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Radiografía de una civilización perversa
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TRÍPTICO CON TRES DEDICATORIAS
I. El Horóscopo


CONTENIDO

Presentación

Autosemblanza

Prólogo


(I) El Drama Teatral
La Troika Fantástica
- Elenco
- Preludio
- Jaula Prima
- Jaula Seconda
- Jaula Terza

Parte I en PDF 57 kb

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Parte I (57 kb)


(II) Relatos Iconoclastas y Corrosivos
Tríptico con tres Dedicatorias
i- El Horóscopo
ii- Cómo Volvió a Hablar Zaratustra
iii- Otra vez Dante en Tierra de Tlatoanis

Realidad Bichera
i- Usos y Costumbres de Animales Inferiores
ii- Otras Realidades Bicheras
Parte II en PDF 47 kb

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(III) Ensayos Sobre una Civilización Perversa
Sobre Malentendidos y Farsas
i- Malaventurados los Mansos
ii- Abominable Falsificación del Humanismo
iii- ¿Francis Bacon o Víctor Frankenstein?
iv- Lo que Hubiera Dicho Dante

Pasado, Presente y Futuro
i- Fariseísmo Pragmático
ii- Se Necesita a Jano
iii- Lo que Jano Explicó del Pasado
iv- Jano Sigue Buceando en el Pasado
v- Tres Intentos de Asaltar el Cielo
vi- Característica de la Decadencia Social
vii- Decadencia y Corrupción
viii- La Razón Decadente se Vuelve Demente
ix- Jano Imagina Porvenires

Parte III en PDF 134 kb

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Parte III
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Dedicado a "esos" ambiciosos poderosos que, sin freno, ensangrentan a México

¡Reina!... Una de las puntas no logro cerrarla, ¡se nos puede escapar!... Si la estrella no se cierra... ¡Ay!...

¿Puede cambiar el horóscopo?, dice atemorizada.

Sí, reina, el "Príncipe de este mundo" al verse libre transformaría el destino en tragedia. Hay que actuar inmediatamente.

El anciano astrólogo, en aquel cuartucho mal iluminado de la sombría torre, se afana formulando extraños conjuros cabalísticos con la mirada fija sobre una estrella pintada en el suelo, uno de cuyos bordes está abierto. Una vocecita burlona, que parece salir de las penumbras de aquel antro, se escucha ante el azoro de los personajes:

¡Vejete, no podrás encerrarme en tu estrella! ¡Infausto día para el destino de tu protegido!... Me vengaré en él de tu intento de encarcelarme... a menos que...

A menos que ¿qué?, expresa balbuceante el insensato anciano que ha osado manipular misterios que no entiende.

A menos que tu protegido me rinda pleitesía, lo haría mi pupilo.

Señor de las Tinieblas... el hijo de mi reina es un espíritu orgulloso que no rinde pleitesía a nadie, ni al mismo Dios.

¡Mejor!, los que no se arrodillan ante Él ya están de rodillas ante Mí... además el horóscopo de buenaventuras que desearías construir para ese jovenzuelo yo lo cambiaría de tal forma que la vida le concediera sin freno todos sus deseos.

¿A qué precio?, se atreve a formular la reina.

¡A ninguno!, ¡yo soy generoso y no pediré nada!, y la vocecita suelta una carcajada. ¡Me han denigrado mucho pensando que en estos trances yo siempre pido el alma!, ¿para qué querría yo ese despojo? Me bastaría que mi futuro protegido sea irrefrenable en todos sus apetitos y deseos... que yo haría siempre posibles. Incluso le daría "la gloria roja" que es el más supremo de los poderes, el poder vertir la sangre ajena en beneficio de los apetitos y pasiones propias. ¡No os podréis quejar de mí!

Si mi hijo obtiene todo en este mundo sin pagar nada por ello en el otro... acepto, dice con voz queda la reina. Quiero que sea, tenga y pueda todo, sin abonar por ello precio alguno.

¡Pero sí es lo que estoy, señora, ofreciendo a ese vejete astrólogo tuyo! ¡Trato hecho!

La escena se hace vaga, se difumina y va desapareciendo. ¿Dónde aconteció?, ¿en qué época? No lo sabemos... pero es claro que ha sucedido una tragedia. Sí, porque el verdadero infierno no está en supuestos más allá, sino en la vida misma cuando por ella andamos sirviendo sólo a nuestros deseos de Ser, Tener y Poderlo todo... ¡Nos quedamos tan solos dentro de nosotros mismos!... Y la soledad, sobre todo cuando es interna, es el camino más corto a la demencia y a la propia destrucción existencial, pues ninguna felicidad es ya posible "aun cuando lo tengamos todo"... e incluso entonces hasta esa 'gloria roja' se vuelve contra el ser humano que la posee, pues suele a la postre terminar vertiéndose la sangre del propio ambicioso. Es algo que jamás entendieron los ambiciosos y, en los acontecimientos anteriores, aún menos una reina insensata y un aprendiz de brujo que encontró la horma de su zapato en una "vocecita" burlona que "no pedía nada" a cambio de sus dones... pues le bastaba que ellos deformaran moralmente la vida muy concreta de los seres humanos; no en vano la leyenda bautizó a esa vocecita "Príncipe de este mundo", de la vida real y cotidiana. Sí, cuando la conciencia interna se deforma se vuelve un eterno purgatorio inducido por la misma vida que antes ya volvimos un infierno. Con apetitos desmedidos y ambiciones sin freno no hay cabida para ilusiones e ideales y, entonces, ese infierno y purgatorio llegan sin necesidad de buscarlos en pretensos y extraños "más allá". El "Príncipe de este mundo" no es una especie de 'Ministro del Interior' encargado por algún dios supremo de encerrar a los desviados y desobedientes en ese reclusorio que las religiones imaginan en "infiernos de ultratumba"; no, lo verdaderamente suyo es propiciar el infortunio en la vida real y muy concreta... pero llamemos por su verdadero nombre al "príncipe", se llama ausencia de ideales elevados, falta de verdadera humanidad. Y aquellos que en ello caen no escaparán internamente a esas "vocecita" que les concedió tantos pretensos dones y que en adelante les dirá por dentro: "eres un miserable"... para que, finalmente su propia 'gloria roja' un día los ahogue... porque la vida da sólo lo que a ella le entregamos, y si la quitamos, nos la quitarán. Suelen quitarla los pueblos cuando se han cansado, como en Fuente Ovejuna.

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oximoron, enero 2005
seminario autónomo
[teoría de redes y sistemas complejos]

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