komeini ordenó tomar a cientos de rehenes en la embajada norteamericana en Teherán. "Es una apuesta segura decir que nadie en el gobierno de Obama consideraba a Putin una amenaza a la seguridad nacional", refiere Braddock.

"El regalo que no deja de seguir regalando", podríamos llamar a este golpe de buena fortuna que recibió Vladimir Putin por parte de Edward Snowden, y que a Barack Obama le representará dos años enteros de jaquecas y encanecimiento de su cabello. Y en eso de perder el cabello, el presidente ruso ya no tiene de qué preocuparse.

 

Extra

El traidor que cree estar haciendo el bien

AGOSTO, 2014. Ningún traidor en la historia piensa que está obrando mal y que está atentando contra su propia historia, cultura y medio de vida. El traidor actúa al sentirse engañado por la sociedad en la que nace y en consecuencia busca el desquite a manera de propinar una lección a su gobierno al que considera ha faltado a su palabra. También comete una traición al creer que su propio país está abusando de su poder y hay que aplicarle un correctivo. Lo paradójico es que el traidor piensa que así está haciendo un bien a su país.

Edward Snowden actuó dentro de estos lineamientos. Convencido de que el gobierno norteamericano al que servía estaba invadiendo la privacidad de sus ciudadanos, de que sus ex compañeros cometían toda suerte de abusos y torpezas cibernéticas --en una reciente entrevista con la revista Wired afirmó que el "corte" al servicio de Internet en Siria se debió a una metida de pata dentro de la misma NSA más que del gobierno de Assad-- y una burla total de la confianza de los usuarios de la red que creían que su información y sus mails no podían ser vistos por nadie más. 

Asimismo, para Snowden los traidores están dentro de Microsoft, Google y Facebook, empresas que permitieron que el gobierno norteamericano entrara a sus sistemas en búsqueda de posibles "sospechosos", una violación a las garantías individuales que en tiempos de George W. Bush habría sido un escándalo mayúsculo pero que en los años de Obama la nota fue superficialmente cubierta acríticamente por los medios norteamericanos.

Cuando el traidor da el primer paso, los siguientes ya no le representan un compromiso con la congruencia, de ahí que Snowden, quien se dice radical defensor de la privacidad en línea, hoy coopere con un gobierno que está asfixiando a la prensa libre, que amenaza, persigue y encierra a los "blogueros" disidentes y que está obsesionado en terminar con la libertad de expresión como ocurría en los soviéticos. (OFM)

 

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