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CINE

GANADORA MEJOR BANDA SONORA

Trastornado y todo, pero Joker saca la carta más alta

En lo que puede considerarse una película que marca cómo nació el enemigo más brillante y desalmado de Batman, Joker marca también un soberbio desempeño, digno de nominación, de Joaquin Phoenix. Este es cine bien hecho, y simplemente por ello, ir a la sala a ver esta cinta es algo indispensable

Versión impresión

Joker
Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz, Brett Cullen
Dirigida por Todd Phillips
Bron-DC Comics/2019


OCTUBRE, 2019. De todos los villanos a los que se ha debido enfrentar Batman, indudablemente Jóker o Guasón (como lo hemos conocido por acá desde siempre) es el que produce mayor fascinación entre los fanáticos de la saga. ¿Quién es realmente ese sujeto, en qué momento se convirtió en un psicópata, incapaz de expresar sentimiento alguno excepto una risa entre perversa y burlona?

Si nos fijamos en el resto de los enemigos del encapuchado, Jóker es el más complejo; Gatúbela en algún momento se enamora de Batman, Pingüino sufre traumas producidos en su infancia y Acertijo es, a final de cuentas, un delincuente común. Jóker, en cambio, esta rematadamente loco, obsesionado con la muerte y el sufrimiento. (Por supuesto, y para aclarar, ese Jóker no es precisamente el que encarnaba César Romero en la serie televisiva de los 60).

Y dada su complejidad, Jóker es uno de los personajes más difíciles de llevar a la pantalla. Bien lo dijo alguna vez Vincent Price: "un mal actor jamás podrá ser un buen villano". Jack Nicholson hizo un excelente trabajo, y ni se diga del australiano Heath Ledger, a quien hasta hace poco se consideraba el mejor Jóker de la historia. Pero ahora, con Joaquín Phoenix, ese título está siendo abiertamente retado: este Jóker se antoja incomparable, insustituible.

Conviene advertir que Joker no es una cinta que se considere parte directa de la saga de superhéroes que ya lleva tiempo atosigándonos: es verdad que tiene algunas conexiones, sobre todo la referencia al modo en que muere el padre de Bruce "Bruno Díaz" Wayne; por lo demás, esta película mantiene su propia línea argumental, centrada en la historia de un sujeto que paulatinamente va cayendo en la locura al tiempo que su pervertida genialidad va creciendo exponencialmente.

Nos encontramos en Ciudad Gótica a principios de los años 80. La crisis económica y moral ha hecho que se incremente la pobreza al tiempo que los millonarios acumulan fortunas más grandes. El desempleo está rampante y una de sus víctimas es Arthur Fleck (Phoenix) quien gana una miseria trabajando para Ha Ha's, una compañía que renta payasos para eventos y presentaciones públicas. Si de por sí muchos consideran humillante el ganarse la vida como bufón (algo injusto, por cierto), peor le va a Fleck cuando un grupo de punks le dan una paliza en un callejón.

Luego de ir con una doctora para que reciba atención médica, Fleck le hace muecas graciosas a un niño que va en el autobús, solo para recibir una reprimenda pública de su madre. Otra humillación pese a que éste le enseña la receta que da fe de su condición.

Fleck vive con su madre Penny (Frances Conroy), con quien pasa las tardes viendo en TV un popular talk show conducido por Murray (Robert de Niro, rejuvenecido digitalmente). Fleck comienza a imaginarse a sí mismo en el programa como el centro de atención del público y del conductor Murray. Por cierto, Penny trabajó por muchos años con el millonario Thomas Wayne (Glenn Flescher) pero éste la despidió aunque le escribe para que la ayude a solventar su difícil situación económica. Asimismo y para evitar futuros ataques, un compañero de trabajo entrega una arma a Fleck para que pueda protegerse.

Fleck intenta convertirse en comediante stand up pero tiene poco éxito, sobre todo por contar chistes escandalosamente malos; también se presenta como payaso en un hospital aunque se le ocurre sacar el arma frente a los niños por lo que Ha Ha's opta por despedirlo. Para colmo, su doctora le informa que debido al recorte presupuestal la pequeña clínica tendrá que cerrar y lo dejará medicamento.

Hay que desquitarse con alguien y Fleck lo hace con tres jóvenes ejecutivos de Wall Street que están molestando a una mujer. Tras una trifulca Fleck mata a dos de ellos y persigue al otro hasta que le pega un tiro. Esos tres crímenes primero lo avergüenzan pero luego Fleck empieza a sentir una extraña reivindicación.

La noticia será el pretexto para desatar una serie de protestas en las calles donde se culpa a los multimillonarios de Ciudad Gótica. Thomas Wayne entra en defensa de esos ejecutivos al tiempo que Fleck se entera de un secreto mientras lee las cartas de su madre, secreto que resulta esencial en la trama.

La búsqueda del asesino de los tres ejecutivos llega a los detectives Burke (Shea Wigham) y Garrity (Bill Camp) a interrogar a Fleck en su departamento dado que el sospechoso aparentemente lleva un disfraz de payaso, sospecha que es mayor cuando saben que Fleck fue despedido ese mismo día.

La verdad es que la mala suerte toma como amuleto a Fleck, no solo porque empeora la condición de su madre y Murray, el conductor del talk-show, ha estado transmitiendo un video suyo para ridiculizarlo abiertamente. Con todo, Murray lo invita a su programa de TV. No podemos contar más de lo que sucederá ahí, solo que Murray acepta ser el autor de los crímenes y pide al conductor que le llame Joker, el apodo que él mismo le puso a modo de burla.

Luego de su aparición en TV, cientos de tipos vestidos de payasos han tomado las calles de Ciudad Gótica, emulando a un Jóker que suponen es un justiciero; por fin Arthur Fleck-Jóker se convierte en el centro de atención, consumado ya como maestro del humor negro y macabro que marcará el resto de su vida.

Esta es pues la historia d e un sujeto que se hunde en la locura y desde ahí juzga al mundo "normal" como el que realmente está enfermo, el sitio donde residen los verdaderos psicópatas, una idea poco original si recordamos cómo los personajes subversivos que son reprimidos bajo el argumento de la locura se han manejado desde Atrapados sin Salida hasta El Silencio de los Inocentes y bueno, el genial Guasón personificado por Ledger.

La diferencia, claro, la marca Phoenix, quien ya había logrado una interpretación magnífica del trastornado Commodus en Gladiator y del gran Johnny Cash en Walk the Line.

Se dice que Phoenix abandonaba bruscamente el set de filmación de Joker cuando sentía que no "le llegaba la inspiración". Tal vez sea una técnica irritante para el elenco y el director pero de que le funcionó, sin duda: su interpretación es totalmente creíble y, sí, espectacular.

Joker es una película violenta y cruda, así que si tiene hijos mejor déjelos con la suegra o con la nana. Y cuando los wokes hacen el coraje de sus acomplejadas existencias porque una película así tiene un enorme éxito, es otra razón de peso para recomendarla. En este mundo donde cada loco está con su tema, Joker nos muestra un tema excepcional, sobre todo con Phoenix, uno de los mejores actores que hoy existen en un Hollywood cada día más podrido y carente de ideas frescas. Este no es un Jóker, es un as.

 

 

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