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INTERNACIONAL
Con Alexandra Ocasio-Cortez, lo trasnochado vuelve a
ser novedoso
Tras su triunfo sorpresivo frente a un legislador
del establishment demócrata, esta joven
neoyorquina se convirtió en la consentida de los
medios norteamericanos que, sin embargo no se
molestan en preguntarle cómo financiará sus delirios
socialistas. Un vistazo al trillado mundo irreal de
Alexandra Ocasio-Cortez
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AGOSTO, 2018.
Antes de la llegada del Internet era cosa común el
rumor que se la pasaba recorriendo el mundo,
generalmente un rumor que traía malas noticias para
la humanidad. Uno de los más recordados, enormemente
difundido en los 80, fue el de un bebé que, al verlo
una enfermera en un hospital exclamó "¡pero qué feo
está!" a lo que el bebé respondía "¡pues más feo
estará este año!" y enseguida expiraba. El caso del
"bebé feo" fue reportado lo mismo en hospitales de
México, de
Lima, de Buenos
Aires, de España y hasta de
Japón (otro rumor
es del del chupacabras; aunque se cree que solo se
le ha visto en México, existen reportes del
chupacabras en Texas, en Nebraska, en Honduras, en
Costa Rica, en Ecuador y hasta en Australia.
Pero llegaba un momento en que esos rumores o
leyendas urbanas terminaban por perder toda
credibilidad y se esfumaban nuevamente.
Paradójicamente y con el auge de las redes sociales,
varios rumores vuelven a recorrer el planeta, ya no
para hablar de bebés capaces de hablar aunque tengan
horas de nacidos, chupacabras o el Sasquatch, sino
de otro rumor que se pensaba extinto, el del
socialismo como alternativa de desarrollo en países
de libre empresa.
Tras la caída del
Muro de Berlín --y
luego de un espacio de apenas 4 años-- los
disparates del socialismo y las bondades que se le
atribuyen realmente no han abandonado a América
latina: antes bien, ahora
amenazan con destruir,
a partir del próximo diciembre, lo poco que hemos
avanzado en México este último cuarto de siglo. Pero
en Estados Unidos el auge de las ideas socialistas y
el verlo como panacea, como remedio para combatir
las desigualdades sociales (las cuales al final
termina por profundizar) es asunto nuevo en ese
país. O al menos un asunto mainstream: si
bien gobiernos como el de
Franklin D. Roosevelt
y el de Lyndon B. Johnson manifestaron abierta o
veladas simpatías por el socialismo, éste vivió un
empuje tal por parte de
Barack Obama que
habría pasmado a sus dos antecesores.
Sin embargo, y como muestra clara de las innegables
simpatías de que hoy goza el socialismo en Estados
Unidos tenemos al senador
Bernie Sanders,
quien empezó a ganar notoriedad cuando "disputó" la
candidatura presidencial a
Hillary Clinton y,
dicen sus simpatizantes --quienes como los
republicanos también odian a Hillary-- Sanders era
el único preparado para derrotar a la ex senadora
por Nueva York y esposa del ex presidente Bill
Clinton.
Irónicamente y, hasta hace unos años, Sanders era
considerado el único legislador "socialista" de la
bancada demócrata con la cual, dice Sanders, "tengo
algunas coincidencias" pues se considera
"independiente". "Hasta principios d de la década a
Sanders se le veía por sus colegas de la Cámara como
un chiflado o un excéntrico", escribió Silvio Canto
Jr, en la página americanthinker.com. Canto --un
norteamericano de origen cubano que en los 80 vivió
en México-- agrega que "si apuntamos cómo en este
momento más de la mitad de los senadores demócratas
se consideran a sí mismos socialistas, nos da cuenta
de esta tendencia pese a que muchos de ellos quizá
ni idea tienen de lo que realmente significa el
socialismo". Por ejemplo, cuando
Michael Moore
preguntó a Sanders cómo definiría al socialismo,
éste respondió "es un sistema donde el gobierno
representa a las clases medias y a la clase
trabajadora, no a las oligarquías", una visión tan
irreal como infantil e ignorante de sus verdaderas
intenciones y objetivos.
La discípula mas
popular de Sanders en este momento la tenemos con
Alexandra Ocasio-Cortez, una chica de 28 años nacida
en Nueva York y cuya madre es puertorriqueña --no es
de ascendencia mexicana, como publicó un columnista
de El Universal-- y quien tiene un leve
parecido con Jennifer López cuando no trae
maquillaje, aunque es más delgada. Sus ex compañeros
de escuela recuerdan a Ocasio-Cortez como una
muchacha extrovertida, amante de las fiestas y los
zapatos, pero no tienen memorias sobre su activismo
político en Yorktown, el plantel donde Ocasio
estudió la preparatoria y ganó un premio por un
trabajo sobre microbiología: "Alexandra era muy
vivaracha y persuasiva pero no asistía a los mítines
políticos", recordó una ex compañera de clases,
"Alexandra se veía más enfocada en otro tipo de
proyectos". De hecho varias amigas señalan que antes
de entrar a la política, Ocasio-Cortez trabajó en
una taquería y como cantinera del Bronx pero que su
objetivo era abrir su propio restaurante. "Al primer
intento no le fue bien y se vio obligada a cerrar
(...) quizá de ahí le venga su desprecio a la libre
empresa", escribe Canto Jr.
Sus admiradores atribuyen el despertar político de
Ocasio-Cortez a la muerte de su padre, quien
falleció de cáncer de pulmón. Dado que el hombre
murió intestado, eso trajo consigo una fuerte
división familiar de modo que la chica se propuso
"combatir la burocracia que se enriquece a costa de
este tipo de situaciones". Irónicamente, sus ideas
socialistas llevan, al final del camino, a una mayor
burocratización de la sociedad.
Ocasio-Cortez dio una sorpresa mayúscula cuando se
postuló y ganó la nominación demócrata por el estado
de Nueva York al senador Joe Crowley, viejo amigo de
Hillary Clinton --su puesto es el que ella ocupó
antes de convertirse en secretaria de Estado con
Obama-- lo que le dio oportunidad de saltar a la
palestra nacional. Desde entonces la chica se ha
convertido en una consentida de los medios liberales
de Estados Unidos: Ocasio-Cortez ha sido
entrevistada por NBC, CBS, The New York Times,
la revista Time, el Washington Post,
etc etc.
Su discurso no varía
ni una coma, y parece haber sido aleccionada por
alguien más. Tampoco se trata de un discurso
original: "Hay una brecha cada vez más grande entre
ricos y pobres en este país", "los grandes
corporativos acumulan riquezas cada vez más grandes
mientras gente de donde yo provengo cada día lucha
más para subsistir", "el derecho a la educación y
servicios médicos debe ser totalmente gratuito para
todos"... no hace falta repetir más todas esas
paparruchas que hemos escuchado ad nauseaum
por estos lados.
Cuando Ocasio-Cortez fue entrevistada por MSNBC dijo
que la reforma fiscal de Donald Trump, "es un
espejismo que solo beneficia a los más ricos quienes
tendrán más dinero en sus cuentas en vez que ese
dinero beneficie a los más pobres". En otra ocasión
Ocasio-Cortez atribuyó esa "explotación" a lo que
ella considera "un hecho incontrovertible": "donde
yo vivo la mayoría de la gente tiene dos empleos
para poder sobrevivir".
Llama la atención que hasta hace unos pocos años los
políticos demócratas se referían a "las clases
medias" y no a los "pobres" como el tronco más
fuerte de su electorado. Por lo demás las
declaraciones de Ocasio-Cortez están llenas de
falsedades y tergiversaciones. Su discurso quizá
suene nuevo a oídos de muchos simpatizantes suyos,
gran parte, paradójicamente, con parentela que llegó
a Estados Unidos huyendo de los experimentos
socialistas en sus países de origen.
Por supuesto que hay
una brecha entre ricos y pobres en Estados Unidos.
Pero no se debe al libre mercado sino a una
competitividad cada vez más feroz donde para entrar
al campo laboral ya no basta solo el diploma
universitario; se requieren por lo menos una
especialización para ingresar a una empresa que
ofrezca buenos sueldos, prestaciones y un fondo de
retiro digno. Desafortunadamente, muchos inmigrantes
carecen de esa preparación académica suficiente.
Pero hay otro factor, según Canto: "En los primeros
años del siglo XX llegaron cientos de miles de
inmigrantes a Estados Unidos donde muy pocos sabían
leer y escribir, hablaban poco inglés y sin embargo
lograron prosperar en su nuevo país, ¿Cómo ocurrió
esto? Hasta principios de los años 40 era muy
sencillo abrir un establecimiento comercial, lo que
permitía a muchos emprendedores que carecían de
estudios formales crearse un patrimonio, pero hoy
los requisitos son enormes, muchas veces insalvables
para quien desee abrir un negocio, en especial las
grandes ciudades, como Nueva York. Esta tramitería y
burocratización es la causante de que los
inmigrantes ya no prosperen hoy como lo hacían
antes".
La reforma fiscal de
Trump, contrario a lo que cree Ocasio-Cortez,no es
un "espejismo" ni beneficia únicamente a los más
ricos". Los empleados están recibiendo en sus pagos
una cantidad adicional que hasta el año pasado el
fisco norteamericano les estaba reteniendo por
concepto de Impuesto Sobre la Renta. Ese dinero que
hoy reciben los empleados está lejos de ser un
regalo o una "limosna", como estúpidamente le llamó
la congresista Nancy Pelosi: ese dinero siempre ha
sido parte del salario devengado por el trabajador y
no le representa un gasto extra al Estado
norteamericano, por el contrario. "Lo que sí
representa es un golpe brutal a los fanáticos de que
el tamaño del Estado siga creciendo en la economía,
como Paul Krugman", apunta Canto Jr.
"Nadie mejor que el dueño de su propio dinero para
administrarlo adecuadamante", escribió el Nóbel
Frederick Hayek en los años 40. "Cuando el dinero no
es de uno, como ocurre con los ingresos del Estado,
generalmente se le administra mal o se le derrocha".
Sigue siendo tan cierto hoy como entonces.
¿No se le ha ocurrido a Alexandra Ocasio-Cortez
concluir que si mucha gente en su vecindario tiene
dos empleos es porque Nueva York es una de las
ciudades más caras del mundo poe la enorme cantidad
de impuestos que hay que pagar para mantener
funcionando cualquier negocio, impuestos cortesía de
la voracidad fiscal del gobernador Cuomo y del
alcalde
Di Blasio?
Asombrosamente, ningún medio ha pedido a Ocasio-Cortez
abundar de dónde va a salir el dinero para financiar
un servicio médico gratuito para todos. A lo más que
ha respondido la mujer es "para conseguir ese
propósito se debe aumentar la tasa impositiva a la
fortuna de los más ricos en este país". ¿Que no fue
eso lo que instrumentó el ex presidente Francois
Hollande en Francia y lo único que consiguió fue un
éxodo de millonarios, con apenas un 22 por ciento de
lo que se pensaba recaudar cargándole la mano a los
más ricos?
Y ahora, sin que la prensa se atreva a protestar,
Ocasio-Cortez ha ordenado que en las reuniones con
la comunidad se prohíba la entrada a los medios de
comunicación; no vaya a ser que la anden
importunando con preguntas sobre las que no posee
respuesta (ni idea) alguna.
Como muestra de la ignorancia de lo que son los
Estados Unidos, cuando Ocasio-Cortez visitó Ohio
prometió que ese estado "muy pronto sería rojo",
cuando el rojo es el color que identifica a los
republicanos y el azul el que identifica a los
demócratas.
¿Son políticos como Alxandra Oasio-Cortez el futuro
de Estados Unidos? Aunque se cree que la candidata
ya tiene ganado su puesto en las próximas elecciones
legislativas de noviembre --elecciones que, decían
los demócratas hace cuatro años, no eran tan
importantes y había que abolirlas-- otros candidatos
a los que ha ella ha manifestado su apoyo han
perdido la nominación o la elección local. Por otro
lado, y a menos que Trump cometa una burrada
inconmensurable o los demócratas logren llevarlo a
impeachment antes de noviembre, es casi
seguro que los republicanos mantendrán la mayoría.
Igualmente ningún entrevistador ha cuestionado a
Ocasio-Cortez sobre el desastre que políticas como
la que propone han traído a Venezuela. Y ella,
contenta y feliz de que nadie se decida a
preguntárselo.
Sin embargo, el que el discurso como el de
Alexandra-Ocasio Cortez sea tomado en serio es
preocupante, como esos rumores ridículos que
recorrían el mundo décadas atrás. La diferencia es
que las terribles consecuencias de este rumor son
muy reales.
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