Otros
textos de Y Demás
La
Explosión Demográfica, a
medio siglo del libro que consagró a un farsante
El
masiosare de Zunsunegui: bueno, pero un tanto
reiterativo
Clint
el talentoso
La
Civilización, de Vargas Llosa, más importante hoy que
hace cinco años
Rius, despedida a
un autor de izquierdas
A dos décadas de
que el mundo conoció a Harry Potter
Archivo
|
|
LITERATURA/Libros
Recuento de excesos del rock and roll impreso vía el
director de Rolling Stone
Lo que parecía ser
una colaboración biógrafo-personaje terminó abruptamente
pero de cualquier manera el resultado fue este libro sobre el fundador de
una las publicaciones más importantes de Estados Unidos.
Apetitos desmedidos en Sex, Drugs and Rock and Roll,
por decir lo menos, fueron parte importante de aquellos
años repasados en este libro medio siglo después que esa
piedra del periodismo comenzó a rodar
Versión impresión
MARZO, 2018. En 1967 un estudiante de periodismo en la
Universidad de Berkeley de nombre Jann. S. Wenner obtuvo un
préstamo de 10 mil dólares para crear una revista que, según
dijo años después, "tenía como objetivo cubrir la música no
solo en su aspecto artístico sino en sus repercusiones
dentro de la sociedad". El primer ejemplar llevaba en
portada a John Lennon en el set de la película Cómo Gané
la Guerra. La cinta tuvo escaso éxito, no así la
revista, de nombre Rolling Stone y a la cual
rápidamente sus lectores ubicaron como parte de esencial de
la contracultura en los años sesenta.
A las pocas semanas Wenner recibió una misiva enviada por
los abogados de los
Rolling Stones donde le
exigían cambiar el nombre de su revista o atenerse a las
consecuencias legales. Wenner llamó a Mick Jagger, quien no
estaba enterado de la demanda. Tras una breve plática entre
ambos, se acordó retirar todos los cargos en el entendido de
que Jagger "estaba al tanto del proyecto". Según Joe Hagan
autor de Sticky Fingers: The Life and Times of Jann S.
Wenner and Rolling Stone, el acuerdo "incluía mencionar
a Jagger y los Rolling Stones en buenos términos cada vez
que aparecieran en la revista", entendiéndose "buenos
términos" alabar exageradamente, con una barnizada crítica
apenas invisible, la historia musical del legendario grupo
inglés. Ahora comprendemos --o más bien, corroboramos una
vieja sospecha-- que Rolling Stone fuera la única
publicación impresa de peso en Estados Unidos que le diera
calificación de "excelente" al Dirty Work (1986) y a
los discos solistas de Mick Jagger, mediocridades a las que aun
los fans más consumados suelen voltear hacia otro lado.
Sticky Fingers (título de uno de los álbumes de las
piedras rodantes, lo cual no viene a ser coincidental) es el
resumen, por un lado de la biografía de Jann S. Wenner. El
otrora magnate editorial --de quien escribió el columnista
Jonathan V. Last, "el rock era lo que para
Hugh
Hefner eran las mujeres-- llevaba años buscando
un biógrafo "serio y respetable". En una reunión le
presentaron a Hagan, colaborador de The Wall Street
Journal, entre otras publicaciones. La química entre
ambos fue instantánea: Wenner le ofreció lo que en el
negocio editorial se llama full access a toda la
información que requiriera el biógrafo, incluidos los
números privados de varios músicos y colaboradores.
Pero algo pasó: cuando Hagan logró "abrir" y asincerar a sus
entrevistados, muchos de ellos expusieron al verdadero Jann
S. Wenner, y no precisamente con los mejores adjetivos o
referencias. El más notorio de ellos fue
Paul McCartney, quien
atribuye aquí al editor el haber transformado a Lennon en
"el todo" de los Beatles; "luego que John fue asesinado
(la revista) fabricó a un John mártir, el Buddy Holly del grupo (...) los otros
tres nos convertimos en meros comparsas". Dado que Hagen
también aborda lo que realmente pasó entre la relación de Wenner con John Lennon --cuando éste murió apenas comenzaba
a restañarse una relación dañada por casi diez años-- el
endiosamiento de Lennon viene a ser interpretado como un
acto de contrición del editor.
Cómo única condición, Wenner había pedido a Hagan que le
mostrara el manuscrito antes de su publicación final. Al
leerlo, el editor se escandalizó y exigió "recortar" o
"maquillar" varios capítulos. "La verdad, para alguien que
siempre ha dicho a sus periodistas y colaboradores que
reporten la verdad por más incómoda que resulte, su reacción
(de Wenner) me desubicó totalmente", dijo Hagen en una
entrevista posteriormente. Wenner rompió la relación con su
biógrafo una vez que éste le dijo que el libro ya se
encontraba en impresión.
Aparecido originalmente en octubre, Sticky Fingers
es, podríamos decirlo claramente, la biografía definitiva de
Jann S. Wenner. Por tanto, contiene episodios bastante
interesantes, entre otros cómo era la vida al interior de
las oficinas de la revista, de cómo un grupo de hippies
bohemios, simpatizantes del Che Guevara y autodenominados
motores de la contracultura estaban igualmente obsesionados
con hacer dinero junto con un desmedido apetito sexual.... y
el consumo de drogas, particularmente cocaína. "Eran los
locos setenta y las fronteras entre lo que era permisible y
lo que no lo eran se habían borrado por completo", dice uno
de los entrevistados por Hagen.
Es el caso de la fotógrafa Annie Leibovitz, autora de varias
de las portadas embleméticas de Rolling Stone donde
destacan las tomadas a Norman Mailer, a Jack Nicholson, a
Marlon Brando y decenas más. "Luego de las sesiones, una
manera común de celebrar era una tarde de sexo entre modelo
y fotógrafa", escribe Hagan, "eso incluía tanto a hombres
como mujeres". Leibovitz no era una mujer atractiva pero,
añade, "era experta en hacer más cosas en un cuarto oscuro
que simplemente revelar rollos de película".
En 1976 la revista muda sus oficinas de San Francisco a
Nueva York, entre otras cosas porque el acceso a la gente
poderosa del entretenimiento es más fácil. Sin embargo como
resultado el consumo de drogas también enloquece al staff
de la revista.
Otros flashazos: Wenner entrega como premio por su
"buen trabajo" bolsas de cocaína a sus reporteros más
aventajados, visitas de celebridades como el bailarín Mikail
Barishnikov, Jim Belushi y Ruchard Gere se quedan dormidos
sobre el sofá de la oficina tras consumir pastelillos hechos
con mariguana. El reportero que garantiza cocaína ilimitada
a los grupos de rock que piensa entrevistar y entrega como
requisito a su representante antes de cualquier otro
trámite.
Hay un capítulo, La Mejor Portada Jamás Publicada,
que seguramente tuvo mucho que ver con el enojo de Wenner.
Ahí se narra el rompimiento de Jann S. Wenner con John
Lennon, quienes habían acordado una entrevista, titulada
como "Lennon recuerda". Era más bien una larga charla entre
amigos donde el ex beatle, aún dolido por el rumbo que había
tomado el grupo, se expresó pésimamente de sus compañeros
del grupo, de Brian Epstein ("sabes, cuando supe que murió
no podía ocultar ese sentimiento de 'bueno, mejor que haya
sido él a que haya sido yo...'") y de otros cercanos en la
historia del grupo.
Wenner publica la entrevista pero quedó mucho material fuera
por lo que decide publicar un libro. Lennon se da cuenta que
en esa conversación, realizada entre el denso humo de la
mariguana, ha hablado de más y pide a Wenner que se abstenga
de publicarla. Éste alega su "deber periodístico" y lanza el
libro, con gran éxito de ventas. Lennon quedó profundamente
dolido al punto que los dos ya nunca se dirigieron la
palabra.
Pero Leibovitz intercede. Dado que John y Yoko no habían
perdido la amistad con ella, a fines de 1980 se acuerda que
Lennon aparecerá en la portada de la revista para
promocionar Double Fantasy, su nuevo disco. Lennon
responde que "sin Yoko conmigo no hay foto" y obtiene su
venganza tardía al doblegar a Wenner y hacerlo que ceda en
casi todas sus peticiones. Como se sabe, horas después de
tomada esa foto Lennon sería asesinado a las afueras del
Dakota.
Según Hagen, Lennon optó por dar la primera entrevista a
Playboy en vez de Rolling Stone como parte de esa
venganza. Según Hagen, Lennon dijo: "Habríamos tenido la
entrevista con Rolling Stone solo que luego de lo que
Jann hizo esa chingadera, tu sabes, Playboy se
llevó la entrevista". De hecho, días antes Cott había
entrevistado a Lennon pero Wenner le dio preferencia a una
edición conmemorativa donde aparecen Lennon y Yoko, y la
cual vendió dos millones de copias. Tuvieron que pasar
varios años para que Wenner y Cott, uno de los colaboradores
más veteranos de Rolling Stone, restablecieran su
amistad (la entrevista de Cott con Lennon se mantuvo inédita
hasta su publicación en el 2015).
Hagen también abunda en la historia de Rolling Stone
y su contribución a la cultura popular norteamericana, de
cómo una publicación que decía oponerse a la guerra en
Vietnam años después publicaría anuncios del ejército en sus
páginas, de cómo había pasado de centrarse en figuras del
rock a artistas de Hollywood, escritores, intelectuales e
incluso deportistas. Muchos de esos artículos y entrevistas
son de alto nivel, otras se han olvidado en el tiempo (¿es
que alguna vez hubo un pitcher llamado Mary Fydrich?)
Los últimos años Rolling Stone no han sido buenos: además de
convertirse en vocero oficialista de Barack Obama (es el
presidente que más veces ha aparecido en su portada), las
ventas se han ido en picada, a lo que debe agregarse el
artículo sobre una supuesta violación en un campus
norteamericano y de la cual la revista tuvo que pagar 14
millones de dólares por daños y prejuicios al comprobarse
que la información esa falsa, afectando seriamente sus
finanzas.
Tratándose de una biografía-oficial-siempre-no-oficial, Joe
Hagen nos trae una interesante retrospectiva en torno al
credor de una de las revistas más importantes de Estados
Unidos. Pero si asumimos que las ventas de Sticky Fingers
han sido bajas desde que el libro salió a la venta,
supondríamos que no es mucha la gente a a que interese la
vida de Jann S. Wenner. Hace un par de meses Rolling
Stone finalmente fue vendida a otro conglomerado, por lo
que el futuro de la revista literalmente se encuentra en un
limbo. De cualquier modo éste es un libro interesante para
conocer más sobre el modo en que se movía el ambiente
editorial norteamericano en los años 70. Literalmente, como
una piedra rodante.
Sticky Fingers:
The Life and Times of Jann S. Wenner and Rolling Stone
Joe Hagen
Knopf/2018
Textos
relacionados
Rolling Stone, ¿qué no solo era rock and roll [Enero.
2016]
Rolling Stone,
víctima de su propia mala leche [Mayo, 2015]
|
Previo
La
Explosión Demográfica, a medio siglo del libro que
consagró a un farsante
Por décadas se nos
ha asustado con la inevitable hecatombe que ocurrirá
porque dada día somos más habitantes en este planeta. El
origen de esa paranoia viene de un libro que este año
cumple medio siglo de su publicación. Y pese a sus
escandalosas profecías erradas, aún se le sigue
encendiendo incienso a su autor |
¿Desea opinar
sobre este texto?
[email protected]
[email protected]
0 opiniones
|