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Alice Cooper, por siempre un nice guy

A propósito del inminente Halloween, nada mejor que hablar de este músico, artista, cantante y productor cuya carrera ya rebasó el medio siglo. Con o sin maquillaje. Alice Cooper/Vincent Fournier sigue haciendo de las suyas, para beneplácito en el mundo del rock

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OCTUBRE, 2020. Muchos de sus contemporáneos que iniciaron su carrera al mismo tiempo que él hace rato que se retiraron o, mejor aplicado, fueron forzados a hacerlo. Ya se cumplió medio siglo que lanzó su primer disco cuando los Beatles aún no se separaban y Jim Morrison estaba a año y medio de irse a vivir a París. Lo curioso es que el extravagante espectáculo que Alice Cooper ha presentado desde el principio difícilmente auguraba que la vida de este artista no sería tan longeva.

"Las opiniones se dividían entre quienes pensaban que me había vuelto loco y los que pensaban que todo lo que hacía era a causa de las drogas", dijo Cooper en una entrevista. "El asunto era más sencillo. En el grupo todos queríamos divertirnos y  provocar un poquito de escándalo, como esos cohetones que asustan a las palomas y las echan a volar. Pero al final todo fue un show, y si a la gente le gustaba y te pagaba por ello ¿por qué detenerse?"

Alice Cooper tiene fama de ser uno de los tipos más agradables en el mundo del rock, esto en un ambiente donde abundan los divos, las envidias y los odios personales. En ello influye, naturalmente, el enorme talento de quien en realidad se llama Vincent Fournier Jr y quien ha creado varios himnos del rock, entre ellos "School's Over", "Eighteen" y "No More Mr. Nice Guy", entre varios más. "Siempre detesté el rock corporativo, de rebeldía artificial, enteramente repugnante", dijo hace años John Lydon, el ex vocalista de los Sex Pistols. "Alice Cooper era diferente. Decía lo que se le antojaba decir, y lo decía con inteligencia y sinceridad".

Algo similar dijo Slash, el guitarra de Guns N' Roses cuando participó con Cooper en un track del Use Your Illusion a principios de los 90. "Alice estuvo ahí, departió con Hendrix, con Morrison, con toda es gente a la que todo nosotros admiramos. Alice podría escribir un libro de anécdotas de lo que sucedía en aquellos años. Es un gran tipo, te hace sentir genial cuando estás a su lado..."

Con frecuencia surge la pregunta de cómo Alice Cooper logró sobrevivir a todos esos años y donde pocos salieron indemnes. "Son dos factores, uno, nunca abandoné mi fe religiosa, recuerden que soy hijo de un ministro. El segundo es que yo me dedicaba más a beber que a consumir drogas. Sí llegue a probarlas pero no me pareció una experiencia divertida. Pero yo era un bebedor social, nunca me emborrachaba del todo". El cantante lleva 45 años alejado de la bebida pero no ha olvidado su costumbre de leer la Biblia por la noches. "No quiero pontificar ni exigirles que la lean, pero en lo que toca a mí, me ha servido como excelente guía en la vida", dijo en la misma entrevista.

Su otra pasión es el golf, deporte que practica desde los 70 cuando jugarlo estaba muy lejos de ser una moda entre las figuras del rock. "He jugado golf con toda la nata del rock and roll", dice Cooper orgulloso, y recuerda, más bien insiste, que Vincent Fournier no es Alice Cooper. "Quien sube al escenario es él, y hace todo lo que se le ocurre sin importarle los límites que tenemos todos nosotros. Yo sería incapaz de cruzarme un semáforo en rojo aunque no haya una sola alma alrededor", refirió.

Fournier llegó al mundo en 1948 en Detroit aunque en la adolescencia su familia se mudó a un suburbio cercano a Phoenix, por entonces una pequeña ciudad a mitad del desierto. "Los ministros pasaban una temporada en una comunidad y luego eran enviados a otro sitio pero algo pasó y mi familia se quedó permanentemente en Arizona", recordó.  Por la noche el jovenzuelo Fournier escuchaba las estaciones de radio de Los Ángeles y se enamoró del rock and roll esto al mismo tiempo que disfrutaba las películas de terror, sobre todo de Drácula. "Vincent Price, Bela Lugosi, ellos también eran mis héroes como Elvis y Bill Haley", refirió el cantante.

No fue hasta mediados de los 60 cuando Fournier decidió convertirse en músico profesional, una idea que le hizo click en su cabeza cuando supo de un tal Arthur Brown, quien tuvo un hit enorme llamado "Fire" en 1968. Brown solía ponerse un casco con una llamarada y actuaba con absoluta extravagancia. "Al principio no estaba consciente pero luego de una de mis primeras presentaciones alguien escribió en algún lado que yo era 'la versión norteamericana de Arthur Brown'. Después supe que él cantaba 'Fire'; eran tiempos cuando escuchabas una canción pero no tenías idea de la apariencia del intérprete, y cuando lo ví quedé sorprendido: los dos estábamos en la misma frecuencia, éramos los pioneros del shock rock..."

Años más tarde Cooper conoció a Brown, quien hoy tiene la apariencia de un venerable octogenario pero aún suele realizar presentaciones. "Cuando platicábamos Arthur me comentó que al escuchar mis canciones se imaginaba que mi aspecto era muy parecido al suyo... después de todo nuestros estilos no se prestan mucho para traer puestos un saco y una corbata..."

Ya ubicado en California, Cooper diseñó su propia imagen, escenografía y compuso la mayoría de las canciones. El espectáculo fue un éxito total si bien en muchos sitios hubo protestas, lo cual alegró al grupo. Las extravagancias siguieron creciendo, incluidas una serpiente que solía enroscarse en el cuello de quien para entonces ya se hacía llamar Alice Cooper.

A propósito del nombre, al cantante le divierte el rumor de que decidió llamarse Alice Cooper luego de una misa negra donde se invocó el nombre de una mujer que murió en la hoguera, acusada de brujería. "Mi apellido no parecía encajar para un grupo de rock así que nos pusimos a barajar decenas de nombres , incluso algunos que luego serían registrados y por eso ya no puedo mencionarlos públicamente. Alguien mencionó lo de una bruja llamada Alice Cooper que murió en la hoguera en Salem o algo así y dije '¡ahí está!' El que fuera nombre de mujer sirvió para ponerle un poco más de controversia al asunto..."

Lo que vino enseguida --y de la mano del productor Bob Ezrin, quien luego trabajaría con Kiss-- fue una serie de hits que dejaban atrás la idea de que Cooper era un mero oportunista. Sin embargo para 1976 el factor shock comenzaba a debilitarse y el cantante trató de compensarlo acudiendo más a la bebida. "Todo ocurre tan rápido que no te das cuenta. Hubo un momento en que tomaba una cerveza del refrigerador tan seguido como alguien va a servirse un vaso con agua, por esa razón, el beber sin llegar a emborracharme, no caía en cuenta que me estaba convirtiendo en un alcohólico pues tampoco estaba sobrio..."

Parte del problema fue que hacia 1975 con la salida del Welcome To My Fantasy, el concepto original del shock rock ya había perdido su fuerza y muchos fans, ya creciditos, dejaron de seguirlo. Fue un momento de muchos cambios, reconoce el músico: "entre otras cosas decidí buscar estilos musicales diferentes y de ahí salieron cosas interesantes". Entre ellas se encuentran las excelentes baladas "I Never Cry", que habla de su problema con la bebida, "You and Me", la vida ordinaria de alguien muy lejano a la imagen de rock star y, finalmente, "How Are You Gonna See Me Now", la cual Cooper escribió a su esposa luego de pasar meses en rehabilitación, alejado del mundo.

"Había llegado el momento de reinventarme", dijo Cooper en una entrevista Pero mas importante, el trance le sirvió para reencontrarse con la religión. "Nunca abjuré de lo que me habían inculcado mis padres, quiero que eso quede claro", advirtió en esa entrevista, "simplemente había dejado de poner en práctica esas enseñanzas. Mis compañeros de fiestas con los que pasaba horas tocando, ya no estaban aquí ¿por qué yo sí? Concluí que tenía una misión, más allá de tener un disco exitoso". Poco después, Alice Cooper, de quien incluso algunas organizaciones religiosas habían exigido su excomunión, formalizó su reconversión al cristianismo. Pero ello no significaba, de ningún modo, que dejara de ser Alice Cooper.

O más bien, no del todo. Quizá siguiendo los pasos de Kiss, Alice Cooper decidió hacer de lado el maquillaje de modo que por un tiempo, Vincent Fournier y Alice Cooper eran la misma persona. También terminaron las decapitaciones fingidas y el uso de demás parafernalia macabra. Y al igual que ocurrió con el cuarteto neoyorquino, el cambio fue bueno, pero no tanto como se esperaba, al punto que en cinco años el único hit para Cooper fue "Poison".

"Tuvo mucho qué ver el auge MTV en ese cambió",  recordó Cooper. "Dado que ahora todos aparecíamos en un video promocional había que promover una imagen más convencional de una estrella de rock de los 80". Al final de esa década, Kiss y Cooper habían vuelto a la etapa del maquillaje: el nacido en Detroit lo hizo con un video espectacular del tema llamado "(He's Back) The Man Behind the Mask".

Cooper continúa dando giras de conciertos pero un día le ofrecieron su propio programa de radio, llamado Nights With Alice Cooper donde no solo toca las canciones que quiere sino que cuenta anécdotas, trivias y hasta da clases de historia general. "La verdad creo que era un DJ frustrado, desde niño quería presentar canciones al aire, y no lo he hecho mal", refirió. Otra de sus actividades análogas es su participación en el grupo Hollywood Vampires junto con Joe Perry (Aerosmith) y el actor Johnny Depp. La terceta está en pausa por algunos problemas que está teniendo Depp y por la pandemia, "pero en cuanto todo eso quede superado, volveremos a irnos de gira", adelanta Cooper.

Y aunque en 1975 tuvo un hit llamado "Elected", Alice Cooper ha procurado no expresar sus ideas políticas. "Mi objetivo es entretener al público, no hacer proselitismo. Alice Cooper no es una palestra política, es un show que hacer vibrar todo tu cuerpo con la música rock. Me parece una abuso de tu poder exigir a tu público que voten por un candidato o por una causa política".

Quizá esa sea una de las razones por la que Alice Cooper ha tenido amigos por doquier, no solo en el mundo del rock., sino en otros géneros. "Conocí a Elvis, a Glen Campbell, a Sammy Davis Jr., le compré una cama redonda que aún conservo a Groucho Marx. Hasta algunos críticos de música se han expresado bien de mí en privado, si bien no siempre es así cuando hablan de mis discos. Pero no tengo razón para quejarme. La fantasía de Alice Cooper sigue, y las satisfacciones que han llegado a mi vida son muy reales".

 

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