fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Y Demás

La original Jumanji: ¿un éxito irrepetible? Así parece ser

Rod Stewart, los años 70

Bryan Adams, una carrera de valles y planicies

La idiotez imparable vs. el genocida Cristóbal Colón

La interesante lección que nos dejó el Trolololo

El tonto de esta semana: Michael Moore

A medio siglo del Verano de Amor, una síntesis

Archivo

 

 

 

Y DEMÁS/Loas

Ridley Scott, ahora lo admiramos más

El afamado cineasta inglés acaba de dar su opinión en torno a la reforma fiscal recientemente aprobada en Estados Unidos. Esperamos que el sentido común de su declaración permanezca sobre la inevitable presión de un Hollywood cada vez más intolerante para que retracte de lo que dijo, por más lógico que haya sido

Versión impresión

(NOTA: En esta ya nutrida sección, incluimos opiniones y declaraciones de celebridades, músicos, escritores, actores o cineastas quienes, sin abandonar totalmente el terreno de la izquierda, nos sorprenden gratamente por su buen juicio, lo que les evita ser sometidos por sus colegas dentro de ese espectro ideológico y cuya intolerancia para quienes opinen distinto es cada vez más virulenta).

DICIEMBRE, 2017. Vaya, esperemos que no lo obliguen a retractarse o a andar pidiendo disculpas. Creemos que no será el caso con Ridley Scott, uno de los directores más importantes de Hollywood los últimos 40 años. Y pensamos que no será así porque Scott, inglés de nacimiento, ha refrendado su enorme talento tantas veces que sería una estupidez absoluta quererlo aislar por sus recientes declaraciones al Denver Post, periódico izquierdista donde los haya.

Suena incluso redundante abundar en la longeva carrera cinematográfica de Ridley Scott. Baste mencionar que este cineasta ha estado detrás de películas legendarias como Alien, Blade Runner, Thelma and Louise, Gladiator y decenas más. Se trata de un director claramente de izquierda; baste repasar algunas películas suyas como Blade Runner donde un Estado corporativo totalitario es dueño de todo --elemento refrendado en la nueva versión, también dirigida por Scott-- o bien Gladiator, clara analogía de la toma "espuria" del poder de George W. Bush contra Al Gore en el 2000.

De hecho en su más reciente filme All the Money in the World, que aborda el secuestro del nieto de Paul Getty y quien se negó a pagar el rescate pese a que se le envió la oreja cortada del plagiado, los secuestradores son los buenos de la película y la familia Getty el villano, es una cinta claramente progre. Como dato adicional, muchas escenas tuvieron que ser cambiadas tras el escándalo de Kevin Spacey, quien fue reemplazado de última hora por Christopher Plummer (el capitán Von Trapp en La Novicia Rebelde).

Como se ve, ni de chiste podría decirse que la carrera de Scott ha evitado difundir posturas izquierdistas. Sin embargo, el afamado director nos acaba de dar una lección de sentido común que ha resultado en que ahora lo admiremos todavía más.

Como apuntábamos arriba, el Denver Post entrevistó a Scott con motivo de su nueva película. Cuando el reportero le inquirió que "ha habido muchos comentarios de este filme acerca del valor de la vida humana, luchas de clases y el papel de la riqueza en la sociedad. ¿Hay algo qué aprender de este momento en Estados Unidos?", clara alusión a la satanizada reforma fiscal del presidente Trump por parte de la izquierda.

La respuesta de Scott fue tan sorprendente como radiante en la forma de hacer negocios:

"Veamos la reforma fiscal. La gente dice que (los republicanos) lo hacen con el fin de beneficiar a la clase pudiente. Lo que pasan por alto es, si te topas con una persona que haga negocios, que sea hábil y generosa --no me interesa si se trata de una tienda de la esquina o una multinacional-- y que de repente estará en posibilidad de ahorrar un 15 por ciento adicional, lo reinvertirá en su negocio. Entonces tu vas a crecer y por lo tanto la gente tendrá más ofertas de empleo".

¡Tan elemental como obvio! Muy pronto y gracias a esta reforma fiscal, estos reporteros recibirán más dinero, no necesariamente por un aumento obligado sino porque en adelante percibirán parte de su sueldo que el Estado norteamericano les estaba reteniendo. ¡Y según ellos eso es nocivo, ominoso y solo beneficiará a los más ricos!

Por otro lado, lo que dice Scott indica que sabe lo que es tener un negocio y lo que debe hacerse con las utilidades. En vez de gastarlas en lujos que a la larga se convierten en pasivos que pierden su valor, lo mejor que puede hacer un negociante es reinvertir sus ganancias al capital inicial. ¿Los periodistas del Denver Post y otros diarios progresistas estarían dispuestos a manejar sus finanzas personales como lo hace el Estado norteamericano? Por supuesto que no: saben sobradamente que ello los mandaría a la miseria en cuestión de semanas. ¿Entonces por qué razón critican en público lo que ellos hacen con sus ingresos en privado?

No todos los norteamericanos tienen espíritu empresarial, pero quienes cuenten con un empleo remunerado recibirán más dinero que hasta hoy el fisco les estaba quitando para que los burócratas lo malgastaran en tonterías improductivas.

Sin embargo el periodista del Denver Post no se dio por vencido: buscando "la de ocho" donde Scott vituperara al malvado Trump y a los multimillonarios, Scott remató con otra obviedad, excepto para nuestros cabeciduros progresistas, incapaces de hilar dos ideas coherentes:

Dijo Scott: "Yo soy un cazador nato porque esa es mi forma de ser. Nadie me enseñó eso. Yo empecé de la nada. Llegué a Hollywood únicamente con un reloj de pulsera y permanecí en albergues de caridad. Tienes que aprender la curva. Pero no quieras joder a nadie quejándote de tu suerte. El chiste es hacer las cosas. Siempre habrá una manera. Solía yo poner concreto para una compañía irlandesa cuando era un estudiante. Mis padres no tenían dinero para echarme la mano pero siempre me apoyaron en todo lo que quería yo hacer..."

¡Bravo por Ridley Scott! Si alguien menosprecia o es incapaz de detectar aquí un ejemplo claro de hasta dónde puede llegar un inmigrante que se lo proponga dentro del esquema económico de Estados Unidos, indudablemente precisa de tratamiento siquiátrico. Eso ya lo había advertido el talentoso actor español Antonio Banderas: "En Norteamérica hay que trabajar muy duro para lograr lo que quieres. Pero al final las cosas se dan".

Con esta declaración, Ridley Scott deja en claro que no es un hipócrita como otros colegas suyos, llámense Oliver Stone o Michael Moore, críticos acérrimos de ese mismo capitalismo que los ha enriquecido más allá de lo que alguna vez imaginaron. Ridley Scott podrá manejar temas izquierdistas en sus películas, defendiendo una postura que está garantizada por la Constitución de Estados Unidos. Pero con lo que ha dicho también da justo crédito a la libertad económica sin la cual la libertad creativa difícilmente podrá prosperar: ¿se equipara el número de cineastas que ha producido Cuba desde su revolución con la cantidad enorme de cineastas y actores oriundos de España en el mismo lapso? ¿Dónde está el símil cubano de Almodóvar, por ejemplo?

Lo reiteramos. Así como ha creado obras maestras, ha habido otras películas de Ridley Scott realmente malas y atosigantes, pero es ese clima de libertad el que le ha permitido producirlas. El que Ridley Scott lo reconozca es totalmente digno de encomio. Ya lo admirábamos desde que echó a Kevin Spacey, un buen actor que en la vida real, ya es indudable, es una basura de hedor similar al de Harvey Weinstein.

 

 

Textos relacionados

Mark Wahlberg, ahora lo admiramos más [Noviembre, 2017]

Tim Allen, ahora lo admiramos más [Abril, 2017]

JK Rowling, ahora la admiramos más [Junio, 2016]

Antonio Banderas, ahora lo admiramos más [Abril, 2016]

Chrissie Hynde, ahora la admiramos más [Septiembre, 2015]

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]

[email protected]  

0 opiniones

 

 

 
 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás