Comunidad Israelita de Barcelona 1935

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Estudios temáticos de Kivei Hakodesh

"Los sefarditas, después de cuatro siglos y medio de ausencia, regresan a su patria..."Así comenzaban a decir los titulares de algunos periódicos de provincias, durante el año 1935-, "La ola israelita en Barcelona..." Pero, ¿era cierto que vuelven realmente a su vieja "Sefarad" aquellos descendientes de los hebreos expulsados por los reyes católicos? Precisamente en Barcelona, que es donde residía durante esa fecha, la colonia judía más importante de España, el periodista Javier Sánchez Ocaña le hacía esa pregunta al entonces viejo rabino, de procedencia turca, J.B. Najum.

"-¡Oh, no; no vuelven! No pueden volver-contestaba el rabino-. Es el sueño, que quizá no se realice nunca, de muchas generaciones de israelitas. ¡Volver a España; vivir otra vez en Sefarad!... Agora los sefarditas no pueden volver a España, porque, aunque a disgusto, están sujetos a los negocios y profesiones que tienen en tierras extrañas. Pero viven pensando en Sefarad y hablan el castellano, aun contradiciendo las disposiciones de algunos Gobiernos. Son varios millones..."

A la sombra de la vieja catedral barcelonesa, en dédalo de callejuelas estrechas y retorcidas, estuvo antiguamente el barrio judío. Los límites de la judería medieval están bastante claros: el barrio judío estaba delimitado por las actuales calles Call -que era la entrada principal en su confluencia con la plaza Sant Jaume-, Banys Nous -cuando todavía se erigía en ella la muralla romana que hoy ha quedado oculta bajo los edificios impares de la calle y que es visible en algunos tramos-, la Baixada de Santa Eulàlia, la calle Sant Sever y, por último, la actual calle Sant Honorat, que antes de la construcción del Palau de la Generalitat llegaba prácticamente hasta la calle Bisbe.

Este barrio judío barcelonés fue uno de los más florecientes de la España medieval. Sus habitantes vivieron tranquilos y felices durante varios siglos, hasta 1492, fecha de la expulsión de los hebreos de España que no quisieron convertirse al nacional-catolicismo de aquella negra época. Su expulsión fue recogida de la siguiente manera en el Dietario de la Diputación de la Generalitat:

"1492. Agost. Dijous a [día] II. Jueus. Entraren e surgiren en la plaia de Barchinona una gran nau de Rodes [...] e una galeassa grossa de França e VIII entre nauetes e galeons, totes carreguades de juheus que exien de Aragó, de València e de Cathalunya e eren·se enbarchats part en Tortosa e part en Tarragona, exints de dites terres per manament de la maiestat del senyor rey. Restaren·ne en Barchinona circa de XX qui·s faheren christians; los altres ab dites fustes se·n anaren la via de Levant e entre tots eren passats deu mil juheus entre homens, dones e enfants."

 

Hojita bloque de 1992, conmemorativa de los 500 años de la Expulsión de España de los judíos, por los reyes católicos Isabel y Fernando.

Retomando nuestra historia debemos decir que mucho antes del 1492, concretamente el día 5 de agosto de 1391, la sinagoga, así como el resto de edificios del barrio fueron asaltados. Fue un golpe terrible que la comunidad judía barcelonesa nunca olvidará, como el resto de los judíos de la Corona de Aragón, no pudo superar. Se liquidó la aljama, la mayoría se convirtieron al catolicismo, sus propiedades comunales fueron expoliadas por el rey y las privadas fueron malvendidas. La torre del portal de acceso a la judería fue derribada y parte del barrio cuarteado.   Luego; poco a poco, en el transcurso de los años, el barrio judío barcelonés fue perdiendo su carácter y para 1935 sabemos que no quedaba más vestigio de sus primitivos moradores que alguna inscripción en hebreo, medio borrada por el paso del tiempo.

Los judíos barceloneses medievales disponían, como mínimo, de cuatro sinagogas documentadas: la sinagoga mayor, la sinagoga llamada "Poca" (debajo de la actual capilla de Sant Jordi del Palau de la Generalitat), la sinagoga nueva o menor (bajo los restos de la iglesia de la Trinitat, en la calle Ferran) y la sinagoga o "escuela de las mujeres" (que ocupaba el actual solar en el que se erige un edificio exento en la plaza Manuel Ribé, en la judería), que disponían de un espacio propio para la oración dado que no cabían en otras. Se conoce su localización pese a que la certidumbre de que en la actualidad se hayan podido conservar restos materiales debe tomarse con reservas.

En el interior de la Sinagoga barcelonesa resplandecen las luces de los candelabros. pero esta interesantísima fotografía ha sido, como puede suponerse, difícil de obtener. Representa al rabino en el momento culminante en que dirige la oración de los hebreos en la sinagoga.

Este cuadro contiene escritas en hebreo, las indicaciones relativas al horario religioso en la sinagoga.

Más de cuatro siglos después de la fatídica expulsión de 1492, hacia 1915 iniciaron el retorno a Barcelona los sefarditas fundadores de la colonia hebrea de antes de la guerra civil de 1936. Durante la primera guerra mundial, cierto número de hebreos turcos que residían en el sur de Francia fueron expulsados de allí y se trasladaron a Barcelona fundando la Comunidad Israelita de Barcelona y la sinagoga de la calle de Balmes, que al principio actuó clandestinamente. Poco a poco fueron llegando más hebreos. Entre los sefarditas de Maruecos, de Turquía, de Grecia, de Francia corrió la voz... España era entonces y Barcelona más que ninguna otra ciudad de la Península la verdadera tierra prometida... Vinieron más y más en años sucesivos. Muchos de los Israelitas Alemanes fueron a caer, en Barcelona, como por ejemplo, la familia que abrió los almacenes Sepu de la Rambla.

Para 1935, los tres o cuatro centenares de hebreos de más de veinte años, se habían convertido en más de cinco mil.

Otro de los rabinos de los sefarditas residentes en Barcelona. Nissiam Gambach.

La mitad son sefarditas y la otra mitad Achkenazim. Los sefarditas proceden principalmente de Maruecos y Turquía y son los descendiente de los hebreos expulsados de España. Los Achkenazin son los Israelitas no Españoles. Los hay Rusos, Polacos, Húngaros, y, sobre todo, Alemanes. De estos últimos, a raíz de la subida de Hitler al poder, llegaron a Barcelona grandes contingentes de los cuales la mayoría se quedaron allí y otros por el resto de España

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He aquí una foto nada vulgar. representa al rabino Najum en el momento en que oficia en el recinto de la sinagoga de Barcelona .

Entre los hebreos existe un espíritu de confraternidad más fuerte que en ninguna otra raza del mundo. La inmensa mayoría de los judíos Alemanes huidos del Nacionalsocialismo, estaban absolutamente desvalidos. Vinieron aterrorizados y hambrientos, sin dinero y sin conocer el idioma. Con rapidez los Israelitas de Barcelona establecieron una sociedad llamada "Ezra", que en hebreo significa "Protección", dedicada a auxiliar y proteger exclusivamente a los emigrados Alemanes. Otra sociedad llamada "Beruria", que significa Beneficencia, estaba regida por damas Israelitas que se encargaban de repartir ropas entre los más necesitados. Al mismo tiempo que se les buscaba trabajo; a los que decidieron irse a otro país les facilitaban el dinero para el viaje; a los que carecían de toda clase de recursos les proporcionaban unos vales de comidas para los dos restaurantes hebreos que había en la ciudad -uno de los cuales se pude ver en la imagen-. Por las tardes todos se reunían en la sinagoga. En el año de 1934 la Comunidad Israelita de Barcelona se había gastado en socorrer a sus hermanos de raza, principalmente entre los Alemanes ciento cuarenta mil pesetas.

Uno de los vales de comida que se facilitan a los hebreos necesitados.

Siguiendo la tradición de su raza la mayoría de esta comunidad se dedico al comercio, según sus posibilidades económicas e intelectuales. Existen hebreos dueños de grandes almacenes y vendedores ambulantes de corbatas y cinturones. Muchos de los "mogoles" de las casas cinematográficas en España son Israelitas. Estos hombres apenas han tenido relación con el resto de la colonia Judaica. En todo caso, sus mujeres o sus hijas forman parte de la sociedad Beruria, que es una especie de "ropero". Pero de todos modos, aunque oficialmente no se traten con sus hermanos de raza, ni frecuenten la sinagoga no permanecieron sordos a la llamada de la Comunidad. La Comunidad Israelita de Barcelona es una de las sociedades  que sirven de vínculo entre los hebreos que viven en la ciudad, y el ingreso se solicita en esta forma. (Foto a la izda.)

Se calcula que para enero de 1935 había unos veinte mil, sefarditas en su mayoría en toda España. En Cataluña seguramente habría entre siete o ocho mil y el resto estaba dividido en toda España; pero especialmente por la ciudades marítimas. Tan solo existían dos comunidades sefarditas en la Península: La de Barcelona la más importante, y la de Madrid.

El Rabino Nissiam Gambach, comentando sobre las comidas judías indicó que practicaban vigilias y ayunos de acuerdo con su religión, y comían bastantes verduras y poca carne, y ésta de reses que hayan sido debidamente desangrandas. Cada mañana el rabino de los Achkenazim, Manuel Kimstlinger, y el sefardí Jacob Toledo Córdoba sacrificaban en el matadero dos reses vacunas con destino a la Comunidad judía.

Los hebreos solo pueden comer la carne de las reses que hayan sido degolladas con arreglo a un ritual. Cada día el rabino Kimstlinger acude al matadero para elegir  las que han de ser sacrificadas.

Esta otra curiosísima fotografía representa el momento   en que el propio rabino Kimstlinger se dispone a sacrificar un novillo.

En las comidas beben vino, pero muy poco. Entre los hebreos rara vez se dan casos de alcoholismo. Son bastante abstemios.

Reunidos para comer en uno de los restaurantes hebreos de Barcelona

Existía en Barcelona un bar Griego, en la calle de Tapiolas próximo al Paralelo, donde solo lo frecuentaban hebreos que jugaban a las cartas, al tute, a la manilla, al domino y aun juego turco de dados y fichas, que se llama Taolah.

Un grupo de israelitas sale del bar Griego, donde se congrega parte de la colonia de Barcelona, que juegan a las cartas, al dominó y a un juego turco que se llama "taolah".

 

Los judíos con nombre y apellidos Españoles generalmente han procedido de Grecia, Turquía o Marruecos. Si se les pregunta por sus apellidos dirán nombres como: Zaragoza, Sevilla, Madrid, Tarragona, Toledo o Córdoba puesto que son descendientes de Españoles y hablan el castellano antiguo o el Ladino.

Muchos de los judíos barceloneses se llamaban, en épocas medievales, Abraham, David, Isaac, Samuel, Salomó, Astruc, Jucef, Bonjudà, Bonsenyor, Bonhom, Bondia, Bendit, Benvenist, Caravita, Perfet, Baruc, Bellshom, Jaffia, Maimó, Vidal, Duran, y las mujeres Regina, Preciosa, Rica, Bonadona, Bonafilla, Dolça, Clara, Goig, Estel·lina, Astruga, Ester o Sara, entre otros. Hoy su recuerdo casi se ha extinguido completamente de la patronimia, pese a que muchas personas buscan rastros de un posible pasado judío en sus nombres familiares.

Esta otra fotografía del interior de la sinagoga aumenta el valor documental de aquella en que reproducimos el momento de la oración rabínica.

Esta fotografía pertenece al conserje encargado de cuidar la sinagoga barcelonesa.

En un Hotelito aislado que había en la calle Balmes esquina a la de Provenza, se encontraba la Sinagoga. Afuera, en la calle, queda todo el ruido de una desapacible y lluviosa tarde del mes de Sebat del año 5695 del calendario hebreo, dentro de la sinagoga otro mundo la fuerza de la virtud, de una raza que a través de sufrimientos y a través de su éxodo continuo, mantiene viva su personalidad como dice las primera estrofas del Himno Sionista:

"Mientras exista un corazón ardiente, donde palpite pura un alma hebrea... "

Los hebreos en la sinagoga siguen el cántico lento que inicia el rabino oficiante.

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Nota: La documentación extraída es, principalmente, del reportaje de Javier Sánchez-Ocaña para el núm. 370 de la revista ESTAMPA del 16 de febrero de 1935. Fotografía Badosa.

Además, de algunos comentarios de: Barcelona Metrópolis Mediterránea, núm. 59, año 2002.

 

Esta web "ESTUDIOS TEMÁTICOS" desea añadir algo importante con relación al antiguo nombre "SEFARAD":

Sabemos que según la profecía del libro bíblico de Amós, Sefarad era el lugar desde donde debían regresar los exiliados de Jerusalén. (Abd 20.) Si bien no se conoce su ubicación exacta, de los varios lugares apuntados, uno probable es Saparda, que aparece en algunos anales asirios como un territorio de Media. En una ocasión los asirios exiliaron a parte de los habitantes del reino septentrional de Israel a “las ciudades de los medos” (2Re 17:5, 6.) y es también muy probable que algunos judíos embarcasen desde las costas fenicias y viajasen hacia España desde esas tierras asirias y posteriormente a España le pusieran el nombre semítico de Sefarad.

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Nota: Todas las citas bíblicas empleadas en las páginas, a menos que se diga otra fuente, están extraídas de: Reina Valera Revisada (1995) Bible Text [computer file] / Sociedades Bíblicas Unidas. —electronic ed.—Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 1998.
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