Otros
textos de Y Demás
Desempolve de CDs:
Coverdale-Page
La
tonta de esta semana: Mariana Mazzucato
Excelentes músicos y son (uno era) conservadores III
Tim Allen, ahora lo admiramos
más
La
segunda invasión británica 1980 - 1985
Todo esto pasó en 1977
Def Leppard, la energía del rock de Sheffield
Y ahora, la autoridad de Chicago
A lo mejor se
acuerda: David Cassidy
Archivo
|
|
Y DEMÁS/Necedades
El
socialismo vuelve a fracasar, ahora en Venezuela ¿y adivinen
qué? Lo seguirán alabando
La lógica
dice que si se aplica la misma fórmula necesariamente dará
idéntico resultado, y Venezuela es el enésimo ejemplo de
ello. Sin embargo, para los progres, todo es relativo
dada su enemistad a muerte con aquello que signifique
enfrentar a la realidad y a la congruencia
Versión impresión
MAYO, 2017. Ya
desde el 2002, cuando la "revolución bolivariana" aceleró
sus medidas socialistas en Venezuela, Ian Vázquez, del Cato
Institute, advertía que "la planificación económica de Hugo
Chávez llevará directamente a la catástrofe al país dentro
de unos años". Michael Moore, el cineasta empecinado en dar
por ciertas las mentiras mas inverosímiles, dijo por
aquellos años: "Felicito al presidente Chávez por estar
utilizando la riqueza petrolera en dar bienestar al pueblo
con mejores servicios médicos y educativos".
Tres lustros después nos queda claro quién tuvo la razón.
Pero Moore, cuyo único acierto fue, muy a su pesar, el haber
vaticinado el triunfo de Donald Trump, no ha sido
cuestionado, en lo mínimo, en torno a sus fallidas
argumentaciones. Tampoco ello ha ocurrido con Paul Krugman,
otro alucinado, quien escribió en el 2004, "las reformas
llevadas a cabo por el gobierno venezolano traerán consigo
un aumento en el nivel de vida superior al de sus vecinos,
incluido Chile". Años después vemos reflejado ese bienestar
al que aludía Krugman con escasez de prácticamente todo
articulo básico, con revueltas y protestas a diario, con un
gobierno represor, con la violencia desbocada y con la que
es hoy la inflación más alta en todo el planeta.
¿Pero adivinen qué? Krugman sigue muy fresco y campante
tanto así que nadie, en lo absoluto, le ha echado en cara el
haber engañado, con el rostro adusto, a la opinión pública
que toma por cierto todo lo que escribe gracias al Nóbel de
Economía que recibió hace algunos años.
Lo que está ocurriendo en Venezuela debería ser el más
claro, certero, y conclusivo ejemplo de hasta dónde puede
llevarnos el socialismo. La fórmula aplicada por el chavismo
y el madurismo no varió, ni mínimamente, a lo que proponen
economistas como Krugman, los profesores de las
universidades norteamericanas o europeas y el 99 por ciento
de los políticos latinoamericanos, esto es, mayor injerencia
del Estado en la economía, crecimiento del gasto público,
creación de más plazas burocráticas, nacionalización de
empresas en áreas consideradas "estratégicas" (electricidad,
petróleo, telecomunicaciones, etc), concentración del poder
político, multiplicación de fideicomisos y secretarías de
Estado, etc.
Todos estos pasos para socializar la economía, sin
excepción, se aplicaron en la Venezuela chavista, y los
resultados fueron idénticos a lo ocurrido en el Chile
allendista, en el Perú del general Velasco, en el México de
Echeverría, en la Zimbabwe de Mugabe, en la Gran Bretaña de
los años 70, esto es, inflación, concentración del poder,
escasez debido a la alteración de las leyes del mercado,
marginación, pérdida del poder adquisitivo, boom del mercado
negro y pauperrización del nivel de vida.
Si se combinan el amarillo y el azul el resultado será
verde, sin importar que la prueba se haga cien, mil, un
millón de veces ¿por qué entonces hay quienes, con
ingenuidad de teflón, piensan que para la siguiente vez el
resultado de planificar una economía será distinto?
Ya lo escribió Frederick Hayek en 1944 (¡1944, hace 73
años!) que la aplicación del socialismo lleva
inevitablemente a la represión y a la pérdida de libertades
individuales. ¿Cómo es posible que, pese a la abrumadora
evidencia del socialismo como fallidísima alternativa de
desarrollo, aún se le sigue defendiendo y justificando sus
pifias con los argumentos más inverosímiles?
En primer lugar, los promotores del socialismo han tomado a
éste como un dogma, y bien sabemos que los dogmas son
considerados absolutos e inapelables. Los socialistas únicamente ven virtudes en su programa
económico, y conspiraciones de sus enemigos en sus defectos,
como si se tratara de un esquema financiero e ideológico
perfecto, inmaculado; para los progresistas, no merece
destacarse que el socialismo fracase irremediablemente
dondequiera que se aplica; lo que importa es que se le
instrumente en vías de conseguir la igualdad y la justa
distribución de la riqueza. lo que resulta de ello carece de
valor y análisis. Es igual a anteponer los supuestos méritos
de un medicamento que deteriora más la salud del paciente,
que al paciente mismo.
En segundo lugar, los socialistas no pueden concebir que
alguien tenga ideas o propuestas que fomenten el
individualismo, prueba del egoísmo más atroz. Quien realice
una acción o desempeñe un trabajo, debe repartir esos
beneficios con los demás y las ganancias para favorecer a
los más desprotegidos. Lo que los socialistas olvidan
mencionar es que esa actitud efectivamente mata el
individualismo pero promueve el clientelismo, es decir, que
su tan ansiada repartición de la riqueza trae consigo una
acumulación desmedida del poder que solo beneficia a
aquellos cercanos al Estado o quienes prometen jurarle
pleitesía.
Tercero, el socialismo nunca logra avanzar si muestra
abiertamente todas sus cartas. Tiene que mentir, ocultar sus
verdaderas intenciones, para conseguir sus propósitos. Fidel
Castro se declaró devoto de la Virgen de la Macarena cuando
estaba oculto en Sierra Maestra; Hugo Chávez dijo que
"absolutamente" apoyaba el desarrollo de la libre empresa y
expresión (véase el
video aquí), Barack Obama mintió al decir que se podría
conservar al doctor de su preferencia al entrar el Obamacare,
algo totalmente falso. Los ejemplos son infinitos.
¿Algún venezolano en su sano juicio habría votado por Chávez
y por Maduro si éstos les hubieran prometido escasez de
productos tan básicos como el papel sanitario, que la
violencia se convertiría en algo cotidiano y que la
inflación despedazaría el poder adquisitivo en poder de
semanas? Por supuesto que no: de hecho, al sepultar al
llamado "neoliberalismo" y al que acusan de todas las
calamidades, lo que hacen los socialistas es ofrecer un
remedio mil veces peor. Por eso se ven obligados a mentir, a
engañar.
Pero qué más da. Pese a las pruebas clarísimas,
irrefutables, del fracaso del socialismo cada vez que se
aplica, siempre habrá quien lo defienda, quien lo
justifique, quien relativice el que no ofrezca los
resultados que de él se esperan. Y es que, en la máxima de
las paradojas, el socialismo resulta ser un excelente
negocio, similar al de las
pirámides donde quienes ganan son quienes las organizan.
Por esa razón los que han promovido o promueven el
socialismo se asumen como revolucionarios, llámense los
Castro, Daniel Ortega y Hugo Chávez pronto ellos mismos y su
séquito más cercano, incluidos sus familias, se aburguesan
grotescamente con el dinero que reciben producto de esa
"justa distribución de la riqueza" que ellos mismos realizan
y de la cual son los ganones.
De lo que se trata es vivir del trabajo y el sudor de otros
para luego apropiárselo impunemente, y para que esto último
ocurra se hace necesaria la complicidad de la prensa, de
políticos y megaempresarios quienes ven en la libre
competencia una amenaza a sus intereses, a seguir sacándole
provecho al dinero que le arrebatan a la sociedad vía
mayores impuestos, inflación, confiscaciones y
expropiaciones.
Por esa razón, seguirán alabando al socialismo. De nada
valdrán las decenas de muertos en Venezuela, la represión y
el encarcelamiento de quienes no están de acuerdo con las
locuras de Chávez primero y con las de Nicolás Maduro
después.
Bien lo dijo Álvaro Vargas Llosa: los socialistas están
irremediablemente enamorados de la mentira y ferozmente
enemistados con la verdad.
Textos
relacionados
Venezuela sigue hundiéndose ¿y dónde está la
indignación mundial [Septiembre 2016]
Con o sin Chávez, el futuro de Venezuela es
funesto [Enero,2013[
La de Hugo Chávez, una película de horror
[Febrero, 2010]
¿Desea opinar
sobre este texto?
[email protected]
[email protected]
0 opiniones
|