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El Titánic. una cubierta de símbolismos secuestrados

Gracias a una película, este es un capítulo de la historia que se tiene presente y el cual, a 100 años de haber ocurrido el hundimiento de este barco, conviene ver por qué se insiste en mantener vivo aquel momento. Es lo que representa, y no la mera tragedia en sí

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ABRIL, 2012 Este 14 de abril se cumplen 100 años que el RMS Titanic chocó contra un iceberg para hundirse cuatro horas después. Ni de lejos fue la peor tragedia marítima del siglo XX. Baste con decir que durante la segunda guerra mundial hubo embarcaciones que se hundieron con miles de pasajeros a bordo; vamos, durante las relativamente reciente guerra de Las Malvinas el buque General Belgrano de la Armada Argentina tenía una tripulación similar en cantidad a la del lujoso barco que se sumergió para siempre en las aguas cercanas a Halifax.

Las generaciones más frescas piensan que la Titanicmanía se debe a la película de James Cameron, originalmente estrenada y la cual está pronta a ser exhibida otra vez, ahora en formato tridimensional. Pero ya desde antes, mucho antes, lo ocurrido all Titánic había cautivado a historiadores e investigadores; de hecho, cuatro años antes de la cinta dirigida por James Cameron hubo otra película estelarizada por Peter Gallagher y una entonces desconocida Katherine Zeta Jones la cual tuvo muy poco éxito y casi de inmediato brincó a los videoclubes. Y todavía atrás, en los sesenta, una serie llamada El Túnel del Tiempo presentó su primer episodio donde los protagonistas eran transportados... a las horas previas del choque del Titánic con un iceberg. El Titánic, como se ve, nos embriagado ya por varios años.

Hay algo más, entonces, algo que va más allá de la mera fecha, del fatal accidente, del orgullo de los constructores y la empresa que habían dado a la nave el mote de "insumergible". No es pues el hundimiento sino lo que representó lo que atrae al público al primer centenario de esta tragedia. 

La visión de Cameron es bastante simplista y sentimentalmente chantajista, algo que explica, curiosamente, su enorme éxito: se trata, dentro de su óptica, de una lucha de clases y donde los que perecen ahogados o descongelados son (¿faltaba más?) los encopetados millonarios de la cubierta superior mientras el buenazo de Jack --Leonardo DiCaprio.. ¿hace falta recordarlo?-- muere y su cuerpo se va hundiendo, cual mártir de los pobres, en el fondo del frío océano; Rose (Kate Winslet...ídem) no solo se redime sino que permanecerá fiel por décadas al difunto y sin haber jamás ofrendado su virginidad a nadie, mucho menos a su odioso pretendiente (Billy Zane) quien, naturalmente, también sucumbió cuando el Titanic se partió en dos.

Y si bien esta perspectiva del también director de Avatar es simplona hasta el cogote (vea Titanic nuevamente y se convencerá) tampoco estaba muy lejos de la que los historiadores considerados progres nos habían administrado hasta entonces. El hundimiento del Titánic trae consigo tantos simbolismos que son sin duda el principal motivo por el que se ha deseado mantener viva su memoria. ¿Qué les parece si revisamos algunos?

--El Titánic simboliza el fin del siglo XIX y la fe ciega que se había dado a la Revolución Industrial, un movimiento que dejó en desventaja a miles de obreros o bien los sometió, depende de quien esté haciendo el análisis. El choque y posterior sumergimiento representan, por tanto, una brutal caída a quienes se habían ilusionado con extender el siglo anterior a terrenos del siglo XX el cual estaba apenas a un par de años de mostrar su verdadero rostro.

--La Revolución Industrial nació en Inglaterra y fue precisamente de un puerto inglés (Southampton) de donde zarpó en medio de jolgorio y buenos deseos en su viaje inaugural. ¿Y qué otra lección puede darnos que esa nave, precisamente, tuviera bandera inglesa?

--El mobiliario, la estructura y hasta la música interpretada en el Titánic era absolutamente decimonónica; para entonces la Reina Victoria ya llevaba 12 años de muerta pero a bordo seguían respetándose sus formas y su código de comportamiento. La tragedia iba a poner fin, primero, a ese reinado y, segundo, daría lugar a un gradual proceso de descolonización de la Corona.

--Fue el último viaje en el que la burguesía se había sentido segura y también marcó la conclusión de la hegemonía europea en el mundo. Dos años después el continente entraría a una guerra mundial y la lejana Rusia experimentaría una revolución que no solo cambiaría su nombre a Unión Soviética sino que se marcaría como objetivo eliminar a esos "explotadores" que compraron boleto para primera clase en el Titánic.

--Barcos como el Titánic olían a obsoleto máxime porque la aviación ya estaba marcando el futuro de los viajes trasatlánticos y porque el automóvil era ya el medio de transporte más usado por las clases medias emergentes. Viajar en trasatlántico ya no era, pues, tan atractivo para quienes comenzaban a tener poder adquisitivo (el cual, por cierto, les fue arrebatado lustros después tras la crisis de 1929).

Muchas de estos simbolismos, como se ve, son ciertos, y explicarían que lo sucedido al Titánic se haya convertido en noticia longeva. En otros casos, como la supuesta "lucha de clases", solo existen en la imaginación de Cameron. Tanto los de la cubierta de arriba como la de abajo difícilmente habían escuchado algo sobre Marx o las teorías de Freud a las que alude Rose durante una conversación con el diseñador de la nave. ¿Había barreras sociales entre ambos? Por supuesto, como la sigue habiendo hoy cuando no se da acceso a nadie al Maxim's de Paris que vaya vestido como pordiosero. ¿Qué era un mundo de apariencias? Bienvenidos al mundo de buena parte de nuestra actual clase media universal. ¿Que el de Rose era un matrimonio arreglado? Míster Cameron podría rodar, cuando quiera, una cinta sobre lo que a diario ocurre en Egipto, Jordania, Irán y demás países islámicos, que no titánicos.

Y naturalmente que el mayor simbolismo lo proporciona el hecho que el Titánic se haya partido en dos, es decir, dos mundos que desde entonces habrían de permanecer separados y enfrentados entre sí.

El máximo error de Cameron, y muchos otros "estudiosos" del Titánic, es querer darle un matiz anticapitalista a lo que simplemente fue un error humano consecuencia del exceso de confianza del capitán, un mensaje que, por cierto, la mayoría de la gente ha tomado poco, poquísimo, en cuenta: siguen considerándola una película romántica, e incluso se han preguntado si todo ello realmente ocurrió.

Foto: MSNBC.MSN

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2 comentarios

felipillovox escribe 16.04.12

El Titanic se ha convertido en parte de nuestra historia porque marca el fin del siglo XIX y el principio del XX igual que podemos decir que el siglo XX terminó realmente con los atentados en Nueva York y Washington. Lo bueno es que este aniversario sirvió para ver muchos documentales interesantes acerca del Titanic.

belton.situs escribe 16.04.12

YO PREFIERO HUNDIRME EN LA TETANIC!!!

 

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