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El cine hecho música cortesía de John Williams Su aportación al cine hollywoodense es inmensa, y da muestra de cómo la musicalización de una película es tan vital como la estructura del guión y de sus personajes. John Williams ya ha anunciado su bien merecido retiro, por lo que aquí evocamos su gran trayectoria con temas que nos han hecho estremecer, emocionar, conmover y sobre, todo, entretener Por Germán Bitze*
FEBRERO, 2020. En todo rincón del mundo donde
exista una sala de cine cualquiera sabe quién es
John Williams, lo cual equivale a decir todo el
planeta. Este personaje, a punto de cumplir sus
nueve décadas de vida, es un compositor cuya obra se
ha difundido más el último siglo, incluido
Paul McCartney,
aunque hay que ser francos: Williams es el
equivalente en la musicalización de películas a lo
que el ex beatle ha sido en la música pop. En ambos
casos, su aportación es incalculable. John
Williams nació en 1932, en el lejano estado de Nueva
York. Cuando era adolescente la familia se trasladó
a California --por entonces una verdadera fuente de
oportunidades creativas-- y tomó clases particulares
de música. Un par de años más tarde Williams fue
reclutado, pero no para la guerra (ésta había
terminado seis años antes) sino como parte de la
banda de la Fuerza Aérea, periodo en el cual
aprendió a tocar el piano con soltura, así como el
trombón, flauta y trompeta. Al concluir esa etapa
nuestro protagonista regresó a Nueva York donde
obtuvo un certificado en la Julliard School of
Music. Cuando estaba por finalizar la filmación de Tiburón --un rodaje accidentado que estuvo a punto de ser cancelado-- Steven Spielberg optó por recurrir a Williams. Ni el legendario cineasta ni nadie quedó defraudado con la música de Tiburón, elemento que sin duda salvó a lo que antojaba sería un desastre artístico y financiero. Cuando se escucha el tema de la película, es imposible no recordar la ominosa presencia del escualo que se acerca a las playas, listo para servirse de almuerzo, por lo menos, una pierna humana. Luego vendría Star Wars, una auténtica apoteosis. No es exagerado afirmar que, así como esa película cambió el modo en que se hacía cine, lo mismo ocurrió con la música escrita por John Williams, a lo que se debe agregar que varios de los personajes tienen su propio tema, ya sea la Princesa Leia y Darth Vader con La Marcha del Emperador. En aquellos años imperaba la música discotheque de modo que un tal Meco (sin alburear) grabaría su versión disco de las las galaxias. No pudimos encontrar nada, por cierto, en torno a la opinión de Williams respecto a esa grabación. A diferencia de Mancini, rara vez Williams ha optado por incluir coros o letras en sus composiciones. "Yo soy de quienes se guían más por el sentimiento que te produce el escuchar unas notas que por lo que diga una letra; además un soundtrack no suele incluir letras, a menos, claro, que se trate de un musical", dijo Williams. Y vaya que lo ha logrado: a Jaws le siguieron los soundtracks de Encuentros Cercanos y el "saludo" de los extraterrestres que se le ocurrió a Williams mientras veía un documental en televisión sobre el modo en que se comunican los sordomudos, así como de Superman, donde Williams estuvo a las órdenes no de Spielberg sino de Richard Donner, y el resultado fue igualmente satisfactorio. Fue ahí donde el compositor "cedió" a incluir letras con el tema "If You Can Read My Mind", recordado por la escena donde Margot Kidder y Christopher Reeve vuelan sobre Metropólis/Nueva York mientras comienzan a enamorarse. La canción fue posteriormente grabada por Maureen McGovern (la misma que cantó el tema "The Morning After" en La Aventura del Poseidón) ¿Qué
sigue? Por supuesto, la aportación, igualmente
magnífica, del tema de Indiana Jones en Los
Cazadores del Arca Perdida y El Templo de la
Perdición así como La Última Cruzada, la
que incluye el tema simpático cada vez que vemos en
pantalla al Dr. Jones (Sean
Connery), o la ominosa música cuando
aparecen los capítostes nazis y el traidor Donovan (Julian
Glover). Williams musicalizó esas tres películas,
incluso la cuarta, a la cual ningún soundtrack,
por más brillante que fuera, la habría salvado de la
debacle. No
todo han sido partituras recordadas en la historia
de John Williams, por supuesto. Pese al enorme éxito
que han tenido las películas de Harry Potter, poca
gente o casi nadie tararea o recuerda el
soundtrack de las andanzas del maguito con la
cicatriz en la frente, o bien de Munich,
película igualmente olvidable de Spielberg. En
ocasiones el olvido no es tan justificable.
Las Aventuras de Tin Tin,
que también le tocó musicalizar, fue la primera
incursión animada de Spielberg en el cine. (Luego
vendría la atroz Mi Amigo el Gigante a la
cual se le quitaron muchos detalles "políticamente
incorrectos" a la novela original de Roald Dahl,
autor también de Willy Wonka y la Fabrica de
Chocolate. Ese soundtrack sigue
prácticamente flotando en el olvido). Con 88 años recientemente cumplidos, reconocimientos que llenarían toda una habitación, 25 premios Grammy y un puesto como director honorario de la Boston Pops, luego de haber participado en el score de las recientes cintas de Star Wars, Williams anunció su retiro, más que merecido, sin duda, pues de aquí a un siglo, indudablemente la aportación de John Williams será recordada del mismo modo que hoy rendimos homenaje a los pioneros que se abrieron campo en Hollywood.
___________________ * Psicólogo que no ejerce, escribe, lee y los fines se semana duerme sin parar. Promete colaborar frecuentemente.
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