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Comunicación Animal .
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Comunicación animal, interacción entre animales
en la que la información transmitida por un animal o grupo de animales
afecta al comportamiento de otros animales. Los animales suelen intercambiar
información usando una señal, como una expresión facial, un sonido o un
contacto. La comunicación ayuda a los animales a coordinar sus principales
actividades vitales de sus vidas, esto es, la búsqueda de comida y la caza,
la marca del territorio, el apareamiento, la cría de la prole y la defensa.
Por lo común, la comunicación animal es intraespecífica (tiene lugar entre
animales de la misma especie). Las señales de cortejo y apareamiento son
quizás la comunicación intraespecífica más importante, ya que los animales
deben ser capaces de identificar y atraer a una pareja potencial para
reproducirse. El fuerte rugido de un elefante marino macho, por ejemplo,
indica a las hembras dónde tienen que dirigirse para aparearse. La
comunicación intraespecífica también ayuda a distinguir a los individuos de
un grupo animal concreto. Las gaviotas hembras aprenden a reconocer las
llamadas individuales de sus propios polluelos; de ese modo, pueden
encontrar rápidamente a sus crías en colonias de gaviotas densamente
pobladas.
La comunicación también puede ser interespecífica (cuando tiene lugar entre
especies animales diferentes). Muchos animales que comparten un mismo
hábitat aprenden a usar señales de otras especies para avisar de la
proximidad de un peligro. Los langures (monos de Asia y el este de la India
que viven en los árboles) responden a los gritos de alarma o la huida del
pavo real y del ciervo. De igual manera, en África, animales herbívoros como
el ñu y el antílope prestan una gran atención al comportamiento de la cebra.
Si una cebra cercana empieza a saltar y a correr, los otros animales se
disponen a escapar de un predador común. |
° Comunicación Animal
° Influencia sobre la comunicación
° ¿ Innato o aprendido?
°
Comunicación mediante señales visuales
°
Comunicación
mediante sonidos
°
Comunicación
mediante el tacto
°
Comunicación
mediante señales químicas
° Evolución de la comunicación
° Estudios de la comunicación animal
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Influencia sobre la comunicacion |
Cuanta más alta es la posición de un animal en
la escala evolutiva, más complejos son sus órganos sensoriales y más
elaborados son sus aparatos para producir señales comunicativas. Unos
cuantos animales, especialmente los primates, transmiten información
mediante múltiples señales, tales como una combinación de gestos,
expresiones faciales y sonidos. Ese uso de múltiples señales hace posible un
vocabulario comunicativo más extenso, que a su vez permite a los animales
transmitir una información más compleja.
Las características físicas juegan un papel importante en la determinación
de los tipos de mensajes que son transmitidos o recibidos. Los primates, que
tienen una visión superior, confían principalmente en las señales visuales.
En cambio, los insectos sólo ven imágenes vagas, por lo que se concentran
más en los mensajes químicos o táctiles. Los órganos olfativos de la mayoría
de las antenas de los insectos y los órganos del gusto en sus patas les
ayudan a usar esos sentidos de forma muy efectiva. Los animales cuyas formas
de movimiento no dejan apéndices libres para la realización de señales deben
desarrollar otros modos de comunicación. Por ejemplo, los científicos creen
que las aves han desarrollado su complicado lenguaje de sonidos en
correspondencia con la evolución del vuelo: al estar las alas ocupadas en el
vuelo, las aves aprendieron a confiar más en el sonido que en los
movimientos corporales para comunicarse.
La comunicación también varía en relación con el hábitat, pues el lugar en
el que vive el animal influye en el modo en que la información se transmite
entre el emisor y el receptor. Por ejemplo, los peces, los mamíferos marinos
y los invertebrados acuáticos dependen de la capacidad del agua para
transmitir la comunicación. Las almejas, los percebes y otros invertebrados
similares se comunican abriendo y cerrando de golpe sus conchas; los
pequeños sonidos resultantes son amplificados considerablemente en el agua.
Las especies de aves que viven en un hábitat con vegetación espesa, donde
los árboles impiden la visión, confían principalmente en señales sonoras
para comunicarse con otras aves. Por contra, las aves que viven en zonas
donde la vegetación es escasa emplean sobre todo señales visuales,
incluyendo plumajes vistosos, que indican la edad o el sexo del ave.
La organización social también ejerce una importante influencia en la
comunicación. Las aves solitarias, al no tener con quien comunicarse, pueden
cantar una sola canción una y otra vez, mientras que las aves sociales, como
los gansos, utilizan una amplia variedad de llamadas. Esas llamadas
comunican distintos mensajes a otros miembros del grupo, desde 'peligro' y
'todo está despejado', hasta señales que indican que hay comida cerca o que
la bandada está a punto de iniciar el vuelo. La organización social ejerce
una influencia especialmente importante en los hábitos comunicativos de los
primates. Por esa razón, investigadores como la etóloga británica Jane
Goodall han sido capaces de descubrir complejas estructuras sociales entre
los chimpancés y otros primates documentando y analizando las transacciones
comunicativas. |
¿ Innato
o aprendido? |
En la actualidad, la mayoría de los estudiosos
del comportamiento animal cree que dos influencias principales determinan el
comportamiento animal, incluyendo la comunicación. Una influencia es innata
o programada por los genes; la otra es aprendida o adquirida por la
experiencia. Tanto los genes como la experiencia pueden asumir un papel
mayor, dependiendo de la especie y del comportamiento en cuestión.
La comunicación animal innata incluye señales basadas en esquemas fijos. Los
esquemas fijos están codificados genéticamente y se manifiestan
espontáneamente cuando el animal se enfrenta con un ambiente o un estímulo
determinado, que actúa como detonante. Los investigadores han observado un
interesante ejemplo de este comportamiento en el espinoso macho, que luce su
vientre rojo en posturas de lucha cuando otro macho invade su territorio en
la época del apareamiento. Un espinoso macho adoptará las mismas posturas
cuando se confronte con modelos de pez que muestren el vientre rojo. Esas
posturas son esquemas fijos, ya que el color rojo -el estímulo- provoca un
comportamiento idéntico en todos los espinosos machos.
En cambio, la comunicación como comportamiento aprendido se advierte
claramente en las aves, cuyos cantos a menudo están influidos por otras
aves. El gorrión de corona blanca, por ejemplo, tiene una canto rudimentario
codificado en sus genes, pero modifica ese canto para que armonice con el de
otros gorriones de corona blanca que viven en los alrededores. Los
investigadores han descubierto que las crías del gorrión de corona blanca
que viven aisladas los primeros meses de su vida nunca desarrollan sus
cantos más allá de la versión rudimentaria. Ese periodo crítico -la época en
que debe producirse el primer aprendizaje- es un rasgo común del
comportamiento aprendido en los animales. |
Comunicación mediante
señales visuales |
Las señales visuales incluyen una amplia
variedad de expresiones faciales, movimientos corporales, coloración y
formas físicas, como la cola en forma de abanico del macho del pavo real. La
comunicación visual es fácil de producir, es instantánea y puede ser
modificada para proporcionar varios tipos de información. Por ejemplo, un
perro puede erizar los largos y eréctiles pelos que hay detrás de su cuello
en señal de advertencia cuando un enemigo potencial se aproxima, y a
continuación bajarlos si el animal o la persona que va a su encuentro parece
amistoso.
Las señales visuales pueden ser momentáneas, como el pelo erizado, cíclicas,
como el trasero enrojecido de un chimpancé hembra que indica su disposición
a aparearse, o permanentes, como las marcas faciales de color escarlata o
púrpura con que un mandril macho intensifica sus expresiones faciales.
Pueden ser tan simples como el vientre enrojecido del pez espinoso macho o
tan complejas como el ritual con el que un gorila de montaña muestra su
dominio; ese ritual incluye diversos pasos: alzarse hasta una posición
erguida, golpearse el pecho, inclinar la cabeza a un lado y arrancar y
sacudir la vegetación.
En las señales visuales pueden emplearse diferentes partes del cuerpo de un
animal, dependiendo tanto de la anatomía individual como del entorno. Por
ejemplo, la mayoría de los reptiles disponen de partes del cuerpo que pueden
inflar (el cuello acampanado o caperuza de la cobra) o hacer vibrar (la cola
de la serpiente de cascabel) para mostrar su capacidad de agredir. Los
animales que viven en tierra firme, incluyendo los seres humanos y otros
primates, se sirven sobre todo de la cabeza y el rostro para producir
señales visuales. Los peces, en cambio, utilizan las agallas y las aletas.
Algunas estructuras utilizadas para la producción de señales visuales
cumplen también otras funciones. La cornamenta del ciervo macho sirve para
señalar su sexo y su dominio y para luchar con otros machos.
La comunicación visual es utilizada por casi todos los animales, aunque
aquellos que disponen de una visión limitada -por ejemplo, los murciélagos
que viven en cavernas- no dependen principalmente de ese sentido. Las
señales visuales tienen algunas limitaciones, pues para ser vistas requieren
la presencia de la luz y la ausencia de estorbos que impidan la visión. Una
excepción es la señal de la luciérnaga, que genera su propia luz palpitante
para atraer a su pareja en la oscuridad. |
Comunicación mediante sonidos |
Las señales sonoras se comunican mediante
ondas vibrantes, que son producidas por un animal o grupo de animales y
recibidas por otros. A diferencia de las señales visuales, las señales
sonoras se transmiten fácilmente a través de la oscuridad, una vegetación
densa, la niebla e incluso el agua. Además, las señales sonoras pueden
llegar mucho más lejos que las visuales. Los elefantes emiten ruidos de baja
frecuencia que resuenan a largas distancias y pueden ser oídos por otros
elefantes a más de 3 km de distancia.
Además de las vocalizaciones complejas de los primates, incluyendo el ser
humano, las señales sonoras son utilizadas principalmente por aves, insectos
y mamíferos marinos. Un ave, el indicador africano, produce fuertes llamadas
para persuadir a las personas que se encuentran próximas a que lo sigan
hasta los árboles con panales y cera, su alimento favorito. Una vez que las
personas han recogido la miel, el indicador puede obtener fácilmente la cera
restante.
La comunicación sonora en los insectos se produce mediante la estridulación
(la rápida vibración o frotamiento de una parte del cuerpo con otra, por lo
general las alas o las patas). Esa forma de producir sonido no permite una
amplia escala de tonos, de modo que los insectos varían sus mensajes
cambiando el ritmo o intensidad de sus sonidos. Un grillo macho aumentará su
chirrido -producido al frotar sus patas delanteras- para expulsar a un
competidor y lo acelerará aún más cuando corteje a una hembra. Los insectos
tienen un oído muy limitado; más que oír utilizan los sensores de
vibraciones de sus antenas para recibir los sonidos que les llegan.
Las señales sonoras a menudo se transmiten más deprisa y más lejos bajo el
agua que en tierra firme. Los mamíferos marinos como las ballenas jorobadas
emiten sonoras vocalizaciones que pueden ser detectadas a cientos de
kilómetros. Los científicos creen que esas canciones de las ballenas están
relacionadas con la marca del territorio o el apareamiento. El delfín mular
es el campeón de las señales sonoras creativas, pues produce un amplio
espectro de ruidos, descritos como gemidos, chirridos, quejidos, ladridos,
ronquidos, gorjeos y gruñidos. El delfín produce esos diversos sonidos al
soplar el aire a través del conducto nasal y el orificio nasal y manipular
unas estructuras semejantes a lenguas localizadas en ambos conductos. |
Comunicación mediante el tacto |
La comunicación táctil, o transmitida mediante
el tacto, es especialmente importante en los animales sociales, incluyendo
los insectos. Los miembros de una colonia de hormigas, por ejemplo, se lamen
y se rozan a cada momento; esas actividades refuerzan los vínculos sociales
de las hormigas.
La comunicación táctil en las abejas ha interesado especialmente a los
investigadores a causa de su complejidad. Cuando una abeja descubre una
nueva fuente de alimento, regresa a la colmena y ejecuta una danza detallada
, fenómeno que fue interpretado por vez primera por el zoólogo austriaco
Karl von Frisch. La información se comunica principalmente mediante contacto
físico, cuando las otras abejas siguen y tocan a la abeja danzante. La
orientación y la velocidad de la danza, así como el tamaño del área cubierta
por el danzador, comunica a las otras abejas la distancia y la localización
precisa del alimento.
El tacto y el contacto corporal son utilizados extensamente por los
primates, sobre todo por los mandriles, los gibones y los chimpancés. Esos
animales suelen unirse en cálidos abrazos y también pueden tocarse
ligeramente, empujarse, morderse o incluso besarse. El acicalamiento (el
acto mediante el cual los animales se lavan unos a otros) es una forma más
estructurada de comunicación táctil que ayuda a los primates a establecer un
dominio social y a fortalecer los lazos afectivos. La efectividad de la
comunicación táctil está limitada por la distancia -un animal debe ser
tocado por otro para transmitir información. No obstante, la comunicación
táctil puede producirse en medio de una oscuridad total o un silencio
completo. |
Comunicación mediante
señales quimicas |
Las señales químicas constituyen
probablemente la forma más antigua de comunicación entre animales, así como
la más extendida entre las especies. Sentidas mediante el gusto o el olfato,
la mayoría de esas señales son producidas por hormonas -sustancias químicas
que llevan información entre las células.
Las señales químicas enviadas y recibidas por individuos de la misma especie
se llaman feromonas. Las feromonas son muy poderosas: unas cuantas moléculas
de feromonas liberadas en el aire o en el agua a través de la orina, el
sudor u otras secreciones corporales bastan para influir en el
comportamiento de otro animal. A diferencia de las señales visuales, sonoras
o táctiles, las feromonas pueden persistir en el ambiente durante mucho
tiempo. Ese hecho es importante, por ejemplo, en muchas especies de gatos,
ya que las hembras suelen liberar feromonas para señalar su fertilidad sin
saber cuándo las recibirán los machos. No obstante, a causa de su larga
duración, las feromonas no resultan efectivas para transmitir mensajes
complejos o cambiantes. Además, al ser emitidas en el aire o en el agua, la
dirección de esas señales depende más de las corrientes del aire o del agua
que del emisor. La lluvia y el viento también pueden debilitar en gran
medida la efectividad de las feromonas.
La comunicación química es una herramienta poderosa, sobre todo para
asegurar la reproducción, marcar el territorio y alertar a una presa de la
presencia de un predador. Una jirafa macho, por ejemplo, determina cuál es
el mejor momento para aparearse empujando a la hembra hasta que ésta orina;
de ese modo, puede examinar el olor para determinar si la hembra es fértil.
Muchos mamíferos terrestres -desde los lobos a los gatos domésticos-
utilizan feromonas liberadas por glándulas especializadas para definir como
propia un área. Las feromonas también tienen otros usos. Por ejemplo, las
hormigas las utilizan para marcar los senderos, lo que permite que otros
miembros de la colonia encuentren alimento.
Las señales químicas son más raras entre los primates, cuyos sentidos del
olfato y del gusto son relativamente débiles; no obstante, también están
presentes -incluso entre los seres humanos. Por ejemplo, las mujeres en edad
de tener hijos que viven o trabajan juntas frecuentemente menstruan en el
mismo ciclo. Ese hecho constituye una respuesta inconsciente a las feromonas
presentes en las glándulas del sudor, liberadas y recibidas por mujeres que
se encuentran en estrecha proximidad. El propósito de esas señales es
desconocido, pero los científicos especulan con la posibilidad de que
tuvieran una finalidad en los primeros tiempos de la humanidad, finalidad
que ya no es relevante en la cultura moderna. |
Evolución de la comunicacion |
Las señales comunicativas evolucionan en el
interior de una especie mediante el proceso de ritualización, un término
acuñado por el zoólogo holandés Nikolaas Tinbergen. La ritualización es un
proceso mediante el cual aspectos del comportamiento espontáneo del animal
se formalizan en actos repetitivos y consuetudinarios. Para que la
ritualización tenga lugar, una señal debe beneficiar tanto al animal que la
emite como al que la recibe. En tal caso, la selección natural trabaja para
incrementar la efectividad de la señal, haciendo que sea vista, oída o
percibida de manera más fácil. A través de la ritualización, los
comportamientos y los rasgos pierden su función originaria y se vuelven
útiles sobre todo para la comunicación social.
Se piensa que las señales comunicativas que pueden llegar a ritualizarse
proceden de tres fuentes: respuestas autónomas, movimientos intencionales y
comportamientos desplazados. Las respuestas autónomas, comportamientos
reflejos controlados automática e inconscientemente por el sistema nervioso
del animal, son una fuente ideal de señales comunicativas. Entornar los ojos
o bajar las orejas, actos cuya función originaria es proteger el ojo y la
oreja, son respuestas autónomas que han sido ritualizadas en señales
comunicativas de amenaza en muchas especies. Esas señales avisan a otros
animales del estado emocional del emisor.
Las señales también evolucionan a partir de los movimientos intencionales,
actividades que señalan la parte inicial de una acción. En las aves, el
acicalamiento de las plumas, la flexión de las patas y el levantamiento de
las alas señalan la intención de volar; en el mandril, mirar fijamente a un
intruso en un claro movimiento intencional que precede el ataque. Los
comportamientos desplazados se producen cuando un animal, enfrentado con
impulsos contradictorios, despliega una actividad aparentemente inconexa
como respuesta. Por ejemplo, una gaviota macho, enfrentada con una hembra
extraña, puede sentir los impulsos contradictorios de cortejarla o luchar,
pero en lugar de adoptar una u otra actitud se limpia las plumas con el
pico. Ese comportamiento, cuyo propósito original consiste en mantener
limpias y bien lubricadas las plumas del ave, existe en muchas especies de
aves como una forma de comunicación social.
Los investigadores reúnen indicios sobre la evolución de las señales
examinando el comportamiento de especies emparentadas. Por ejemplo, en el
cortejo de las gallinas, el macho picotea el suelo en busca de comida para
atraer la atención de la hembra. El faisán macho realiza una acción similar,
añadiendo una señal con la cola para atraer a las hembras. El pavo real
macho ya no picotea el suelo durante el cortejo, limitándose a bajar la
cabeza de manera simbólica; además, la señal de la cola se ha vuelto más
exagerada. Se piensa que el comportamiento del pavo real es una forma
ritualizada de la señal más primitiva observada en las gallinas. |
Estudios de comunicación Animal |
Las dos aproximaciones básicas al estudio de
la comunicación animal, como sucede en la mayoría de los estudios
científicos, son la observación y la experimentación. Lo ideal es observar a
un animal es su hábitat natural, pero a menudo eso resulta prácticamente
imposible. En la mayoría de los estudios de comunicación animal, tanto la
observación como la experimentación se realizan bajo condiciones de
laboratorio altamente controladas. No obstante, es posible que a los
investigadores se les escapen algunos elementos vitales de la comunicación
animal, pues el comportamiento de los animales en cautividad no suele
corresponderse con exactitud con el que muestran en libertad.
Los científicos que estudian la comunicación mediante sonidos utilizan
espectrogramas -registros de las llamadas de los animales trasladadas a
gráficos- que permiten a los investigadores registrar las comunicaciones
animales en la naturaleza. Esos gráficos o voces grabadas han permitido a
los científicos descubrir diferentes dialectos de cantos en aves de la misma
especie que viven en hábitats distantes, incluyendo señales específicas como
llamadas para el apareamiento, amenazas, avisos y llamadas para la obtención
de comida. Los espectrogramas también han sido utilizados para analizar las
canciones de las ballenas, que incluyen distintas melodías, tonos muy
variados y esquemas repetidos.
Las investigaciones con grillos han confirmado un vínculo directo entre las
señales comunicativas y los genes de los animales. Durante el cortejo, el
grillo macho chirría para atraer a la hembra a su madriguera. Unos
investigadores criaron a dos grillos con dos modelos diferentes de chirrido;
el chirrido de la prole resultante resultó ser una mezcla precisa de los
modelos de los padres. Ese hecho demuestra que toda la información necesaria
para la comunicación de los grillos se transmite a través de los genes.
Los científicos han debatido mucho la cuestión de hasta qué punto las
interacciones entre animales deben considerarse 'comunicación'. Mientras la
mayoría de los científicos coinciden en que comportamientos como los
rituales de apareamiento y las señales de agresión son comunicativos, otros
comportamientos provocan opiniones divergentes. Por ejemplo, ¿qué decir
cuando el susurro de un ratón de campo en un arbusto avisa al halcón, que se
lanza sobre su presa? En ese caso, el comportamiento del ratón ha
transmitido información al halcón, pero resulta discutible definir ese hecho
como comunicación.
En consecuencia, algunos especialistas en comportamiento animal han
modificado su definición de comunicación, aclarando que el emisor de la
señal debe beneficiarse de la interacción para que ésta sea comunicativa.
Los biólogos evolucionistas han ido más lejos y argumentan que tanto el
emisor como el receptor deben beneficiarse de algún modo; de otra manera, la
selección natural eliminaría las señales con el tiempo.
También es objeto de intenso debate determinar si los animales son capaces
de aprender un lenguaje. El lenguaje es una forma altamente desarrollada de
comunicación que tradicionalmente ha establecido una clara distinción entre
el ser humano y el resto de los animales. Desde una perspectiva corriente,
se dice que un animal emplea un lenguaje cuando usa símbolos para
representar ideas abstractas y esos símbolos adquieren diferentes
significados según el orden en el que son comunicados. Los investigadores
han alcanzado grandes resultados en la demostración de las habilidades
lingüísticas del chimpancé. Los chimpancés pueden adquirir un vocabulario de
más de cien palabras del lenguaje de señas y usar las palabras para
comunicar sus necesidades inmediatas. No obstante, sigue siendo discutida su
capacidad para crear sentencias con las palabras y para usar simbolismos en
el sentido humano. |