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El Tema de la Semana

El lunes ocurría una noticia de singular importancia para España, que ha dado mucho que hablar, y seguirá haciéndolo.

Telefónica ha comprado O2.

Desde hace varias semanas quería escribir un post sobre el mercado de móviles en España. Pero lo del Lunes ha sido un cambio muy brusco.

Mirando a un mundo pequeño

Cuando comenzó la competencia en telefonía móvil en España, Movistar comenzó a señalizarse como el operador de calidad, frente a Vodafone (antes Airtel) que quiso competir en precio. La llegada de Amena supuso la pérdida de un espacio para Vodafone, que intentó situarse como compañía para el segmento alto. Sin embargo, Movistar seguía siendo referencia en lo que a calidad se refiere. El hecho de que Amena comenzara ofreciendo los precios más bajos, puso a la compñía inglesa en una situación muy difícil. De hecho, Amena llegó a igualar la cuota de mercado de Vodafone. A partir de aquel momento, esta compañía comenzó a competir agresivamente en el precio.

Podríamos situar esto hace un año y medio. el cambio de Vodafone hacia una compañía de precios bajos trastocó el panorama. Amena perdió su sitio y se quedó con muy poco que ofrecer. Unido a las dificultades en su accionariado (ninguna empresa de telecomunicaciones era accionista de amena, tras el abandono de Telecom Italia), Amena ha llevado en el último año una estrategia totalmente indiferente, sin poder hacer propuestas que le ayudaran a mejorar. También el hecho de alcanzar beneficios, tras muchos años en pérdidas, hizo que los dueños optarán por ganar "lo que pudieran". Finalmente, la compañía ha sido adquirida por France Telecom, por lo que es de esperar que en el 2006 Amena se convierta en un competidor fuerte, ya bajo la marca Orange.

Así pues, Vodafone encontró su sitio afreciendo precios muy bajos (lo que ha hecho caer drásticamente su beneficio por cliente en el último año), pero ha conseguido su objetivo: recuperar cuota de mercado. De hecho, en el primer trimestre de 2005 le quitó 8 puntos de cuota de mercado a Movistar, una barbaridad. Y eso provocó la reacción de Telefónica, que también ha decidido competir fuertemente en precios. En la situación actual, las dos compañías líderes ofrecen precios muy competitivos, tanto o más que la compañía más débil, Amena, y una calidad muy por encima de ésta. Al menos aparentemente, de hecho, los precios de Movistar han hecho de esta compañía posiblemente la más barata, en general, debido a los beneficios de pertenecer al líder. Sin embargo, ofertas concretas de las demás compañías pueden ser interesantes.

Así pues, parece que Movistar ha vuelto a retomar el liderazgo del mercado, y a comportarse como un líder (Amena y Vodafone aún deben ajustarse, y reducir, por ejemplo, las tarifas de sus dúos, para igualarlas a Movistar). El único punto débil de Telefónica es la salvaje campaña de Vodafone para fomentar el uso de la 3G. La compañía inglesa está subvencionando de forma brutal estos terminales, lo que le ha permitido ser ahora mismo el líder en España. Movistar no parece tener muy claro todavía qué hacer con esta tecnología.

La clave es: ¿Funcionará la 3G? Si es así, Movistar se va a encontrar en clara desventaja cuando la demanda de esos servicios se dispare. Pero si eso no llega a ocurrir, Vodafone quedará fuertemente lastrada. Una apuesta que ya veremos cómo resulta.

Mirando a un mundo grande

Lo primero que me sorprende es la capacidad de las grandes empresas españolas. En este caso, telefónica es la 2ª empresa de telecomunicaciones del continente por capitalización bursátil, tras Vodafone. Y si ya era la cuarta compañía mundial en telefonía móvil (según número de clientes) esa posición se reforzará aún más si se llega a producir la compra de O2.

El problema de las telecos en Europa era la gran diferencia de tamaño de todas con respecto al gran rival: Vodafone. La compañía inglesa más que duplica al segundo (Telefónica), lo que hace muy difícil competir. Así, Vodafone puede apostar mucho más por la innovación, ya que sabe que su gran tamaño mundial le va a permitir rentabilizar sus inversiones. Esto hace de Vodafone el jugador con más ventaja decara a la aparición de nuevas tecnologías en el sector.

Tras Vodafone, en Europa destaca Telefónica, que se ve empujada por su liderazgo en Latinoamérica (junto a América Móvil). Esto, unido a su claro dominio en España, le permite ser una empresa muy rentable y cin altísimas expectativas de crecimiento. El mayor problema viene del elevado riesgo de sudamérica. Y esto es lo que compensaría la compra de O2: permitiría a Telefónica tener una gran parte de ingresos y beneficios en una zona mucho más segura, como es Europa. Pero además, la compra le va a permitir competir a nivel mundial, cara a cara, con Vodafone.

En el Viejo continente, aparte de Vodafone, T- Mobile y France Telecom (a través de Orange) eran los operadores más o menos globales y, por ello, los competidores más importantes. Pero el crecimiento a largo plazo les iba a resultar difícil. Por el contrario, Telefónica sí tiene grandes posibilidades a largo plazo (por su posiciión en sudamérica), pero actualmente su fuerza era poca en las zonas de mayor poder adquisitivo. Esto le iba a hacer difícil rentabilizar grandes inversiones. En cambio, tras la compra, Telefónica se puede lanzar, por ejemplo, a desarrollar la tercera generación, sabiendo que va a tener tres mercados de alto poder adquisitivo, España, Reino unido y Alemania, donde sacar partido a su inversión. Y después, conseguir aún más al implantar esos sistemas en Latinoamérica, donde América Móvil no se le podrá enfrentar.

Así pues, tras la compra Telefónica comienza a perfilarse como el "gran competidor" global de Vodafone. Aunque aún tendrá que crecer para poder hacerle cara de igual a igual (Vodafone está presente en EEUU y Japón, aparte de en la mayor parte de Asia), se adivina como el competidor actual mejor preparado para la batalla. El resto de telecos europeos, que están en una situación de desventaja, se encuentran además muy endedudos, por lo que tienen poco margen de maniobra.

La partida mundial sigue su curso. Y por irracional que parezca, una empresa española es uno de los máximos luchadores.

¿Golpe de gracia? Adquirir la holandesa KPN, lo que aparte de darle a Telefónica parte de Europa del Este, convertiría a 02 en un gran competidor en la telefonía alemana. Hasta hace poco, KPN parecía el pez que se iba a comer Telefónica. Ahora su compra tendría si cabe mucho más sentido. Pero será difícil que el ex-monopolio español pueda financiar otra súper compra. Aunque si ya ha dado una sorpresa...

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