Cine
Cuéntame una de karatecas
A estas alturas ya deberíamos haber aprendido a desconfiar de los remakes, mucho más cuando son de películas recientes. Cambios inexplicables y cierto tufo ecologista contaminan lo que pudo haber sido mero entretenimiento. Y al final de todo ¿qué tiene qué ver el karate con China? Vaya uno a saber
The Karate Kid
Jaden Smith, Jackie Chan, Sherry Parker, Mei Ying
Dirigida por Haralt Swalt
Columbia/2010
JULIO, 2010. Ronald Reagan estaba por terminar su primer mandato cuando en Estados Unidos se estrenó la historia sobre un maestro de karate que decidió darle a un chico inseguro las bases para la defensa personal tras sufrir una tunda en una playa. Las enseñanzas del viejo le permitirán no sólo ganar un torneo local sino llevarse a Sue (Elizabeth Shue), la cenicienta estilo californiano de esta historia.
The Karate Kid fue una franquicia que dio para cuatro intentos más, si bien cada vez con menor calidad. De cualquier manera es una película que los adolescentes de entonces y padres de hijos adolescentes en la actualidad suelen recomendar y guardan con especial cariño en su memoria... mental, no virtual.
Debido a esa cercanía del tiempo nos parecía improbable una nueva versión de una cinta ochentera pero bien sabemos que a Hollywood ya se le fundió el seso y muestra ya una alarmante carencia de originalidad y por ello es que ahora toca el turno a
The Karate Kid en lo que, ya lo dijo un alto empleado de los estudios, "no son nuevas versiones sino
actualizaciones", aunque eso no incluye, naturalmente, el gancho más grande, que es el nombre. Y esa parece ser la idea en
The Karate Kid versión 2010 pues si la historia ocurre en China, donde el karate es considerado algo japonés y por tanto ajeno (¡no se le ocurra a usted decir en Hong Kong que Bruce Lee era karateca!), el nombre de la película suena totalmente fuera de lugar; de perdido le hubieran puesto
The Shangai Kid o algo así.
Hay otras razones que explican los cambios en este nuevo kid karateca. Roy Kohn, un columnista de
Newsweek, escribía en 1984 que "los principales rivales en el espectro mundial del nuevo siglo serán Japón y la Unión Soviética, dos retos que
desde hoy se antojan formidables". Bueno, ni tanto: este 2010 la URSS cumple dos décadas de estar bien muerta y el máximo peligro nipón actualmente es que termine por inundarnos con sus cómics
Manga. Kohn nos diría hoy que el "máximo reto" es China y por ello nuestro
karate kid, llamado Dre Parker (Jaden Smith, el hijo de Will) viajará allá con su madre Taraji (Sherry Parker) tras el cierre de su planta laboral en Michigan. Debió ser una oferta tentadorsísima que no podía rechazar pues le permitió viajar medio planeta aun estando desempleada. Desde el primer día y ante los reclamos de su vástago, Taraji le advierte que "no hay vuelta atrás, este es tu nuevo hogar". Cuando Dre se queja de que el agua de su casa no sale caliente todo el tiempo como en Norteamérica a la mamá le brota el multiculturalismo hollywoodense al señalar que "no todo tiene que ser como en nuestro país".
Parker tiene pues que acostumbrarse a la nueva cultura y a los nuevos rostros que encuentra, en especial femeninos. Apenas es un preadolescente pero se enamora de Hang Wen Wen (Mei Ying), una guapa chinita, sólo que ahí encontrará algo que también existe en su país, y que es el
bullying; un alumno le advierte que se aleje de la muchachita y no sólo eso, le surte algunos golpes, suponemos que de karateca.
Dre regresa a casa fúrico, ansioso por regresar a casa, quizá porque tampoco soporta ver las películas de su papá Will traducidas al mandarín, aunque no podrían ser peores que
las traducciones hechas por españoles.
Alguien que presenció la lamentable escena es Mr. Han (Jackie Chan), el conserje de la escuela y quien en realidad es maestro en karate --de nuevo ¿en China?-- y quien al parecer desea pasarle la estafeta a alguien más joven para que de paso aprenda defensa personal. Hay un trauma de Han que resulta esencial en la cinta por lo que nos abstendremos de abundar en él pero puede bastar si afirmamos que Dre al principio no cree en él y, bueno, ya sabemos el cliché, esto es, que poco a poco irá aprendiendo de su
sensei y conforme lo conozca lo admirará más. Naturalmente que para ello tendrá que olvidar que es un adolescente y que la disciplina no es una costumbre que se mantenga a esa edad.
Dre necesita inspiración por lo que Mr. Han lo llevará a practicar a la Gran
Muralla china. Las escenas y la belleza del paisaje son impresionantes pero curiosamente me
hicieron recordar aquella vieja película de Tizoc estelarizada por Pedro Infante donde
el argumento era bastante simple pero los fondos naturales eran una descarada promoción turística. Y es que a los productores les queda claro, como el columnista de
Newsweek antes mencionado decía de la URSS y Japón, que China es el país del futuro que sin duda disputará a Estados Unidos la supremacía mundial, si no es que en este momento ya la perdió.
A ello debe añadirse el mensaje ecologista de The Karate Kid, esto en el país que más contamina en todo el planeta así como el mensaje multiculturalista de respeto. Lo raro es que tanta palabrería queda opacada por los momentos francamente violentos para una cinta que se supone va dirigida a los púberes; en el
Karate Kid original los únicos que sangraban eran los que
peleaban en combate, pero aquí en momentos parece que Quentin Tarantino asesoró al director Swalt en cuestiones gore. Como diría Capulina, tá bien que sí, pero no...
El final se resuelve de manera ambigua, quizá porque si hay buena taquilla (hasta hoy regular) los productores comenzarán presurosos a filmar la segunda parte. Ojalá y no. Esta es una cinta que no merecía nueva versión dado que la primera era redonda y no necesitaba de remaches para mantenerse en pie ante la memoria. Es una película condenada a ser sepultada por su antecesora, una cinta malita aburrida, predecible y sanitizada hasta los límites más tolerables. Si fuera posible, yo asestaría soberano
knock out a esta versión de The Karate Kid. ¿Dónde está sensei Miyagi ahora que tanto lo necesitamos?
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Antes de asomarse a la nueva versión, es importante acudir a la fuente original que produjo cuatro películas sobre el manejo de [Julio, 2010)
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