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Rolling Stones, los años noventa

Ya legendarios absolutos en su tercera década, las piedras comandadas por Mick Jagger sufrieron una importante deserción, brincaron a otra disquera, lanzaron tres discos regulares y recopilaciones en vivo y siguieron aferrados al escándalo. Cuarta entrega sobre estos veteranos figurones del rock inglés

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MARZO, 2015. Al iniciar la última década del siglo XX, los acordes del Steel Wheels aún seguían resonando. Quedaba claro que ese había sido uno de los mejores álbumes del grupo en décadas dado que durante los 80, y pese a que la revista Rolling Stone dio mínimo una estrellita de "excelente" a mediocridades como Dirty Work, finalmente las piedras rodantes se habían reencontrado con su musa. Desafortunadamente, y como reconoció el guitarra Keith Richards en su biografía Life: "Al terminar la gira de conciertos nos quedamos viendo todos pensando qué seguía. Lo cierto es que con ese disco habíamos dado todo, estábamos en una especie de bloqueo mental".

Como se sabe, a Mick Jagger le encanta realizar giras mientras que Richards es mucho menos afecto a ellas. Esa era una razón, pero había otra: el bajista Bill Wyman había escandalizado a la opinión pública inglesa al contraer matrimonio con Mandy Smith, una joven beldad de tan solo 18 años --el tenía 44-- por lo que milagrosamente pudo escapar de alguna acusación judicial por perversión de menores. "Mandy y yo éramos buenos amigos y pese a nuestra diferencia de edades --en ese momento uno de los hijos de Wyman tenía 22 años-- teníamos muchas cosas en común; ella me recordaba esas lindas chicas que me cautivaban en los sesenta, ella tenía ese estilo ¿sabes?", dijo Wyman a un entrevistador, "un día le sugerí casarnos y punto. Ella estaba consciente de lo que hacía".

Alguien igualmente consciente pero escandalizado (¡y vaya que se requiere de algo realmente fuerte para escandalizarlo!) era Mick Jagger, quien desde un principio le reprochó casarse con una menor de edad sin pensar en las consecuencias. Ese fue apenas el inicio de las discrepancias entre ambos que irían agudizándose los próximos meses. (Según una posterior declaración de Wyman, Jagger ya contemplaba la posibilidad de ser declarado Caballero del Imperio británico --lo consiguió en 1997-- y temía que ese matrimonio arruinara su reputación).

Steel Wheels también representaba la consumación de un sueño que Richard Branson había tenido por muchos años. El joven magnate de Virgin Records había hecho migas con los Stones y cuando éstos le comunicaron que no estaban muy contentos con las condiciones contractuales de CBS y donde grabaron buena parte de su material ochentero, Branson no despreció el coqueteo. "Cuando un disco fracasa, un artista no va a verlo como una falla propia sino lo atribuirá a la escasa distribución de su disquera", dijo Branson a Playboy, "Michael Jackson es un claro ejemplo de ello. Por eso cuando le dije a Mick 'cumplan ustedes su contrato y luego platicamos... jamás escatimaré el apoyo de Virgin si se vienen conmigo'", así pues y según Branson, al siguiente minuto de vencerse el contrato con CBS, Jagger le llamó a su número privado.

Eso no era todo. En 1992 se cumplían tres décadas que los Stones cedieron los derechos de sus canciones a Abko Records, propiedad de Allen Klein, el segundo catálogo más codiciado --y lucrativo-- en el mundo del rock luego de los Beatles. De acuerdo a una cláusula, los miembros del grupo, que por décadas habían buscado infructuosamente recuperar los derechos de esas canciones, tendrían prioridad en la opción de compra una vez que a AbkO se le venciera la propiedad del catálogo. Klein, ya viejo y enfermo (fallecería cinco años después) prácticamente se dejó perder en ese litigio. (Según coincidieron Jagger y Wyman, durante muchos años el dinero que ganaban los Stones era por la realización de conciertos y venta de afiches; las regalías de sus canciones eran simbólicas pues Klein se quedaba con casi todas esas ganancias).

Es fácil imaginar lo que ocurrió enseguida: Jagger ofreció los derechos del catálogo a Branson quien lo adquirió en aproximadamente 380 millones de dólares, que fueron repartidos entre todos los integrantes y los representantes del fondo legal de Brian Jones. Branson no perdió tiempo en lanzar Jump Back, la primera recopilación de Greatest Hits de los Rolling Stones lanzada por Virgin y que fue un éxito inmediato de ventas.

En 1991 el grupo lanzó Flashpoint, un disco en vivo que rápidamente fue calificado por la crítica de mediocre... excepto, para variar, para la revista Rolling Stone, que inexplicablemente le dio cuatro estrellas y media, casi un clásico. De acuerdo a una parte de la historia, Branson se mostró furioso cuando el grupo le entregó el Flashpoint: ¡acababa de lanzar un álbum recopilatorio y en respuesta ellos grababan muchas de esas mismas canciones en vivo! Tras una discusión, Jagger prometió a Branson que el siguiente disco tendría únicamente canciones de estudio.

Para ese momento la tensión ya no se daba entre Jagger y Richards, sino con el bajista Wyman. En más de una ocasión Wyman había provocado la furia de Jagger al afirmar que su mejor música la habían hecho "guiados por Brian... tras su muerte nos hicimos más convencionales y predecibles" y como para corroborarlo, publicó Stone Alone, su biografía que termina, precisamente, en 1969, como si lo que ocurrió después no pudiera importarle menos. Cuando apareció esa biografía quedó claro para muchos fans que la salida de Wyman del grupo era inevitable, la cual sucedió en diciembre de 1992.

Pocos han visto realmente furioso a Mick Jagger, y uno de ellos fue Ted Gibbon, acompañante de giras de los Stones durante muchos años antes de retirarse. "Al enterarse lo que llamó la 'deserción' de Bill, Mick comenzó a arrojar muebles y objetos a las paredes. Se preguntaba cómo alguien podía renunciar así al que llamaba 'el mejor trabajo del mundo que te da la oportunidad de follar a las mujeres más bellas del mundo, ganar muchísimo dinero y que la gente te adore... Bill es un imbécil". Pero según Gibbon, "por otro lado, al final Mick vio todo con filosofía; alguien que estaba retando su autoridad finalmente se salía de los Stones, y eso no podía hacerlo más feliz..."

Algunos medios ingleses sugirieron que la razón de su salida estaba en una posible conversión religiosa del bajista, lo que él rápido desmintió: "Esto no es la mafia donde si entras ya no puedes salir, simplemente terminó mi ciclo como miembro de los Rolling Stones". Al respecto Richards comentó meses después: "Bill ya es un adulto libre de hacer lo que quiera y nunca pensamos en convencerlo para que cambiara de parecer".

Voodoo Lounge apareció en 1994 y mostraba a los Stones en gran forma, sobre todo por temas como "Love is Strong" y "You Got Me Rocking". Obviamente se trataba de trabajos muy inferiores a lo que trabajaban en los sesenta pero de cualquier modo mostraban a un grupo capaz de mostrarle a las nuevas generaciones cómo se hacen las cosas. El disco vino acompañado de una gira mundial que incluyó a México, Brasil y Argentina. Pero algo era notorio en sus presentaciones: la gente estaba más interesa en escuchar su material legendario que los temas más frescos que el grupo quería promocionar.

Al año siguiente y dentro de la serie Unplugged de MTV, los Stones aceptaron el reto de grabar un disco mayormente acústico y de paso para explorar sus raíces que incluyeron la grabación de algunos clásicos del blues. "Fue idea de Keith, para ser honesto", dijo Jagger en una entrevista, "era una manera muy suya de decirnos a los demás que nunca olvidemos lo que dio origen al grupo". Como bonus para los fans, el disco ofrecía la primera versión grabada de "Like a Rolling Stone" de Bob Dylan y que llevaban años tocando en vivo. Stripped tuvo muy buena acogida lo que fortaleció la idea de que los Rolling Stones habían empezado, mucho antes de los megaconciertos, en pequeños sitios "con las mesas llenas de líquido de cerveza, los pisos llenos de escupitajos, el ambiente lleno de humo y el escenario lleno de unos desadaptados como nosotros", recordó Richards.

Concluida la gira y con más de 200 millones de dólares en ganancias, Jagger se dio tiempo para dos cosas, una, la grabación de su cuarto disco solista, que la crítica --excepto, claro, Rolling Stones-- despedazaron, algo que poco o nada influir para intuir que se trataba de otro fracaso comercial de un Mick Jagger cuando no grababa con su grupo de tantos años.

También en ese lapso se dio tiempo el legendario cantante se dio tiempo para embarazar a una playmate y modelo brasileña. Al enterarse del desliz, su esposa Jerry Hall le exigió el divorcio que terminó por costarle casi 65 millones de dólares (el matrimonio de Wyman con Mandy Moore también se desmoronó cuando ella comenzó a salir con un ex novio de la secundaria; solo el batería Charlie Watts y Keith Richards, a quien le daban pocas posibilidad de éxito de su matrimonio con la bella modelo Patti Hansen, se han mantenido alejados de escándalos extramaritales).

En 1996 los fans tuvieron acceso a otro platillazo legendario de los Stones, esto es, el lanzamiento tanto de la película como el álbum Rock and Roll Circus grabado en 1968 y donde también aparecen Eric Clapton y John Lennon, entre otros. Ese material había estado enlatado por décadas debido a que en su momento se le consideraba "sin valor artístico", aunque el temor de que pudiera filtrarse al Internet hizo que se le lanzara oficialmente. Desde entonces ese es un material que atesoran los fans más radicales de los Stones.

Hacia 1997 el grupo lanzó Bridges to Babylon, uno de sus discos más ambiciosos aunque inconscientemente coqueteaba con cosas más recientes que había en la música. Richards recuerda que a las pocas semanas de salir a la venta puso el CD en su casa y una de sus hijas le dijo que el tema "Has Anybody Seen My Baby" se parecía mucho a "una canción de una chica canadiense". En efecto, el tema se parecía tanto al "Constant Crawling" de KD Lang que sin duda habría acarreado una demanda por derechos de autor. 

"Juro que jamás había escuchado esa otra canción, de otro modo no habríamos intentado siquiera completarla", dijo Richards. El asunto quedó cerrado cuando los Stones incluyeron a Lang como coautora del tema en los créditos, acompañados de unas jugosas regalías.

Bridges to Babylon también sirvió para que los Stones realizaran otra gira mundial de la cual luego salió, inevitablemente, No Security, otro álbum en directo. Para entonces los viejos resquemores ya estaban resurgiendo. Simplemente habían pasado tantos años juntos que cualquier diferencia hacía que estallaran las discusiones entre sus miembros. Algo que los había mantenido unidos era un hecho extraño, que en algún momento todos los integrantes del grupo habían lanzado discos solistas con escaso o nulo éxito. Según escribió Wyman, "a quien más han dolido los fracasos solistas es a Mick pues no puede concebir que poca gente compre los discos que nada más llevan su nombre. Si sus discos solistas hubieran sido exitosos, hace tiempo los Rolling Stones habrían dejado de existir".

"Mick y yo somos como un matrimonio que se conoce bastante bien, y a veces nos herimos al decir las cosas, pero la mala leche dura poco", dijo Richards medio en broma en 1999. En esa ocasión el legendario guitarrista se equivocó, pues aparte de otra recopilación en vivo lanzada ese año, los Rolling Stones regresarían con un nuevo disco hasta el 2004. Lo que ocurrió en los meses anteriores a su aparición será comentado en el módulo siguiente.

 

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