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Borges, visto desde un entrevistado devoto

A casi tres décadas de su partida, el genio narrativo de este argentino aún sigue asombrando inclusive a sus lectores más frecuentes, En esta entrevista platicamos con uno de ellos quien, entre otras cosas, menciona que el haberle negado el Nóbel de Literatura fue quizá una fortuna pues habría abollado el prestigio de su prosa

DICIEMBRE, 2014. En Funes el Memorioso, uno de sus cuentos más famosos, Jorge Luis Borges describe a un personaje capaz de recordar todo, absolutamente todo, de lo que ocurre en su existencia diaria desde el primer momento de su nacimiento. Este rigorismo dejará su vida como un frío repaso, sin lugar para nostalgias, un tormento, y quizá una justificación, empleada entre todos aquellos que se quejan de tener mala memoria. "Funes no puede ser un personaje feliz, aunque uno pudiera pensar lo contrario. Lo que a muchos nos hace feliz recordar es al mismo Borges, autor de esta maravillosa historia. Curiosamente, si él escuchara esto de quienes somos sus admiradores, con su acostumbrada modestia nos diría, "vamos, muchachos, hablemos de otra cosa...", señala Luis Héctor Retes, nuestro entrevistado.

A casi 30 años de la muerte de quien es considerado el escritor argentino más importante del siglo XX --mea culpa a los seguidores de Cortázar, el gran cronopio-- Jorge Luis Borges mantiene una grey de lectores, en su mayoría jóvenes, quienes encuentran en su obra algo diferente, e increíblemente contemporáneo. "Cuando te topas con un texto suyo donde dice que las dictaduras y el populismo no los sufre América latina, que son América latina, rápido aparecieron críticos feroces que lo tacharon, ya sabes, de fascista. Pero luego te das cuenta que esto lo escribió en los años cincuenta y seis décadas después tenemos a Nicolás Maduro, a Fidel Castro, a Cristina Kirchner y a las democracias regionales nuevamente amenazadas por el populismo y el totalitarismo ¿quién se atreve a desmentirlo con argumentos, no con adjetivaciones? Nadie. Mucho menos aun con su obra literaria, que siempre voló a alturas de la genialidad".

Retes, ingeniero civil pero también lector voraz en sus ratos libres ("divididos también en una esposa igualmente lectora y dos hijas adolescentes que cada una tiene su propio estante de libros"), se sienta y pone sobre la mesa El Aleph, uno de los libros más literariamente logrados de Borges. "Sos grande, Jorge Luis", dice, en tono argentino. "Decirle esa frase a un patán y un cretino como Maradona me parece una falta de respeto".

--Tu nombre es Luis ¿Es coincidencia o el asunto ya viene desde tus padres?
--Es coincidencia, pero claro que luego que te topas con Jorge Luis Borges es motivo de orgullo. Mis padres no eran grandes lectores: él leía el Selecciones y tenía algunas enciclopedias en casa, como la Salvat, y mi madre veía las telenovelas. Yo nací en 1970 así que espero que no me hayan puesto ese nombre por Echeverría (risas)

--¿Qué encuentran los lectores de Borges que lo hace un autor tan adictivo, o más precisamente, admirado?
--Era un autor sincero, a veces cándido, pero siempre dotado de un ingenio inagotable. En ningún momento sientes lo que ocurre con otros autores, entre ellos García Márquez o Carlos Fuentes, esto es, que entre líneas de están diciendo "fíjate en mi prosa, admírala", lo cual es válido en un escritor, no quiero que se me malinterprete. Con Borges, al contrario, lo que percibes es algo así como "esto es lo que se me ocurrió y quiero contárselo a quien se asome a estas páginas".

--Era un escribidor, diría Vargas Llosa...
--Así es, y con una narración suave, impecable, sin ningún bordo que la desentone o la haga sentir chocante. No percibes presunción alguna en sus escritos, tampoco el asomo de atacar a alguien escondido desde una trinchera literaria. En eso se parece al Óscar Wilde de sus mejores años... nunca fue panfletario ni al servicio de algún politiquete de turno.

--Admirador profundo de la literatura inglesa, lo que dices de Wilde no debe extrañarnos...
--En muchos de sus escritos brotan y rebrotan El Principe Feliz, Dorian Gray, El Gigante Egoísta y la estructura de Wilde para escribir sus cuentos. Borges introdujo ese flujo riquísimo a la literatura española y le dio un empuje tremendo que, repito, siempre evitó ser presuntuoso. Tampoco nos extrañe entonces que Borges no fuera precisamente un seguidor de James Joyce. Borges detestaba las parrafadas, los personajes que pasan página tras página solo apareciendo sin decir ni aportar nada a la historia...

--El síndrome, efectivamente, de Joyce y más recientemente, de JK Rowling, la autora de Harry Potter...
--En las primeras tres novelas de JK Rowling su consistencia, imaginación y creatividad son impecables, marcadas también con cierta ingenuidad en las historias, pero cuando los libros pasan a ser éxitos en el cine Rowling se convierte en guionista y le agrega más drama, más maldad, más elementos que tienen que ver más con nuestro entorno que con Hogwarts, además escribe sus libros pensando más en cómo se verán en la pantalla. Todo esto arruinó la estructura central de Harry Potter.

--Volviendo a Borges, ¿quiénes consideras son sus principales influencias?
--Aparte de Wilde, a quien ya mencionamos, a Edgar Allan Poe, a Charles Dickens, a Chesterton, a Lewis Caroll... prácticamente toda ella de autores ingleses, si exceptuamos a Poe, quien en su tiempo fue visto como un autor "ajeno" en Estados Unidos, su propio país.

--Cuando hablamos de Borges inevitablemente tenemos que toparnos con el Nóbel que jamás le fue otorgado. Supongo dirás que inmerecidamente.
--Fíjate que en la comunidad borgeiana de Facebook sus admiradores coincidimos en que quizá eso fue lo mejor. El Nóbel de Literatura te engrandece más o te hace conformista: ¿a qué más le puedes tirar cuando ya te dieron el Nóbel? Alguien del grupo recordaba que la mayoría de los laureados rara vez publicaban obras posteriores que reforzaran el porqué de ese reconocimiento. Para otros, como Hemingway, el peso del premio es mucho y no soportaron su peso...

--¿Entonces sí lo merecía aunque fue mejor que no se lo hubieran dado?
--Lo merecía y con creces, la literatura latinoamericana ya no fue la misma después de sus libros, pero él quizá estaba consciente que nunca se lo otorgarían y no se preocupaba por el asunto.

--¿No se lo dieron por haber aceptado un reconocimiento de Augusto Pinochet?

--La misma Academia Nóbel ha reconocido que esa fue la razón. Por supuesto que queda en el aire el porqué si se lo dieron a Pablo Neruda, que alababa a un dictador aún peor, como Stalin. Pero como decía, a veces el Nóbel es un regalo envenenado para los autores de talento gigantesco.

--¿José Luis Borges?
--(Risas) ¡Ah, cómo olvidar las metidas de bota de Fox! ¡Pero vamos, él mismo dice que es un ranchero con sombrero! Preferible eso, déjame decirte, a alguien que cita erróneamente, pero por lo menos cita, a un autor, que a Peña Nieto que no pudo mencionar siquiera ¡a uno solo! Ya de perdido que diga a Carlos Cuauhtémoc Sánchez! (más risas). 

--...Terminaría confundiéndose y diciendo que su autor favorito es Cuahtémoc Blanco...
(Risas). Por lo menos Fox no dijo José Luis Bojórquez o algo así...

--¿Qué opinas de la rivalidad entre los que admiran a Borges y a Cortázar?
--Primeramente, Borges ya tenía un nombre cuando Cortázar aún no publicaba sus primeros cuentos. Yo no veo rivalidad alguna, son dos aproximaciones distintas a la literatura, una optimista y la otra, la de Cortázar, más pesimista. Ambos fueron enormes y talentosísimos escritores, pero como el cronopio fue "progre" se le suelen conceder más elogios entre la comunidad literaria.

--Da gusto, finalmente, que las nuevas generaciones se estén acercando a Borges..
--Es genial, y estimulante. Robert Ross, uno de los amigos más fieles de Wilde, rescató y publicó toda la obra post mórtem para que las generaciones futuras apreciaran a Wilde en su real dimensión, algo de lo que muchos estamos agradecidísimos. A nosotros, los lectores-admiradores de Jorge Luis Borges, nos corresponde la misma labor de Ross, de que por un rato los jóvenes apaguen su WhatsApp por un rato y lean, por ejemplo, El Aleph. Es una labor cuesta arriba, lo sabemos, pero con lo que hasta hoy hemos avanzado se avizora la esperanza que tendremos Borges por mucho tiempo.

 

 

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