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Rolling Stones, los años setenta

Convertidos desde entonces en leyenda, los miembros de este grupo entraron a una nueva década donde dejaron el blues para brincar a la música disco, todo ello entre diferencias internas y problemas de drogas. Unas piedras que no han cesado de rodar

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Ver aquí la primera parte de este texto, Rolling Stones, los primeros años

SEPTIEMBRE, 2012. Sacudidos por dos tragedias en un mismo año --la muerte de Brian Jones y el concierto de Altamont-- los Rolling Stones se vieron obligados a realizar un análisis de su carrera y qué dirección deberían tomar. Sus archirrivales Beatles, de quienes por lo demás eran buenos amigos, se desintegraban y en su lugar surgían grupos como Led Zeppelin, cuyo sonido de blues duro los perfilaba como músicos que podrían arrebatarles la popularidad si se descuidaban. Para colmo, el incidente de Altamont fue incluido en el filme-documental Gimme Shelter, como para dejar constancia de la pesadilla en que había terminado el sueño hippie envuelto en nubes de mariguana. Según Andrew Loog Oldham, ex mánager del grupo, Jagger estaba tan devastado que pensó en desintegrar a los Stones, pero la idea de enfrentarse al mundo como solista lo aterrorizaba. Lo mejor para quitarse esas ideas de la cabeza era meterse, pero ya, al estudio de grabación e irse de gira. 

Otra urgencia, por cierto, era dejar atrás las pretensiones orquestales, el art-rock y el espíritu psicodélico de los sesenta; había que iniciar la nueva década con una vuelta al blues, exigencia que había defendido Keith Richards, reacio desde siempre a experimentos como "She's a Rainbow" y "As Tears Go By". La idea era conjuntar un álbum de blues, quizá el mejor hasta entonces hecho en la historia del rock. Y aunque ya bebía en exceso y su consumo de heroína empezaba a ser preocupante, Richards mantuvo su profesionalismo como músico y obligó a Jagger a terminar su responsabilidad en el estudio. Y es que el ínter el vocalista había conocido a Bianca Pérez Morena Macías, hija de un diplomático nicaragüense muy cercano al entonces dictador Anastasio Somoza. La sensualidad latina de la chica cautivó a Jagger quien, quizá por primera vez, se enamoró profundamente de una mujer. Ella, por su parte, era una socialité que vio ahí la oportunidad de ascender socialmente por lo que se dejó atrapar por la ya para entonces millonaria estrella de rock. Poco después anunciaron su enlace y Bianca apareció en la ceremonia con un elegante vestido blanco que evidenciaba su incipiente embarazo.

Más de un centenar de chicas habían pasado en la vida de Jagger, no sin azarosas consecuencias. Una de ellas, Marianne Faithful, optó por abortar luego que el cantante rechazara hacerse responsable del hijo que esperaban. Pero con Bianca, quien para confirmar su arribismo adoptó el nombre de Bianca Jagger, la cosa parecía ir en serio. La grabación del nuevo álbum se dio mientras Bianca veía cómo le crecía el vientre, algo que tenía entusiasmado, y lógicamente inspirado, a Mick Jagger.

Póster promocional de su gira por Estados Unidos

Sticky Fingers salió a la venta en 1971 y sorprendió tanto a fans como a críticos, enviando a la basura toda idea de que los Stones, como grupo, ya no tenían nada que ofrecer. Canciones como "Brown Sugar", "Wild Horses" y "Bitch" evidenciaban, y confirmaban, que el blues era el ambiente más propicio para que el grupo desarrollara su creatividad. También había contribuido en ello la llegada al grupo de Mick Taylor, músico de sesión que reemplazó a Brian Jones. Taylor conocía hasta el último detalle del repertorio de los Stones, el cual reprodujo fielmente en la guitarra que llevó a las primeras tandas. "Ciertamente no tuvimos que enseñarle nada nuevo", dijo Keith Richards años después, "era como el chico que estaba calentando la banca y de repente le gritamos '¡hey tu, es hora que entres a la cancha...!'". Hubo un rechazo inicial por parte de los fans de Jones quienes incluso soltaron el ridículo rumor de que Jagger "había organizado todo" para deshacerse de él. Pero al escuchar al nuevo guitarrista se aplacaron las protestas y se fue aceptando a Taylor, quien era el menos culpable de la controversia.

Lo que quedaba claro es que, pese a todo lo que Taylor pudiera aportar al grupo, los Stones eran un círculo cerrado cuyo indiscutible centro eran Jagger y Richards, un círculo al que nadie más podría siquiera pensar en asomarse; "el centro de un volcán en plena erupción", como dijo Loog Logham. Esta situación dejaba de antemano a Taylor como un empleado con pocas posibilidades de ascenso en la estructura de los Rolling Stones.

En 1972 apareció Exile on Main St, un álbum doble sencillamente sensacional y donde Richards lustraba sus vocales en el tema "Happy" así como "Tumblin' Dice", que marcaría el derrotero que los Stones recorrerían los años siguientes. El álbum fue respaldado por la primera gira que el grupo realizaba en Estados Unidos desde 1969 y el recibimiento fue tal que se hizo necesario rentar estadios para acoger a los cientos de miles de fans que acudían a sus conciertos. Junto con Led Zeppelin, los Stones constituían la marca más visible del arena-rock en Estados Unidos y del cual luego se hizo réplica en otros países a donde llegó la gira de las piedras rodantes, como España y Alemania.

Al año siguiente los Stones lanzaron Goat Head's Soup, un disco extraño, difícil de asimilar y que habría sido un fracaso de no ser por la balada "Angie", una maravilla acústica que abrió las puertas a nuevos públicos, entre ellos el latinoamericano. Pero al interior del grupo las cosas empezaron a deteriorarse: el batería Bill Wyman pasaba días hundido en el alcohol mientras el consumo de drogas de Richards hizo que incluso llegaran a cancelarse algunos conciertos. Para mediados de esa década Jagger había logrado superar sus problemas de adicción pero siguió bebiendo alcohol aunque sin llegar a los niveles de su compañero de grupo. Para colmo, poco después de salir a la venta el álbum It's Only Rock and Roll --y cuya canción llamada igual se inclinaba por el boogie y el glamour rock de Marc Bolan-- Taylor anunció que dejaba el grupo. Su sitio fue tomado por Roy Wood, ex miembro de Little Faces, donde también pasó Rod Stewart.

Lo que sí se deterioró fue el matrimonio de Jagger, quien no era precisamente fiel durante las giras, aunque sí saltaba de furia ante las exorbitantes cuentas de las compras hechas por su esposa Bianca, cuya voracidad y altísimo estilo de vida habían hecho peligrar la cuenta bancaria del cantante. Para colmo ella había tenido algunos affaires con amigos cercanos a Jagger por lo que terminó por pedirle el divorcio, pretexto ideal para la insaciable mujer que contrató a un abogado que exigió una millonaria indemnización a la que sumaban los altísimos impuestos que entonces imperaban en Gran Bretaña. Jagger, que se había casado totalmente enamorado, terminó por repudiar y llamar "witch" (arpía) a Bianca (recordemos que esa palabra suena muy parecida a "bitch", cuyo significado seguramente conoce el lector). 

Durante 1977 los Stones se tomaron un receso obligado ante la incapacidad de Richards para grabar o para actuar en vivo. Éste se juntó con John Phillips, el vocalista de Mamas and Papas e intentaron componer canciones para un disco pero no pudieron concretar nada; ambos eran adictos a la heroína y terminaban consumiéndola en vez de concretar las sesiones. Por su parte Jagger se hizo miembro selecto del jet set neoyorquino, el cual recientemente había encontrado como centro idea de reunión la disco Studio 54, ubicada en un edificio que por años fue un teatro. Abortado su proyecto con Phillips, Jagger se contactó con Richards, con los demás elementos del grupo y luego con sus agentes: era hora que las piedras rodaran nuevamente. Solo que esta vez Jagger tenía en mente hacer parcialmente a un lado al blues y a abordar la música disco; "será interesante ver la cara que ponen nuestros fans cuando escuchen 'Emotional Rescue' por primera vez", dijo Jagger a Rolling Stone en 1978.

La reacción fue de sorpresa pero no tanto cuando el tema "Missing You" e incluido en su disco Some Girls, aparecido al año siguiente pues era un tema absolutamente discotheque, algo que escandalizó a los críticos pero también al bajista Bill Wyman, quien luego confesó en su autobiografía: "Jamás entendí esa idea de querer imitar a grupos como Chic ¿qué sentido tenía hacerlo? Sin duda, a que Mick quería recrear la música que escuchaba en la Studio 54". El envidiable olfato comercial de Jagger funcionó y "Miss You" se fue a la cima de las listas, algo que no conseguían desde hace más de una década en el mercado norteamericano. 

Y casi sin darse cuenta, los Rolling Stones se veían a sí mismos sobreviviendo a otra década. La música disco naufragaba y Led Zeppelin, quienes estuvieron a centímetros de desbancarlos, perderían poco después a su batería. Todo parecía apuntar a un nuevo comienzo: Richards conocería a la ex Playmate Patti Hansen mientras Jagger contraería matrimonio con la modelo Jerry Hall, también asidua a la Studio 54. ¿Pero había posibilidad de sobrevivir como grupo en los ochenta? Se veía difícil, "pero deberemos intentarlo", dijo Richards en una entrevista hecha a fines de 1979.

 

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1 opiniones

daniel_maldonado escribe 15.09.12

Por muchos años he sido fan de los Rolling Stones y creo que los setenta fueron una década en la que se adaptaron mejor que en los sesenta cuando estaban obligados a seguirle la pista a los Beatles, cuando ya no fueron competencia pudieron innovar más y crear obras maestras como "Angie" y hasta reirse de la moda disco con "Miss You", aunque fue una lastima que en esos años Keith Richards se hundiera hundido en las drogas, como sea si me dieran a escoger entre los Beatles y los Rolling Stones, estos ultimos cuentan con mi voto.

 

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