Cine
Mundo de (excelente) juguete
Hace más de una década que dejamos a Woody, a Buzz Lightyear, a Lizzy y al resto de la pandilla. Hoy los reencontramos con una historia magnífica aunque algo salpicada de nostalgia. Va a estar difícil superar este 2010 a esta obra animada por lo que conviene verla ya, y luego conservarla por mucho tiempo
Toy Story 3
Voces en inglés de Tom Hanks, Joan Cusack, Tim Allen, Don Rickles, Ned Beatty
Dirigida por Lee Unkrich
Pixar-Disney/2010
JUNIO, 2020. La última vez que supimos de nuestros amigos se vivía la última década de un mundo mucho más acogedor que el actual. Aún no ocurrían los atentados del 11 de septiembre y el término "terrorista árabe" era una realidad, no una referencia discriminatoria. Fue también la década cuando Pixar, en tándem con Disney, realizaba un contraataque de películas familiares una vez que Hollywood se había hundido en el fango de la violencia
gore y la carencia de ideas. Los estudios siguen aún empantanados ahí, totalmente maniatados con las ataduras políticamente correctas que, por suerte, aún no contaminan al cine animado, de ahí al enorme éxito que Pixar y la rama de Dreamworks han presentado prácticamente en un lustro.
La gran recaudación que Toy Story 3 ha tenido en su primera semana de estreno en Estados Unidos deja en claro
que los espectadores quieren entretenimiento familiar, pues para asomarse a un mundo de violencia sólo tienen que sintonizar los noticieros o suscribirse a un canal de películas por cable. Pero también se debe a que estos personajes los sentimos como parte de la familia desde que los vimos por primera vez y que da gusto encontrarlos de nuevo, con una historia de nuevo muy
convincente aunque al final nos haga soltar lágrimas. Pixar lo vuelve a hacer, y es maravilloso.
De manera sutil, Toy Story 3 nos deja ver cuánto han cambiado las cosas desde la última vez que Woody, Potato Head y Jesse estuvieron con nosotros, y de cómo el mundo es hoy mucho menos inocente. Ello queda representado con Andy, el dueño de los juguetes. Cuando supimos de él era un niño de edad indeterminada pero hoy tiene ya 17 años y es momento que vaya a la universidad. Este es un muchacho cuya infancia transcurrió como en otras épocas, con juguetes que
estimulaban su imaginación, alguien que no se pasaba las tardes perdiendo el tiempo enviando fotos o publicando bisutería en Facebook, aunque a su edad actual ya le sea imposible escapar a ese destino; por ello vemos sentado frente a una laptop. Cuando Woody descubre una foto donde Andy aparece con dos chicas y que debajo se encuentra otra aparece abrazándolo cuando era pequeño queda claro que sus prioridades ya son otras, y que hay que afrontar ese cambio.
La película inicia con una persecución en ferrocarril en lo que parece ser el Oeste. Cuando el tren con Woody a bordo cae
a un precipicio éste es rescatado por Buzz tras lo cual aparece una cerdonave claramente
inspirada en Pink Floyd. Imágenes tan dispares sólo pueden verse en la mente de un niño. En realidad estamos
presenciando un video de Andy en su infancia, en momentos que sus amigos juguetes obviamente extrañan.
Pero es momento de dejar atrás a sus amigos de tantos años por lo que Andy toma la decisión de guardarlos en el ático, quizá como legado para sus hijos. Pero su madre cree que la bolsa negra que Andy deja en la escalera
del ático es basura y la deposita en el bote, aunque Woody logra rescatar a sus amigos justo cuando pasa el camión recogedor.
Entonces deciden todos esconderse en una caja del garaje sin imaginar que pronto serán llevados a una guardería donde también abundan los juguetes. El encargado es Lots-o'Huggin', con la voz del genial Ned Beatty (¿cómo le pondrán aquí? ¿Abrazitos?), un carismático oso con cara de bonachón quien recibe a los recién llegados con una sonrisa. Alguien advierte a Woody que Lots no es lo que parece y que tenga cuidado. "Aquí recibirán el mejor trato", les dice, y que comprueban cuando llegan una decena de bebés que golpean a los juguetes, les sacan los ojos, los patean y los arrojan contra la pared. Lotso tiene como guardián a Ken Doll, el galán maniquí que robó el corazón a la Barbie, pero es éste quien no parece tener corazón pues termina por retenerlos como prisioneros. Para evitar que esos pequeños monstruos terminen por destruirlos Woody,
Buzz y Potatohead idean un plan de escape; tienen que volver a casa de Andy, quien aunque se ha olvidado de jugar con ellos jamás se atreverá a deshacerse de ellos. O al menos eso creen.
Una de las ventajas de ser juguete es que no se envejece. La química entre los personajes y el público que ya los conocía se reinicia de inmediato, como si no hubiera pasado más de una década desde la última aventura, y para quienes saben de ellos por primera vez sin duda se deleitarán con la magia que Pixar sigue creando en sus trabajos fílmicos. Como parece ser ya la requisito en los estrenos, Pixar puede
verse en 3-D aunque en lo personal prefiero adherirme a la versión ordinaria, en primer lugar porque así es como recordamos las dos
anteriores y también porque resulta innecesaria, redundante, en la labor cuasiperfecta desarrollada por Pixar.
Toy Story 3 queda ubicada de momento como el mejor filme animado de este 2010. ¿Habrá otra parte? Sin respondemos esa pregunta estaríamos revelando una parte importante de la trama por lo que dejaremos abierta la interrogante. Como sea Pixar ha mostrado en esta saga (la única de la cual ha hecho segundas partes) un círculo perfecto.
Toy Story 3 seguirá siendo recomendada en los años por venir dado que se trata de un clásico que no hay que dejar pasar. Este es un mundo de juguete divertido, único y entrañablemente apreciada por el público. De nuevo, Pixar ha cumplido su tarea.
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