La Kehilá del siglo I
EC.
Origen de la congregación o Kehilá de
creyentes del Mesías
ehilá o
la haq·qahál bíblica es otra forma de decir la
Congregación de creyentes de YaH·WéH haElohím y de Yahoshúa
HaMashiaj que se reunían con el fin de crecer en la Fe a través
de los estudios bíblicos del Tanakh y el Brit Hadasha, encontrando en
ellos toda la enseñanza del Mesías para su vida espiritual, moral y
física. El término “mesianistas” que por veces
es empleado en esta Web, significa “cristianos” aunque su verdadera
pronunciación hebrea es “Meshi·ji·yím” nombre
que por vez primera comenzó a ser empleado por lo no
creyentes gentiles que entendieron incorrectamente el
título Cristo como nombre propio, aplicándolo luego a las primeras
comunidades en Antioquia de Siria, tal y como leemos en Hechos
11: 26.:"... y los discípulos fueron
llamados Cristianos primeramente en Antioquía." (RV1909, BJ,
S.Ausejo,Straubinger, World English Bible, etc.) Sin embargo,
existen varias traducciones, aunque no muchas, que insertan el
comentario en el texto de Hechos 11:26, "por providencia divina" (Traducción literal
de Young, o
La Biblia en Inglés sencillo). ¿A qué se debe
esto?:
Tal como se
usa la palabra griega para "providencia divina" kjrē·ma·tí·zō, suele estar asociada con algo sobrenatural,
un oráculo o algo divino. La Concordancia de Strong, la
define en su diccionario griego (1890, pág. 78) como "proferir
un oráculo, [...] i. e., indicar por dirección divina". El
Diccionario del Nuevo Testamento Griego-Inglés de Thayer,
1889, pág. 671, dice: "Dar un mandato o amonestación divinos;
enseñar desde el cielo [...]; ser mandado, amonestado, instruido
divinamente [...]; ser portavoz de revelaciones divinas; promulgar los
mandatos de Dios". En su obra Explanatory Notes (1832, vol. 3, pág. 419), Thomas Scott dice sobre este texto:
"La palabra implica que esto se hizo por revelación divina, pues por lo
general tiene este significado en el Nuevo Testamento, y se traduce
‘amonestado de Dios’ o ‘amonestado por Dios’, aun cuando no aparece la
palabra griega para DIOS en el texto". Clarke dice en su Commentary: "La palabra [kjrē·ma·tí·sai],
que en nuestro texto común traducimos fueron llamados, significa en el Nuevo Testamento nombrar, amonestar o nominar por dirección Divina. Este es el sentido con el que
se usa la palabra en Mateo 2: 12 [...]. Si, por consiguiente, el nombre
se dio por nombramiento Divino, es muy probable que se
dirigiera a Saulo y Bernabé para que lo dieran; y que, por lo tanto, el
nombre cristiano proceda de Dios". (Ver Mt 2:12, 22; Lu 2:26; Hch
10:22; Ro 7:3, Int; Heb 8:5; 11:7; 12:25, donde aparece este
verbo griego.)
Abajo podemos ver el texto de este
versículo según el texto recibido de Nestle Aland y la palabra
griega "fueron llamados" resaltada y que en las
traducciones ya citadas se vierte por "llamados por
designio divino" o por "providencia
divina".
Texto Netle-Aland
Es muy posible que alrededor del año 44 EC.
ya se usara el término "cristiano" como "mote" en los ámbitos no
creyentes. El término griego Kjri·sti·a·nós, solo aparece en tres ocasiones en
las Escrituras mesiánicas. Una ocasión es la ya comentada de Hch
11:26; otra demuestra que el
término era bien conocido en la ciudad de Cesarea para el año 58
EC. ya que el rey Agripa II dijo a Pablo: "Por poco
me persuades á ser Cristiano" (Hechos 26:28. RV1909); y
por último, tenemos la cita valiosa de Pedro en 1Pe 4:16 donde
exhorta a los creyentes a aguantar las burlas de los paganos diciendo; "pero si alguno padece como cristiano, no se
avergüence, sino glorifique a Dios por ello." (RV1995)
Es bastante posible que Yahwéh haElohím determinase la idoneidad del término griego
"Kjri·sti·a·nós" para los nuevos adherentes a la fe del Mesías aunque dicho
término fuera en principio usado despectivamente por los gentiles de
modo parecido a como usó en la antigüedad a personajes idólatras y
supersticiosos para lograr un propósito determinado en beneficio de su
pueblo.
Sin embargo notamos que los
escritores de la Biblia se dirigían a sus compañeros de creencia
empleando términos como: "los que creían en el Señor", "hermanos" y
"discípulos" (Hch 5:14; 6:3; 15:10), "escogidos de Dios" , "amados" y
"fieles" (Col 3:12; 1Ti 4:12), "siervos a Dios","siervos de Jesucristo"
, "santos en Cristo" (Ro 6:22; Flp 1:1), "santos", "congregación de
Dios" y ‘los que invocan al Señor’ (Hch 9:13; 20:28; 1Co 1:2; 2Ti 2:22).
Estos términos de significado doctrinal fueron sobre todo de uso
interno. Los de afuera llamaban al cristianismo el "Camino" (Hch
9:2; 19:9, 23; 22:4), y los opositores judíos los solían llamar "la
secta de los nazarenos" o solo "esta secta". (Hch 24:5;
28:22.)
Estas pequeñas comunidades primitivas de creyentes en
Yahoshúa tenían ciertas características:
arriba
La Kehilá y su lugar de reunión y
adoración
Se reunían en grupos pequeños en los que se busca que
la cualidad de expresar amor y la calidad sea sobre todo a lo
cuantitativo, enseñanza que nos da Yahoshúa en el Brit Hadasha y los
ejemplos del propio Tanakh.
En sus lugares de reunión la kehilá realizaba oración
y alabanzas al Señor o zemi·rohth;
entrenamiento homiléptico y misional, así como lectura de Tanakh
y el Brit Hadasha (N.T.). El lugar acepto para las reuniones de
creyentes, no eran lugares especiales o reservados, como
pudieran ser las sinagogas, (quienes algunos
llaman templos o iglesias) ya que el propósito de Yahwéh es que la aceptación de Yahoshúa sea una actitud
de vida y no meramente religiosa, por lo que los primeros creyentes se
reunían en sus propias casas, (Hch 2:46 5:42 28:30) Por
lo tanto, lugares de reunión eran las propias casas de los hermanos y
hermanas en la fe de Yahoshúa y que amablemente se habían ofrecido para
compartir su cariño, amor y edificación espiritual. La verdadera
iglesia /gr. ekklesia) no era el edificio sino la
Kehilá (palabra hebrea designativa de una reunión de creyentes
en Yahoshúa.) o la eklesia (palabra griega) De todos modos, hemos de tener en cuenta que el apóstol
Pablo usó también la "Sinagoga" para la enseñanza y para reunirse
con sus hermanos judíos a quienes deseaba transmitir las enseñanzas del
Rabí de Nazaret. No olvidemos que la costumbre en la sinagoga era la de
dar la oportunidad al visitante de hablar a la asamblea con
palabras de estímulo finales y sin duda eso lo aprovechó muy bien Pablo
y sus compañeros en sus viajes misionales de enseñanza.
Ciertamente las Sinagogas eran lugares muy
apropiados para enseñar pues en ellas se hacía la lectura y
el comentario de la Torá y de las Haftarot a las que les seguía
la predicación o exhortación. Leemos que Mesías enseñó y predicó en las
sinagogas por toda Galilea (Mt 4:23). De igual manera, Lucas registra
en Hch 13:15, 16 : "Y después de la lectura de la
ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron á ellos,
diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para
el pueblo, hablad. Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio
con la mano, dice: Varones Israelitas, y los que teméis á Dios,
oid:..." lo que demuestra que tanto Pablo como
Bernabé usaron la "sinagoga" para hablar y predicar la
buena nueva mesiánica.
Cuando Pablo entraba en una
ciudad, por lo general iba primero a la sinagoga y predicaba
allí, dando a los judíos la primera oportunidad de escuchar del
Reino mesiánico, y después iba a los gentiles. En algunos casos pasó un
tiempo considerable, pues predicó durante varios sábados en la sinagoga.
En Éfeso enseñó en la sinagoga por tres meses, y después que surgió
oposición, se retiró con los discípulos creyentes utilizando la
sala de conferencias de la escuela de Tirano durante unos dos años. (Hch
13:14; 17:1, 2, 10, 17; 18:4, 19; 19:8-10.)
Por lo tanto aunque Pablo utilizó
la sinagoga como lugar de evangelización de sus amigos y hermanos judíos
no la utilizaba como lugar de reunión para la congregación o
Kehilá del Israel de Yahwéh y Yahoshúa. Tampoco celebraba
reuniones dominicales como si fuese en una iglesia de la
cristiandad, porque utilizaba el Shabath o día de descanso judío, para
predicar a los judíos, pues ese era su día de reunión en la sinagoga.
Por eso se comprende bien por qué los creyentes del Señor al formar sus
propias congregaciones eklesias o kehilás, siguieron el modelo
básico que ya existía en la "sinagoga judía".
Sellos israelíes representando antiguas
sinagogas sefarditas de Jerusalén
|
arriba
Estructura organizativa de la Kehilá
Al seguir básicamente la estructura organizativa de
la Sinagoga, las primeras Kehilás cristianas de creyentes del Mesías
creían que el hecho de tener un clero o estructura fuese aun incluso
para cuestiones administrativas era muy contrario a las revelaciones del
Señor, motivo por el cual en las primitivas reuniones todos
hablaban en orden y participaban de todas las cosas en común para el
mutuo enriquecimiento del pueblo mesianístico recién llegado.
No eran seguidores de ningún hombre o mujer terrestre, sin embargo,
reconocían que YAhwéh estructuró un ministerio o servicio a los demás
de acorde con los dones conferidos y no estableció jerarquías
eclesiásticas, ni Vicarios o voceros de Dios en la Tierra ya que solo
uno era su maestro y solo uno su Cabeza (1 Cor.11:3). La estructura de
servicio de las primeras comunidades de creyentes quedó reflejada en
Efesím/Efesios 4:11,12 y en Hechos 13:1. Aunque todos se
consideraban una "hermandad en la fe", no se sentían
superiores a nadie, ni siquiera por el hecho de ser israelitas de
sangre. Formaban una colectividad de misioneros y misioneras alabadores
del Señor cuyo propósito de asociarse en congregación o kehilá era
facilitar su crecimiento espiritual como "personas maduras", capaces de tomar sus
propias decisiones, hombres y mujeres "plenamente desarrollados" que
correctamente no admitirían más que un solo cabeza espiritual, el de su
Mesías Yehoshúa. La mujer igual que el hombre tenía el alto privilegio
de representar al Señor realizando la obra misional evangélica.
Shellajím/Hechos 14: 21-23.
En
las reuniones de Estudio bíblico se urgía la necesidad imperante de que
todos los miembros tubiesen convicción profunda. Este tipo de
convencimiento no era algo que se adquiriera sobre una base de mero
movimiento religioso, debía ser conseguido por el individuo a
través del estudio, la meditación, el razonamiento, y las conclusiones
personales mediante la guia del Espiritu Santo solicitado en oración.
La exhortación inspirada "Prueben para sí mismos” la voluntad de Dios, requiere claramente que se mantenga esa clase de pensamiento personal.
Algo que caracterizaba a las antiguas sinagogas era el
almacén para los rollos de las Escrituras. Por cuestión de seguridad, la
costumbre más antigua debió ser guardar los rollos fuera del edificio
principal o en una habitación separada. Con el tiempo se guardaron en un
arca portátil, que se colocaba en su lugar durante el servicio
religioso. En las sinagogas construidas posteriormente, el arca pasó a
ser un elemento arquitectónico más, pues se construía dentro o sobre la
pared. Por cuestiones prácticas la Kehilá o comunidad de creyentes del
Mesías también debió asemejarse a la sinagoga y disponer de una buena
Biblioteca con diversas traducciones bíblicas (tanto en rollos como en
códices) para uso de los presentes reunidos.
Junto al arca y frente a la congregación estaban los
asientos de los oficiales que presidían como "principales" la sinagoga
durante el servicio, esto lo notamos cuando leemos lo registrado en
Marcos 5: 22: "Y vino uno de los príncipes
de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vió, se postró á
sus pies". Es patente que entonces había más de un "principe"
oficiando en la sinagoga; de igual manera que en la congregación de
Elohím debía de haber oficiales que presidían pues Hechos 20: 28
(RV.1909) indica: "Por tanto mirad por vosotros y
por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual
ganó por su sangre.". Aquí el término "obispos" proviene del griego "episkópous" o del hebreo "lif·qi·dhím" (plural) o "pa·qídh" (singular) y significa literalmente "aquel que
supervisa".
Había también en la sinagoga los "ministros" o "asistentes" de los
presidentes pues leemos acerca de Yahoshúa en Lucas 4: 20 lo siguiente: "Y rollando el libro, lo dió al
ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban
fijos en él". Es muy semejante a lo que existía en la Kehilá del
I siglo EC. pues leemos en 1 Timoteo 3: 8 (RV.1909) lo siguiente: "Los diáconos asimismo, deben ser
honestos, no bilingües, no dados á mucho vino, no amadores de torpes
ganancias". Además estaba el enviado o mensajero de la sinagoga que era como un portavoz
(ángel) o representante de la asamblea local. Una designación similar, "ángel", aparece en los mensajes que Jesucristo envió a
las siete kehilás o congregaciones de Asia Menor. (Apocalipsis 2:1, 8,
12, 18; 3:1, 7, 14.)
La Ley se leía desde una tarima que tradicionalmente
se encontraba en medio de la sinagoga. Alrededor de los tres lados había
bancos para el auditorio, posiblemente con una sección separada para las
mujeres. Sin embargo la Kehilá del Mesías se diferencia de la sinagoga
en que NO existían asientos reservados especiales para supuestos
"distinguidos" ni siquiera una sección aparte para las mujeres o los
niños. Las familias debían estar en sus lugares todos juntos y los que
presidían debían ejercer con humildad su enseñanza tanákhica y con
verdadero amor hacia sus hermanos y hermanas (Romanos 12: 8), de esta
manera seguirían el ejemplo del Maestro de Nazaret en Mateo 23:6 (RV
1909) donde señaló amonestadoramente sobre la vieja práctica talmúdica
rabínica diciendo: " Y aman los primeros asientos
en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones
en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí. Mas vosotros, no
queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Mesías; y
todos vosotros sois hermanos. Y vuestro padre no llaméis á nadie en la
tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos. Ni
seáis llamados maestro; porque uno es vuestro Maestro, el
Mesías."
Al parecer, la orientación del edificio era un asunto
importante en la sinagoga, pues se intentaba que los adoradores
estuvieran en dirección a Jerusalén (Ver Daniel 6:10.) Sin embargo, la
orientación del lugar de culto para la kehilá mesianista no representó
ningún problema serio en el siglo I EC. dado que se seguía la pauta que
marcó el Señor en Juan 4:21,23 (RV1909): "la hora
viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al
Padre...ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que
adoren. "
Parece ser que el culto que se realizaba en la
sinagoga consistía en alabanza, oración, recitación y lectura de las
Escrituras, comentario y exhortación. Para la alabanza se empleaban los
Salmos. El modelo a seguir en la Kehilá del primer siglo era exactamente
similar a éste.
Un
aspecto de la adoración realizada en la sinagoga era la recitación de
la Shemá, o lo que equivalía a la confesión de fe judía. Recibía su
nombre de la primera palabra del primer texto utilizado, "Escucha
[Schemá`], oh Israel:Yahwéh nuestro Elohím es un solo Yahwéh". (Dt
6:4.) La parte más importante del servicio religioso era la lectura de
la Torá, o Pentateuco, que se hacía los lunes, jueves y todos los
sábados. En muchas sinagogas la lectura de la Torá estaba programada
para que se abarcase en el transcurso de un año, mientras que en otras
abarcaba tres años. Debido a la importancia que se daba a la lectura de
la Torá, el discípulo Yaacov pudo decir a la Asamblea Apostólica de
Jerusalén: "Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada
ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado"
(Hch 15:21.RV1909.). La Misná (Meguilá 4:1, 2) también habla de la
práctica de leer perícopas (pasajes) de los profetas, que
recibían el nombre de las Haftarot, cada una con su comentario. Cuando
Yahoshúa entró en la sinagoga de su pueblo, Nazaret, se le dio uno de
los rollos que contenían las Haftarot para que lo leyese, después de lo
cual comentó sobre lo leído (Sefer de Isaías), como era la costumbre.
(Lu 4:17-21.). La kehilá del siglo I EC. seguía esa misma costumbre e
incluso se leían las epístolas apostólicas que transmitían los
mensajeros o enviados, y en esto se parece mucho al servicio que se
hacía en las sinagogas. (Mt 4:23; Hch 13:15,
16.)
Entre otros aspectos
diferenciadores entre la sinagoga y las asambleas o kehilás de
creyentes están los siguientes: las sinagogas locales reconocían la
autoridad del Sanedrín de Jerusalén; sin embargo las congregaciones
de creyentes tenían un solo cabeza, el Mesías Yahoshúa, no
tenían ningún Vicario visible como un cabeza Papal o Colegio
Cardenalicio, no disponían de ninguna "Santa Madre Iglesia", ni en Roma
ni en ninguna otra parte. El Espíritu del Mesías dirigía las kehilás
mesiánicas de todo el Orbe. A veces era necesario que se formasen
Concilios para cuestiones determinantes y por eso llegó a realizarse el
primer Concilio de Apóstoles, presbíteros y hermanos en la iglesia de Jerusalén pero todos ellos
dependientes del Mesías, según muestra con claridad el capítulo 15 de
Hechos.
Cada cristiano
mantenía una relación personal con YAHWEH a través de Yahoshúa haMachiaj, el Sumo
Sacerdote, sin la intervención de otra persona humana (Rabe) ni la
necesidad de su mediación. Cada cristiano era parte integrante de "un sacerdocio real", "una nación santa".
Por supuesto que los
oficiales de la kehilá mesianista tenían autoridad bíblica. Pero, no
obstante, esa autoridad era siempre usada para el servicio a
otros, no para tenerlos subordinados, como el clero actual de la
cristiandad papal o del judaísmo rabínico actual. Esa autoridad era para
apoyar, aconsejar, incluso amonestar, pero nunca para dominar o someter
a vasallaje. Donde surgía la duda, el cisma o el error, la manera de abordarlo
era mediante su refutación, con argumentos veraces, a través de la
persuasión de las Escrituras Sagradas, nunca mediante coacción o intimidación u opiniones humanas. Yehoshúa dijo: "Porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos
hermanos". Por eso, este principio del Mesías comporta toda
aclaración de textos bíblicos como por ejemplo el de Hebreos
13: 17: "Obedeced a vuestros
pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas
como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, sin
quejarse, porque esto no os es provechoso." Por
tato, el mandato de Cristo no se
limitaba sólo a la prohibición de ser llamados "líderes", sino en contra
de que alguien asumiera la posición o el oficio de líder, llevando a la
práctica ese tipo de control autoritario. La palabra griega del texto de
Hebreos es peithomai que se traduce como "ser
obediente" , el Theological Dictionary of the New Testament
(Abridget Edition) dice: "Esta palabra asume acepciones tales como ‘confiar’, ‘estar convencido’, ‘creer’, ‘seguir’ e incluso
‘obedecer’. No podemos nunca pensar que la comunidad de creyentes
primitiva del siglo I fuese una sometida a la "Regla de san Benito" o de
"entrar por el aro" por que lo manda tal o cual hombre
terrestre o una colectividad humana como una especie de colegio
cardenalicio Inquisitorial.
También hay que añadir que la existencia de "pastores"
en la kehilá, comporta el sentido de "guías",
que actúan como tales en obra de pastoreo amoroso y tierno. En la
medida en que la guía dada se acomodara a las enseñanzas de Mesías y en
la medida que el pastoreo manifestara su espíritu, una respuesta
positiva sería lo pertinente y el camino correcto en cuanto que
representaría la sumisión a sus enseñanzas (Las de Mesías). Incluso en
asuntos no tratados específicamente por las Escrituras, el creyente
habría de cooperar libremente mientras ese consentimiento no rebasara
los dictados de la propia conciencia entrenada bajo los principios de
las Escrituras. En este sentido, es digno de mención las palabras muy
acertadas del Cardenal católico romano Joseph Ratzinger , y hoy
papa, quien en 1968 dijo: "Aun por encima
del papa como expresión de lo relacionado de la autoridad eclesiástica
se halla la propia conciencia, a la que hay que obedecer en primera
instancia, si fuera necesario incluso en contra de lo que diga la
autoridad eclesiástica ".
Por lo tanto, el significado básico del término griego
utilizado en Hebreos 13: 17 (peithomai)
implica que la consentimiento a ser pastoreado surge como
resultado de tener 'confianza’, de estar ‘convencido’ y ‘creer’ en lo
que proviene de esos pastores es siempre lo que ya ha venido de Mesías
y mencionado en las Escrituras, y sobre esa base él o ella responden
positivamente. Como hermanos y hermanas, han entrado en una asociación
voluntaria de creyentes, y a lo que se incita es a una respuesta libre,
pacífica, de buena gana, sin nerviosismo o estremecimiento, sin miedos
ni sobresaltos, sobre la base de trato amable; ya que así se llevarán a
cabo los trabajos de pastoreo de esos hombres con mayor gozo, y hacerlo
de otra manera no reportaría ventajas para aquellos mismos a quienes se
sirve. No se realiza como consecuencia de una obligación impuesta
autoritariamente, es evidente que dicha "confianza" ha de ser
ganada.
Hay que decir además, que ni
en las sinagogas ni en las congregaciones o kehilás de creyentes se hacían
recaudaciones o colectas, y, sin embargo, en ambas podían hacerse aportaciones
benéficas o suministraciones para la asamblea de los santos, sus
ministros y los pobres. (2Co 9:1-5.)
arriba
Creencias en la Kehilá primitiva
Toda la Kehilá se consideraba Uno en Yahwéh y
en Yahoshúa (Juan 17:21 1 Cor 6:17) y reconocían que la
diferencia complementa y no confronta por ello se reunían libremente
Judío-Gentil, Hombre y Mujer, esclavo y libre, en fraternidad, en
fiestas de amor gozoso y compañerismo agradable en compartir ágapes.
Gálatas 3:26-29; Judas 12. Pronto se dieron cuenta que muchas de las
tradiciones judaicas si bien en sustancia venían de Yahwéh , en la practica eran formas de hombres que
habían llegado en algunos casos a establecer una religión lo que en
principio solo fue una Enseñanza o modo de vivir (denominado por otros como "el Camino",
Hechos 24:14. y también denominada por el judaísmo tradicional opositor
como "secta de los
Nazarenos" o Netzarím. Ver Hechos
11:19;24:15. ), por ello tomaban la enseñanza de la tradición autentica
y desechaban la práctica religiosa del hombre en tanto el discernimiento
en las Escrituras bajo el poder del Rúaj ha qódesh (Espíritu santo) les
permita ver, daban muchísima preferencia al uso del nombre
divino distintivo Yahwéh sin superstición
alguna, de modo que lo santificaban en la debida forma por medio de su
testimonio activo a otros, de esa manera seguían el mandato en la
oración modelo o "Padrenuestro" que su Maestro les había enseñado a "Santificar Su Nombre" (El del Padre). La
enseñanza pública y privada y la forma de vida en expresar amor a su
prójimo se manifestaba en acciones altruistas y sociales encaminadas
a la mejora de la sociedad en donde vivían. Aunque colaboraban y
obedecían al estado y sus representantes, en asuntos políticos se
mantenían en absoluta neutralidad. De ninguna manera fueron
trinitaristas ni papistas, aunque si reconocían la divinidad
que Yahoshúa el Hijo tiene por su propia
naturaleza otorgada por el Padre Yahwéh haElohím (Colosenses 1:15-18). Sabían que en el futuro
ocurrirían grandes señales anunciadoras del fin
del mundo y que la presencia de Yahoshúa
estaría manifiesta. Profundamente creían en la Nueva Era
Mesiánica donde se cumplirían hasta literalmente las palabras de Isaías
11: 6-10 bajo la gobernación mundial de la “Nueva Jerusalén” que
acontece después del período de la gran tribulación y la llegada
cósmica del Mesías con sus ángeles poderosos para recoger a los que son
suyos (Revelación/Apocalipsis 21:2) Creían además en la Restauración
o Regeneración de todas las cosas, incluidas las personas que habían
muerto en el pasado y yacían "en el sueño" del sepulcro
(Juan 5:28,29; Mateo 19:28; Hechos 3:21.)
Que
el YAHWEH les bendiga a todos los que han leído esta página y
comprenden que Yahosúa es Machiaj y Adón para la Gloria de Elohím El
Abba y para la libertad de aquel que lo acepta como Su Salvador y Rey.
¡Amén! y ¡Amén!
arriba
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Nota:
El fondo de imagen de página corresponde a las ruinas de un edificio de
culto de una antigua ekklesia mesianista o cristiana, una kehilá, en
Éfeso.
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