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La Aventura del Poseidón, de cabeza y con problemas

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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Cine

La Aventura del Poseidón: de cabeza y con problemas


Prototipo de las películas de desastre de los setenta, está a punto de pasar por la guillotina de las nuevas versiones. Antes que ello ocurra, repasemos la cinta original. 

OCTUBRE, 2005. La primera curiosidad respecto a esta película fue que se le haya llamado aventura cuando más bien se trata de una tragedia. Seguro fue por cuestiones de marcadotecnia. La segunda curiosidad es que la Academia la haya postulado como mejor película en la entrega de los Óscares; no ganó, pero pero sí lo hizo el tema "The Morning After" de Maureen McGovern. Y la tercera curiosidad, que se le considere una de las cintas más populares de todos los tiempos; esto en una época pre Lucas y pre Spielberg, tiene su mérito, la verdad. 

The Poseidon Adventure era de aquellas películas que garantizaban una matiné concurrida. Esta cinta era, junto con toda la saga de El Planeta de los Simios y un bodrio que se llamaba Cindy y el niño de los pantanos, infaltable en las mañanas de cine del domingo. La primera vez que la veíamos nos impresionaban las escenas, entre ellas ver cómo se ahogaban los necios que no habían hecho caso al reverendo, como iban muriendo uno a uno buena parte de quienes decidieron seguirlo y cómo, al final, eran rescatados por un helicóptero. Todo ello dentro de un barco que se había volteado por una ola producto de un maremoto. Años después también nos impresionó, pero de diferente manera, ver que el capitán del Poseidón no era otro que Leslie Nielsen, protagonista de era serie insoportable llamada The Naked Gun. Nadie sabe para quién --o para qué-- actúa. 

Como si fueran cometas, estas películas llegaban a la cartelera, se iban por un tiempo y a los pocos meses volvían a ser exhibidas, siempre con buena taquilla. Quizá porque en ese tiempo no había internet, tantos canales de televisión, de radio, ni fasenlinea, el cine era la diversión favorita en las ciudades medianas y grandes de México. 

La película fue dirigida por Irwin Allen quien primero adquirió fama como guionista en algunos episodios de La Dimensión Desconocida. Más adelante creó su propia productora de la que salieron Viaje al Fondo del Mar, Perdidos en el espacio, El Túnel del Tiempo y Tierra de Gigantes, entre otras, la mayoría de ellas con enorme éxito no sólo en Estados Unidos sino en muchos países más. Al llegar los setenta y ya con bastantes dólares ahorrados, Allen decidió incursionar en el cine. La Aventura del Poseidón representó el primero de estos intentos y como le fue bastante bien no tardó en repetir la fórmula, esta vez con The Towering Inferno donde Allen mostró, una vez más, su increíble poder de convocatoria pues reclutó a Paul Newman y Steve McQueen, a Fred Astaire, a Peter Fonda y a Robert Wagner, entre otros. Imaginemos como si hoy un director incluyera en la misma cinta a Julia Roberts, Brad Pitt, Matt Damon, Tom Cruise y a Daniel Day Lewis junto con Al Pacino. 

Para The Poseidon Adventure, además de Nielsen --¿quién sería en la versión contemporánea? ¿Chris Rock?-- Allen dirigió a Shelley Winters, al talentosísimo Ernest Borgnigne, a Pamela Sue Martin y, por supuesto, a Gene Hackman, quien estaba a punto de brincar al hipestrellato con Contacto en Francia. La cinta fue despedazada por los críticos aunque Allen siempre tuvo el tino de no hacerles caso. 

¿De qué se trata la historia? Paremos párpado: 

La cinta inicia cuando El Poseidón lleva dos semanas de haber salido de Nueva York y su siguiente escala es Atenas. Ahí viajan un policía de la gran manzana, su esposa, una adolescente y su hermano, la cantante de un grupo, un reverendo, un matrimonio que va rumbo a Israel y un solterón. El nuevo dueño del barco quiere romper el récord de tiempo y exige a la tripulación que acelere la velocidad, esto casi al mismo tiempo que ocurre un maremoto. Mientras los pasajeros celebran la llegada del año nuevo la ola --que pudo haberse evitado si no fuera por la obstinación del nuevo dueño-- voltea a la nave con lo cual quienes estaban en la parte superior quedan abajo. 

El reverendo (Hackman) piensa que hay una salida pero de todos los sobrevivientes sólo le siguen los antes mencionados y un jefe de meseros. Tras trepar un árbol de Navidad llegan a la plataforma superior poco antes que una ola inunde el comedor. 

Como sucede con las inenarrables Viernes 13, poco a poco los sobrevivientes desaparecen. Pero a medio camino ocurre un altercado: el policía (Borgnigne) cree que el reverendo está equivocado y le da cinco minutos para que encuentre una salida correcta; si no, el policía será quien tome las decisiones.Como puede suponerse, el reverendo regresa cuando faltan segundos para cumplir el plazo. Así se desarrolla un recorrido cuesta arriba. Las cubiertas siguen inundándose hasta que, cerca del final, el reverendo también decide sacrificarse unos minutos antes que sean rescatados. 

Esta fue, por supuesto, una actuación soberbia de Hackman. Otro aspecto interesante son los efectos especiales los cuales aún asombran pese a haberse filmado hace 32 años; la escena en que el enorme barco comienza a voltearse es antológica y, en mi opinión, más dramática que la desarrollada por James Cameron en Titanic

La cinta también juega con varios elementos que, dada nuestra presente aberración políticamente correcta, seguramente serán excluidos en la nueva versión. El reverendo da un sermón sobre cubierta al que también asiste un sacerdote católico. El tema central es el sacrificio que no sea en vano y que además sea desinteresado. Cuando el Poseidón ya está de cabeza el reverendo le pide al sacerdote que lo acompañe para buscar una salida. "Es mi deber quedarme aquí con esta gente", argumenta. "¿Por qué quedarte aquí, por qué rendirse de esa manera?" le increpa el reverendo. "Lo siento", es la única respuesta. 

Casi al final, el reverendo abjura del Señor. "¡Si no nos ayudas tampoco nos estorbes!" poco antes de lanzarse al agua. En otra escena una pasajera moribunda le pide al reverendo que le entregue a su nieto una medalla con el candelabro judío de los siete brazos, símbolo, dice "de la verdadera religión". El argumento de El Poseidón, como se ve, no era una noñería; tanto así que el Hollywood actual ni de broma se atrevería a tocarlo. 

El Poseidón también poseía fallas argumentales, como el creer que existe posibilidad de romance entre una cantante veinteañera y un tipo que toma sus primeras vacaciones luego de treinta años de abrir su tiendita diariamente, además que la capacidad del Adriático, donde ocurre el maremoto, no sería suficiente para formar olas que llegaran a voltear un trasatlántico. Ese no era el fuerte de Irwin Allen, evidentemente. Pero sí lo fue el abrir el lucrativo filón de esas "películas de tragedia" que, como dijimos, luego siguió con The Towering Inferno. Sin embargo The Poseidon Adventure permanece como la soberana del género.

 

 

 

 

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