fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Literatura

Racismo y doble rasero de la prensa norteamericana

La Ley de Neutralidad en la red, regalito totalitario de Obama a los usuarios

Brian Williams es apenas una gota en un mar de pus periodística

Francia ante su momento decisivo

Visitantes de las ruinas urbanas modernas

Archivo

 

MEDIOS

Rolling Stone, víctima de su propia mala leche

Décadas después de haber estado entre las revistas más prestigiadas de Estados Unidos, la otrora referencia obligada de la música rock ha cometido varios tropiezos periodísticos que han ido convirtiéndola, lastimosamente, en un pasquín al servicio de una izquierda obcecada. Una debacle, por cierto, alimentada dentro de su misma estructura

MAYO, 2015. Hace tres años tuve oportunidad de adquirir un paquete de CDs que incluye todos los ejemplares de la revista Rolling Stone desde 1967 hasta el 2007. Obviamente pasaría mucho tiempo para repasar todos los artículos pero lo que sí queda claro es que se trata de una referencia indispensable para repasar la cultura norteamericana, en especial la de corte liberal. A diferencia de otras publicaciones como TIME y Newsweek, Rolling Stone se especializaba en el reportaje y la entrevista a fondo; era, como lo ha dicho David Scheff, uno de sus ex colaboradores, "lo mismo que Playboy aunque los rockeros melenudos y barbones tomaban el lugar de las mujeres bellas". Por supuesto que hay otros bemoles, entre otros, que quizá Rolling Stone sea hoy el único lugar donde se tome en serio a los hippies de los sesenta.

Como sea, esa colección de tres CDs con la historia de Rolling Stone es una joya, sobre todo en sus primeras dos décadas de vida. Con gente como el ya mencionado Scheff y a Ben Fong Torres en su consejo editorial, Rolling Stone obtuvo en esos años varios premios de periodismo, muchos de ellos con temas que nada tenían que ver con la música. "Rolling Stone quiso siempre ser vocero dentro de la contracultura, sin duda", dijo recientemente a la revista reason PJ O'Rourke, quien fuera uno de sus colaboradores hasta fines de los noventa, "pero la publicidad que recibíamos y mantenía a flote a la revista era de quienes son parte de la cultura establecida, por llamarle así".

Afortunadamente, la colección termina en el 2007 por lo que contiene muy escasa información acerca de Barack Obama, con lo cual se evita presenciar el doloroso declive de una revista que durante los últimos años ha pasado a ser, de respetable publicación (no siempre se está de acuerdo con sus puntos de vista, pero eso es algo que la hacía más entretenida) en un pasquín que se hunde en el lodazal del descrédito.

Si director, Jann S. Wenner, siempre ha precisado de un contrapeso para lograr un periodismo de alta calidad. En otros tiempos lo fue Fong Torres, en otros el ya mencionado O'Rourke, un ex hippie que hoy se considera libertario. Tras su salida se perdió el equilibrio que evitaba la radicalización de sus páginas. Sin embargo y con la llegada de Matt Taibi, quien durante un tiempo vivió en Rusia dirigiendo una revista underground, Rolling Stone ha perdido la mesura que se había mantenido con William Greider, un analista de izquierda que, con todo, le otorgaba al capitalismo su mérito como creador de riqueza. En cambio, Taibi recientemente alabó la quijotesca como hilarante búsqueda del senador Vernon Sanders para conseguir la nominación presidencial demócrata. Sanders aún cree que la URSS "no fracasó" y que si cayó fue "por la presión de los grandes corporativos" (?). 

Sin embargo la culpa de esta radicalización no estaría completa sin mencionar a William Dana, su director editorial. Autoproclamado "admirador íntegro de Barack Obama" (aunque previamente lo fue de John Edwards antes que cayera en desgracia), Dana es un periodista "políticamente correcto" al ciento por ciento, lo cual choca contra el espíritu de rebeldía del que tanto se ha pavoneado Rolling Stone desde su fundación, Una rebeldía, por cierto, muy relativa: al repasar su historial no vimos una sola palabra sobre el fallido rescate de los rehenes en Irán en 1979 durante el gobierno de Jimmy Carter pero sí una serie de artículos que ponían en entredicho la invasión a la minúscula Grenada en tiempos de Ronald Reagan.

Hay dos recientes casos donde el supuesto periodismo de investigación de Rolling Stone quedó en entredicho. Uno fue el del artículo donde se ubica a Dzohkar Tsarneaev, coautor junto con su hermano de los bombazos durante el maratón de Boston, como un chico incomprendido que fue objeto de burlas al querer adaptarse a la sociedad norteamericana y como forma de desquite se radicalizó como militante islámico fundamentalista. 

Sin embargo el caso más reciente de podredumbre periodística de Rolling Stone se dio con la publicación del texto “Una violación en el Campus” de Sabrina Rubin Erdely en el cual se culpaba a la fraternidad de la Universidad de Virginia de haber abusado de una mujer como parte del "rito de iniciación". La rectoría expulsó a varios de los supuestos participantes y ordenó clausurar la fraternidad. Sin embargo el periódico liberal The Washington Post le cobró una factura pendiente a Rolling Stone al realizar su propia investigación y concluir que muchos datos carecían de fundamento.

Al principio Erdely afirmó que se había protegido la identidad de la mujer pero "que el resto de la historia era totalmente real". Finalmente la autora reconoció que la supuesta violación "había sido ficticia" pero que "eso no le quita credibilidad ni la luz de alarma sobre lo que ocurre en las universidades de Estados Unidos". Es decir, una publicación que se dice seria puede destruir la reputación de un grupo de jóvenes nada más en la mera presunción. "¿Quiere la señorita Erdely decir entonces que si algún día ella afirma que la tierra es plana quienes nos neguemos a aceptarlo al final somos unos ignorantes?", ironizó el columnista Jonah Goldberg.

Dos meses después Dana escribió una "disculpa" por el artículo inventado pero en ningún momento mencionó a quienes habían resultado directamente afectados, es decir, los miembros de la fraternidad. Por cierto, ni la reportera ni nadie del consejo editorial fue despedido, lo cual indicaría que Wenner está de acuerdo con que la publicación siga difundiendo mentiras "aunque bien pudiera ser reales".

La omisión, por cierto, le saldrá cara a Rolling Stone. Hace unos días le revista fue demandada por difamación debido al artículo de la supuesta violación y se espera que le acompañen otras demandas. Por lo pronto el sitio americanthinker reportó hace unos días que la circulación de Rolling Stone va en picada, y que casi tres cuartas partes de su tiraje es para quienes son suscriptores, "por lo que está a punto de repetirse con Rolling Stone el destino que tuvo LIFE en 1972", escribe el columnista Colin Flaherty. "A menos que logre recuperar su prestigio basado en un periodismo serio, esa revista enfrentará tiempos muy difíciles".

 

Textos relacionados

Rolling Stone y yo [Septiembre, 2006]

 

Sorpresa: los medios que diariamente echan en cara a los norteamericanos sus actitudes racistas, casi no tienen empleados de otras etnias dentro de sus puestos directivos que no sean blancos, otra muestra más de su inherente hipocresía

 

 

Previo

Racismo y doble rasero de la prensa norteamericana

Sorpresa: los medios que diariamente echan en cara a los norteamericanos sus actitudes racistas, casi no tienen empleados de otras etnias dentro de sus puestos directivos que no sean blancos, otra muestra más de su inherente hipocresía

 

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]

[email protected]  

 

0 comentarios

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás

3