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Una leyenda que se esfuma: Sean Connery

Encarnó exitosamente al espía más famoso del cine y de ahí en adelante destacó por la versatilidad de sus roles. Pero este escocés paulatinamente se aleja de este mundo, aquejado por una enfermedad producto de su avanzada edad. Un reconocimiento a Sean Connery, ubicado, que no encasillado, entre los mejores actores del siglo XX

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ABRIL, 2014. La elegancia, el carisma y una lección de actuación en la mayoría de sus filmes distinguen la carrera de Sean Connery. Retirado desde el 2010, es una lástima saber que hoy sufre de lagunas mentales, sin ser precisamente alzheimer, consecuencia de su avanzada edad. Un actor que no solo está considerado entre los mejores del siglo XX aunque extrañamente, solo ha recibido el Óscar en una sola ocasión, y esto en uno de sus papeles menos recordados.

Connery nació en Edimburgo, Escocia, el 25 de agosto de 1930 en una familia de clase baja. Durante los duros años de la segunda guerra mundial y en medio de una escasez generalizada de bienes, el adolescente Connery abandonó los estudios y se dedicó a ganarse la vida como lechero, repartidor de periódicos y como modelo de revistas (también se ganaba algunos peniques posando para clases de dibujo). Un día cayó en sus manos un libro sobre actuación, y más por curiosidad, audicionó para obtener papeles en obras de teatro. Y aunque luego sería considerado un galán perseguido por decenas de damas, la calvicie prematura y sus orejas prominentes lo hacían sentirse algo acomplejado. La solución se la dio un amigo al sugerirle utilizar peluquín. Sin embargo a Connery le horrorizaba la idea de perder totalmente su cabello, algo que nunca ocurrió totalmente.

A mediados de los cincuenta las novelas de James Bond escritas por un tal Ian Fleming, ex oficial de la Armada Británica, como se le presentaba --más tarde se supo que había sido espía-- lograron que millones de jóvenes ingleses soñaran con ser playboys que bebían martinis, conquistaban bellísimas mujeres y de paso hacían un servicio a su país. Pero el veinteañero Connery, quien ya tenía cierto renombre, confesó en una entrevista que jamás pensó que a él le tocaría interpretarlo: "Sabía quien era James bond pero nunca me acerqué a sus libros, ni mucho menos pensaba que luego sería llevado al cine, por tanto, el que yo pudiera encarnarlo sonaba inimaginable".

Casi de inmediato dos productores, el canadiense Harry Saltzman y el inglés Albertg Broccoili, un bon vivant cuya familia dio nombre a la conocida verdura, compraron los derechos fílmicos de James Bond y rápido se pusieron a buscar al protagonista por lo que convocaron a más de 100 aspirantes, sin quedar convencidos. Entonces alguien del staff recordó haber visto a Connery en una película de 1957. Broccoli contrató a su agente y para 1961 era oficial: "Ya tenían a su primer James Bond en un esforzado actor escocés.

Pero no fue tan fácil como parece. Ferviente nacionalista, Connery se rehusó a ser presentado como el "agente inglés" ni mucho menos, que tuviera algo que ver con la reina Isabel. Fleming declaró que él también tenía sangre escocesa y que el mismo Bond había nacido en Escocia, además que las historias del espía ocurrían fuera de Gran Bretaña. Fue así como Connery, y la bandera inglesa, conocida también como la Union Jack, nunca aparecieron juntos en pantalla; de hecho solamente en la cinta You Only Live Twice de 1967, Connery menciona al ese país por primera vez como la irónica frase "las cosas que hago por Inglaterra" al seducir a otra espía.

La primera cinta como Bond titulada Dr. No (1962) al lado de la actriz Ursula Andress, de origen suizo, al igual que la la imagen de Bond en las novelas, tuvo un éxito inesperado y de repente Connery se hizo célebre y millonario Los productores supieron que habían descubierto una mina de oro y decidieron llevar al cine a más novelas de Fleming. Le siguieron From Russia With Love (1963), Goldfinger (1964) y Thunderball (1965). Concluida la filmación, Connery dijo a un reportero estar "un tanto harto" de caracterizar al personaje. Durante dos años el actor participó en otras películas.

Parte de su "rebelión" contra Bond se debió a la muerte de Fleming en 1965. El novelista era de los pocos que podía "domar" los ímpetus de Connery, quizá porque éste lo veía como una figura paterna. Se consideraba amigo de Saltzman y de Broccoli pero también temía quedar como un esclavo de ambos o, más aún, como un actor encasillado.

El contrato le exigía regresar al set para filmar You Only Live Twice, en 1967, con locaciones en Hong Kong, Tokio y España. Connery no estaba cómodo y procuraba demostrarlo; se comportaba menos cooperativo con el director y en algunas escenas aparece claramente malhumorado. Para colmo, Connery dijo a la prensa, en un hecho premeditado, que ya no tenía interés alguno en seguir siendo James Bond. La declaración disgustó a los productores pues afectaría el inminente estreno de la nueva película.

Semanas después Connery volvió a hablar con la prensa: "Me siento feliz de ya no tener que ser Bond otra vez", dijo. Participó en otros proyectos, entre ellos un western filmado en Durango y mantuvo su activismo en favor de la independencia de Escocia, un tema bastante explosivo en la Gran Bretaña de los sesenta.

Pero luego que George Lazenby, el sucesor de Bond, anunciara quye ya no quería ser el espía tras su debut, Saltzman y Broccoli entraron en pánico así que decidieron ofrecerle a Connery una oferta irresistible, El actor, que en ese momento se encontraba filmando en Europa, aceptó con reservas volver a ser James Bond: solo estaría en el set el tiempo indispensable y se llevaría un porcentaje de las ganancias en taquilla. Diamonds are Forever, basada en otra historia corta de Fleming, hizo que los fans se olvidaran de Lazenby pese a ser una película mediocre, la peor que Connery estelarizó como el superagente. Al concluir la filmación y cumplido el contrato, Connery dijo a un diario londinense "Never again" , nunca más, afirmó contundente, volvería a ser James Bond.

Los años setenta los dedicó Connery a estar más tiempo con su familia. Participó en varias películas importantes, entre ellas El Hombre que Sería Rey, Un Puente Demasiado Lejos y The First Great Train Robbery, pero la sombra de James Bond seguía persiguiéndolo. En 1979 recibió un llamado de Robert McClory, un productor que poseía los derechos para filmar a James Bond en Estados Unidos y quien además era el dueño del jugoso copyright del villano Blofeld, el archienemigo de Bond. Connery tomó la multimillonaria oferta y nuevamente volvió a ser Bond en Never Say Never Again al lado de Max Von Sydow y las chicas Bond "no oficiales" Barbara Carrera y Kim Basinger. La película fue exitosa y compitió con Octopussy, con Roger Moore como el Bond "oficial".

Connery siguió filmando en los ochenta pero el papel por el que más se le recuerda en esa década es el de Jim Malone en The Untouchables, de Brian de Palma y que le haría ganar su único Óscar, lo mismo que In The Name of the Rose, película aplaudida por la crítica. Poco después Steven Spielberg, uno de sus más grandes admiradores, lo invitó a encarnar al Dr. Jones en la excelente Indiana Jones and the Last Crusade, donde fue el padre del explorador del sombrero fédora. La química entre él y Harrison Ford hizo que esa cinta sea considerada la mejor de la tetralogía, tanto así que en ningún momento el público imagina que la diferencia de edades entre ambos actores es apenas de 16 años.

Convertido en leyenda y ya un veterano de la pantalla, Connery participó en The Hunt for Red October donde escarna al capitán de un submarino nuclear soviético que quiere desertar a Occidente Fue otro de sus grandes logros, de modo que, ya sin nada que probar, el mejor James Bond de la historia se dedicó más al filme "palomero", entre ellos Una Liga Extraordinaria, malísima y que debe evitarse por cualquier medio. Sin embargo ello no ha mermado su prestigio.

"Sería lamentable que únicamente se me recordara como James Bond", dijo Sean Connery hace décadas. Hoy puede estar tranquilo; algunos lo relacionan como el padre de Indiana Jones y, para la mayoría de nosotros, como un extraordinario actor".

 

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