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LITERATURA/Aniversarios
A dos décadas
que el mundo conoció a Harry Potter
Una escritora
escocesa cimbró a la comunidad literaria y editorial con la historia
de un mago que vivía en un mundo análogo. Luego llegaron las
versiones cinematográficas, si bien la posibilidad de repetir ese
éxito para la JK Rowling se ve hoy bastante lejano
JUNIO, 2017. Hace exactamente dos
décadas, el 30 de junio, apareció por primera vez en las librerías
británicas Harry Potter and the Sorcerer's Stone, la historia
de un huérfano que al crecer descubre que posee poderes
excepcionales para la magia por lo que debe estudiar en una
universidad para aprender a aprovecharlos y controlarlos. Para
llegar a ese lugar, el huérfano tendrá que atravesar un andén de la
estación de trenes de Londres. Ahí lo espera un mundo análogo, con
claras referencias victorianas, donde se encuentra Hogwarts, la
"universidad para magos" a la que llegan alumnos de todo el mundo;
entre ellos están los que, como nuestro protagonista, llamado Harry
Potter, recibieron esos poderes en herencia y otros, llamados
muggles, son seres humanos ordinarios. Dos de los mejores amigos
de Harry, Harmoine, pertenece a la "dinastía" de magos mientras Ron
Weasley es un muggle.
La historia fue creación de JK Rowling, una estudiante de Letras
Clásicas que después se convirtió en maestra de inglés en Portugal.
A su regreso a Gran Bretaña y mientras viajaba en tren, la idea del
mago con una marca en la frente llegó a su cabeza. "Fue una especie
de flashazo, la imagen de ese niño que en su mano derecha
llevaba una varita mágica", dijo en una entrevista. Desempleada,
subsistiendo con el cheque de bienestar del gobierno inglés y con
una niña en brazos, Rowling pasó varias tardes en un café de Glasgow
escribiendo la historia a mano. Así fueron apareciendo más
personajes, entre ellos Hagrid, un gigante bonachón al que se
encargó cuidar de Harry, y los alumnos de Slytherin, la universidad
rival de Hogwarts, los profesores, entre ellos Severus Snapes, un
tipo antipático que esconde un secreto clave en la historia, así
como Lord Voldemort, el villano, de quien luego sabremos mató al
padre de Harry Potter, un reputado mago.
La primera novela consistió en poco más de 800 páginas. Rowling la
llevó a varias editoriales, que invariablemente la rechazaron por
considerarla "exageradamente fantasiosa". Finalmente Bloombusry se
aventó la encomienda, con muchas dudas sobre la rentabilidad que
tendría una novela escrita por una desconocida. Semanas después --y
sin duda atizada por el entonces nuevo fenómeno de recomendar cosas
vía Internet-- Harry Potter se convirtió en un fenómeno nacional.
Las hasta entonces adormiladas librerías británicas comenzaron a
llenarse de niños que pedían la novela y se sentaban a leerla, en
ocasiones en voz alta, en los pasillos. La primera edición se acabó
rápidamente y la segunda incrementó aún más el furor lo que hizo
necesario que la autora se pusiera a escribir más historias.
La primera edición en español con las historias el mago apareció en
el 2000, con un éxito un tanto menor pero igualmente sorprendente
para países donde la lectura no es un hábito masivo.
Era inevitable que las novelas de Harry Potter llamaran la atención
de Hollywood. Uno de los primeros interesados fue Steven Spielberg,
quien propuso que en vez de un búho, el protagonista se hiciera
acompañar de un perro para hacerlo más "atractivo" al público
norteamericano. La autora rechazó esa posibilidad y cedió los
derechos a Warner para realizar una película de cada libro, con lo
que JK Rowling pasó de ser millonaria, a realmente
millonaria, como la segunda mujer más rica de Gran Bretaña detrás de
la Reina Isabel.
A partir de entonces el interés por el mago dejó de ser impreso para
pasar al cine, si bien cada nueva novela era esperada con
desmesurada ansiedad afuera de las librerías, con colas que tenían
varias calles de largo. Asimismo fue inevitable que las
ilustraciones de los protagonistas fueron suplidas por los rostros
de Daniel Radcliffe como Harry, Emma Watson como Hermoine y Rupert
Gring como Ron Weasley. Al reparto de protagonistas desconocidos se
unió el de actores altamente experimentados y de gran calidad, entre
ellos Hagrid, interpretado primeramente por Robbie Coltrane, así
como Snapes a cargo del ya fallecido Alan Rickman, mayormente
conocido como el villano Hans Gruber en Duro de Matar.
La magia literaria creada por Rowling --así como varias demandas de
"plagio" en su contra que no prosperaron-- fue cediendo poco a poco
a las necesidades fílmicas lo que llevó a la autora a un bloqueo
mental cuando escribía la cuarta novela, lo cual no necesariamente
indica que las películas fueran malas; en ellas se reflejaron
magistralmente detalles como los cuadros, los periódicos y los
carteles en movimiento, la diversidad de fantasmas que habitan
Hogwarts y los costosos efectos especiales que ya estaban descritos
en las historias.
Pero un problema que encontraron los lectores fue que muchos
detalles de la trama quedaban fuera, decenas de diálogos fueron
modificados para hacerlos más "accesibles" para el espectador
estadounidense. Del mismo modo, los torneos de quidditch se
hicieron más frecuentes y tediosos así como la cantidad de páginas
que bien pudieron haber sido eliminadas sin alterar gran cosa el
argumento.
Y al igual que ocurrió con las historias que siguieron a la trilogía
original de Star Wars, el mundo de Harry Potter terminó por
adaptarse a nuestro mundo real, al punto que Rowling dijo, años
después de terminada la saga, que Dumblemore "era gay" y que una
idea original en su mente era que Hermoine fuera una especie de "heroina
feminista" pero que la editorial insistió en que se inclinara por
Harry, algo que contradice su declaración de que lo primero que
apareció en su mente fue la imagen del mago.
Este cambio del perfil de los personajes posterior a la publicación
de las novelas --es decir,
el-dije-esto-pero-lo-que-realmente-quise-decir-fue-esto-- ha
molestado a cientos de seguidores de Harry Potter quienes consideran
innecesario que la autora haga "retoques" a una historia que
consideran perfecta.
Con un emporio que incluye un parque de diversiones en los Estudios
Universal, lo innegable es que Harry Potter cambió el rostro de la
literatura fantástica al mismo tiempo que dio al cine un personaje
que no estaba basado en refritos ni en superhéroes.
Y si bien han aparecido infinidad de spin offs, Rowling no ha
logrado repetir el éxito de Harry Potter, ni con otros libros
escrito con un seudónimo. Recientemente apareció una precuela
que incluso se estrenó en el cine pero su aceptación, en
comparación, ha sido muy limitada.
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