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Radiografía de una civilización perversa
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LA TROIKA FANTÁSTICA
(Zoológico en Tres Jaulas)
Jaula Terza


CONTENIDO

Presentación

Autosemblanza

Prólogo


(I) El Drama Teatral
La Troika Fantástica
- Elenco
- Preludio
- Jaula Prima
- Jaula Seconda
- Jaula Terza

Parte I en PDF 57 kb

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Parte I (57 kb)


(II) Relatos Iconoclastas y Corrosivos
Tríptico con tres Dedicatorias
i- El Horóscopo
ii- Cómo Volvió a Hablar Zaratustra
iii- Otra vez Dante en Tierra de Tlatoanis

Realidad Bichera
i- Usos y Costumbres de Animales Inferiores
ii- Otras Realidades Bicheras
Parte II en PDF 47 kb

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Parte II (47 kb)


(III) Ensayos Sobre una Civilización Perversa
Sobre Malentendidos y Farsas
i- Malaventurados los Mansos
ii- Abominable Falsificación del Humanismo
iii- ¿Francis Bacon o Víctor Frankenstein?
iv- Lo que Hubiera Dicho Dante

Pasado, Presente y Futuro
i- Fariseísmo Pragmático
ii- Se Necesita a Jano
iii- Lo que Jano Explicó del Pasado
iv- Jano Sigue Buceando en el Pasado
v- Tres Intentos de Asaltar el Cielo
vi- Característica de la Decadencia Social
vii- Decadencia y Corrupción
viii- La Razón Decadente se Vuelve Demente
ix- Jano Imagina Porvenires

Parte III en PDF 134 kb

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Parte III
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"LA ANTORCHA DESMANTÚRGICA"

UN PRELUDIO: "MONÓLOGO EN LA OSCURIDAD Y LA ANTORCHA"

[Se ha levantado el telón pero la oscuridad es total. Su oye una potente voz, La Voz.]

LA VOZ. El mundo antiguo dio a luz siete maravillas del mundo, varias de ellas ya desaparecidas, ¡las que un día se creyeron obras imperecederas del orgullo humano el tiempo se las llevó; quienes se creyeron ya sin continuación en la historia no continuaron ellos mismos!, como los Jardines Colgantes de Babilonia y el Coloso de Rodas. Y sí a estos días han llegado algunos fragmentos del friso del sepulcro de Mausoleo, aquel rey de Caria en Halicarnaso, el que hace más de dos mil años llamaron la séptima maravilla, se debió a que de una tumba se trataba... pues destino de la humanidad es que sus orgullos desmedidos sólo perduren en la muerte, ¡vanidad de vanidades es creer que sus destinos se manifestarán eternamente! El íbero Jorge Manrique ya descubrió esto en la Edad Media, cuando advertía que las mayores supuestas grandezas humanas de un momento, vanidades grandilocuentes desorbitadas, finalmente son ríos que en el mar de la desaparición y del olvido terminan. Retrocediendo hacia mis tiempos bíblicos del Antiguo Testamento, aún recuerdo esa insensatez de la Torre de Babel.... quienes, en su insensatez, ¡desmantúrgicos!, creyeron que en esa Torre su Destino se manifestaría para siempre, pisando a unos y pensando transcender a todos, hasta volverse ese aparato escénico sagrado, ¡Liturgia!, tuvieron que ver cómo todo se venía a tierra. ¡Desmantúrgicos!, hoy son polvo y olvido los que ombligos en la humanidad se creyeron, y con ello con derecho a todo. No... lo que perdura son las bellas ilusiones y los mejores ideales, como los de Discri... ha recorrido ya dos jaulas por mí creadas, ¡son la fealdad humana, pero sin ella no es posible apreciar la belleza de los ideales!, de miyoyos y queferiondos, ¡egoísmo y corrupción!, y aún Discri busca, con su candil, la verdad de todo eso para, entonces, superar todo y buscar la luz de las mejores ilusiones... pero, en ese camino... que es el adecuado, pues la verdad no se encuentra encerrándose en sí mismo, en un huir de la realidad sino marchando hacia ella y enfrentándola... aún tendrá que conocer a, lo quieran estos o no, los amos de los miyoyos y queferiondos... Discri sabrá ahora qué son los desmantúrgicos... los de estas épocas... ¡que se creen eternos a imagen y semejanza de los idos de antaño!... y que si los antiguos y ya enterrados en el tiempo tenían su Torre de Babel, éstos, que a lo mismo predestinados están, tienen su antorcha. Sí, antes de entrar Discri, de lleno y realmente, en esa tercera jaula de los desmantúrgicos deberá irse acostumbrando, enfrentándose primero a su símbolo heráldico, la Antorcha Desmantúrgica. Para Discri será esto, ¡así lo creerá él!, como un dialogar con su propia conciencia sumergido en un mundo onírico con ribetes de pesadilla.

[La Voz se calla. La claridad sobre el escenario se hace, algo y alguien ahí están. El alguien, por supuesto, es Discri, con su candil en la mano, boquiabierto y asombrado por lo que tiene delante. El "algo" que ocupa el centro del escenario es un chirimbolo curioso, intenta ser grandioso y sólo es alto, grandote. Pretende ser musical y sólo es un cacharro que repite, incesantemente, ripiosa cancioncita, como la de esos ultramodernos y eléctricos juguetes infantiles de moda que apenas aguantan cuatro o cinco días. Es... una acartonada estatua con los brazos extendidos a lo alto, y hacia adelante como gritando "¡Triunfo!", una mala caricatura de la Victoria de Samotracia pero sin alas, que pretende encarnar a una augusta matrona portando algo que asemeja a una corona republicana, sólo que con pinchos, se diría que acerados, que enfilan hacia lo alto... "un triunfo con pinchos acerados". En la mano derecha porta una antorcha, que no se antoja precisamente una sinfónica "Consagración de la Primavera" sino algo así como exclamar: "es un hecho el triunfo con pinchos acerados". La base es de pequeños ladrillos sueltos, "lo pequeño, muy disperso y muy pisado"... quizá a la postre no resulte tal base muy sólida, ¡así suele ser todo lo que se cree muy elevado! La llamaremos "la Estatua de la Antorcha", o mejor y más simple, que no hay que exagerar con el lenguaje, "La Antorcha". Y, sí, ante el sorprendido Discri, soltando está su sonsonete...]

LA ANTORCHA.-

Destino, sí,
DES... ¡claro que sí!,
Manifiesto, ¡sí!,
MAN... ¡claro que sí!,
Y como sacro soy,
Litúrgico, sí,
TURGICO... ¡eh, sí!,
DESMANTÚRGICO, ¡sí!,
mi padre es lo NUEVO,
mi abuelo es el ORDEN,
¡NUEVO, ORDEN! ¡Sí!

[La Antorcha repite tres o cuatro veces lo mismo, como un estribillo. Después calla. Discri, sin soltar su candil y aún sin salir de su asombro, se pasa una mano libre por la frente como queriéndose quitar de la mente pesadillas. Comienza a hablar.]

DISCRI.- ¿Por qué estoy aquí? ¡Qué pesadillas mías!, llevó ya tiempo sin salir de ellas, desvarío... ¿y qué será este engendro con antorcha en mano que tengo delante?... Desmantúrgico se autoproclama, Destino Manifiesto que se cree sagrado, Litúrgico, a imponerse como Nuevo Orden... nuevo maligno... en esta pesadilla que vivo esto parece una proyección mía de aquellas cosas que rechazo, pero que ancladas en mi subconsciente terminan por aflorar liberando mi ser interno... ¿o será al revés?... me siento como "poseído por fuera pero, por ello, sumergido dentro del ser íntimo de algo nocivo", siendo el engendro extraño que tengo delante algo así como su corazón, que observo de esta manera estrafalaria y descarnada porque "dentro de eso, a mí entero, por fuera", me tiene atrapado ¡qué extraña forma de posesión!... desvarío... temo que esto tendrá consecuencias... que asistiré a las realizaciones concretas de todo esto... ¡ojalá mi candil, en él quisiera poner como vela mis ilusiones e ideales, me ayude a navegar en este océano que, parece, será de desmantúrgicos!... como si no me hubieran bastado los miyoyos y los queferiondos...

[Se ennegrece todo. Y, sí, así será, Discri va camino de la tan anunciada tercera jaula, la de los desmantúrgicos. Todo se acerca ya.]


ESCENA I. CUADRO ÚNICO: "EL SALÓN DEL TRONO"

La iluminación vuelve lentamente a la escena. Se va ya dividiendo todo, ¡qué decoración!, alguien allí ha decorado mezclando de modernismo casi del siglo XXI con el gusto de un monarca asirio, mesopotámico. Si el buen de Juan, aquel de las visiones "celestiales" provocadas en Eleusis por esa mágica pócima hecha de hongos alucinógenos que preparaban las hierofantes, hubiera delirado en nuestros días la hora que ahora presencia Discri sería sin duda la de sus delirios bíblicos. El piso del escenario es un tapiz hecho de lentejuelas blancas, cuyo brillo cambiante ante la luz lo hace parecer un mar de vidrio molido, ¡una alfombra propia de un sibarita, pero exaltado! En cuanto a las paredes, no las hay, pues es sólo una, medio óvalo ante el público del teatro, que va convergiendo hacia arriba como los arcos góticos formando una cúpula interior, lo que ve el público, que se antoja la de un capitolio... sí, oval y capitolino en el salón, blanco, quizá porque aquello pertenece a una Mansión Blanca. ¿Blanca?... no del todo, sobre y a lo largo de un extremo a otro de la pared insólita de aquel salón, había pintado un arco que emergiendo de extremo del escenario, alcanzaba su altura máxima en el centro, ahí era más ancho, y que, finalmente, se hundía en el piso del otro extremo del escenario. Un... Arco Iris, ¡qué gusto escenográfico, sensual!, que preparado estaba ahí para parecer las facetas de una esmeralda. Enmarcaba y enaltecía "algo y alguien" que moraba en el centro del escenario. En ese centro había tres butacas, de cuero, cómodas, la del medio más elevada y elegante que las otras, parecía un trono. Por detrás de los tres, rodeándolas, había siete delgadas y largas lámparas, que se antojaban de sabor oriental como deseando simular espíritus o quizá concepciones de vida de los que se creen muy elevados. En la butaca central estaba displicentemente sentado, como esos antiguos diagogos griegos que reflexionan descansando... un conocido de Discri, Grandón, ¡quién lo hubiera dicho!, se ve que, de haber sido en el pasado un miyoyo de lujo, se ha transformado, acorde con la desorbitada decoración de aquel lugar, en un ser que habría que llamar casi litúrgico. Grandón, ¡la piel se cambia a medida que se sube!, llevaba un traje, ¿cómo decirlo?, "estilo príncipe de Gales superado"... la tela formaba cuadros con líneas que se cruzaban de color sangre como el ágata y todo esto iba sobre un fondo de diversos colores, como jaspeados, en fin, una vestimenta de jaspe y muy coralina. Sensualidad, elevación, lo sacro, es lo que parecía todo aquello exaltando a Grandón, ¡ahora sí que era Grandón! Discri, asombrado por todo aquello, pasa alternativamente, sin soltar su eterno candil, la mirada del recinto a Grandón. Al fin, habla.

DISCRI. Pero, ¿qué hago aquí?, ¡y qué recinto!... ¿es la morada de un desmantúrgico?... ¡vaya!, y todo parece estar al servicio de Grandón, miyoyo de lujo que casi había olvidado... se ve que logró construir aquel museo extraño y sensual que deseaba, reservándose él la mejor sala... pero para ello tiene que haber subido aún más arriba de la ya elevada posición social que antaño tenía...

GRANDÓN. [Sonriente, jovial, con aire de príncipe accesible.] ¡Mi joven amigo Discri!, ¿te sorprende estar aquí?... te he mandado traer porque quiero hacerte partícipe de una preocupación mía... pero, veo que te sorprende todo esto, ¿qué te parece?

DISCRI. No sé, me lo estaba preguntando... parece la sala insólita, me estaba diciendo para mí, de aquel extraordinario museo que usted, Grandón, deseaba construir, ¡parece Nirvana enajenante o la morada de un altísimo Proto-Buda!... pero no veo por ninguna parte que, como Ud. pretendía entonces, sea esto una denuncia contra la agresividad y la violencia.

GRANDÓN. Querido Discri, eres joven, muy joven, ¡cuánto has de aprender aún en la vida, que yo podría enseñarte!... esto que ves es, en parte, la realización de aquella grandiosa idea mía de antaño... pero sólo en parte, pues no es un museo, es la mansión adecuada al más alto dignatario de este país, esto es, la mía... las fuerzas sociales, clarividentes y potentes de la sociedad, consideraron que yo era el indicado para regir el destino de esta nación... y aquí me tienes, manifestándolo como se debe...

DISCRI. Ya veo...

GRANDÓN. ¿Verdad que es un primor este salón?... combina tres estilos, en realidad tres elevadas mentalidades, ¡la unidad de la diversidad, fuente de toda creatividad!

DISCRI. ¿Qué estilos, qué mentalidades?

GRANDÓN. Es austero gusto, oval y capitalino, de los más altos dignatarios del más poderoso país de nuestra orbe, ¡ellos nos guían, pues tienen autoridad moral para ello y pueden! Un segundo estilo fusionado aquí es la sensualidad propia a nuestros pueblos latinos y meridionales, ¡calor y vida que yo he sabido interpretar! El tercer elemento presente, concepción mía, simboliza lo litúrgico, lo sano, el elevado aire de respeto debido a la dignidad que aquí mora... y toda esta fusión, como ves, produce una nueva emoción estética, un Nuevo Orden que se antoja necesario, Discri.

DISCRI. [Agitando el candil.] Prefiero la modestia de mi candil, Grandón... aquí parece haber estéticamente encarnado el Destino Manifiesto de un Nuevo Orden sólo al servicio de altísimos vértices sociales, ¡se diría que esos vértices sólo pueden vivir en la gran pompa!... yo prefiero mi candil, me habla de ilusiones e ideales.

GRANDÓN. [Abandonando la actitud jovial, con voz enfática.] De eso quería hablarte, Discri. Dices Destino Manifiesto de un Nuevo Orden, pues bien, sea, así es... es mi religión, pero porque deseo contribuir a enderezar a la humanidad, al menos a nuestra nación... ¡y para eso se necesitan luces, Discri!, la ignorancia no puede avanzar allí, se tuerce, pierde toda ética... ¡necesitamos una nación con ética, con un Destino, que lo sepa Manifestar e ir imponiendo a todos!... tú eres un hombre inteligente, preparado, podrías, de estar a mi lado, ser uno de los timoneles de ese Destino... y, claro, no te faltaría nada...

DISCRI. Prefiero la modestia de mi candil, Grandón... yo busco en la vida la felicidad a través de la realización de mis ilusiones e ideales, y esa no está en las gradas de este trono tuyo en el que hoy moras... y aunque "no me faltara nada", ¿para qué lo querría?... sólo me alejaría del resto de los seres humanos, de su calor, de su sentir... No, Grandón, no deseo vivir en torres de marfil, en donde por haber olvidado la solidaridad humana y el respeto al libre albedrío de los demás la felicidad se confunda con el supuesto éxito... que me haría creer que soy lo que no deseo y sí, en contrapartida, más insensible cada vez me volvería ante el dolor y sentires de otros seres humanos... ese Destino Manifiesto no lo quiero.

GRANDÓN. [Fuera de sí.] ¡Eres un insensato!... sufrirás.

DISCRI. Si lo dices tú, supongo que será... sufrir, sí, el "pequeño destino" que aplica a los humanos ese Destino Manifiesto que tú representas, ¡siempre es lo que subyace debajo de esas éticas grandilocuentes de los que se creen por encima y al margen de la humanidad!... pero yo nunca seré ni un miyoyo, ni un desmantúrgico, aun si me quedo solo en este mundo... aspiro sólo a ser un ser humano.

[El escenario se va oscureciendo. Las figuras de Grandón y Discri, también el salón todo, desaparecen. En sus soledades queda Discri.]

ESCENA II. CUADRO ÚNICO: "¿QUIÉN ES LA VOZ?"

[Vuelve la luz al escenario. Pero ahora esta vacío, sin decoración alguna, sólo cortinas de fondo. Parece que todo fue un sueño, en todo caso ya pasó para Discri, ya se fue. Sólo queda ahí, en el medio, Discri... siempre con su candil, un símbolo de su conciencia que no será ostentoso como una aparatosa antorcha pero que es firme, como su conciencia. Está con la cabeza baja, saberse íntegro es un consuelo, pero saberse solo es un gran desconsuelo. Lucha Discri en estas reflexiones cuando, de pronto, La Voz augusta vuelve a oírse.]

LA VOZ. Dijiste, Discri, que hacen sufrir en el "pequeño destino" que aplican a los humanos los que se creen por encima y al margen de la humanidad. Es cierto. No seré más La Voz que trasciende a los humanos, ¡que por no ser humano creé miyoyos, queferiondos y desmantúrgicos, egoístas, corruptos y megalómanos! Me fundiré pues con los seres humanos, dejaré de ser YO para ser ELLOS, mil voces, millones de voces, infinidad de voces, que serán las conciencias de los seres humanos pero, esta vez, construidas de ilusiones bellas y de ideales desinteresados... y esto será así porque el único camino para redimir al ser humano, y crear una mejor humanidad, está dentro de él mismo, ¡él es el que tiene que ser dueño de su propio destino!, en un respetar el libre albedrío de los demás, ¡solidaridad!, pues si no, no respetarían el propio. Y entonces, Discri, vendrá para todos la verdadera luz sin necesitarse ya candiles. Lo demás es sutil, vano, frivolidad.

[La Voz cesa, ya no habrá. El telón, por última vez, baja lentamente.]


F I N


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[teoría de redes y sistemas complejos]

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