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Radiografía de una civilización perversa
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SOBRE MALENTENDIDOS Y FARSAS
IV. Lo que Hubiera Dicho Dante


CONTENIDO

Presentación

Autosemblanza

Prólogo


(I) El Drama Teatral
La Troika Fantástica
- Elenco
- Preludio
- Jaula Prima
- Jaula Seconda
- Jaula Terza

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Parte I (57 kb)


(II) Relatos Iconoclastas y Corrosivos
Tríptico con tres Dedicatorias
i- El Horóscopo
ii- Cómo Volvió a Hablar Zaratustra
iii- Otra vez Dante en Tierra de Tlatoanis

Realidad Bichera
i- Usos y Costumbres de Animales Inferiores
ii- Otras Realidades Bicheras
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(III) Ensayos Sobre una Civilización Perversa
Sobre Malentendidos y Farsas
i- Malaventurados los Mansos
ii- Abominable Falsificación del Humanismo
iii- ¿Francis Bacon o Víctor Frankenstein?
iv- Lo que Hubiera Dicho Dante

Pasado, Presente y Futuro
i- Fariseísmo Pragmático
ii- Se Necesita a Jano
iii- Lo que Jano Explicó del Pasado
iv- Jano Sigue Buceando en el Pasado
v- Tres Intentos de Asaltar el Cielo
vi- Característica de la Decadencia Social
vii- Decadencia y Corrupción
viii- La Razón Decadente se Vuelve Demente
ix- Jano Imagina Porvenires

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Parte III
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Hubo un Dante andarín en el Excélsior hace años por las que entonces fueran sus páginas de la antigua Sección Metropolitana (yo las recuerdo con nostalgia), que acompañado por su inseparable amigo, el Charrito, recorrió literariamente y con la imaginación la sufrida tierra de tlatoanis, de los nuevos tlatoanis y lo que ambos vivieron entonces bien puede aplicarse no sólo a México, sino a toda América Latina e incluso a buena parte del planeta. Este Dante, avatar del original que vivió en el Renacimiento, fue acompañado como aquel de antaño por un guía y amigo, pero no por un latino como Virgilio, sino por un hombre del pueblo, llano, sincero pero pleno de sabiduría popular, profundidad y sensibilidad. Estos, Dante y el Charrito, creo, fueron algo así como un Don Quijote y un Sancho en tierras del nuevo continente, aun cuando el Charrito también jugó el papel de un Diablo Cojuelo: el idealismo acompañado por la concreta sinceridad del pueblo, aunque a veces ambos intercambiaron los papeles, pues realmente no existe verdadero idealismo sin un profundo sentir popular de la realidad concreta de la vida y viceversa. El caso es que esa es la prerrogativa de un escritor. Hoy aquí los he vuelto a llamar a escena, pues han de debatir sobre temas cruciales para la actual crisis de civilización que vivimos... Algo así como debatir sobre el "ser o no ser, o bien ser de una manera diferente para alcanzar el futuro". Empezamos:

"DANTE. La especie humana de hoy necesita una metapocatástasis.

CHARRITO. ¿Metapocatástasis?

DANTE. Apocatástasis, en griego, era volver a unir lo que alguna vez estuvo unido... de tal suerte que metapocatástasis es volverlo a unir de una nueva manera. Esto necesita la especie humana actual para alcanzar un futuro mejor, pues de lo que se trata es de un cambio de civilización o descenderá una cuesta de la evolución que le costó subir muchos milenios.

CHARRITO. Renacentista, en la tierra americana en que yo nací, y así fue siempre en todo el mundo, la especie humana siempre estuvo mal unida, siempre hubo amos, sus feroces capataces en el medio y la inmensidad de un pueblo pisado muy abajo porque los de muy arriba se apoderaron siempre de toda riqueza material... ¿y sabes cómo llamaron a esa unión? Estado de derecho, ¡de torcido, diría yo!, cohesión social, ¡dada piramidalmente por clases sociales jerarquizadas verticalmente, la de arriba pisando sin contemplaciones a las de abajo!, hoy incluso se atreven a decir que todo esto es democracia representativa y desarrollo...

DANTE. Gran osadía es esa, compañero, todo lo que dices habla de una unión perversa, lesión ontológica que ha sufrido siempre hasta hoy, de una manera u otra, la especie humana, y por ello, hoy que hay crisis de civilización, no es con una apocatástasis que se alcanzará un mañana mejor, pues volver a unir de la misma manera lo que siempre fue una tragedia de la especie humana sólo acelerará su caída y decadencia... pero aun así, habrá que unir, o la caída será mayor. ¡Los profetas que preconizan que la salvación está en que ya no haya unión alguna para que lo espontáneo lo haga todo, sólo son profetas del abismo!... lo fueron siempre.

CHARRITO. Florentino, yo entiendo a ras de tierra lo que dices de la manera siguiente: querer mejorar la suerte de los seres humanos repitiendo lo mismo que los explotó y humilló, ¡y no importa aquí el nombre con el que se justifiquen pretendiendo que se trata de algo nuevo!, , únicamente son parches que agravan todo, ¡respetar el Estado de torcido, no alterar la violenta cohesión social del beneficio de unos cuantos, ser mansos y pacíficos, enmarcando toda lucha dentro de instituciones corruptas e inicuas, avalar el desarrollo de los amos!... No es más que demagogia, ¡la sal y pimienta del pensamiento liberal de tantos necios!

DANTE. Sin embargo, no has dicho nada sobre el hecho de que, a pesar de todo, sin unión no irá la especie humana a ningún lado...

CHARRITO. A eso iba... hablar sobre que sin instituciones ni estructuras un pueblo alcanzará una sociedad más justa es aún peor demagogia que la anterior. ¡Que no haya instituciones ni organizaciones sociales, que no existan agrupaciones ni partidos políticos, que todo surja pacífica, lírica y espontáneamente de la dichosa sociedad civil!, ¡qué romántico y qué bonito!... ¡Monsergas de mansos de solemnidad! En mi tierra explotada y humillada lo que hay es pueblo a secas, muy estratificado y dividido internamente y muy pisado por unos cuantos sectores sociales minoritarios, pero poderosos... y hay que organizarlo, claro, ya de una nueva manera que configure el futuro.

DANTE. Sin embargo, no has hablado de los profetas del abismo, los defensores de la nada que por ello emergen como amos absolutos... está hasta en las mitologías de muchas religiones cuando afirman que de la nada y el caos surgieron los dioses supremos.

CHARRITO. También iba a eso... ante la ruptura de instituciones caducas y corruptas y la ausencia de alternativas para el futuro un pueblo puede inclinarse un día, si está dividido internamente y desorganizado, a seguir ciegamente supuestos Mesías y hombres guía, los caudillos que surgen como hombres providenciales. Hoy y ayer en mi América Latina esto fue y es un fenómeno corriente, por ello en mi patria también...

DANTE. No es un fenómeno privativo de tus sufridas tierras holladas por amos neotlatoanis. En el Viejo Continente donde yo nací, se llamó fascismo, tuvo a veces muchas caretas, pero siempre es lo mismo, fascismo corriente... pero has hablado de ausencia de alternativas que contribuyen a terminar en eso. ¡Tenerlas es ya ir en camino de la metapocatástasis, es poseer un concepción del futuro destino deseado, la utopía, que además de permitirnos criticar debidamente al torcido presente nos da los valores existenciales y la mística que impedirá que vacilemos al andar hacia el futuro!

CHARRITO. Bien dices, Dante... pero yo lo interpreto desde mi presente, desde la pisada tierra en la que vivo e inmerso en mi pueblo. Florentino, hay que saber lo que se quiere construir y cómo se quiere construirlo, a lo primero tú lo llamas utopías y a lo segundo yo lo denomino organizar a un pueblo. La mística que tú mencionas es un complemento a lo anterior, la voluntad y la capacidad de lucha para ir adelante, vengan como vengan, dadas las cosas... pero para ello se necesita una concepción existencial que englobe todo, una filosofía que nos hable de todo y del mañana.

DANTE. ¡Compañero, ahora eres tú el que asume mi papel expresándose como un idealista!... Asumiendo entonces yo el tuyo, te preguntaré cuáles serían los ingredientes específicos de esa gran concepción filosófica que mencionas.

CHARRITO. Si la principal causa de la infelicidad humana es la apropiación individual de toda riqueza material, como bien mostraron los humanistas de tu Renacimiento, el primer ingrediente es una visión marxista de la historia en aquello que tuvo de juicio crítico, pues fue esa visión la que más certera y profundamente analizó las deformaciones y sus causas de la civilización presente.

DANTE. Y el segundo ingrediente, ¿cuál sería?

CHARRITO. Lo que los renacentistas de tus tiempos preconizaban, el humanismo, el considerar como principal valor existencial del mundo al ser humano... pero cuya realización cabal no es posible mientras exista la apropiación individual de toda riqueza material en beneficio de unos pocos y provocando el sufrimiento de los muchos, en fin, tal y como, insisto, lo afirmaron los humanistas del Renacimiento. Pretender que el humanismo y el marxismo son incompatibles es una farsa mal intencionada de los gurús a los que aprovecha la egoísta civilización capitalista. ¡Por lo contrario, tienen que ser complementarios y hay que buscar la vía para ello!

DANTE. Estás hablando como un libro abierto... pero, ¿consideras que aún debe haber otro ingrediente en un concepción filosófica que englobe al mañana?

CHARRITO. Uno al que quizá, siendo hijo del Renacimiento y no de estos tiempos, no le podrías atribuir la tremenda importancia que tiene para el mundo de hoy, la conciencia ecológica, el respeto a la naturaleza...

DANTE. ¡Te equivocas! El Renacimiento fue un proyectarse al futuro más allá de su época, pero originado por un redescubrimiento de la antigüedad clásica grecolatina, y parte del alma de aquella antigüedad lo era el culto y hasta el amor a la naturaleza. Un siracusano como Teócrito ya crea literariamente el idilio pastoril, las Bucólicas, en un compenetrarse afectuosamente con la naturaleza. El gran latino Virgilio recoge aquello y canta a lo mismo en sus Geórgicas... Es más, aun en la oscura Edad Media de herencias de aquello surge la novela pastoril glorificando paraísos naturales, Arcadias, de las que andando el tiempo nacerá la novela hasta llegar a tus épocas... ¿Cómo pretendes, pues, que no doy importancia al respeto a la naturaleza? ¡También fue parte del humanismo de mis tiempos!

CHARRITO. Sí, renacentista, sé muy bien eso... y ello honra aún más al humanismo aquel... pero pienso que aquello finalmente era una convicción intelectual asentada en un conciencia muy sensible que no sufría acometidas de un destruir masivo y concreto de la naturaleza. En épocas del Renacimiento, tus tiempos, la población mundial no llegaba a 400 millones de seres humanos, hoy día somos 6,500 millones y en acelerado aumento, y ello, se quiera o no, atenta contra toda vida en el planeta como si se tratara de una plaga. Por otra parte, Dante, la tecnología de nuestros días ya es capaz de destruir a toda la naturaleza y lo está haciendo porque sus fines los dictan los amos de la civilización capitalista que, en este renglón y sólo atentos a sus intereses, actúan cínicamente a la manera de un Luis XV, "después de mí el diluvio". Por eso, es esencial como tercer ingrediente o pilar de la filosofía que discutimos, una sólida y firme conciencia ecologista en los humanos.

DANTE. Te concedo razón... la filosofía existencial que preconizas para que, si ancla en la conciencia de los seres humanos, cambie el destino de su especie en beneficio de toda ella, es como una flor con tres pétalos, los ingredientes que has mencionado... pero para realmente ser una bella flor, ¡como lo es una rosa!, necesitará un tallo firme y espinas...

CHARRITO. Permíteme, florentino, que yo transforme en imágenes más concretas lo último que has dicho... el tallo es la cohesión interna que debe lograrse en el pueblo en torno de esa filosofía que lo lleve al mañana a pasar de los numerosos y tan distintos sectores sociales que constituyen ese pueblo... ¡una tarea de titanes que no la creo breve!

DANTE. ¿Y las espinas?

CHARRITO. ...las espinas, Dante, no son optativas en la rosa, las tiene para defenderse. En un pueblo consciente tampoco, las tiene para defenderse rígidamente, si es preciso, pues siempre habrá, ¡porque siempre hubo y aún continúan!, sectores sociales minoritarios y poderosos sin escrúpulos que, en beneficio de sus mezquinos intereses creados personales, harán a la postre hasta lo imposible por mantener la injusta civilización actual... y cuando llega uno de esos duros trances se llama...

DANTE. ¡No lo digas, compañero y guía mío!... déjame ahora a mí que lo diga por ti. Se llama: Revolución.

CHARRITO. ¡Florentino, ahora sí que eres tú el que aterriza en suelo firme sin imágenes demasiado idealistas!

DANTE. No... ¡el humanismo del Renacimiento en que nací precisamente por considerar al ser humano lo más importante de la vida, no lo quería manso ni iluso, pues ello siempre lo haría esclavo!... El humanismo es un idealismo elevado, pero jamás fue ingenuo!"

Y eso es todo, lector.

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oximoron, enero 2005
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