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Christopher Reeve, un supermán de la vida real

Se convirtió en uno de los actores más famosos del mundo pero su vida volvió a cambiar cuando sufrió un accidente de caballo. A nueve años de su partida final, recordamos a Christopher Reeve, un ejemplo de entereza donde los haya

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MARZO, 2013. Cuando Christopher Reeve finalmente perdió su batalla contra su estado físico hacia el cual había estado confinado, se perdió no solo un actor importante sino a un ser humano de gran valía. Sus últimos años los pasó en una silla de ruedas, con un tubo de respiración puesto en su tráquea y esperanzado a volver a mover sus extremidades. Desafortunadamente el organismo queda debilitado ante una situación así y cualquier infección que en otras personas se resuelve con medicinas o antibióticos, produce efectos devastadores. Ante ello, el hecho ante la opinión pública de que Reeve había personificado a Supermán en el cine quedaba atrás, rebasado ese hecho en su lucha por la vida.

Reeve nació en 25 el septiembre de 1952 en Nueva York dentro de una familia de clase alta. Desde mucho antes de hacerse famoso por su personaje, Reeve poseía el físico que describía al hombre de acero, ya fuera en su mentón cuadrado, el cabello negro y los ojos verdes penetrantes. Pero en su adolescencia Reeve fue un tipo atlético que destacó en hockey, atletismo y futbol americano. Hacia 1963 había descubierto que su pasión eran la actuación y el teatro de modo que complementó sus estudios con cursos de actuación. Luego de viajar a Escocia para tomar más sesiones, al regresar se inscribió en Julliard School donde fue seleccionado entre más de 200 aspirantes; otro de quienes lograron entrar fue Robin Williams, de quien fue buen amigo. Siguió actuando aunque la presión fue tanta que sufrió malpasadas que incluso lo llevaron a consultar a un nutriólogo tras desmayarse en una obra de teatro. Katherine Hepburn fue también una amiga cercana aquellos años --se rumoraba incluso un romance pese a que se llevaban casi 40 años de diferencia-- quien le pasó algunos tips importantes sobre la actuación.

 

Más adelante expresó: "No quiero ser un estorbo, alguien que todo el día está sin hacer nada... tengo muchos planes y voy a concretarlos..."

 

"En aquel momento si alguien me preguntara hacia dónde iba mi carrera habría dicho, sin duda, que al teatro clásico", dijo Reveas a la revista Variety en 1978. Y es que en ese momento el cine de Hollywood comenzó a cambiar sus estrategias tras el fenomenal éxito de Star Wars, por lo que el cine de ciencia ficción experimentó un regreso que cambiaría para siempre a la industria. Su agente le concertó una audición con los estudios Paramount, que habían decidido filmar una película sobre Supermán. Cuando terminaron las audiencias enviaron un auto a Reeve para llevarlo a su hotel. "No debería decírselo pero acaban de darle el papel", le dijo el conductor.

Muchos colegas le criticaron el porqué inclinarse al cine comercial en vez de continuar con una carrera en el teatro. "Lo que me interesó fue la posibilidad de realizar dos papeles en la misma película, el de un superhéroe seguro de sí mismo y el de un reportero tímido", dijo en la entrevista con Variety. También le atrajo la idea de estar en el mismo set con Gene Hackman, uno de los mejores actores de su generación, y de Marlon Brando, aunque nunca interactúa con él en la película. 

También entraron en el casting Ned Beatty, un actor regordete y de rasgos cómicos infaltable en muchas películas setenteras, así como Margot Kidder, actriz canadiense quien encarnó a Louise Lane. El rodaje fue totalmente distinto a lo que Reeve estaba acostumbrado; conectarlo a un arnés para las escenas de vuelo, giros de cámara y el "desdoblamiento" de dos personalidades dentro de un mismo personaje.

Como se sabe, Superman The Movie fue un éxito mundial y lo convirtió en estrella. Un amigo le advirtió que debería buscar otros roles para evitar en el encasillamiento, letal para cualquier actor. Ese había sido el caso de George Reeves, quien interpretó a Supermán en los años cincuenta y que no pudo encontrar otro rol dado que los productores lo identificaban con el superhéroe. Desempleado, pasaba todo el día encerrado en casa vestido como Supermán, y con esa indumentaria iba por las calles y entraba a las tiendas hasta que se quitó la vida. Aquello era parte de la "maldición de Supermán", una leyenda urbana de la que Reeve estaba consciente. Quizá por eso de inmediato se propuso incursionar en otros roles.

El rodaje de Supermán II comenzó desde antes que terminara la primera película, sabedores que representaba un éxito mundial. Reeve aprovechó los recesos para filmar Somewhere in Time (Dile al tiempo que vuelva) donde compartió el estelar con Jane Seymour, una ex chica Bond, y con Christopher Plummer, el capitán Von Trapp de La Novicia Rebelde. 

Supermán II repitió el éxito de la primera. Esta vez Hackman también volvía a ser Lex Luthor aunque había tres villanos, entre ellos Terence Stamp, actor inglés que, como Reeve, había tenido entrenamiento clásico. "Nada tenía de malo aparecer en películas más comerciales, y algo igual me dijo Terence", refirió el actor. Pero Somewhere in Time tuvo un recibimiento regular --los críticos, por cierto, lo hicieron pedazos-- y Reeve se dio cuenta que no sería fácil revertir en encasillamiento.

Entusiasmados por el éxito del personaje, los productores decidieron rodar la tercera parte. Grupos civiles señalaban que en las otras cintas casi no habían aparecido personajes de color por lo que se optó por Richard Pryor en el rol de villano. Pryor era también comediante stand up no precisamente conocido por su lenguaje moderado, pero ese no fue el mayor problema: Pryor exigía igual tiempo en pantalla que Reeve y un porcentaje de las ganancias en taquilla; al final hubo un arreglo pero el guión no pudo evitar que Superman III se convirtiera esencialmente en una película de Richard Pryor. Aunado al cambio súbito del director por diferencias salariales, la película se salvó de ser un desastre debido a la inercia que ya llevaba entre los espectadores. 

Con todo, los productores aun estrenaron Superman IV the Quest for Peace donde el protagonista se convierte en el villano y donde al final Supermán presenta un sermón en la ONU en pro de la paz y la eliminación de armas nucleares. Ésta sí fue un desastre financiero del cual Reeve refirió posteriormente "lo menos que hablemos de esa película, mejor...".

Hubo otras cintas protagonizadas por Reeve, esta vez ansioso por alejarse del personaje, entre ellas The Mousetrap, donde un dramaturgo escribe una historia que poco después comienza a hacerse realidad, así como Monsignor, la historia de un sacerdote que tiene una relación con una mujer casada y que fue censurada por El Vaticano. Ambas tuvieron un pobre recibimiento: efectivamente; si Christopher Reeve no se enfundaba en el traje de Supermán el resultado en taquillas era radicalmente distinto..

Reeve se había aficionado a la equitación y procuraba montar cada vez que tenía oportunidad --"nada mejor para despejar la mente", llegó a decir-- pero una tarde de 1995 perdió el control de su caballo y cayó de cabeza en el suelo, lo que le provocó una herida en la espina dorsal. El actor no se dio cuenta de lo que ocurrió hasta que despertó en el hospital, encamado: "Pensé que era una inflamación en la columna y que al bajar podría volver a caminar., Al tercer día del accidente vi que mis extremidades podía moverlas todavía menos. Se me sometió a varias operaciones, sin éxito hasta que el doctor expresó lo que yo ya sabía, 'jamás podrás volver a caminar...'"

La caída ocurrió en un momento en el cual Reeve planeaba su regreso a los teatros, su verdadero amor en la actuación. En vez de ello quedó confinado a una silla de ruedas automática que podía mover con un tubo al que soplaba; también se le colocó un arnés especial y un artefacto para mantener erecto su cuello, el cual carecía absolutamente de movilidad. "El golpe que recibí fue exactamente en una región que dañó irreversiblemente mi espina dorsal, unos dos centímetros al lado y habrían sido solo unas dos semanas de terapia", dijo Reeve a le entrevistadora Oprah Winfrey. Más adelante expresó: "No quiero ser un estorbo, alguien que todo el día está sentado sin hacer nada... tengo muchos planes y voy a concretarlos..."

Los psicólogos refieren que los primeros meses post trauma se convierten en un infierno tanto para la persona parapléjica como para quienes lo rodean. Y en el caso de Reeve no fue una excepción. Sus estallidos de mal humor se hicieron tan frecuentes que su esposa lo abandonó: no hacía caso a las indicaciones de los médicos y comía en exceso. Su debilitado cuerpo y su metabolismo obligado a cambiar hacían que tuviera fuertes indigestiones seguidas de incontenibles diarreas como resultado de ello. También le aparecieron dolorosas laceraciones en asentaderas y espalda. Varias veces pensó en terminar con todo hasta que sus amigos le exigieron volver a la actuación y a la dirección. Así lo hizo y por fin pudo reencauzar su vida. Estuvo detrás de las cámaras en un par de películas para la TV e incluso apareció en varias de ellas.

Extrañamente, cuando Christopher Reeve apareció en público por última vez, se percibía una mezcla de esperanza y de despedida. Por un lado las investigaciones en torno al problema físico del actor se encaminaban hacia la posibilidad que pudiera mover nuevamente sus extremidades aunque de forma paulatina, y por el otro que su salud comenzó a deteriorarse rápidamente. "

Semanas después un reportero de CBS preguntó a Reve si no se arrepentía de haber tomado el rol de Superman: "De no haberlo hecho seguramente tampoco habría caído de ese caballo pero sería injusto detestar el papel que me dio a conocer a millones de personas. Simplemente mis objetivos hoy son muy distintos".

Una infección terminó con la vida de Christoper Reeve el 10 de octubre del 2004. Meses después le siguió su esposa Dana, quien llevaba tiempo enferma de cáncer. "Quizá no era el hombre de acero perto sí un hombre de gran corazón", dijo su amigo Robin Williams. Detrás del mundo de Hollywood, frecuentemente falso y vacío, Christopher Reeve mostró que los retos de la vida van más allá que la preocupación por un rodaje exitoso.

Extra

La leyenda de la maldición de Supermán

Al ocurrir el accidente de caballo que dejó parapléjico a Christopher Reeve, los rumores sobre la "maldición" de los actores que han participado en filmes yu programas televisivos sobre este personaje se dispararon y desde entonces han seguido circulando, mucho más ahora en la era de las redes sociales.

El primer "caso" ocurrió con George Reeves --sin parentesco alguno con Christopher-- quien en su momento llegó a ser una celebridad a la que los niños perseguían por las calles. Y aunque la serie, que se transmitía por televisión y por episodios en los cines, tuvo bastante éxito, sus productores la cancelaron cuando su popularidad comenzó a decaer. Reeves había tenido algunos papeles secundarios pero cuando acabó Superman su agente no logró que le dieran ningún papel dado que ya se había encasillado como el superhéroe. Cuando por fin consiguió un rol menos, los espectadores quedaron decepcionados pues no podían verlo como alguien que no encarnara a Superman.

Reeves quedó desempleado y se hundió en el alcoholismo. Se ponía el uniforme de Supermán para salir a las calles y a las tiendas. Finalmente decidió quitarse le vida, hundido en las deudas económicas y el descrédito.

El otro caso de la "maldición" es el de Margot Kidder, una canadiense que antes de obtener el rol de Louise Lane había posado para Playboy y participado en algunas películas vagamente eróticas. Superman: The Movie la convirtió en figura internacional pero al filmarse la última película, en 1983, no logró conseguir papeles importantes y empezó a consumir drogas. Tres años después se declaró en quiebrta y fue echada de su casa. Los siguientes años los pasó en las calles de Toronto diciendo a los transeúntes "Soy Louise Lane, soy Louise Lane ¿me conoce?" Fue internada en un hospital siquiátrico y por meses vivió en una casa para menesterosos.

Sim embargo Kidder parece haber dejado atrás la "maldición" la cual, dijo en una entrevista con el Sydney Morning Herald, "no creo que exista, lo que ocurre son malos momentos".

La otra víctima de la "maldición", claro, es Christopher Reeve, quien protagonizó a Superman y quien quedó parapléjico tras caer de un caballo, algo muy similar a un rol que tuvo para una serie de televisión. Pero Reeves también negaba que hubiera semejante mal agüero sobre los actores de la saga: "No hay tal maldición de Supermán, lo que hay son pruebas que nos pone la vida".

Lo extraño es que la "maldición" solo afectó a los actores desconocidos que participaron en las películas: Ni Marlon Brando (Jor-el) ni Glenn Ford (el padre terrestre de Superman) ni Gene Hackman (Lex Luthor) la padecieron, aunque hay quienes aseguran que Richard Pryor, quien aparece en la tercera parte, desarrolló distrofia muscular poco después de finalizar el rodaje. (OFM)

 

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