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CINE
Esto
fue todo, amigos...
Súbitamente
un paquete de videos pasaron a convertirse en mina de altísimo valor
tras la muerte de Michael Jackson. La ilusión con que el cantante
veía su regreso contrastaba con la indiferencia en el resto del
mundo. Como sea, This Is It queda, pese a su manipulación
sentimental, como una manera de recordarlo
This Is It
Michael Jackson
Dirigida por Kenny Ortega
Sony Entertainment/2009
NOVIEMBRE, 2009. El 26 de junio de este año la noticia sobre la muerte de Michael Jackson cubrió las primeras planas del siguiente día. Aunque en cierto modo se sabía que el final del cantante tenía mucho de predecible, lo cierto es no podíamos quedar indiferentes ante la noticia. Fue la fecha en que el autor de
Thriller dejó atrás todos sus problemas terrenales y pasó a transformarse en leyenda. Pero fue también el momento en que alguien descubrió que tenía una valiosísima mina cuyo valor se multiplicó por miles en apenas unas horas. Mejor que cualquier afán especulativo en Wall Street.
¿Y quién era ese personaje? El dueño de los videos grabados sobre los ensayos de la gira de despedida que Michael Jackson tenía pensado ofrecer en Londres el pasado septiembre.
De seguir el cantante con vida, este material seguramente habría terminado transmitiéndose en HBO o alguna otra cadena como parte de la gira de Jackson, que jamás sabremos sí habría
sido un éxito, un fracaso o un acontecimiento mediocre. Pero con el fallecimiento de su protagonista los videos se convirtieron en un activo valiosísimo, tanto como el catálogo de los Beatles y cuyos derechos Jackson poseyó hasta el último de sus días. Casi cuatro meses después de su desaparición, y en tiempo tan corto que sonrojaría al Güero Castro --director churrero que llegó a producir hasta 4 películas por mes-- se estrena mundialmente
This Is It, la película sobre Michael Jackson ¡el mito! ¡el mejor artista del siglo! ¡blá bla bla...!
Dirigida por Kenny Ortega --el mismo que estuvo detrás de casi todos sus videos filmados en los noventa--
This Is It muestra, sin duda, el talento de Michael Jackson, quien en todo momento se ve convencido, por última vez como luego se vio, que éste sería su regreso para reconquistar lo que consideraba suyo. Ortega nos presenta a un Michael optimista, exigente (a veces hasta el fastidio) convencido que nunca debió haberse bajado del escenario, el único lugar donde realmente se sentía libre, como llegó a decir en varias ocasiones; sus problemas legales por su afición a estar cerca de los niños aparentemente habían quedado atrás, lo mismo que el cuestionamiento constante a que se le considerara una reliquia ochentera. Al menos eso es lo que creía y lo que el director Ortega intenta proyectar en todo momento, Lógicamente esos asuntos no son mencionados en la película, y ciertamente no eran necesarios.
A Michael le entusiasmaba el hecho que en una cuantas horas el boletaje de sus presentaciones en Londres se hubiera agotado y lo consideraba excelente augurio. Pero
This Is It marcha sobre un destino irreal: una cosa era lo que pensaba el cantante y otra lo que en verdad se encontraba en el mundo exterior. Cuando estaba vivo nadie se habría atrevido a llamarlo "artista del siglo" sin que se pensara era una broma, máxime porque a lo largo de esta década no tuvo un solo título de éxito. Y es que con excepción de los adoradores que esperaron hasta 48 horas para adquirir boleto en la capital británica, al resto del mundo el regreso de Michael Jackson estaba lejos de ser un acontecimiento mundial; como prueba fehaciente tenemos que no había un disco nuevo de Michael Jackson en el horizonte. ¿Se pensaba acaso conseguir todo con la fama de su carrera? Ortega deja en claro que sí.
Michael Jackson estaba obsesionado con lograr todo a través de la exhumación de su álbum
Thriller. No parecía importarle que le reciente "edición remasterizada" donde había regrabado algunas pistas apenas y se asomara a las listas del
Billboard. Mientras aparece en los ensayos de Thriller podemos percibir que sería un espectáculo sorprendente, con monstruos saliendo de las ventanas de los edificios simulados sobre el escenario. Pero así como Jackson pensaba rescatar su fama con un álbum que tiene más de un cuarto de haber sido grabado, al final vemos que el producto distaba mucho de ser novedoso: las mismos pasos, las mismas coreografías... la diferencia es que esta vez iba todo a ser más suntuoso.
Para los fans irrederentos de Jackson, This Is It queda como el legado de un genio, una obra excelsa que conviene adquirir en DVD tan pronto se anuncie su venta. Es innegable que logra su cometido de presentar a un cantante que nos cuesta trabajo pensar que ya no está aquí, y que detrás de ese personaje extraño de piel blanquecina y nariz que se caía a pedazos había un artista excepcional. sobre todo en las escenas finales, filmadas horas antes de su deceso. Quizá esa sea la mejor manera de recordarlo.
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