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Radiografía de una civilización perversa
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PASADO, PRESENTE Y FUTURO
III. Lo que Jano Explicó del Pasado


CONTENIDO

Presentación

Autosemblanza

Prólogo


(I) El Drama Teatral
La Troika Fantástica
- Elenco
- Preludio
- Jaula Prima
- Jaula Seconda
- Jaula Terza

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Parte I (57 kb)


(II) Relatos Iconoclastas y Corrosivos
Tríptico con tres Dedicatorias
i- El Horóscopo
ii- Cómo Volvió a Hablar Zaratustra
iii- Otra vez Dante en Tierra de Tlatoanis

Realidad Bichera
i- Usos y Costumbres de Animales Inferiores
ii- Otras Realidades Bicheras
Parte II en PDF 47 kb

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Parte II (47 kb)


(III) Ensayos Sobre una Civilización Perversa
Sobre Malentendidos y Farsas
i- Malaventurados los Mansos
ii- Abominable Falsificación del Humanismo
iii- ¿Francis Bacon o Víctor Frankenstein?
iv- Lo que Hubiera Dicho Dante

Pasado, Presente y Futuro
i- Fariseísmo Pragmático
ii- Se Necesita a Jano
iii- Lo que Jano Explicó del Pasado
iv- Jano Sigue Buceando en el Pasado
v- Tres Intentos de Asaltar el Cielo
vi- Característica de la Decadencia Social
vii- Decadencia y Corrupción
viii- La Razón Decadente se Vuelve Demente
ix- Jano Imagina Porvenires

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Parte III
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Facilitemos la comprensión de lo que sigue mandatando al legendario Jano, mítico rey del Lacio, para que con su visión del pasado nos narre lo que de él no entendemos.

Primera visión,1 hemos retrocedido unos 15,000 años, es una cueva, allí unos diez humanos toscos, hombres, mujeres y niños, constituyen un clan familiar mal cubierto del frío con pieles de animales. Intentando destazar la porción de un enorme mamut que han logrado cazar lanzándole piedras, para de alguna manera macerarla con cierto líquido lleno de hierbas, pasándolo después por un fuego que apenas ayer han descubierto. Todos se ayudan, hacen sin que nadie descanse a costa de otros, solidaridad colectiva sin abusar de nadie, pues es principio de supervivencia, si falta una sola mano o alguien la esconde el clan muere, pues allí todo es carencia, nada sobra. Vida totalmente comunitaria, nada es privado, eso implicaría la muerte de todos.

Cambia la visión,2 nos acercamos un poco a los días de hoy, bueno, hace unos 8,000 años. Hay un río y, a sus orillas, unos 200 seres humanos, pequeños clanes familiares que el tiempo unió y volvió sedentarios. Una parte de aquellos está cultivando algo, los clanes han empezado la agricultura, también hay un cercado y en su interior ciertos animales apenas domesticados... se abandona paulatinamente la nómada caza de antaño, se vuelven sedentarios. Por primera vez se producen excedentes alimenticios... pues, en un lado, encerrado por grandes piedras, se nota en su interior el grano agrícola cultivado acumulado e incluso piedras talladas de una incipiente tecnología. Pero todo eso al cuidado está de diez o doce hombres, muy toscos, son los guardianes, de esas riquezas... ¿Toscos? Sí, casi todos menos uno, que anda cerca muy erguido, el administrador de aquello, un jefe en ciernes. No falta otro que lo acompaña muy pintarrajeado en la cara, con varas en la mano, clama al cielo y toca al primero, como ungiéndole... la semilla de una religión y un sacerdocio avalador de futuros jefes y clases sociales. Está naciendo la civilización, el Estado, las clases sociales, los aparatos represivos "estabilizadores" y las religiones avaladoras de todo lo anterior... los clanes simples y solidarios de antaño dejaron de existir, "cuando empezaron a sobrar alimentos y riquezas empezó a faltar a la mayoría, naciendo la desigualdad social con todos sus achaques". Y así fue, saltando continentes y océanos, por doquier. Después ya fue cosa de repetir el estribillo: imperios esclavistas, feudos, burguesía rapaz, capitalismo, en el fondo lo mismo. Esto nos mostró Jano con su visión, y a nosotros nos toca esta pregunta: ¿por qué, por doquier, la aparición de excedentes y riquezas en lugar de socializarse como antaño para todos produjo jerarquías y desniveles sociales? Pregunta crucial, insoslayable, que ha llevado y lleva a mil polémicas, pero que si no la afrontamos es ridículo que pontifiquemos hoy sobre la necesidad de construir una nueva civilización más justa para todos, ¡esa pregunta no es posible darla por inexistente!

Otra vez cambia la visión de Jano, ¿dónde aterriza?, a las orillas del río Indo, hará unos tres milenios y medio; ya había allí asentados ciertos pueblos, dravidas, con cierta cultura urbana poco afecta a disquisiciones religiosas y atracciones,3 por ejemplo, el pueblo harappa ya tenía una cultura citadina algo desarrollada, creo que por pragmática atea... dicen los éruditos4 que ya había eso 1900 años antes de Cristo, al menos. Pero unos 500 años más tarde hacia el Indo bajan, en cinco oleadas, los arios -significa 'nobles' en sánscrito- semipastoriles, comían carne de buey, bebían cerveza, usaban armas de metal, combatían en carros y otorgaban igualdad a las mujeres, su superioridad sobre los más cultos pueblos dravidas estaba en el uso militar del caballo. Su organización social era unión de clanes militares sometidos cada uno a la autoridad del padre, guerrero y sacerdote. Belicosos, jugadores, borrachos, "poco cultos"... pero sojuzgaron a los más civilizados dravidas, desde el Indo al Ganges pasando por la planicie del Punjab. Hasta aquí nada de especial, ha sucedido varias veces en la historia que pueblos militares nómadas bárbaros apisonan pueblos más cultos pero adormecidos. El "pero" viene ahora: siempre hemos creído en Occidente que la evolución del pensamiento religioso de la humanidad marchó "de lo más concreto a lo más abstracto" en concordancia y paralela dependencia de esa evolución social que escolásticamente nos enseñaron iba "del nómada comunismo primitivo a las sofisticadas civilizaciones desarrolladas posteriores": el hombre prehistórico es animista, en cuanto se asienta y empieza la "civilización" cree en ídolos, después en el politeísmo cuando se forman reinos e imperios, más tarde es monoteísta (al estilo hebreo), "sólo hay un dios universal" y hoy, a escala planetaria de la aldea global, no faltan ni aun científicos que en la frontera de la física postulan la existencia de un principio universal "disperso sin yo personal... pero suprapersonal", esto es, a mayor sofisticación y "desarrollo" de la civilización mayor abstracción religiosa; es el dogma de Occidente. Sólo que, en el caso de los primitivos arios que invadieron la India, fue exactamente al revés. Su himno religioso más antiguo, el Rig Veda,4 transmitido oralmente y más tarde vertido al sánscrito, menciona en parte la creencia en un 'principio universal', disperso y sin ego, abstracto, de donde nace todo, el Principio del Brahma fue sólo después, a recalcarlo, después, que en la interacción con los dravidas invadidos "y más cultos" el principio tomó cuerpo personal en términos del dios Brahma, y más adelante todo se volvió politeísmo, el hinduismo de Vishnu, Indra, Siva, Kali y así, para parcialmente ir a dar, aún hoy, en el animismo, pues se cree que hasta las plantas tienen cierta forma de pensamiento propio... la doctrina vigente de la reencarnación, que puede ir hacia atrás, obviamente lo implica. Así pues, lector, evolucionó el pensamiento religioso de la India... exactamente al contrario de lo que nos indica nuestro racionalismo occidental. ¿Por qué? ¡Buena pregunta! Otra que no podemos soslayar. Con ignorancias de este calibre inútil es pensar en el mañana...

No es todo en la India, hablemos un poco de hoy: 3,500 años han transcurrido desde que aquellos arios, la India es un subcontinente con mil culturas y diversos pueblos que han pasado mil situaciones sociales distintas, un caos... así como hoy existe un subdesarrollado comunismo brahmánico de pescadores en Kerala hay también un enorme desarrollo industrial: primera potencia cinematográfica mundial y fuerte asiento de una industria nuclear, y en el medio mil sociedades dispares. Pero en ese caos existe un orden que ha logrado inmovilizar socialmente a la India durante tres milenios, el hinduismo, en particular la creencia en la reencarnación, lo que ha vuelto sumisas a todas las clases sociales, comenzando por esos millones de parias llamados intocables, en la esperanza de reencarnar "arriba" evitando ir "abajo", por ejemplo, como planta o sabandija... y, en esto creen en la India desde los humildes pescadores de Kerala, o los pordioseros de Bombay, hasta el eminente físico nuclear que oculta sus creencias cuando está de invitado en la Universidad de California. ¿Por qué?... Otra magnífica pregunta que aún no responde nuestro dichoso racionalismo occidental.

Cambia la escena y Jano, nuestro Diablo Cojuelo de la historia, nos ha transportado a Canaan, la "tierra prometida" de los hebreos, Palestina, siempre en violencia interna e invadida por el sur, por el norte, por el este y, a veces, por piratas griegos que llegaban del oeste mediterráneo. Era su destino geográfico por ser el paso obligado entre el Mediterráneo y los desiertos, el cruce de imperios en confrontación.5 Ello mismo formó el carácter rebelde de los habitantes de aquellas tierras, incluso generó sus destempladas disidencias internas existentes aun en "tiempos de paz".6 Ello facilitó la conquista romana... pero también la exasperación de los romanos ante tan caótica y levantisca gente. Estamos unos 70 años después de Cristo, frente a Jerusalén. Tito, hijo del emperador Vespasiano, ataca con sus legiones y destruye todo,6 incluido "el templo de Salomón"... lo que de él queda hoy es una pared que llaman "el muro de las lamentaciones". Así terminan las feroces diferencias entre tribus judías a manos de la pax romana. Empieza la llamada diáspora, la dispersión de los judíos por todo el mundo. Pero casi 2,000 años más tarde, ¡y vaya que hubo cambios en la historia en esos dos milenios, cambios que nunca fueron iguales de un lugar a otro!, la unidad de los judíos residentes en diferentes partes del mundo se mantiene e incluso existe un Estado de Israel. Contra las versiones históricas tradicionales habría que decir que hubo una contradiáspora, pues el pueblo judío desunido cuando Tito invade Jerusalén...

Se une más tarde, sólo después de haber sido esparcido, ¡curioso! La explicación tradicional al fenómeno anterior es que todo se debió a la unión religiosa conservada a lo largo de dos milenios, "la patria de un judío es un pasaporte llamado Antiguo Testamento y su sello consular, las enseñanzas de Moisés", sólo que esa unión religiosa estaba muy lejos de ser uniforme en el Jerusalén de los tiempos de Tito. Pero aun cuando así hubiera sido, que ya es mucho conceder, ¿pudo por sí solo ese factor ideológico mantener unido a un pueblo durante 2,000 años, volviéndole impermeable a multitud de otros pueblos y culturas? Lo menos que puede decirse es que es extraño, es un problema análogo al del hinduismo inmovilizando la India durante 3,000 años en la "sociedad de castas". Es afirmar que sólo y exclusivamente el factor ideológico, religioso, pesó a lo largo de milenios al margen de cualquier otra consideración social, ¡es demasiado!

Vemos pues que, sea en el caso del pueblo judío o el de la India, o bien en el paso "automático y por doquier" del comunismo primitivo a la "civilización" estratificada y jerarquizada socialmente, siempre hay interrogantes históricos para los que aún no tenemos respuestas. Y, sin ellas, no podemos aprender las lecciones de la historia para, desde nuestro presente, construir un mundo mejor.

Pero el Jano que nos está ayudando a conocer la historia de la humanidad tiene todavía que mostramos más sucesos sorprendentes.


Bibliografía:

l. Herbert Thomas, Nuestros orígenes, el hombre antes del hombre, Biblioteca de Bolsillo "Claves", núm. 7.

2. V. Gordon Childe, Los orígenes de la civilización, Breviario N° 92, Fondo de Cultura Económica, México, D. F.

3. M. Edwards, "La civilización del valle del Indo", revista National Geographic, junio 2000.

4. La India Literaria, Col. "Sepan Cuántos...", núm. 207, Editorial Porrúa, S. A., México, 1992.

5. Isaac Asimov, "La tierra de Canaan", Raíces, Biblioteca de Cultura Judía, Buenos Aires, 1988.

6. Flavio Josefo, La guerra de los judíos, Col. "Sepan Cuántos...", núm. 374, Editorial Porrúa, S. A., México, 1994.

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