fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Cine

The Raise of Skywalker: ¿y por esta basura alguien cobró millones de dólares?

Las peores películas del 2019

Otra más: la inclusividad mata a Los Ángeles de Charlie

Terminator: otra versión inclusiva, otro fiasco, pero ni así van a aprender

Joker

Rambo: Last Blood

Archivo

 

 

 

 

CINE

El cine hecho música cortesía de John Williams

Su aportación al cine hollywoodense es inmensa, y da muestra de cómo la musicalización de una película es tan vital como la estructura del guión y de sus personajes. John Williams ya ha anunciado su bien merecido retiro, por lo que aquí evocamos su gran trayectoria con temas que nos han hecho estremecer, emocionar, conmover y sobre, todo, entretener

Por Germán Bitze*

Versión impresión

FEBRERO, 2020. En todo rincón del mundo donde exista una sala de cine cualquiera sabe quién es John Williams, lo cual equivale a decir todo el planeta. Este personaje, a punto de cumplir sus nueve décadas de vida, es un compositor cuya obra se ha difundido más el último siglo, incluido Paul McCartney, aunque hay que ser francos: Williams es el equivalente en la musicalización de películas a lo que el ex beatle ha sido en la música pop. En ambos casos, su aportación es incalculable.

"John Williams ha sido un maestro para todos nosotros, sin duda", dijo hace algunos años Alan Silvestri, autor también de varios soundtracks memorables, entre ellos Back to the Future y Forrest Gump. "No creo que exista un compositor en esta industria que no haya sido influido por él". Algo similar decía el ya fallecido Marvin Harmlisch, autor de varios temas cinematográficos igualmente memorables. "La música hecha para películas siempre te lleva directamente a mencionar su nombre".

Por su parte Williams atribuye todo no a que se considere un superdotado de la música --lo que sin duda es-- sino a que de una manera inusitada ha conseguido transmitir en música la historia que se le presenta en un guión. "Con John solo basta darle un bosquejo sobre la historia que quiero musicalizar y ya no vuelve a consultarme hasta que ya tiene las partituras listas", dijo con orgullo George Lucas al crítico Leonard Maltin.

Para el resto de nosotros quienes no somos ni críticos, ni directores ni colegas suyos, la obra de John Williams nos resulta igual de sorprendente. Es imposible no mencionar a Indiana Jones sin que de inmediato acudan a nuestra mente las partituras épicas de un arqueólogo cabalgando en busca de nuevas aventuras, o de ET con Elliot volando con el pequeño alienígena a bordo de una bicicleta con la luna de fondo. O bien estremecernos con los inquietantes acordes de Jaws (Tiburón), su primera colaboración exitosa con Steven Spielberg. Y, por supuesto, la musicalización de Star Wars, la cual por cierto ya es parte del archivo del Congreso norteamericano (un soundtrack hipergenial que contrasta con la devastación que se ha hecho recientemente de esa serie de películas épicas).

Y si bien la mayoría de sus composiciones llevan una evocación divertida y saltarina alrededor del guión de la cinta, en ocasiones tienen un tono desgarrador, como es el caso de Schindler´s List, donde las cuerdas de un violín bastan para reproducir el sufrimiento dentro de los campos de concentración nazis. Sin embargo más de uno ha acusado los "excesos spielbergianos" en algunas de esas composiciones, sobre todo las realizadas durante los años 80.

El mismo Williams confesó --en una de sus pocas entrevistas que ha concedido; prefiere meterse entre los corchetes y claves de sol a hablar con la prensa-- no saber exactamente de dónde le llega la inspiración. "Solo recuerdo que de niño y de adolescente mientras leía novelas y cómics en mi cabeza empezaba a escuchar la música de fondo como ocurría con las películas". Curiosamente, Williams no es de los que se pasa el tiempo viendo películas. "Obviamente siempre asisto a la premier donde se incluyen mis composiciones y siento un enorme orgullo cuando le son presentadas al público", dijo en esa misma entrevista. "Sigo siendo muy selectivo cuando voy al cine. Me apasiona pero paso más tiempo dedicado a otras actividades..."

Y si bien el ingenio musical de Williams es es incuestionable y nos ha sorprendido infinidad de veces, no le han faltado críticos quienes lo han acusado de "rozar el plagio" de obras de Dvorak, Richard Wagner y Tchaikovsky, y sobre todo de Gustav Holst, el autor de la opus The Planets. De hecho hay quienes apuntan que la música de Star Wars es un hábil remake de Mars, de Holst.

John Williams nació en 1932, en el lejano estado de Nueva York. Cuando era adolescente la familia se trasladó a California --por entonces una verdadera fuente de oportunidades creativas-- y tomó clases particulares de música. Un par de años más tarde Williams fue reclutado, pero no para la guerra (ésta había terminado seis años antes) sino como parte de la banda de la Fuerza Aérea, periodo en el cual aprendió a tocar el piano con soltura, así como el trombón, flauta y trompeta. Al concluir esa etapa nuestro protagonista regresó a Nueva York donde obtuvo un certificado en la Julliard School of Music.

A los pocos meses, ya otra vez en California, Williams se integró a la orquesta de Henry Mancini, quien a mediados de los 50 estaba en la cúspide como compositor cinematográfico (suyas fueron la musicalización de Desayuno con Diamantes y Peter Gunn, grabación en la que participó Williams).

Con Mancini, Williams aprendió varios secretos valiosos que le servirían para manejar el estado de ánimo a la hora de musicalizar un texto. "Glenn Miller era un experto en crear ese ambiente; con solo escuchar las primeras notas de "In the Mood" sentías un irresistible deseo por meterte a la pista de baile", recordó Williams. "Henry (Mancini) usaba el mismo efecto para que la gente sintiera un deseo inmediato por adentrarse en en las vivencias de los personajes que veías en la pantalla".

Terminada su asociación con Mancini y ya treintañero, Williams buscó suerte como compositor para televisión. Hasta entonces sus aportaciones en programas televisivos de mediano alcance no habían sido precisamente exitosas. De repente se topó con una oportunidad, el componer el tema principal para una serie que estaba preparando el productor Sherwood Schwartz. ¿El nombre? La Isla de Gilligan.

El entonces llamado Johnny Williams compuso la tonada en un par de horas, tema que después fue grabado en el garaje en la casa de Schwartz. (Se había hecho una versión previa pero no le gustó a nadie, en especial a los ejecutivos de CBS, televisora que distribuyó la serie). El tema de La Isla de Gilligan es uno de los más conocidos por varias generaciones, e incluso una encuesta realizada en el 2000 indicaba que esa era la tonada más popular después del "Star Spangled Banner", el himno nacional de Estados Unidos. Con ese golpe de suerte "Johnny" Williams pudo acumular su primera fortuna importante dentro de la música.

Entonces llegó la invitación de Irwin Allen, otro productor a quien se atribuye -falsamente, por cierto-- el haber inventado el género de películas de desastre. Williams musicalizó, con igual éxito, las series Perdidos en el Espacio --las dos versiones-- Tierra de Gigantes y El Túnel del Tiempo. Años más tarde y cuando Allen incursionó en el cine, igualmente le encomendó ponerle fondo musical a las películas La Aventura del Poseidón e Infierno en la Torre. Pero fue con Spielberg cuando Williams finalmente pegó de jonrón con casa llena.

Cuando estaba por finalizar la filmación de Tiburón --un rodaje accidentado que estuvo a punto de ser cancelado-- Steven Spielberg optó por recurrir a Williams. Ni el legendario cineasta ni nadie quedó defraudado con la música de Tiburón, elemento que sin duda salvó a lo que antojaba sería un desastre artístico y financiero. Cuando se escucha el tema de la película, es imposible no recordar la ominosa presencia del escualo que se acerca a las playas, listo para servirse de almuerzo, por lo menos, una pierna humana.

Luego vendría Star Wars, una auténtica apoteosis. No es exagerado afirmar que, así como esa película cambió el modo en que se hacía cine, lo mismo ocurrió con la música escrita por John Williams, a lo que se debe agregar que varios de los personajes tienen su propio tema, ya sea la Princesa Leia y Darth Vader con La Marcha del Emperador. En aquellos años imperaba la música discotheque de modo que un tal Meco (sin alburear) grabaría su versión disco de las las galaxias. No pudimos encontrar nada, por cierto, en torno a la opinión de Williams respecto a esa grabación.

A diferencia de Mancini, rara vez Williams ha optado por incluir coros o letras en sus composiciones. "Yo soy de quienes se guían más por el sentimiento que te produce el escuchar unas notas que por lo que diga una letra; además un soundtrack no suele incluir letras, a menos, claro, que se trate de un musical", dijo Williams.

Y vaya que lo ha logrado: a Jaws le siguieron los soundtracks de Encuentros Cercanos y el "saludo" de los extraterrestres que se le ocurrió a Williams mientras veía un documental en televisión sobre el modo en que se comunican los sordomudos, así como de Superman, donde Williams estuvo a las órdenes no de Spielberg sino de Richard Donner, y el resultado fue igualmente satisfactorio. Fue ahí donde el compositor "cedió" a incluir letras con el tema "If You Can Read My Mind", recordado por la escena donde Margot Kidder y Christopher Reeve vuelan sobre Metropólis/Nueva York mientras comienzan a enamorarse. La canción fue posteriormente grabada por Maureen McGovern (la misma que cantó el tema "The Morning After" en La Aventura del Poseidón)

¿Qué sigue? Por supuesto, la aportación, igualmente magnífica, del tema de Indiana Jones en Los Cazadores del Arca Perdida y El Templo de la Perdición así como La Última Cruzada, la que incluye el tema simpático cada vez que vemos en pantalla al Dr. Jones (Sean Connery), o la ominosa música cuando aparecen los capítostes nazis y el traidor Donovan (Julian Glover). Williams musicalizó esas tres películas, incluso la cuarta, a la cual ningún soundtrack, por más brillante que fuera, la habría salvado de la debacle.

También debemos contar el tema de la película ET, primo hermano del de Encuentros Cercanos. Años después Williams colaboró en el soundtrack de Imperio del Sol, Parque Jurásico, la ya referida Schindler's List así como Saving Private Ryan, cuyo score musical refleja perfectamente el dramatismo de un momento de incertidumbre como fue el Día D y la suerte de muchos de los soldados que participaron en el operativo.

No todo han sido partituras recordadas en la historia de John Williams, por supuesto. Pese al enorme éxito que han tenido las películas de Harry Potter, poca gente o casi nadie tararea o recuerda el soundtrack de las andanzas del maguito con la cicatriz en la frente, o bien de Munich, película igualmente olvidable de Spielberg. En ocasiones el olvido no es tan justificable. Las Aventuras de Tin Tin, que también le tocó musicalizar, fue la primera incursión animada de Spielberg en el cine. (Luego vendría la atroz Mi Amigo el Gigante a la cual se le quitaron muchos detalles "políticamente incorrectos" a la novela original de Roald Dahl, autor también de Willy Wonka y la Fabrica de Chocolate. Ese soundtrack sigue prácticamente flotando en el olvido).

Algo similar, con la diferencia que éstos sí son excelentes soundtracks, ocurre con la música original de la cinta Atrápame Si Puedes, un jazz inspirado en los días que Williams pertenecía a la banda de Mancini, o bien The Terminal, protagonizada por Tom Hanks y que es una de las cintas "de un solo set" logradas por Spielberg y filmada no en Nueva York sino en Canadá.

Con 88 años recientemente cumplidos, reconocimientos que llenarían toda una habitación, 25 premios Grammy y un puesto como director honorario de la Boston Pops, luego de haber participado en el score de las recientes cintas de Star Wars, Williams anunció su retiro, más que merecido, sin duda, pues de aquí a un siglo, indudablemente la aportación de John Williams será recordada del mismo modo que hoy rendimos homenaje a los pioneros que se abrieron campo en Hollywood.

 

Textos relacionados

 

 

___________________

* Psicólogo que no ejerce, escribe, lee y los fines se semana duerme sin parar. Promete colaborar frecuentemente.

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]  

0 opiniones